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domingo, 26 de febrero de 2012

ARTES EN OCAÑA. NOTAS PARA SU HISTORIA

Siguiendo los propósitos de la Academia de Historia de Ocaña, entregamos a nuestros lectores estos apuntes históricos que esperamos contribuyan a despertar el interés por el desarrollo de las artes en la ciudad y región de Ocaña.

Comenzamos con las artes plásticas, aspirando nos den sus opiniones y contribuyan a enriquecer el texto.


domingo, 19 de febrero de 2012

ADOLFO MILANÉS, EN EL ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO

Euquerio Amaya (Adolfo Milanés)
Óleo de Luis Navarro. Pinacoteca de la
Academia de Historia de Ocaña

El Próximo 22 de febrero se cunple un aniversario más del trágico fallecimiento del poeta ADOLFO MILANÉS. La Secretaría de Educación, Cultura y Turismo, a través de la Coordinación de Cultura, prepara un acto público para recordar la vida y obra del desaparecido Felibre.

El siguiente, es un modesto aporte para que conozcamos un  poco más sobre Euquerio Amaya.

MILANÉS, EL PROSISTA Y EL POLÍTICO


Por Luís Eduardo Páez García
Academia de Historia de Ocaña

Culminada la denominada Guerra de los Mil Días, retorna la calma a la provincia de Ocaña y con ella se reinicia la actividad cultural. Aparece, entonces, en el panorama de las letras, el grupo literario integrado por Euquerio Amaya, Diego Jácome, Joaquín Roca Niz, Víctor Manuel Paba, Enrique Pardo Farelo, Santiago Rizo Rodríguez y el sacerdote-poeta Alfredo Sánchez Fajardo.

De tal núcleo, conformado por poetas, periodistas e intelectuales, en general, nacerían Los Felibres, grupo consolidado hacia 1904 con la aparición del periódico Espigas. Este centro de cultura regional se vería reforzado también con la presencia del poeta Jesús Emilio Ceballos y el intelectual venezolano Gonzalo Carnevali.

El nombre de Felibres fue tomado del movimiento provenzal aparecido a mediados del siglo XIX, cuyas características modernistas y regionalistas adoptaron Euquerio Amaya, Santiago Rizo Rodríguez y Enrique Pardo Farelo, conocidos en el mundo de las letras con los pseudónimos de Adolfo Milanés, Edmundo Velásquez y Luis Tablanca, respectivamente. En Bogotá, la revista Trofeos, dirigida por Cornelio Hispano, da cabida a los versos de estos tres exponentes de nuestras letras. Su ideología liberal y determinación de ruptura frente a la sociedad que les tocó en suerte, desató sobre Los felibres la persecución política o la indiferencia de sus contemporáneos. Sólo hasta la aparición del Centro de Historia, en 1935, comienza prácticamente a reconocerse el valor literario de este movimiento que marcó un hito en la historia regional.

SÍNTESIS BIOGRÁFICA

Poeta, cronista y periodista, nacido en Ocaña en 1882 y fallecido en la misma ciudad el 22 de febrero de 1931. Cursó estudios en el colegio de la Presentación, iniciándose allí como poeta. Muy pocos aspectos se conocen de su juventud. Como liberal, fue partidario de la revolución de 1899. En 1904 fundó, junto con Velásquez y Tablanca, el periódico literario Espigas y, más tarde, Ideas (1915), de índole política.

Adolfo Milanés. Fotografia. Museo Antón
García de Bonilla, Ocaña

En 1930 publicó su primer libro de poesías, titulado Curvas y rectas, editado en Bogotá. Después de su trágico fallecimiento, se dio a la luz pública una compilación de sus prosas: Ocaña por dentro (1932).

La poemática de Milanés recibió el influjo de Julio Flórez y del español García Lorca y, naturalmente, de los simbolistas franceses, sin desconocer la huella romántica y regionalista de los bardos provenzales. Su temática tiene que ver con el paisaje nativo, las vivencias familiares y conceptos trascendentes que, como la muerte, tiñen de tristeza su obra. Su prosa es ágil, saturada de fina ironía y cierto humorismo que se mezcla a veces con el apunte político.

En 1936, Rafael Gómez Picón, en un afortunado ensayo biográfico titulado Adolfo Milanés, que hace parte de su obra Estampillas de timbre parroquial (Editorial Renacimiento, Bogotá, 1936), escribía así sobre Milanés:

“En abierta contraposición con Edmundo Velásquez –honra y prez de las letras y de la romántica ciudad – creemos que Milanés nació y vivió en un medio propicio para saborear amplia y lentamente, con goloso sibaritismo, las intensas torturas del espíritu, por su discreto aislamiento, por los juguetones airecillos paradisiacos que se complacen en saturar su ambiente, por su clima suavísimo que invita, algo más, que empuja al ensueño. Lo prueban sus cantores de largo aliento y de inspiración robusta y fecunda que han sido tan numerosos como sus bellas mujeres. Por repetidas veces recorrimos el Valle de Hacarí en la grata compañía del bardo. Enorme la cabeza, abrazada por la intrincada selva de su cabello indómito, ancho tórax de atleta, mordaz, agresiva y cortante la sonrisa, como un fino puñal acerado, las manos entre los bolsillos de los pantalones, andar desgarbado, olvido absoluto de sí mismo; todo parecía obstinarse en negar al poeta exquisito, perdurable y afortunado cantor de las cosas triviales. Y en aquel corpachón de hombre fuerte, dos espíritus a cual más de arraigado sostenían una lucha tenaz, un verdadero duelo a muerte: el poeta y el político, las curvas y las rectas. Cuando Adolfo Milanés era vencido, Euquerio Amaya hacía irrupciones ruidosas, ásperas, incontenibles, por los sinuosos campos de la política. Saturado de un temible y admirable misticismo, se agigantaba el hondo fervor con que amaba sus ideales políticos y se convertía en un corajudo mosquetero que desde las columnas de la hoja periodística transformaba la privilegiada pluma en catapulta destructora, atacaba con fe, con arrojo, con temeridad, con empenachada rudeza, sin compasión, las fortalezas del adversario… Pero cuando Adolfo Milanés triunfaba, delicado, sutil, amoroso, sonoro, despojado ya de la sórdida corteza endiablada, entonces sí que se descolgaban de las sierras, describiendo maravillosas curvas, todos los ruiseñores que en divino y alegre tropel invadían la ciudad para oírlo cantar, atraídos por la dulzura de sus gorjeos melodiosos… y renacía la ingenua maravilla del pesebre. Y los villancicos eran más alegres. Y se exaltaba la sonrisa de los niños y florecían coplas de amores. Y se entonaban cantos al héroe. Y se rezaba por el alma del agua. Y se interrogaba con infinita tristeza a los cántaros y al musgo…”

Sobre la producción milanesiana, Luis Eduardo Páez Courvel escribió un incomparable ensayo crítico titulado Interpretación estética y lírica de Adolfo Milanés, que se convirtió en pieza clave para analizar la obra del poeta. Y el doctor Lucio Pabón Núñez, en 1982, al posesionarse como Miembro de Número de la Academia Colombiana de Historia, presentó la ponencia Valores intelectuales de Ocaña: El romántico Adolfo Milanés y el crítico Luis Eduardo Páez Courvel (Separata del Boletín de Historia y Antigüedades, Vol. LXIX, Nº 730. Kelly, Bogotá, 1982), donde también hace certero análisis de la vida y obra de Milanés, concluyendo, con Páez Courvel que “para estudiar las estética de Milanés, se olvidó de todo, absolutamente de todo, menos de la belleza`”.

Colegio Milanés, construido en terrenos que ocupara
la casona que habitó el poeta. Calle 10, carrera 8

Regionalmente, consideramos a Adolfo Milanés como uno de los exponentes más puros de la lírica comarcana. Apreciemos en la siguiente composición, la profundidad y espontaneidad de sus versos:

LIED

Los hombres nos vamos
y las cosas quedan;
queda lo insensible,
queda la materia.

Y se esfuma la célula activa
que piensa;
y se esbarata el cordaje divino
que vibra y que sueña;
y desaparece la lengua que canta
y el ojo que vela.

Los hombres se van y no vuelven nunca
mas las cosas quedan...

Los hombres vivimos unos pocos soles
y siglos y siglos perduran las piedras.
¡Señor!
¿Por qué viven menos las cosas que viven
y por qué más viven las cosas ya muertas?

Linda mujercita
que el ámbito oscuro de mi vida alegras,
dame pronto el licor que del labio
es miel que se acendra,
porque yo me voy, me voy y no vuelvo,
y las cosas quedan.

Sobre el poeta Euquerio Amaya, conocido en las letras como Adolfo Milanés, se han escrito varios ensayos literarios, entre ellos, la Interpretación estética y Lírica de Adolfo Milanés (1935), de Luís Eduardo Páez Courvel, y Valores intelectuales de Ocaña (1982), de Lucio Pabón Núñez, este último trabajo presentado por su autor ante la Academia Colombiana de Historia, durante su posesión como Miembro de Número. El Dr. Freddy Trillos Vergel publicó también un corto ensayo sobre el poeta, en 1987, denominado Reflexiones sobre Adolfo Milanés, el poeta ocañero por antonomasia (VII Anuario Pontificia Universidad Javeriana. Bucaramanga, 1987), que pretende otro acercamiento psicológico a la obra de Milanés.

Existen, naturalmente, otros trabajos y comentarios críticos sobre Milanés, que se acercan más a la apología de lo local, que a la verdadera concepción crítica de la integralidad de la obra milanesiana. La mayoría de las veces, sólo vemos a Adolfo Milanés como poeta, muy pocas como periodista y menos aún como político, defensor a ultranza de un ideario partidista de la más pura estirpe del liberalismo radical del siglo XIX.

