domingo, 6 de noviembre de 2011

CUARTA FERIA DEL LIBRO EN OCAÑA. DON LIBRO, DIA SÁBADO 5 DE NOVIEMBRE

Paola Alexandra Vergel y el poeta Jotamario Arbeláez

Continuaron los talleres para niños y la presentación de libros en la Feria. Durante las horas de la mañana y de la tarde, los estudiantes de los centros educativos siguieron visitando los diversos pabellones y disfrutando las presentaciones artísticas que se produjeron.

Grupo Linear de astronomía. Ángel Emiro Santiago
Foto Feria del Libro

Ing. Jairo Luis Vega Manzano

A las cuatro de la tarde, el ingeniero Jairo Luis Vega Manzano presentó su obra "Don Quijote y Guichopanza", abordando la historia de la literatura española del siglo de oro y recordando la importancia de presevar el voseo ocañero, que ha sido uno de los propósitos de la publicación.

Felisa escobar Carvajalino
Plazuela de la Gran Convención
Foto Feria del Libro

Hacia las 8¨30 de la noche, en la Plazuela de la Gran Convenciòn, se llevó a cabo el lanzamiento de la la más recuente obra de la poetisa Felisa Escobar, de la Antología de poetas de Norte de Santader, por parte del poeta Saúl Gómez Mantilla, y la lectura de poemas de los autores nortesantandereanos Felisa Escobar Carvajalino, César Herrera Rugeles, Manuel Iván Urbina y Oswaldo Carvajalino.

La sombra y el relámpago, antología
de poetas nortesantandereanos


De iz. der. Oswaldo Carvajalino, Felisa Escobar, Manuel Iván Urbina,
Saúl Gómez Mantilla y César Herrera Rugeles
Plazuela de la Gran Convención
Foto Feria del Libro

El cierre del certamen estuvo a cargo del poeta Jotamario Arbeláez, quien presentó su libro "Culito de rana". La presencia de este personaje, uno de los representantes destacados del movimiento Nadaísta, tuvo gran acogida entre los asistentes, quienes celebraron las lecturas de quien sigue siendo uno de los poetas colombianos más importantes.

Intervención del poeta Jotamario Arbeláez,
Plazuela de la Gran Convención
Foto Feria del Libro

Jotamario Arbeláez
Foto de Paola A. Vergel

EL MAESTRO JOTAMARIO ARBELÁEZ EN OCAÑA


Presentación de Luis Eduardo Páez García, sábado 6 de noviembre de 2011.

La Fundación Don Bosco y las entidades que hacen parte del Comité Organizador de la Cuarta Feria del Libro en Ocaña, presentan un saludo especial y afectuoso al maestro Jotamario Arbeláez, a la poetisa Felisa Escobar Carvajalino, a los poetas nortesantandereanos Saúl Gómez mantilla, César Herrera Rugeles, Manuel Iván Urbina y Oswaldo Carvajalino Duque, a todos y cada uno de los autores, artistas y cultores, en general, presentes en el certamen, que esta noche se han dado cita en este histórico lugar para seguir hablando de literatura y de poesía y seguirle rindiendo tributo a la cultura.

“Les presento a Jotamario, no un poeta cualquiera, sino el más joven gigoló de la poesía colombiana: 20 años, hijo legítimo de don Jesús Arbeláez, sastre de Cali con un pequeño taller que funciona en la sala de recibo de su residencia en un barrio obrero, donde se dedica a la pequeña industria para sostener a su innumerable familia, de la cual Jotamario es hijo mayor, y la mayor deshonra por su rara manera de existir, y por dedicarse a actividades tan sospechosas e improductivas como ésta de la poesía”. (Gonzalo Arango).

Nació en Río Negro en 1940. Hizo estudios en el Colegio Republicano de Santa Librada donde no se graduó, dedicándose por entero a la literatura en compañía de los Nadaístas que hicieron historia en las letras colombianas a partir de 1959.

Algunas de las notas biográficas, de las muchas escritas sobre Jotamario, nos dicen que: “se reveló ante el incoherente sistema. Silva, Barba Jacob, Valencia, Carranza, Bécquer, Geraldy, Leopardi, Nervo, Santos Chocano y Bernárdez, inspiraron las primeras creaciones compuestas entre los 15 y los 18 años, poemas que le condenaron a la divina reencarnación como nadaísta, el día de 1959 en que Gonzalo Arango rompió en público su obra completa. Ese día, Arbeláez recibió la misión de propagar la Nada en Cali, saboteando el mayor ícono de la literatura regional: el monumento a Jorge Isaacs en el centro de la ciudad. Fracaso inconcluso del régimen nadaista que proclamaba a los cuatro vientos en la voz del profeta Arango que con Arbeláez: "¡Colombia ha perdido un sastre pero ha ganado un poeta!".

