jueves, 12 de junio de 2008

¡OTRA VEZ LA BASÍLICA!





Por Luís Eduardo Páez García

Con el fin de que nuestros lectores de la región de Ocaña, el departamento, el país y el mundo, conozcan el plano del proyecto presentado por la Diócesis de Ocaña a consideración del Centro Filial de Monumentos Nacionales de Cúcuta, con relación a la capilla de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, y saquen de allí sus propias conclusiones, reproducimos el documento en este artículo que nos permitimos escribir para el semanario "La Provincia", de la ciudad de Ocaña.

"A raíz de unas infortunadas declaraciones del señor Obispo de la Diócesis de Ocaña, (en la emisora comunitaria “Sabrosa Estéreo”), efectuadas el día 4 de junio, con relación a una presunta culpabilidad de la Academia de Historia de Ocaña en el sonado caso del frustrado proyecto de una basílica menor en honor Nuestra Señora de las Gracias de Torcorma, el día 6 de junio se dio lectura a través de emisora diocesana “Radio Catatumbo”, de un comunicado oficial de la Diócesis en el cual se realiza un detallado resumen de los conceptos emitidos por los miembros del Centro Filial de Monumentos Nacionales de Norte de Santander, bajo la acertada dirección del doctor Italo Alterio.

La lectura del documento y los subsiguientes comentarios sesgados de los periodistas de esta emisora, se encaminaron a tergiversar la verdad, en cuanto al concepto emitido por el Centro Filial, acusando a los miembros de de esta institución de enemigos de la conmemoración tricentenaria, lo cual suscitó entre algunos oyentes intervenciones desobligantes contra los señores Italo Alterio, Luis Eduardo Lobo Carvajalino, Edwin Avendaño y Jaime Claro. La situación llegó al extremo de producir una llamada desde Cúcuta, del arquitecto Jaime Enrique Claro, de la Sociedad de Arquitectos de Norte de Santander, quien de manera objetiva, respetuosa y firme, explicó el proceso que el proyecto de la basílica había tenido en el Centro Filial, puntualizando en la necesidad de defender nuestro patrimonio histórico.

El insuceso radial del 6 de junio de 2008, pone una vez más en evidencia la atrabiliaria posición del Obispo Lozano Zafra y del director de noticias de la emisora diocesana, en materia de conservación del patrimonio cultural local y de irrespeto por la legislación que existe en Colombia sobre el particular. Constituye un comportamiento periodístico no ético, desinformar a la comunidad y aprovecharse del profundo sentimiento religioso del pueblo, para generar reacciones peligrosas entre las gentes que, sin conocer exactamente la pretensión del Obispo, comienzan a especular sobre las calidades humanas y profesionales de personas de reconocida trayectoria intelectual. Advierto aquí, que estos comentarios malintencionados se están produciendo en una ciudad y región con agudos problemas de violencia, lo cual bien puede contribuir a exacerbar los ánimos de algunos individuos que no reparan en mientes para amenazar o atentar contra la vida de quienes consideran enemigos de la Iglesia por el simple hecho de haber cuestionado el estado critico de la Diócesis de Ocaña.

Volvemos a insistir, con relación a este enojoso asunto, que ni la Academia de Historia de Ocaña, ni los Vigías del Patrimonio Cultural, y menos aún el Centro Filial de Monumentos Nacionales de Norte de Santander, se han opuesto o se opondrán a que se declare o construya una basílica en honor a nuestra Patrona. Fuimos, incluso, los primeros en llamar la atención a los académicos de Norte de Santander y a las autoridades municipales y departamentales, sobre la conmemoración de los 300 años de aparición de la Torcoroma, incluyendo la efeméride en la agenda del cuatrienio. Lo que no aceptamos, por ser violatorio de la ley y lesivo a los intereses patrimoniales del municipio y del departamento, es cualquier intervención arquitectónica que se haga en la iglesia de la Torcoroma, alterando su tipología y destruyendo, de paso, su significativo valor histórico".

La Academia de Historia de Ocaña, reitera su firme vocación de defender el patrimonio arquitectónico histórico que la ha caracterizado durante sus 73 años de existencia, apegándose siempre a los lineamientos jurídicos que en esta materia existen en Colombia. Sobre este particular, insistimos: la defensa y protección del patrimonio cultural no son capricho de personas o instituciones. Hacen parte de una clara política de Estado.

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