Milanés publicó las siguientes obras: Curvas y rectas (Bogotá, 1930), y Ocaña por dentro, obra póstuma que vio la luz gracias al escritor Alejo Amaya Villamil, en 1932. No nos ha sido posible consultar el periódico Ideas, donde aparecen sus escritos políticos, sobre los cuales se hace imprescindible un análisis profundo para lograr una aproximación certera a su pensamiento político. El mismo doctor Ciro Alfonso Lobo Serna, de la Comisión de la Biblioteca de Autores Ocañeros, señalaba que: “Falta el análisis de sus escritos políticos, en los que lucían el polemista vigoroso y el comentarista sarcástico” (1). El historiador Jorge Meléndez, al referirse al poeta en su primer libro, titulado La región de Ocaña y su desarrollo (2), acude al comentario centrado en un Milanés dedicado a la tradición. Dice así, el profesor Meléndez, al referirse a Ocaña por dentro: “Se trata de una antología en prosa y en verso, donde la tradición halló caminos religiosos, culturales y personales. El tema lo daba el momento, el suceso por devorar. Se recubría de pasado y todo era importante; la medida de la trascendencia la daba el cura, el albañil, el amigo; la inspiración la daba unos alcoholes o la borrachera del mismo ambiente”. En síntesis, Meléndez Sánchez, pone a Milanés como el exponente de una expresión trágica, anquilosada y tradicional. Agrega más adelante el historiador: “Milanés es uno de los exponentes de la mentalidad ocañera y, por lo tanto, exponente de una cultura maniatada por la geografía y por un ir y venir sin salida. De allí que su nombre esté unido, unas veces, a la remembranza terrígena del migrante y, en otras, a la justificación de una calle empedrada, de una casa vieja y hasta de un escrito más sobre la patria chica…”

El cronista y poeta Ciro A. Osorio Quintero, al referirse a Milanés, durante la inauguración de la Escuela “Adolfo Milanés, lo exalta como ser humano y como poeta, indicando la tragedia de la existencia del bardo ocañero; otros escritores, como Carnevali, siempre hicieron referencia al Milanés poeta, al lírico por excelencia, olvidándose del prosista y del político y de las fuentes donde bebió su conocimiento.

Es importante destacar, que la época en la cual se desarrolló la infancia y la juventud de Euquerio Amaya, estuvo signada por las confrontaciones bipartidistas armadas. Entre 1882 y 1931, se produjeron contiendas civiles, entre ellas, la famosa y aterradora Guerra de los Mil Días que dejó al país desbaratado y a los hogares colombianos de luto. Adolfo Milanés, era liberal, como se sabe. La Ocaña de finales del siglo XIX, bajo la política económica del Librecambio, florecía en desarrollo material y la cultura y la educación mantenían índices elevados. De Europa llegaban textos en francés e italiano, y de Estados Unidos, obras en inglés que los usuarios ocañeros compraban y leían con deleite. La dirigencia política y los intelectuales, hablaban o escribían francés e inglés y tenían amplios conocimientos de gramática, de retórica, de literatura universal y colombiana. Es decir, aquella Ocaña era una Ocaña culta que gozó de las bondades de la cultura universal que entraba por Puerto Nacional desde la Costa Norte, proveniente de Europa y los Estados Unidos, antes que los libros llegaran al centro del país. La ciudad contaba también, por aquellos días, con librerías que facilitaban el acceso a las publicaciones por parte de las gentes. Los autores franceses eran los predilectos de nuestras viejas generaciones. Así se acercaron los miembros del grupo de Los Felibres, a la literatura de Francia, en especial, al movimiento literario provenzal aparecido a mediados del siglo XIX, en Europa.

La palabra FELIBRE, viene del provenzal FELIBRIGE, “el que hace o compone libros”, y en bajo latín, la palabra FELIBRIS, designa al niño de pecho (de FELLARE, mamar, que dio FILIUS). La institución del FELIBRISMO, se debe originalmente al poeta y filólogo provenzal FEDERICO MISTRAL, nacido en Maillane (Bocas del Ródano) el 8 de septiembre de 1830 y fallecido en le misma ciudad el 25 de marzo de 1914. Mistral se propuso crear un poema épico que refejara la vitalidad de su región y rescatara, de paso, la lengua de OC, reflejando la mística legendaria de los trovadores medioevales y la filosofía mística de los antiguos Cátaros. Con este fin, elaboró el poema MIREIO, y junto con su colega de letras José Roumanille, se dio a la tarea de conformar un grupo de poetas, con los cuales se fundó el movimiento FELIBRIGE, el 21 de mayo de 1854. Los fundadores de este movimiento, fueron: Pablo Giera, José Roumanille, Teodoro Aubanel, Anselmo Mathieu, Brunet, Alfonso Tavan y Federico Mistral. Como el nombre de trovadores no les pareciera adecuado, Mistral propuso el de FELIBRES, denominación con la cual eran conocidos, en la antigua lengua prvenzal, los doctores de la Ley en el Antiguo Testamento.

La defensa de la lengua provenzal y el nacionalismo, fueron, pues los objetivos centrales de los Felibres originales. Adoptaron la defensa de la región y el cuestionamiento constante al estado de cosas que se vivía por aquel entonces. Recordando, tal vez, a los sacrificados Cátaros, que sucumbieron casi todos ante el ataque de las fuerzas católicas del Papa, los Felibres ocañeros se convirtieron en furibundos anticlericales, hecho que se facilitó por su convicción liberal radical. Milanés, sobre todo, era un fiel seguidor de las ideas liberales y admirador del general Rafael Uribe Uribe. Su amena crónica, como todas las suyas, denominada “Por falta de pantalones no fui a la guerra”, nos acerca a su convicción política liberal a la edad de 17 años. La Ocaña culta de finales del siglo XIX, se caracterizaba también por su marcado conservadurismo y por la gran influencia que el clero ejercía sobre la comunidad. Milanés, y los demás Felibres, aborrecían las mentalidades vulgares, circunscritas únicamente a la cotidianería provincial. Al respecto, dice Páez Courvel: “Le exasperaba la mezquindad, el egoísmo, la ingratitud y todo aquello que no estaba a nivel con su copiosa bondad y su aquilatado corazón… Su manera de hablar era rápida, turbulenta, erizada de sentencias y frívola sabiduría. Dogmatizaba a ratos, con ironía sincera, sabedor de que estaba más cerca de la verdad que los graves menestrales que lo escuchaban”. (3)

Su radical posición política y su comportamiento irreverente, hicieron que la aristocracia lugareña lo marginara de la vida pública. Pese a ello, fue Diputado por Santander y suplente del Senado por el Circuito de Ocaña. Su participación en la prensa local, a través del periódico Ideas, que apareció en 1915, merece un estudio especial.

Pero tratemos de tocar en este estudio, al prosista. Al escritor que, contrariamente a las afirmaciones del profesor Meléndez, tomaba como tema de sus crónicas a las cosas elementales de la vida, a las pequeñas historias locales. Su manejo del idioma, es aceptable, como lo era el de los intelectuales viejos. Las historias se dejan leer y, aún más, nos obligan a devorarlas por lo amenas, ricas en anécdotas y en datos históricos que hoy conocemos, precisamente, gracias a su formidable pluma. Gracias a sus Crónicas de la Mia Ciudad, hoy conocemos el por qué de los nombres de los barrios antiguos de Ocaña, las andanzas de Santander en Villa Barbosa, el encanto del Colegio de la Presentación y los nombres de ocañeros y ocañeras distinguidos. Muchos escritores de fama mundial, han tocado estos temas sencillos y aparentemente intrascendentes, dándoles la altura que amerita el quehacer humano que no por lo sencillo es baladí. Milanés entendió la grandeza que se esconde en las pequeñas cosas de la vida y marcó una pauta para recordarnos nuestra herencia y nuestra identidad.

Si fue grande como poeta, también lo fue como prosista y como exponente de una ideología política que no comulgaba con la mediocridad ni con la discriminación social y económica.

Ocaña, 22 de febrero de 2012

____________

(1) LOBO SERNA, Ciro Alfonso. Prólogo a la obra Los Cronistas. Biblioteca de Autores Ocañeros, Vol. 13, 1974, p. 10.
(2) MELÉNDEZ SÁNCHEZ, Jorge. Ocaña, la región y el desarrollo. Ecor, Bogotá, 1978.
(3) PÁEZ GARCÍA, Luis Eduardo. Historia de la Literatura en la Región de Ocaña. Jaguar Group Producciones. Bogotá, 2011.

viernes, 17 de febrero de 2012

EL BARRIO DE LA COSTA, SU HISTORIA Y SU PATRIMONIO CULTURAL


Fotos de la Calle del Embudo, uno
de los epicentros de las aparciones de
Don Antón,el "Jinete fantasma"

Por Luis Eduardo Páez García
Academia de Historia de Ocaña

La ciudad de Ocaña, fundada el 14 de diciembre de 1570 por el Capitán Francisco Hernández (o Fernández), se establece sobre un valle irregular cuyo sector plano, va aproximadamente entre los actuales barrios de San Francisco y San Agustín, de sur a norte, y entre las calles Real (Calle 11) y Calle de la Amargura (Calle 12), de oriente a occidente. Es en este sector donde surge la primera estructura urbana de la ciudad y los primeros barrios: el Centro, San Francisco y San Agustín. Un antiguo plano de Ocaña, que data de 1578, nos muestra la primitiva distribución de las manzanas centrales, en torno a la Plaza Mayor (hoy Plaza del 29 de mayo), divididas, e su vez, en cuatro solares.