Treinta años de nadaista declarado le han hecho merecedor de tres premios nacionales de poesía, la orden del Congreso de la República concedida en el 2006 y un premio internacional ganado en el presente 2008, seguido de toda clase de homenajes por cuenta de los que reconocen la importante labor poética realizada por Arbeláez en las coordenadas nacionales.

Fue publicista de las campañas presidenciales de Belisario Betancur, Álvaro Gómez y Andrés Pastrana y Secretario de Cultura del Departamento de Cundinamarca, labor que le permitió, entre otras cosas, crear 114 bandas musicales y una sinfónica, y apoyar la actividad creadora de artistas y escritores regionales y nacionales.

Entre sus numerosas obras, destacamos:

El profeta en su casa. Cali. 1966.

El libro rojo de Rojas. 1970. Junto a Elmo Valencia.

Mi reino por este mundo. Editorial La Oveja Negra. Bogotá. 1980.

La casa de memoria. Instituto Colombiano de Cultura. Bogotá. 1985.

Doce poetas nadaistas de los últimos tiempos. (Compilación). Centro Colombo Americano. Bogotá. 1986.

Jotamario Arbeláez, 1940. Antología arbitraria del autor. Editor: Gerardo Rivas. Editorial El Tiempo Presente. Bogotá. 1990.

El espíritu erótico. Taller de-mente colombiano. Bogotá. 1990. Junto a Fernando Guinard.

Nada es para siempre. Antimemorias de un nadaista. Editorial Aguilar. Bogotá. 2002.

Sirvan los siguientes apartes de declaraciones suyas, para complementar estas notas de presentación del maestro:

"Yo sueño una sociedad tan espectacular donde nadie le deba nada a nadie, donde las artes se impongan por sobre los pensamientos de muerte y donde el amor nuevamente vuelva a imperar. . . si esto no es la solución por lo menos esto será una circunstancia que haga muy digna la vida".

"no me gradué nunca del colegio porque me echaron del Santa Librada y me dediqué a la lectura, no necesitaba más. 15 años después cambiaron las notas, le dieron un ramo de rosas a mi mamá y me dieron el título de bachiller. Los tres que conozco en Colombia son el músico vallenato Rafael Escalona, yo y el ex presidente Julio César Turbay Ayala. Ni Escalona ni yo tuvimos que pagar un peso"

"Me llamo J. Mario, con eso me basta, con eso me soy. No necesito más apelativos como no necesito más ojos, ni más piernas. Soy el mejor poeta de un país en el que no pedí nacer, pero en el que no por eso me doy a dejar matar. Soy nadaísta, y eso aplasta toda definición. Antes fui camaján de barriada, campeón de billares, discípulo de Vargas Vila, ídolo de lolitas y proxenetas".

Bienvenido a la vieja ciudad de Ocaña, maestro Jotamario. La Cuarta Feria del Libro se engalana con su presencia que, esperamos, deje una huella positiva entre nuestros cultores, especialmente, entre aquellos que decidieron dedicarse a escribir para morirse de hambre o para volverse contertulios de la Nada, esa otra Nada que por estos tiempos hace carrera en la zona de Ocaña.


JOTAMARIO ARBELÁEZ

Una síntesis de la vida y obra de este pretigioso autor, es la que aparece en el siguiente vínculo:

http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/index.php?option=com_content&task=view&id=647&Itemid=5&limit=1&limitstart=1


Jotamario Arbeláez y la dulce profecía nadaista

Les presento a Jotamario, no un poeta cualquiera, sino el más joven gigoló de la poesía colombiana: 20 años, hijo legítimo de don Jesús Arbeláez, sastre de Cali con un pequeño taller que funciona en la sala de recibo de su residencia en un barrio obrero, donde se dedica a la pequeña industria para sostener a su innumerable familia, de la cual Jotamario es hijo mayor, y la mayor deshonra por su rara manera de existir, y por dedicarse a actividades tan sospechosas e improductivas como ésta de la poesía.

