ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA: ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA, LA SATISFACCIÓN DEL DEBER CUMPLIDO

CONDECORACIÓN "ORDEN CENTENARIO" A LA ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA

Bogotá, 4 de agosto de 2015. En sesión solemne de la Academia Colombiana de Historia, se impuso la Orden Centenario a la Academia de Historia de Ocaña con motivo de sus 80 años de existencia.

La Medalla fue impuesta por el Dr. Juan Camilo Rodríguez Gómez Presidente de la Academia Colombiana, a Luis Eduardo Páez García, Presidente de la de Ocaña. El acto se cumplió durante la sesión solemne conmemorativa de la Batalla de Boyacá, en la cual el Secretario de la Academia Colombiana, Dr. Luis Horacio López Domínguez rindió informe sobre el acontecer académico.

En eL acto solemne, Llevaron la palabra el Dr. Luis Horacio López Domínguez, Luis Eduardo Páez García, y correspondió el discurso de orden al académico santandereano Armando Martínez Garnica, quien disertó sobre las consecuencias de la Batalla de Boyacá.

Se hicieron presentes los Presidentes y delegados de la Academia de Historia Militar, Academia de Historia de la policía Nacional, patronato Colombiano de Artes y Ciencias, Sociedad Geográfica de Colombia y los miembros de la Academia de Histora de Ocaña Mary Sánchez Gómez, Arminio Piñeres Grimaldi, Mons. Edwin Leonardo Avendaño Guevara, Mario Javier Pacheco García, Ricardo Motta Vargas y Volmar Pérez Ortiz; el Director del Programa de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional, Dr. Alonso Ojeda Awad; miembros de la Fundación CARO, Ana Virginia Ramírez, Hermann Salas Quin, aira Patricia Pineda Camelo, Luis Eduardo Páez Pacheco, Martha Pacheco de Páez, Diana María Páez Pacheco, Carlos Eduardo Sáenz, entre otros asistentes.

Nos complace saber que el trabajo que se ha adelantado en estos 80 años de vida al servicio de la investigación y la cultura regional, nortesantanderana y nacional ha tenido eco en el departamento Norte de santander y en Colombia.

Nuestra gratitud para el Dr. Iván Vila Casado, Presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander y los amigos de la Academia en Bogotá, Medellín, Cartagena, Pamplona, Cúcuta, Bucaramanga y Ocaña, Parlamento Nacional de Escritores de Colombia, Teatro La Nona de Pamplona, Asociación de Escritores de la Provincia de Ocaña y Sur del Cesar, Asociación de Poetas y Escritores del Sur del Cesar, así como para Monseñor Igncio Gómez Aristizabal, y los académicos nacionales Antonio Cacua Prada, Adelaida Sourdís Nájera, Luis Horacio López Domínguez, Roger Pitta Rico, Fernán González, el señor presidente del Sociedad Geográfica de Colombia, miembros de las Academias de Historia Militar y de Policía y demás miembros de la Academia Colombiana, y las instituciones culturales que se han pronunciado al respecto.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA

Doctor Juan Camilo Rodríguez Gómez, Presidente de la Academia Colombiana de Historia; señores miembros de la Junta Directiva; señores académicos; amigos ocañeros que hoy nos acompañan:

Desde que fui designado, primero como Secretario y luego como Presidente, para dirigir la Academia de Historia de Ocaña, siempre he encontrado la mano amiga que orienta y estimula en la Academia Colombiana de Historia, y guardo muy gratos recuerdos del doctor Roberto Velandia por sus amables charlas sobre cómo lograr encausar institucionalmente el trabajo de la Academia de Ocaña ante los inconvenientes que se presentan en las ciudades pequeñas. Igualmente, agradezco la acogida que me han brindado los académicos Luis Horacio López Domínguez y Roger Pita Rico cada vez que visito este recinto.

Intervención de Luis Eduardo Páez García,
Presidente de la Academia de Historia de Ocaña

Lograr mantener una entidad como la nuestra, durante ochenta años, no ha sido fácil, menos aún cuando los apoyos oficiales son siempre escasos y las condiciones socioculturales de núcleos como el de Ocaña, van en constante deterioro. Desde que pasamos de Centro de Historia a Academia, mediante Ley 76 de 1968, y desde que se pudo poner en práctica la Ley 10 de 1977, hace cerca de 15 años, contamos hoy con una sede digna y funcional en el Complejo Histórico de la Gran Convención y tenemos bajo nuestra tutela el Archivo Histórico de Ocaña, el Museo de la Gran Convención y el Museo de la Ciudad de Ocaña Antón García de Bonilla, ambos de propiedad del Ministerio de Cultura. Podemos mostrarle al país un trabajo en la recuperación de la memoria histórica regional y seguimos creyendo que desde la cultura y la investigación sí es posible aportar muchas cosas para aclimatar la paz y generar en las nuevas generaciones amor por la patria, sentido de pertenencia e identidad cultural.

Constituye para la ciudad de Ocaña y para la institución que me honro en presidir, motivo de especial satisfacción el reconocimiento que la Academia Colombiana de Historia nos hace, en los ochenta años de vida institucional que celebramos. Tal hecho, debido a la gentileza del académico secretario Luis Horacio López Domínguez y los Honorables miembros de la Academia Colombiana que juzgaron oportuno reconocer y estimular nuestro trabajo. Ello nos enaltece y compromete para seguir trabajando, desde la historiografía y la cultura, por una región que acusa el impacto de la violencia desde hace ya hace décadas.

Junta Directiva de la Academia Colombiana de Historia y Luis Eduard Páez G.

Desde 1940, cuando Luis Eduardo Páez Courvel fuera designado como Miembro Correspondiente de esta benemérita institución, se vincularon a la misma los ocañeros Justiniano J. Páez, Lucio Pabón Núñez, Jorge Pacheco Quintero, Fernando Galvis Salazar, Juan Manuel Pacheco Ceballos S.J. y Leonardo Molina Lemus, todos ellos fallecidos. En su memoria, en la de los fundadores de la Academia de Historia de Ocaña, en nombre de la cuna de José Eusebio Caro y de mis colegas de provincia, recibimos la Orden del Centenario con orgullo y satisfacción, comprometiéndonos aquí, en este escenario de la Historia de Colombia, a proseguir la marcha hasta donde nuestras modestas posibilidades lo permitan.

Muchas gracias.

Bogotá, 4 de agosto de 2015.

Dios les pague a todos por su benevolencia.

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