Plano de Ocaña de 1578
Archivo de la Real Biblioteca de Madrid
Iniciada la a actividad comercial y el avance de los primeros colonos blancos sobre los territorios del actual sur del Cesar, la zona minera de Antioquia y el interior del Virreinato, van a apareciendo nuevos sectores barriales y se forman los actuales barrios de La Playa (hoy La costa), El Tejarito, El Tamaco, La Piñuela, Villanueva, El Llano y El Carretero. La justificación estaba dada en el establecimiento de puntos de cargue y descargue de mercaderías y las herrerías que prestaban servicios a las recuas encargadas del transporte. El poblamiento se va dando, pues, como parte del establecimiento de negocios que prestaban servicios a los arrieros y viajeros de la época.

Sectores como Los Altillos, El Carretero, La Rotina, Cerro de las Ovejas (o Cerro de los muertos), las Alcantarillas, Dulce Nombre, El Mertinete, son también bastante antiguos.

El surgimiento del barrio de La Playa o de la Costa, como lo conocemos hoy, va ligado al abastecimiento de agua potable que tenía como recurso al río Tejo, denominado “río Grande” en épocas antiguas. De hecho, el primer contrato para una obra civil en Ocaña, de que tengamos noticia, lo hizo don Gonzalo de Orta con el Cabildo local, para extraer agua del río y llevarla hasta la plaza principal, en 1575.

Así mismo, durante la época colonial, se establece el Molino de trigo hacia el occidente de este sector (siglo XVII), cuyas estado ruinoso hoy puede observarse.

En febrero de 2005, un comité cívico que se conformó en el barrio de La Costa, trató de conseguir que la Alcaldía de Ocaña declarara al sector como Bien de Interés Cultural de Carácter Municipal, esfuerzo que se vio frustrado por la indiferencia oficial. En este mismo sentido, pero buscando ya una declaratoria departamental, la Academia de Historia había ya oficiado al Dr. Italo Alterio, con fecha 19 de febrero de 2003, solicitando un examen del caso, que incluía también al barrio de Villanueva. Esta solicitud nunca fue atendida debidamente por el entonces Centro Filial de Monumentos Nacionales de Norte de Santander, que funcionaba en Cúcuta.

Dada la relevancia de esta iniciativa, a raíz de los estudios que ya se han hecho para buscar la declaratoria nacional del centro Histórico de Ocaña, como BIC de Carácter Nacional, nos parece muy oportuno reproducir aquí la historia del barrio de La Costa, con el fin de sensibilizar a sus habitantes y a las autoridades municipales, sobre el valor patrimonial del sector, los monumentos históricos que allí existen, su arquitectura tradicional y el acervo humano que dio lustre al barrio y que no debe olvidar la memoria colectiva de las gentes.

HISTORIA

El barrio de La Costa, denominado antiguamente barrio de La Playa, es uno de los sectores urbanos más antiguos de la ciudad. Localizado hacia el centro y sur occidente, comprende las áreas actuales de El Molino, la Favorita y Milanés. Limita al norte, con el barrio de El Tejarito, al sur con Villanueva; al oriente con la calle 10 y al occidente se extiende hasta el área de la Santa Cruz..



Plano del sector de la Costa
Plan de Ordenamiento territorial. 2004

Durante el período colonial, el barrio era el punto de partida del camino que conducía hasta Pueblo Nuevo – Los Ángeles – río Magdalena – zona minera de Antioquia, por la denominada “Trocha de Torcoroma”, “camino al río” o “Camino del Cauca”.

Las primeras menciones históricas del lugar, datan de 1850 cuando llegó a Ocaña la Comisión Corográfica bajo la dirección de don Manuel Ancízar quien describió los resultados de su itinerario viajero, costumbres típicas, aspectos geográficos, sociales y económicos, en su obra Peregrinación de Alpha.

Según el historiador Luis A. Sánchez Rizo (Monografía de Ocaña), en 1893 funcionó en la carrera 10, común a los barrios La Costa y el Tejarito, la primera fábrica de jabón de la ciudad, que era de propiedad de la firma Escobar y Quintero, conociéndose en inmueble donde estaba localizada como “La jabonería”.

Para la década de 1960, conocimos en este mismo sector, la fábrica de velas “El Alba”, de propiedad de la familia Bonett. Igualmente, tuvimos la ocasión de conocer la tradicional tienda de las Angarita y una herrería que quedaba localizada en el costado oriental de la residencia de don Antonio L. García.

El RÍO TEJO, denominado antiguamente Río Grande, fue el recurso hídrico más importante de los ocañeros desde la fundación de la ciudad hasta bien entrada la década de 1960. Este río recorre el barrio de sur a norte, y hoy presenta graves problemas de contaminación por vertimiento en su cauce de aguas residuales a partir del sector de La Pradera.

Obras de descontaminación en el río Tejo
Fotografía de ocaabiodiambiente.blogspot.com

A su paso por el antiguo Molino de trigo, el río Tejo permitió las operaciones de este emplazamiento productivo. En pasadas épocas, el Tejo contribuyó al establecimiento de las pequeñas industrias locales y el oficio de las famosas “lavanderas” que se distribuían en sus riberas.

Es de anotar que el 17 de agosto de 1576 se suscribió un contrato entre Gonzalo de Orta y el Cabildo de Ocaña en el cual “l primero se comprometía a sacar agua del río Tejo y meterla en la plasa (sic) desta cidad…”. Tal documento se encuentra el Archivo Histórico de Ocaña.

EL PATRIMONIO MATERIAL DEL SECTOR

Sector de La Costa entre carreras 8A y 9,
a la izquierda, la "Bajada de Santa Rita" y a la
derecha, la Calle del Embudo.
Fotografía de Carlos Jorge Vega V.

El barrio de La Costa es uno de los pocos sectores de Ocaña que aún conserva buena parte de su arquitectura tradicional. Viejas casonas con patios y huertos floridos, de tapia pisada, cubiertas de madera, caña brava y teja española, calles retorcidas y misteriosas, hacen parte del panorama general del barrio, habitado por gentes trabajadoras que guardan celosamente su legado histórico.

Para facilitar el tránsito entre el barrio y el camino antiguo hacia Pueblo Nuevo, se construyó un puente hacia la década de 1920 sobre el río Tejo, que se ha denominado como el Puente del Tejarito.

Puente de "El Tejarito"

EL MOLINO

Hacia finales del siglo XVII o comienzos del XVIII, durante las etapas iniciales del desarrollo económico de Ocaña, se establecieron molinos de trigo en la región, uno de los cuales quedaba sobre la margen izquierda del río tejo. Este emplazamiento, denominado justamente EL MOLINO, procesaba el grano de trigo que surtía la demanda local y alcanzaba, incluso, a ser exportado hacia la Costa Atlántica, según se desprende los documentos históricos.
Vista de El Molino. Se observa la casona principal

y a la derecha los famosos baños públicos

En 1910, se convirtió en balneario público y persistió como lugar de esparcimiento hasta finales de la década de 1970. Allí se construyeron unos cubículos recubiertos de cerámica que tenían un tubo a través del cual llegaba caudalosa el agua limpia del río. Los fines de semana este lugar se colmaba de visitantes que disfrutaban de un saludable baño y merendaban en una tienda bien surtida que se encontraba también en el lugar. En la parte superior del terreno, en una explanada, se construyó también una piscina.
El Molino. Primer plano el nuevo puente

En 1993, durante la administración del Dr. Luis Eduardo Vergel Prada, se declaró el lugar como Monumento Histórico Arquitectónico Municipal, mediante Decreto 204. Años más tarde, un puente de concreto reemplazó al antiguo que comunicaba el Molino con el sector de la Favorita.

MONUMENTO A LA SANTA CRUZ

En el antiguo Cerro de El Molino, que domina la ciudad en su costado suroccidental, se levanta este monumento. En 1943 se puso la primera piedra y en 1944 se inició su construcción gracias a la iniciativa de don Rafael Pineda G., uno de los habitantes principales del barrio. El día 6 de mayo de 1945 se efectuó su bendición solemne por parte del R. P. Gelvez, en representación del Vicario general, Monseñor Daniel Sánchez Chica.

Monumento a la Santa Cruz

El monumento está constituido por una base de material sobre la cual reposa una esfera que simboliza el mundo y, sobre ella, una cruz. Todo el monumento fue hecho en ladrillo, cemento y hierro, y está encerrado en una cerca, también de material.

Vista del monumento

El monumento fue declarado como BIC de Carácter Departamental, mediante decreto 1144 de 31 de diciembre de 2003, expedido por la gobernación de Norte de Santander.

IGLESIA DE SANTA RITA

Fotografía de la iglesia de Santa Rita
hacia la década de 1950

Arquitectura colonial religiosa que data del siglo XVII. Según la tradición, sirvió como sede a los funcionarios de la Santa Inquisición. En sus terrenos bajos fue descubierto una especie de calabozo en el cual se hallaron restos humanos, grilletes y algunos objetos cuando se estaba construyendo el monasterio de las monjas. El emplazamiento fue nuevamente tapiado y hoy nada se sabe sobre su uso o antigüedad.
Iglesia de Santa Rita en la

“Bajada de Santa Rita”

La Iglesia está localizada en la manzana occidental, frente al Complejo Histórico de la Gran Convención. La tradición oral ocañera vincula esta iglesia con la leyenda del encomendero Don Antón García de Bonilla.