Así hablaba Gonzalo Arango de su discípulo y amigo al cual conoció en una sesión profética nadaista a la que asistió Arbeláez en Cali, en el año de 1959. Allí, fue finalmente convertido al conciliábulo poético fundado por un grupo de jóvenes a escala nacional, quienes tributaban a la Nada de manera pecaminosa. Para Jotamario, la luz se hizo como faro en la noche cuando el nadaismo proclamó sus mandamientos en las afueras de La Tertulia. A partir de este acontecimiento, su ofrenda como sagrado discípulo nadaista lo ha llevado en treinta años a publicar una obra poética desposeída de hipocresías literarias y falsedades culturales, no por nada proclamaba hace años que para el movimiento nadaista "la literatura no es un oficio sino un ocio". Él es un poeta que esgrime franca ironía y salvación a los incautos e incautas que le buscan en medio del universo poético.

José Mario Arbeláez Ramos, hijo pródigo del barrio Obrero y de don Jesús Arbeláez, sastre de profesión, natural de Ríonegro, nació en 1940, en la pérfida ciudad de Cali. Jotamario, como se hizo llamar más adelante, pasó su niñez entre la lectura de las páginas compradas por su abuela, la salsa, los billares y las obligaciones escolares impuestas desde el Colegio Republicano de Santa Librada.

Fue en las aulas de esta tradicional institución caleña, que Jotamario se reveló ante el incoherente sistema. Silva, Barba Jacob, Valencia, Carranza, Bécquer, Geraldy, Leopardi, Nervo, Santos Chocano y Bernárdez, inspiraron las primeras creaciones compuestas entre los 15 y los 18 años, poemas que le condenaron a la divina reencarnación como nadaísta, el día de 1959 en que Gonzalo Arango rompió en público su obra completa. Ese día, Arbeláez recibió la misión de propagar la Nada en Cali, saboteando el mayor ícono de la literatura regional: el monumento a Jorge Isaacs en el centro de la ciudad. Fracaso inconcluso del régimen nadaista que proclamaba a los cuatro vientos en la voz del profeta Arango que con Arbeláez: "¡Colombia ha perdido un sastre pero ha ganado un poeta!".

Poeta autodidacta y antiacadémico, lector de los surrealistas. Baudelaire, Rimbaud, Lautreamont, Verlaine condenaron su aprendizaje poético. Desde "Santa Librada Collage", primer poema como discípulo de Arango, hasta su libro de memorias "Nada es para siempre", lanzado en 2002, Arbeláez ha retratado el espíritu nadaista con convicción y persuasión suprema.

Su religión antiliteraria ha arrastrado adeptos, rivales y conciencias. Como en sus palabras explica: "Me hice nadaísta porque encontré en el nadaísmo mi bandera, mi patria, mi religión. Acababa de perder el bachillerato en el Santa Librada y nada tenía para ofrecerme el futuro. Todos los panes del sacrificio que había demandado mi educación secundaria se habían perdido. Y no habría universidad para este réprobo reprobado. Sin embargo, a pesar de que el nadaísmo generaba unánime rechazo cuando no la repugnancia sincera de los padres de familia, papá se sintió orgulloso de que yo ingresara a la horda de Gonzalo, que para él era el personaje más grande que había dado Colombia después de Vargas Vila y el Indio Uribe, también de Andes".

Con el transcurso del tiempo, Arbeláez se convirtió en profeta y líder del movimiento nadaista en el departamento. Su alma de conspirador no ha sido inconveniente para ocupar ciertos cargos importantes en las redes institucionales del poder en Colombia. Publicista de campañas presidenciales, funcionario público de la cultura, periodista, profesor universitario, redentor de lo prohibido, declarado insurgente de los modelosliterarios costumbristas impuestos a nivel nacional y regional".

REGISTROS FOTOGRÁFICOS DE LA FERIA

Aporte de Crediservir. Talleres sobre medio ambiente


Presentación de libros de autores ocañeros, doña Carmen
Elena Buitrago

Teatro infantil

Felisa escobar con los niños

La niña autora de "La vaca Pupy"

El poeta Jotamario Arbeláez  en plena tertulia, con el antroprólogo
Adrian Valero y un joven docente de Don Bosco College

Pabellones de la Feria

La niña autora de "La vaca Pupy" compartiendo
con directivos y estudiantes de Don Bosco

La razón de ser de la Feria: Los niños

Presentación de "Don Quijote y Guichopanza"

Los poetas nortesantandereanos leyendo sus poemas

De pie, Sonia Picón y Julieta Quintero,
sentados, Jairo Luis Vega y Jotamario

Luis Eduardo Páez y doña Carmen Elena Buitrago
en la muestra de autores ocaneros
de la Academia de Historia de Ocaña








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