Otra fotografía, más moderna
de la iglesia de Santa Rita

Fue declara como BIC de Carácter Departamental mediante decreto 1144 de 31 de diciembre de 2003, expedido por la gobernación de Norte de Santander.

PATRIMONIO INMATERIAL

FESTIVIDAD DE LA CRUZ DE MAYO

Aunque las razones históricas concretas que se tuvieron para instaurar esta celebración por parte de los cristianos no han sido suficientemente determinadas, muy probablemente obedecen al hecho del hallazgo de la Cruz por parte de Santa Elena, durante el reinado del emperador romano Constantino, o a las victorias que este obtuvo contra los bárbaros al utilizar como símbolo la Cruz, aunque varios historiadores sostienen que se remonta a épocas anteriores y es de origen pagano.

Procesión con el Santo Madero
Fotografía de Mario Castellanos
Lo cierto es que a América llegó con los conquistadores españoles y en Colombia se difundió notablemente.

En Ocaña, la celebración se remonta a la época colonial y se lleva a cabo el 3 de mayo de cada año en el barrio de La Costa. La más antigua mención histórica del acontecimiento está descrita en el obra Peregrinación de Alpha, de don Manuel Ancízar, quien escribía:

Habitantes del barrio celebrando el 3 de mayo
en el monumento engalanado. Foto de Mario Castellanos
"La CRUZ DE MAYO se festeja en el barrio llamado La Playa, situado al pie de la ciudad y a orillas del modesto rio que lleva el pomposo nombre de Grande. Desde las ocho de la noche comienzan a dirigirse allá los curiosos del barrio alto; ellos en el traje común o democratizados con la tolerante ruana, y ellas de pañolón y sombrerito jipijapa, no faltando ciertos grupos de caritas frescas y alegres, custodiadas por hombres vestidos con largos sobretodos negros, ajustados al talle y en las perfumadas cabezas borlados sombreros de nacuma o de fieltro; estos ciudadanos no llevan corbata sino collarín partido en dos zonas, blanca y negra. Los golpes acompasados del sonoro tamboril anuncian desde lejos dónde está el baile; conforme se baja, la gente aumenta en las calles y en las tiendas de yantar, y por último se descubre un remolino de sombreros frente a una puerta de calle que arroja sobre aquel núcleo central de los paseantes copiosa luz emanada de las velas de sebo que alumbran la sala, la cual no es grande ni puede serlo, por cuanto el baile pertenece a la cuarta clase. En el local preside un altarito lleno de flores ocupado por tres cruces que se procuran fabricar primorosamente, como conviene al pretexto de la función, agrupando a su rededor toda la iluminación. En torno de la sala reina, contra las blanquedas paredes, una fila de asientos aforrados en cuero, y encima de ellos la porción espectadora o sea la milicia de reserva en los bailes; el espacio de en medio lo llena la milicia activa congregada y movida por el tamboril, señor absoluto de los clarinetes, que a rato le acompañan perfectamente desacordados. Los bailadores funcionan en mangas de camisa, o en chaquetillas ligeras; las jóvenes sencillamente vestidas sin otro adorno que un esmerado aseo, ni más galas que la risa en los labios, la flexibilidad en los cuerpos y la confianza en el magnetismo animal de que están saturadas. El vals y las enredadas contradanzas que algún enemigo ciego de la armonía de los movimientos nos trajo, hacen el gasto de estos bailes, en que se echan de menos las danzas nacionales, tan nuestras que hasta lo malo de ellas parece bueno…" (Peregrinación del Alpha. Manuel Ancizar. 2ª edición. Arboleda y Valencia Editores. Bogotá, 1914).

Por su parte. Monseñor Manuel Benjamín Pacheco en su Monografía de la Parroquia, describe así la festividad:

“para esta festividad se ponía en escena una pieza atrayente, en la que se representaba el prodigioso hallazgo de la Santa Cruz. La fiesta se regía por riguroso programa, cuyo primer punto ordenaba la misa solemne diaconada y con sermón alusivo a la fiesta. Quedaba también dispuesta para las horas vespertinas la respectiva procesión, en la cual era llevada en hombros la cruz por los mayordomos o promotores de la fiesta. La procesión recorría las tortuosas calles del barrio y visitaba los diez o doce altares preparados al efecto artísticamente… Se construían breves arcos triunfales en los cuales siempre se tenía alguna sorpresa para el momento preciso de pasar la procesión. Los muchachos del barrio ostentaban ese día sus mejores galas, adquiridas con ahorros de su trabajo”.

Una vez construido el monumento de la Santa Cruz, el festejo incluyó la Vía Crucis hacia el cerro donde tenían lugar certámenes deportivos y celebraciones religiosas.

Los habitantes del barrio recorren las calles
anunciando la celebración.
Foto de Mario Castellanos
Para la década de 1940 la fiesta de la Santa Cruz tenía una relevancia especial en toda la sociedad ocañera que contaba con la participación de los intelectuales de la localidad.

La histórica y colonial capilla de Santa Rita fue epicentro de estos festejos tradicionales que incluían misas, novenas y el santo rosario. La banda Municipal de Ocaña, desde su fundación en 1922, participó activamente de estas festividades y las autoridades civiles de la ciudad hicieron lo propio para darle mayor solemnidad y prestancia.

LA LEYENDA DE ANTÓN GARCÍA DE BONILLA

La denominada “Bajada de Santa Rita”, donde está localizada la iglesia del mismo nombre y la “Calle del Embudo”, han sido tradicionalmente vicukadas a la leyenda del encomendero Antón García de Bonilla, cuya figura fasntasmal dicen haber observado los antepasados y los ancianos del sector, recorriendo en veloz potro de fuego estas callejas coloniales.
Antón García de Bonilla. Recreación
de Miguel Páez Pacheco

Don Antón García de Bonilla es uno de los tres o cuatro personajes del mismo nombre, descendientes todos del primer Antón que vino con el fundador de Ocaña en 1570 y participó en el proceso de consolidación de la ciudad. La leyenda, muy probablemente, se refiera al último de esta línea familiar que falleció en su hacienda de San Roque de Aguachica en 1696, y que en vida contribuyó a la traída de los jesuitas para fundar un colegio en la ciudad, y aportó caudales para el establecimiento definitivo de Río de Oro (Cesar).

Antón García de Bonilla,

Óleo atribuido al venezolano Tito Salas (1887-1974),
Colegio Nacional de José Eusebio Caro, Ocaña

La leyenda cuenta que un día, atacadas sus sobrinas por una mortal enfermedad y sin posibilidad de cura en la hacienda de San Roque, el encomendero, desesperado tomó cabalgaduras y viajó hasta Ocaña donde se postró ante la puerta de la capilla de Santa Rita, abogada de imposibles, solicitándole una cura para sus amadas niñas. Prometió a la santa algo de lo cual no nos hablan los viejos cronistas a cambio de que curara a las jovencitas. Al llegar nuevamente a la hacienda, las sobrinas estaban completamente curadas. Pasaron los años, don Antón García envejeció y murió sin cumplir la promesa hecha a Santa Rita. Desde entonces, dicen los ancianos, el encomendero vaga impenitente por las rutas del sur del Cesar y Ocaña, en especial por la “bajada de Santa Rita” y la “Calle del embudo”, en busca de consuelo para su alma atormentada.

La leyenda fue recogida a finales del siglo XIX por don Eustoquio Quintero, más adelante, en la década de 1930, enriquecida literariamente por el cronista Ciro A. Osorio Quintero, y luego por el historiador Mario Javier Pacheco. Incluso, el escritor santandereano Luis Serrano Reyes escribió un guión sobre el personaje que se convirtió en una serie televisiva.

Hoy, el Museo histórico de Ocaña, creado en 1973, lleva el nombre de Antón García de Bonilla y en San Agustín hay una estatua del famoso y legendario encomendero.

SANTA OROSIA, UNA DEVOCIÓN OLVIDADA

Un culto de menor importancia se originó en los años 1877 y 1878, en honor a SANTA OROSIA, "cuya imagen se veneraba en casa de unos señores Machados, que vivían en las cercanías de Ocaña, en el punto de `pie de la cuesta'. Las familias ocañeras solían ir en peregrinación a pagar sus promesas, consistentes en exvotos. Luego fue trasladada la imagen a esta ciudad, en donde con fondos de sus limosnas se le construyó un oratorio en el Barrio de `La Costa'. Allí se le rendían los tributos piadosos. Hoy el retablo pertenece a la Iglesia, por compra que de él se hizo a sus respectivos propietarios, construyéndose una imagen de bulto. Su fiesta se celebra anualmente el 25 de junio". (Monografía de la Parroquia. Manuel Benjamín Pacheco. Biblioteca de Autores Ocañeros Vol. 5. 1970).

Martirio de Santa Orosia. Óleo de
Paolo Calliari, 1796

Santa Orosia es la santa de los “endemoniados” y se venera en la ciudad de Jaca (España), donde se celebra su festejo el 25 de junio. La santa, que debió vivir hacia el siglos VIII, venía desde Bohemia a casarse con un príncipe Visigodo cuando fue fue capturada por tropas islámicas, sometida a martirio y finalmente despedazada por la soldadesca.

Santa Orosia

El retablo a que alude Monseñor Pacheco, desapareció de Ocaña como tántas otras obras de arte colonial y republicano. Desconocemos cómo era exactamente la representación. Por ello, hemos insertado aquí varias muestras iconográficas que reposan en iglesias españolas.

PERSONALIDADES QUE HABITARON EL SECTOR

Cuna o residencia de destacados músicos, literatos, religiosos y empresarios, La Costa ostenta con orgullo su condición de barrio escogido por ilustres ocañeros para habitar allí. Los casos más ejemplarizantes los constituyen el poeta Adolfo Milanés y el maestro Rafael Contreras Navarro, excelente músico y compositor cuya proyección fue más allá de las fronteras departamentales.

Músicos destacados como los Clavijo, los Osorio, los Sánchez y el maestro Carlos Guillermo Lemus Sepúlveda residieron en La Costa.

Actualmente, frente a la iglesia de Santa Rita, vive uno de los viejos bardos ocañeros nacidos en la década de 1910: Don Efrain Jácome Rincón, poeta y miembro de la Academia de Historia de Ocaña.

LOS CENTROS EDUCATIVOS

Funcionan en el barrio: El centro Docente Nº 1 “Adolfo Milanés”, fundado en 1943 en el predio que fuera la casa del poeta Adolfo Milanés. También se levanta allí el Colegio Alfonso López, prestigioso centro educativo que enorgullece a los habitantes del sector. Antes de crearse este Colegio, en este mismo lugar estaba el emplazamiento del Batallón Santander.
Colegio Adolfo Milanés, anexo a la Institución

Educativa Col. Nacional de José Eusebio Caro

El Colegio Adolfo Milanés. El 16 de septiembre de 1943 se inauguró este centro educativo con el nombre de “Escuela Modelo Adolfo Milanés”. Llevó la palabra el escritor y periodista Ciro A. Osorio Quintero. La escuela comenzó labores en 1944, bajo la dirección de doña Elisa Barrera de Navarro.
Instituto Alfonso López

El Instituto Técnico “Alfonso López” fue creado mediante Ordenanza Nº 48 del 29 de noviembre de 1958, gracias a la iniciativa del dirigente político Bernardo Silva Gómez. Sólo hasta 1964 pudo ejecutarse la disposición y en este mismo año comenzó su funcionamiento, siendo Secretario de Educación de Norte de Santander el Dr. Silva Gómez. Inicialmente funcionó en el barrio de las Llanadas, luego, en la sede antigua del Colegio de Fátima (Casa Consistorial), después en el barrio de El Tamaco, y en 1973 pasó al barrio de La Costa - Tejarito, instalaciones del Batallón Santander.

CRONOLOGÍA HISTÓRICA DEL BARRIO DE LA COSTA

1916. ''El señor Presbítero Alejo Conde L., hijo de Ocaña, siendo cura de Buenavista (Ocaña), se interesó vivamente en conseguir para esta ciudad la tapa del árbol en que apareció Nuestra Señora de Torcoroma, en que está estampada la imagen en bajo relieve. Esta tapa se hallaba en la iglesia de Simití y el padre Conde la obtuvo ofreciendo suministrarles un púlpito de madera. La entrada de la precesión que conducía la imagen fue suntuosísima, se efectuó a las 4 y media de la tarde del día 13 de diciembre de 1916 por la Calle de la Igualdad, en medio de la mayor parte del clero de la Provincia y de un numeroso concurso. Presidía la procesión el R. Cura de Ocaña Pbro. D. Guillermo Fajardo Castañeda. Las calles por donde la efigie debía pasar estaban lujosamente adornadas de cortinajes y banderolas. En una de las paredes de la casa de propiedad de la Sra. Diega Morales de García, en el barrio de la Costa se ostentaba un bellísimo letrero en flores naturales que decía: ´Salve, Virgen de Torcoroma ''. (Historia de la Región de Ocaña. Luis Eduardo Páez García. Jaguar Group Producciones. Bogotá, 2009).

1930. Se funda la segunda fábrica de gaseosas, por iniciativa de don Jorge H. Navarro, en el barrio de La Costa, cerca al río Tejo. Fue la FÁBRICA DE GASEOSAS FAVORITA, elaborada con ''agua pura del Trianón'', según rezaba la publicidad de la época.

1943. En el mes de diciembre, tiene lugar la bendición de la primera piedra del monumento a la Santa Cruz, en el cerro de El Molino. El acto estuvo presidido por el Administrador Apostólico Monseñor Daniel Sánchez Chica, el doctor Luis F. Pabón Portilla, y amenizado por la Banda "El Progreso". Así mismo, colaboraron con los actos, miembros del Batallón Cartagena, del Ejército Nacional. La iniciativa de construir este monumento, fue de don Rafael Pineda G., uno de los habitantes principales del barrio de La Costa.

1945. El 6 de mayo, se efectuó la bendición solemne del monumento a la Santa Cruz, dándosele este nombre al antiguo cerro de El Molino. El R.P. Gelves fue el encargado de impartir la bendición, en representación de Monseñor Daniel Sánchez Chica. En el solemne acto, tomó la palabra don Luis A. Sánchez Rizo, secretario del entonces Centro de Historia de Ocaña. El monumento está constituido por una base de material sobre la cual reposa una esfera que simboliza el mundo y sobre ella una gran cruz. Todo el monumento fue hecho en ladrillo, cemento y hierro.

2004. 30 de abril. El Comité Cívico Cultural del Barrio de La Costa, bajo la dirección de Mario Castellanos Chinchilla y Fernando Sánchez Barbosa, organiza la II Exposición de pintura en la Calle de El Embudo.

BIBLIOGRAFÍA

ANCÍZAR, Manuel. Peregrinación del Alpha. 2ª edición. Arboleda y Valencia Editores. Bogotá, 1914.
PACHECO, Manuel Benjamín. Monografía eclesiástica de Ocaña. Biblioteca de Autores Ocañeros, Vol. 5 1970.
PÁEZ GARCÍA, Luis Eduardo. Justificación histórica del antiguo barrio de La Costa, como área de especial interés patrimonial del municipio de Ocaña. Documento anexo a una solicitud hecha al Alcalde Municipal. 2005.
PÁEZ GARCÍA, Luis Eduardo. Historia de la Región de Ocaña. Jaguar Group Producciones. Bogotá, 2009.
PÁEZ GARCÍA, Luis Eduardo. Ocaña: tradiciones, leyendas y costumbres de una provincia colombiana. Inédito.
SÁNCHEZ RIZO, Luis A. Monografía de Ocaña. Biblioteca de Autores Ocañeros, Vol. 5. 1970.



martes, 14 de febrero de 2012

EL OBISPO DE OCAÑA, NUEVOS CUESTIONAMIENTOS


UNA HISTORIA QUE NO DEBE REPETIRSE

El Diccionario de la Lengua Española (2005), Espasa - Calpe, señala en su acepción Nº 7 de la palabra "Persona", lo siguiente: "Persona grata o non grata. La que es bien o mal aceptada o recibida en una comunidad o grupo". Aclaramos esto, porque en reciente comunicado del Presbiterio ocañero, los redactores trataron de desviar la determinación del H. Concejo de Río de Oro (Cesar) de declarar al Obispo de Ocaña "Persona No grata", hacia una interpretación propia de los protocolos frecuentes en la diplomacia. Por ahí no es la cosa.

No es la primera vez que Monseñor Jorge Enrique Lozano Zafra se ve envuelto en este tipo de sucesos lamentables. El primer hecho, tuvo lugar en 2006, a raíz de la persecución que emprendió contra sacerdotes católicos y uno ortodoxo, que produjo gran conmoción social.

Seguidamente, insertamos copias de aquellos documentos, para que el lector juzgue el estado de cosas que ha motivado todo un proceso de deterioro de las relaciones del Obispo de Ocaña con las comunidades regionales.

Nada de lo aquí publicado es contrario a la Verdad. Muchos sacerdotes lo saben y también varios Obispos y Arzobispos de Colombia a cuyas manos han llegado los documentos remitidos por los sacerdotes afectados y por la sociedad civil.

La historia está haciendo su juicio inexorable, porque jamás en la historia diocesana de Ocaña se había visto un caso similar. No han sido odios, ni rencores, ni ojerizas las que han movido a las gentes, a periodistas y columnistas, a ciudadanos del común, a cuestionar lo que viene ocurriendo. Han sido los hechos concretos y documentados lo que generaron un problema que la jerarquía colombiana no fue capaz de atender a tiempo.

PRIMER MEMORIAL ENVIADO AL NUNCIO APOSTÓLICO BENIAMINO STELLA. 28 de noviembre de 2005.





SEGUNDO MEMORIAL ENVIADO AL NUNCIO APOSTÓLICO. 18 DE ENERO DE 2006.





Con fecha 2 de enero de 2012, el H. Concejo Municipal de Río de Oro aprobó una proposición declarando “Persona no grata” a Monseñor Jorge Enrique Lozano Zafra, Obispo de la Diócesis de Ocaña. Siete contundentes considerandos respaldan el documento cuyas copias fueron enviadas a la Conferencia Episcopal y al Nuncio del Papa, solicitando, de paso, en envío de un Visitador Eclesiástico para que se apersona de una situación que ya es de vieja data, pero cuyos efectos nefastos en las comunidades de católicos de Río de Oro, Ocaña y el resto de la antigua Provincia de Ocaña, no cesan de recibirse, creando una atmósfera de malestar que se une a los ya crónicos males sociales, políticos y económicos por los que atravesamos.

Hitos, en esta historia negra que muy bien conocen las comunidades y el pueblo, en general, han sido, por ejemplo, el tratamiento que el Obispo dio a Monseñor José Francisco Rodríguez (q.e.p.d.); los intentos (fallidos, gracias a Dios), de atropellar a Monseñor Estanislao Salazar Mora; las retaliaciones y persecuciones contra Monseñor Leonel Antonio Pineda Guerrero, y los sacerdotes Germán Sarabia y Lino Cortés; y, finalmente, y para no hacer tan extensa esta nota, el tratamiento dado al pueblo digno de Río de Oro y a su sacerdote R. P. Tulio Grimaldo Sánchez, hecho que colmó la copa de la paciencia de la sociedad civil de este hermano municipio del sur del Cesar.

Los siete considerandos que contiene la referida proposición, son una muestra palmaria de una parte de lo que Monseñor Lozano Zafra ha hecho. Muchas otras cosas, repudiables desde todo punto de vista, hacen parte de un voluminoso paquete de documentos que reposa en los archivos de la Academia de Historia de Ocaña, así como las notas enviadas a la Conferencia Episcopal y a la nunciatura, desde 1999, que o no fueron atendidas debidamente o que ni siquiera merecieron un pronunciamiento oficial.

El caso, pues de Río de Oro, que debemos señalar como ejemplar y valiente conducta cívica, es apenas el resultado de todos estos años de una pésima administración eclesiástica que las gentes todas de la región – excepción hecha de los áulicos – ansían que termine lo más pronto posible. Algún amigo me decía que esos eran problemas puramente religiosos. Ello no es cierto. La población de la región de Ocaña es mayoritariamente católica y estos asuntos que se desprenden de la actividad del Obispo de la Diócesis, tocan directamente la tranquilidad y la convivencia ciudadana. Porque la Iglesia no es de los jerarcas sino que está inmersa en el alma popular que vive y siente, que sufre o se alegra con las ejecutorias de sus sacerdotes y con los malos pasos que han dado algunos, alejándose de Dios y de su Doctrina.

Así como muchos ciudadanos ya se han manifestado a través de la red de internet, otros lo han hecho con documentos escritos, como el enviado por nuestro amigo José Nelson Rodríguez Melo a la Fundación CARO, donde se lee: “A la extorsión, boleteo, secuestros, violación de todo el Código Civil y Penal perpetrado por los grupos al margen de la Ley, debemos agregar la encarnizada persecución contra algunos insignes miembros del Clero Católico a quienes se les ha conculcado todos sus derechos humanos, se les ha cercenado todos sus privilegios Eclesiales, se les ha separado de sus Iglesias y negado hasta la asistencia social en salud, se les ha pisoteado su dignidad de pastores de la Iglesias, ya no le queda más castigos para aplicarles y precisamente por parte de los jerarcas del Clero regional del Norte de Santander, con sede en nuestra ciudad, con jurisdicción en la Provincia de Ocaña y Sur del Cesar. Todo como reviviendo la funesta Inquisición que quiso acallar el derecho al libre discernimiento, pero que fue derrotada por el sentido común y la comprensión entre los seres humanos y relegada al más olvidado rincón de la historia de la humanidad, funesta época de ingrata recordación".

EL OBISPO Y LOS PERIODISTAS DE OCAÑA

En nuestros archivos, reposan estos documentos, suministrados por los propios periodistas, que dan una idea de lo que para el Obispo Lozano Zafra significa la Libertad de Prensa:




ECOS DEL CONFLICTO EN EL DIARIO LA OPINIÓN DE CÚCUTA:



Guardamos gran admiración y respeto por la Iglesia Católica. muchos de cuyos representantes fueron o son hijos de la antigua Provincia de Ocaña. Sacerdotes cultos, entregados en cuerpo y alma a su misión apostólica, se destacaron en la historia de la Iglesia colombiana y en la regional y su legado de lucha, de trabajo constente, de amor por el prójimo, fue uno de los fundamentos para que se creara la Diócesis de Ocaña, hace ya 50 años, cuyos primeros Obispos, Monseñor Rafael Sarmiento Peralta e Ignacio Gómez Aristizábal, fueron ejemplos dignos.

Sus nombres serán recordados con afecto, por siempre. 


sábado, 11 de febrero de 2012

EFEMÉRIDES IMPORTANTES REGIÓN DE OCAÑA. FEBRERO

1 de febrero de 1950, fallece don Santiago Rizo Lemus, abogado y dirigente político, casado con doña Agripina Lobo de Rizo, padres del doctor Santiago Rizo Lobo, eminente jurisconsulto, periodista y hombre público.
1972. El 1 de febrero se inicia el barrio Buenos Aires, al nor oriente de Ocaña, cerca a los famosos pozos de Las Pailas. Uno de sus primeros pobladores fue don Pío Quesada. Pese a las dificultades sufridas inicialmente debido a la falta de adecuados servicios, el sector fue creciendo de manera ordenada y hoy es uno de los barrios mejor presentados de la ciudad.
2008. 2 de febrero. Se produce en Ocaña el anunciado Consejo Comunal Nº 188, con el Presidente de la República, doctor Álvaro Uribe Vélez. En medio de estrictas medidas de seguridad, se concentraron en los predios de la Universidad Francisco de Paula Santander, el gobernador de Norte de Santander, varios alcaldes del departamento, el Defensor Nacional de Pueblo, doctor Volmar Pérez, concejales, congresistas, diputados, representantes de los sectores de salud, cultura, medio ambiente, el agro, la educación, Presidente de la Asociación de Municipios de la Provincia y, por supuesto, varios ministros del despacho y directores de institutos descentralizados, que atendieron los requerimientos de la comunidad en las diversas temáticas que preocupan a los habitantes de la región.

El Presidente Uribe en Ocaña

Como aspectos a destacarse, señalemos el de la red vial secundaria y los graves problemas de comunicación que afrontan municipios como El Carmen y la zona del Catatumbo. Habiendo surgido, por iniciativa del doctor Uribe Vélez, el tema histórico de las Ibáñez, la señora Martha Pacheco, Coordinadora de los Vigías del Patrimonio, aprovechó la ocasión para plantearle al mandatario de los colombianos la necesidad de incluir a Ocaña en el Programa Nacional de Recuperación de Centros Históricos, a lo cual se comprometió el Presidente dejando constancia de ello en el acta del Consejo Comunal. Así mismo, el mandatario prometió hacer presencia durante los actos de conmemoración de los 180 años de la Convención de Ocaña. Se abrió así, la posibilidad de contar, para la semana del 7 al 11 de abril, con la presencia de la señora Ministra de Cultura, doctora Paula Marcela Moreno Zapata y de los encargados del Bicentenario de las Independencias, por parte del gobierno nacional.

Resultados de esta visita, fueron el inicio de las semanas culturales de la Gran Convención, la creación de la Ruta Turística de la Gran Convención y del centro Municipal de Memoria.

3 de febrero de 1832. Nace en Puerto Nacional, de Ocaña, el expresidente Guillermo Quintero Calderón, quien fuera destacado militar, dirigente político y escritor.

General Guillermo Quintero Calderón

1956. El 3 de febrero fallece el escritor Elías Pérez Ramírez, quien había nacido en Convención el 20 de julio de 1918. Fue colaborador de la Revista de Folklore, de la Revista de Indias y de los periódicos El Siglo y Diario de la Frontera de Cúcuta. Autor de la Monografía del Municipio de Convención y dos estudios folclóricos.

1955. 3 de febrero. Se posesiona como rector del Colegio Nacional de José Eusebio Caro, don José María Peláez Salcedo, pedagogo e intelectual nacido en Ábrego.

Don José María Peláez Salcedo

4 de febrero de 1940. Se funda el Asilo de San Antonio. EL ASILO DE ANCIANOS DE SAN ANTONIO. El 4 de febrero se inaugura esta entidad de beneficencia, quedando bajo la dirección y cuidado de las Hermanas de los Pobres de San Pedro Claver. Don Luis A. Sánchez Rizo, quien fuera uno lo de los benefactores e impulsores de la obra, señala que: ''Fue su primera directora la R.M. Norberta de San José a quien acompañó la R.H. Elvira, que después fue superiora en dos ocasiones distintas y se le recuerda con gratitud. La idea del Asilo la concibió el R. Padre Manuel Benjamín Pacheco, siendo Párroco de Santa Ana cuando fue decretado un auxilio para la celebración del primer centenario de la Gran Convención, de cuya Junta era Presidente''. La ceremonia de inauguración estuvo presidida por el Obispo de Santa Marta, Monseñor Joaquín García Benítez.

4 de febrero de 1977. Fallece en Ocaña Carmen Noel Paba Forero, músico y compositor nacido en Convención el 4 de septiembre de 1931.

Hijo de Anastasio Paba y Teófila Forero de Paba. Cursó estudios en la antigua Escuela de Música de Ocaña y en el Conservatorio de Santander. Gran pedagogo musical, se desempeñó como profesor de la Escuela de Bellas Artes “Jorge Pacheco Quintero” de Ocaña (instrumentos de viento). En Bucaramanga se vinculó a la Banda Departamental en la década de 1960. Hizo parte también de la Orquesta Los Diablos de Ritmo, que dirigiera "“Peyo" Torres. Con esta agrupación efectuó giras por Venezuela, Ecuador y otros países latinoamericanos. Fue fundador de la Orquesta “La Sonora del Norte”.

Entre sus composiciones, se cuentan: Magally (danza), Yanire” (pasillo), Vives en mí (vals), Saltarín (pasillo), “Penas y alegrías (Pasillo), Arenales (pasodoble), etc.

10 de febrero de 1867. Fallece en Agua de Dios el poeta ocañero Daniel Cardona.

10 de febrero de 1924. Nace en Otaré Carlos Guillermo Lemus Sepúlveda, músico y compositor. Hijo de Tiberio Lemus Lemus y Leonor Sepúlveda de Lemus. Sus inicios musicales datan de temprana edad. A los trece años ya ejecutaba un “alto en mi bemol”, instrumento de viento de tesitura media.

Banda Municipal de Ocaña, triunfadora
en la ciudad de Paipa. Al centro, el maestro
Carlos Guillermo Lemus

En 1938 se vincula a la Banda de Otaré y luego a la Banda Municipal de Ocaña (1944), ejecutando la tuba y después el clarinete, instrumento este del cual es magnífico ejecutante. En Ocaña permanece hasta 1962, año en el que viaja a Bucaramanga para integrarse a la Banda Departamental de Santander como ejecutante del clarinete requinto y más tarde de los saxofones soprano y tenor.

Desde 1981 hasta 1989, Lemus Sepúlveda ocupo con brillantez el cargo de Director de la Banda Municipal de Ocaña, propiciando el triunfo de ésta en el XV Festival Nacional de Bandas celebrado en Paipa en septiembre de 1989.

El 10 de febrero de 1942 aparece el periódico Favonio, publicado en Convención por el intelectual Ezequiel Quintero Solano. A la fecha, ha sido el órgano periodístico más destacado de este municipio.

11 de febrero de 1997. Aparece el primer ejemplar del periódico “Ocaña Siete Días”. El nombre anterior de este semanario, que era “Rizoma”, se le da al magazín literario del nuevo órgano periodístico. Directores: José Luis Rincón Haddad y Richard Rincón Haddad; jefe de redacción, Wilson Enrique Ramírez; Jorge Mariano Camacho, Rodolfo Valenzuela (ilustrador) y Yurley Vergel. El antiguo periódico Rizoma, de los mismos directores, llegó hasta el número 85 y tuvo 9 años de existencia.

2003. El 11 de febrero se inaugura el auditorio de la Academia de Historia de Ocaña en su sede del Complejo Histórico de la Gran Convención, con los Conversatorios de Historia regional.

Pintura mural que se encuentra en el
Auditorio de la Academia de Historia de Ocaña

13 de febrero de 1913. Aparece la publicación “La hojita parroquial”, del padre Francisco C. Angarita.

2002. El 13 de febrero el Club Rotario Ocaña Primaveral expone ante una Comisión de la Academia de Historia de Ocaña el proyecto de recuperación del Parque del 29 de mayo. Asistieron los académicos Rigoberto Acero y Luis Eduardo Páez, y la señora Martha Pacheco, Vigía del Patrimonio Cultural.

Columna de la Libertad de los Esclavos,
Plaza del 29 de mayo

14 de febrero de 1857. Se disuelve la Provincia de Ocaña debido a los enfrentamientos militares entre conservadores y liberales de la región. Su creación produjo positivos resultados en el desarrollo de toda el área. "Ley 64.- Mayo 29 de 1849 - creando la Provincia de Ocaña.- El Senado y Cámara de Representantes de la Nueva Granada, reunidos en Congreso, - Decretan: Art. 1o. .- Los distritos parroquiales de Ocaña, Río de Oro, Convención, Loma de Indígenas, San Antonio, Brotaré, Teorama, La Cruz, Aspasica, La Palma, Pueblo Nuevo, Buenavista, Los Ángeles, Loma de Corredores, Aguachica, Puerto Nacional, Simaña, San Bernardo, Badillo y Tamalameque, formarán una Provincia que se denominará Provincia de Ocaña, y su capital será la ciudad de este nombre. Art. 2o. El Gobernador de Ocaña gozará del sueldo anual de nueve mil seiscientos reales; y el de Mompós de doce mil reales, Art. 3o. - El Secretario de la Gobernación de Ocaña gozará del sueldo anual de cuatro mil reales; un Oficial de tres mil doscientos, y un Escribiente-portero dos mil doscientos cuarenta reales. Art.4o. - Se asignan para local y gastos de escritorio de la Gobernación de Ocaña mil doscientos reales anuales. Art. 5o. - La Provincia de Ocaña nombrará los Representantes y Senadores que le correspondan con arreglo a la Constitución y a la población que contenga. Art. 6o.- La Provincia de Ocaña se incorpora al Distrito Judicial de Guanentá - Dada en Bogotá, a 28 de mayo de 1849.- El Presidente del Senado, J.I. de Márquez.- El Presidente de la Cámara de Representantes, Mariano Ospina.- El Secretario del Senado, Pastor Ospina.- El Representante Secretario, Juan Antonio Calvo.- Bogotá 29 de mayo de 1849.- Ejecútese y publíquese (L. S.).- El Presidente de la república, José Hilario López.- El Secretario de Relaciones Exteriores, José Acevedo" 29. El Cabildo de Ocaña, como reconocimiento a esta Ley, dio a la Plaza Mayor el nombre de Plaza del 29 de mayo. Al frente de la gobernación provincial, el gobierno colocó al prócer Pedro Alcántara Ibáñez Arias, hermano de doña Nicolasa Ibáñez.

Compañía Fundadora del Colegio de las Hermanas de la Caridad, sociedad anónima registrada legalmente el 14 de febrero de 1880. Esta Compañía estaba integrada por los señores Manuel Roca Rincón, Ricardo Rodríguez r., Ramón Anaya y Rubio, Pbro., José Domingo Jácome Monroy, Miguel A. Duque, Manuel Conde Ribón, Gregorio Quintero, Miguel A. Duque, Diego Alejandro Jácome, Manuel María Ujueta, y Juan Crisóstomo Pacheco. las gestiones para llevar a cabo esta obra fueron encomendadas a la firma Ribón & Corral, con sede en París, obteniéndose como resultado la sanción de la Ordenanza Nº 5 de 26 de julio de 1888, por la cual se creó el Colegio de Enseñanza Superior para señoritas en la ciudad de Ocaña. Era a la sazón, Gobernador de Santander, el general Guillermo Quintero Calderón. La primera sede de este Colegio, fue un inmueble del municipio localizado en donde hoy se encuentra la Escuela de Bellas Artes; en 1890, se trasladó al convento de San Francisco y de allí, en épocas recientes, al barrio de la Primavera.

Llegada de las hermanas de la Presentación
A Ocaña. Recreación en el Desfile de los Genitores

14 de febrero de 1919. Fallece el general Guillermo Quintero Calderón. Militar, político y escritor quien había nacido en Puerto Nacional el 3 de febrero de 1832. Ejerció la presidencia de la República durante 5 días, en 1897. Dejó una interesante obra denominada «Apuntes históricos de la antigua Provincia de Ocaña», publicada en Ocaña en 1905. Luchó al lado de Mosquera contra el general Melo en 1854. En 1860 actuó en favor del gobierno de la Confederación Granadina al lado de Leonardo Canal. Participó en la batalla de La Humareda en 1885 venciendo a los radicales revolucionarios. Fue activo funcionario del gobierno del Dr. Rafael Núñez, Representante a la Cámara y Senador, así como Gobernador del Estado de Santander. En esta época, contribuyó de manera significativa a la llegada de las Hermanas de la Presentación, en 1888.

1991. El 14 de febrero se produce en Bucaramanga el deceso del periodista y escritor don Zajia Numa, autor de la obra Libaneses Sirios y en Ocaña, que recoge la historia de la migración sirio libanesa a la Provincia de Ocaña y los acontecimientos destacados de aquellos años. Don Zajia Numa, propietario de la Imprenta "Torcoroma", en la ciudad, fue uno de los personajes que se destacó por su apoyo a las causas de la civilidad y la cultura locales. Su fallecimiento enlutó la sociedad ocañera y al periodismo local.

''A la 1 de la tarde del día 15 de febrero de 1917, se incendió totalmente el Puerto de Gamarra, salvándose sólo la Bodega Ocaña. La telegrafía siguió funcionando en la montaña con dos aparatos salvados del incendio''.

15 de febrero de 1970. Fallece en Miami (Florida), el escritor Felipe Antonio Molina, quien fuera secretario privado del doctor Laureano Gómez y autor, entre otras obras, de Las proyecciones sindicalistas, Biografía y determinismo, Muros de la ciudad, La goleta Raquel se va esta noche y Biografía de Orellana y Lope de Aguirre.

El 16 de febrero de 1901 se llevó a cabo la bendición de la iglesia parroquial de Buenavista, que había sido sometida a restauración. En la ceremonia participaron los presbíteros Vicente Rizo, Ramón Anaya y Rubio, Guillermo Fajardo, Laureano Acosta y Cristóbal Castro. El presbítero Vicente Rizo ''nombró padrinos para esta ceremonia a los señores generales Juan B. Tovar y Lisímaco Pizarro; coroneles Urbano Castellanos, Ferrero y Eugenio Garnica; comandantes Carlos Ospina R., Guillermo García y Julián Eliécer Ruiz; doctores Cayetano Oliva, Santiago Rizo Lobo y Vicente Villa; don Manuel Roca Rincón, don Manuel García Padilla, don José Antonio Jácome y Justiniano J. Páez'' (J. J. Páez: 1970, 323).
Iglesia de Buenavista, Ocaña

16 de febrero de 1945. Nace en San Calixto el músico y compositor Flaminio Molina Vergel.

El 16 de febrero de 1969 comienza sus labores docentes el Colegio "Alfonso López Pumarejo", de Río de Oro, creado mediante Ley 111 de 1963 por iniciativa parlamentaria del doctor Jesús Alejo Durán Arias. Fue primer rector de este establecimiento, el Licenciado Pedro Santana Barbosa, destacado intelectual, historiador y académico quien, al retirarse de la institución, en 2007, dejó un grato recuerdo en la historia educativa de Río de Oro.
Colegio Alfonso López Pumarejo, Río de Oro (Cesar)

17 de febrero de 1961. Nace en Convención el escritor y pintor Raúl Sánchez Acosta.

1989. El 17 de febrero el grupo Pequeño Parnaso brinda un homenaje al poeta ocañero Emmanuel Cañarete, en la Academia Colombiana de la Lengua.

El poeta Emmanuel Cañarete

1968. El 18 de febrero se celebran los 50 años de vida del Colegio de La Presentación en Convención.

2000. El 20 de febrero fallece en Cúcuta el escritor y académico Leonardo Molina Lemus, fecundo escritor nacido en Otaré, quien fuera miembro de las Academias de Historia de Ocaña, Norte de Santander y Colombiana de Historia.

22 de febrero de 1931. Fallece en Ocaña el poeta Adolfo Milanés.
Euquerio Amaya (Adolfo Milanés)

23 de febrero de 1956. Fallece en Convención el escritor Elías Pérez Ramírez.

1963. 23 de febrero. Se produce la PRIMERA INVASIÓN A TIERRAS URBANAS en Ocaña. Los terrenos de El Tiber, Sebastopol y la Conejera fueron invadidos por numerosas personas, organizadas por los dirigentes populares Juan Ibarra y José Agustín Bayona. A partir de este suceso, Ocaña comenzará un proceso de crecimiento desordenado y un reordenamiento urbano generado por invasiones, en su mayoría motivadas por personas inescrupulosas cuyos propósitos estaban dirigidos al lucro personal o al electorerismo partidista. A causa de las invasiones y a la ineficacia de las Secretarías de Planeación Municipal, la ciudad creció de manera caótica, con asentamientos.

24 de febrero de 1973. Siendo Ministro de Obras Publicas el insigne mártir ocañero doctor Argelino Duran Quintero, se adquiere mediante la escritura pública número 620 del 13 de Septiembre de 1971, otorgada en la Notaria Primera de Ocaña, un inmueble situado en la calle 10 y 11 No. 15-103, Matricula Inmobiliaria Número 270-1417, de la ciudad de Ocaña, para que fuera restaurado como Monumento Histórico y "sirviera de cofre donde se guardaran las reliquias del pasado, se expongan los elementos del hoy, y se le enseñe a las gentes sobre la grandeza del ayer , la bondad del presente y el progreso seguro de nuestra cara ciudad en el futuro".

Museo Antón García de Bonilla

Con estas palabras fue inaugurada la Casa Museo Antón García de Bonilla, el día el 23 de Febrero de 1973, luego de ser restaurada por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte, a la cual asistieron entre otras personalidades, el Doctor Argelino Duran Quintero, Ministro de Obras Publicas, el Doctor Lucio Pabón Núñez, Senador de la República, Doctor Bernardo Silva, Senador de la República, el Doctor Carlos Pérez Escalaste, Gobernador del Departamento del Norte de Santander y las autoridades municipales, cívicas, militares y eclesiásticas de la región.

2000. Entre el 23 de febrero y el 8 de marzo, a raíz de la voladura de torres de conducción eléctrica, la provincia de Ocaña se ve abocada a un severo racionamiento de energía que causa traumatismos en el comercio local.

24 de febrero de 1995. Nace el canal local de televisión TELE OCAÑA; el 27 de julio del mismo año, se emite por primera vez el teleinformativo “Ocaña hoy”.

1989. 25 de febrero. La colonia ocañera de Cartagena ofrece un homenaje al compositor Alfonso Carrascal Claro. Compositor, poeta, declamador y coreógrafo, cofundador del Desfile de los Genitores. Es un de las figuras más connotadas del arte de la región de Ocaña.

25 de febrero de 1956- Se inaugura la estatua de José Eusebio Caro- "El 26 de marzo de 1954 se firmó contrato en Roma entre el Embajador ante la Santa Sede, doctor José Antonio Montalvo y Marino Marinelli, representante de la Fundación Marinelli, para la hechura de una estatua de José Eusebio Caro, conforme al modelo enviado desde Bogotá por el escultor italiano Vico Consorti. Entrega a los 30 días de recibir el modelo, debiendo ser enviada a Colombia, pagando el contratista el embarque desde Florencia, lugar de la fundación, hasta el puerto de embarque en Europa. Precio: 4ooo dólares, o sean $10.000.oo. Este contrato fue refrendado por el señor Ministro de Educación, doctor Daniel Henao Henao ". Todas las gestiones relacionadas con ella se debieron al interés del doctor Pabón Núñez".

Estatua del poeta y periodista José Eusebio Caro
En la Plazuela de San Francisco

La Asociación de Madres Católicas fue fundada el 26 de febrero de 1917 por el señor Obispo Rafael Toro, quien consagró e impuso la insignia de la Congregación a 50 señoras de la sociedad ocañera que dedicaron sus esfuerzos a los más necesitados.

1987. El 26 de febrero fallece en Barranquilla el popular locutor y periodista Leopoldo Torres.

2001. El 27 de febrero el Concejo Municipal expide el Acuerdo No. 002 municipalizando la Biblioteca Pública ''Páez Courvel''. La gestión para lograr este Acuerdo fue adelantada por la señora Martha Pacheco, Coordinadora de los Vigías del Patrimonio Cultural. La Biblioteca Pública, fundada en 1952 no había sido adscrita al municipio, lo cual la mantenía fuera de los beneficios que la Biblioteca Nacional, a través de la Red Nacional de Bibliotecas, otorgaba a las bibliotecas Públicas Municipales. El Acuerdo fue sancionado el 5 de marzo por el señor Alcalde, Francisco Coronel Julio.

28 de febrero de 1904. El 28 de febrero de 1904. El presbítero Guillermo Fajardo bendijo la primera piedra del templo de San Antonio, en el barrio de la Piñuela.


Iglesia de San Antonio. Foto Areaocana.com

El 28 de febrero de 1916 se instala la Junta Organizadora de los festejos del Centenario de José Eusebio Caro. La Junta estaba integrada, así: Presidente, don Manuel García Padilla; Vicepresidente, don José del Carmen Jácome Núñez; don Joaquín Roca Niz (Prefecto); don Manuel Roca Niz (Presidente del Concejo); don Francisco A. Duque Hoyos (Inspector de Instrucción Pública), don Roberto E. Posada y Justiniano J. Páez como Secretario. La Ordenanza No. 21 de 1915, que señaló la conformación de esta Junta, dispuso también ''la compra del terreno que ocupaba la casa donde nació el poeta para construir allí un edificio destinado a local del colegio que lleva su nombre''.

El 28 de febrero, un petardo de alto poder fue detonado en el almacén de propiedad de la familia Numa Jácome, en el barrio de San Agustín, causando considerables destrozos a las viviendas vecinas. Este hecho, unido al intento de secuestro de uno de los miembros de esta familia, en días anteriores, pone de manifiesto la inseguridad que se observa en la ciudad.

1924. En el mes de febrero comenzó a funcionar en la Casa Cural el Seminario Menor, establecido por el Ilmo. Sr. Obispo Joaquín García Benítez. Fue su primer Rector el R.P. Eudista Pedro Gelain. Lo regentaron los R.R. Padres Eudistas Yelá, Hardi y Duval, franceses.

1971. En el mes de febrero se funda la Academia Comercial ''Páez Courvel''.

En el mes de febrero el alcalde de Ocaña, Ricaurte Páez Ortíz y otros alcaldes y periodistas de la región son secuestrados por el ELN. Entre los periodistas se contaban: Aliro Angarita, Omar Alonso Páez y Amparo Parra.

1989. En este mes de febrero se inician los trabajos de restauración de la Columna de la Libertad de los Esclavos, bajo la dirección del arquitecto restaurador Rafael Rincón Calixto.

Columna de la Libertad de los Esclavos

En febrero, se produce el secuestro del reconocido comerciante Luis Felipe Trillos, oriundo de Abrego, al regreso de su hacienda en el corregimiento de La Ermita. Cinco sujetos pertenecientes al ELN retuvieron al ciudadano y tomaron la vía que conduce hacia Abrego. Ante el suceso, se movilizó toda la Sociedad Civil ocañera, entre cuyos representantes se destacó el doctor Francisco Antonio Coronel Julio, a la sazón Personero del Municipio. Los medios de comunicación constantemente enviaron mensajes a los guerrilleros solicitando la liberación del señor Trillos. 36 días duró el calvario de este hombre dedicado a favorecer a sus congéneres y a tratar de redimir de la pobreza al campesinado regional a través de uno de los proyectos más ambiciosos de que se tenga noticia en la zona: el cultivo de la uva y la fabricación de vino. Por su innegable espíritu emprendedor y su compromiso con la región, ha recibido numerosos reconocimientos, por parte de la alcaldía Municipal, Asamblea de Norte de Santander, Cámara de Comercio de Ocaña, la cual lo designó como Personaje del Año 1998, Concejo Municipal de Ocaña, Corporación de Ferias y Fiestas, Caja Social de Ahorros, entre otras entidades.

En el mes de febrero, el poeta y compositor Carlos Carrascal Claro da a conocer un nuevo trabajo discográfico titulado La Clave del Amor, en el cual interpreta algunas melodías en compañía de su hija Marcia Karina Carrascal Haddad.


Carátula del trabajo discográfico de Carlos Carrascal Claro

2008. Marcha contra las FARC. Después de varias semanas de preparación en todo el país, en una jornada sin precedentes en la historia, se produjo una movilización el 4 de febrero en casi todas las ciudades contra la guerrilla de las FARC. En Ocaña, el acto organizado por un grupo de jóvenes, partió de la plazuela de San Agustín, recorrió la calle 11 y terminó con una gran concentración en la plazuela de la Gran Convención.