viernes, 1 de diciembre de 2017

447 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE OCAÑA

Plaza del 29 de mayo. Acuarela de autor anónimo, 1886.


Por Luis Eduardo Páez García
Academia de Historia de Ocaña.

El 14 de diciembre de 2017, nuestra ciudad cumple 447 años de haber sido fundada por el Capitán Francisco Hernández (o Fernández)..

La Academia de Historia, desde su creación en 1935, ha liderado esta celebración cívica tratando de que ella se convierta en un día propicio para la reflexión ciudadana, sobre lo que fue y es la ciudad y su antigua provincia.

La labor de divulgación de nuestra historia local, que hoy hemos extendido a los medios audiovisuales y digitales, a través de programas de televisión y radio, busca que los habitantes del municipio y de Colombia, conozcan lo que ha sido nuestra evolución histórica, el patrimonio cultural material e inmaterial y los logros obtenidos en las artes y las letras desde épocas coloniales.

La ocañeridad, es decir, la calidad de ocañero, no estriba simplemente en el hecho de haber nacido en la ciudad, sino también en conocerla, amarla y luchar por elevar la calidad de vida de sus habitantes en todas las esferas de la vida pública.

Insertamos algunos textos que nos acercan a la etapa fundacional, la Independencia, el siglo XIX y el momento actual, que no es precisamente halagüeño, exhortando a los docentes, a los padres de familia y a los estudiantes de todos los centros sociales, a apropiarse de Ocaña como el lugar en el que habitamos todos, y desde el cual es preciso emprender acciones concretas para mejorar la espiritualidad y la materialidad que nos ha tocado en suerte.

Historia de la ciudad de Ocaña

(Apartes de la obra Historia de la Región de Ocaña, de Luis Eduardo Páez García, Bogotá, 2009).

Ocaña prehispánica

Los pueblos prehispánicos que habitaron Ocaña, han sido denominados genérica y tradicionalmente como HACARITAMAS, sin que hasta la presente se haya encontrado registro documental alguno de dicha denominación. En los documentos históricos del siglo XVI, aparece el nombre de LOS CARATES, que agrupa varios pueblos de la ribera del río Algodonal y otras tribus, la mayoría de cuyos nombres contienen la partícula AMA en su escritura, así como las partículas CICA, OMA y ARE. La región cordillerana entre Ocaña y los valles del Magdalena, según se desprende de las investigaciones arqueológicas hechas hasta ahora, estaba habitada por los pueblos de la denominada CULTURA MOSQUITO, BAJOMAGDALENENSE o CULTURA DEL BAJO MAGDALENA, de filiación Caribe.

Urna de la cultura Mosquito o Cultura del Magdalena
Museo de la Ciudad de Ocaña Antón García de Bonilla

 Con base en documentos que reposan en la Biblioteca de la Real  Academia de Historia de Madrid, el primer  informe conocido sobre la descripción de Ocaña, que data del 24 de marzo de 1578, señala que el nombre nativo del asentamiento indígena fue el de ARGUTACACA..

En este mismo informe, se mencionan los pueblos indígenas de la región de Ocaña: SEYTAMA, BUXERAMA, CARACICA, BOROTARÉ, BEUXITARÉ, XINANE, MANANE, CARQUIMA, TEURAMA, CUCURIAMA, ASCURIAMA, BURGAMA, CARACACA, EQUERAMA, CHAMA y BISERAMA, BUCURAMA, ANARAMA, CARCOMA, TUSCURIAMA, CEQUERAMA, LANGUXAMA, SAOTAMA, OCAMA, LOS CARATES, XERGOMA, BUROMA, ORACICA, BUNEROMA, BISERA y ERCOSA, y AYTARA.

Pamplona, epicentro de los poblamientos del oriente colombiano

 Culminada la etapa de consolidación de las principales ciudades del altiplano cundiboyacense, Santafé y Tunja, los españoles comienzan a buscar vías alternas que comunicaran el Nuevo Reino con la Costa Caribe. Fue así como en 1543 el Procurador de Tunja, Juan López, propone al Cabildo el establecimiento de una nueva ruta hacia la Costa y, fundamentalmente, hacia el Lago de Maracaibo, para evitar el dispendioso paso por el puerto del Opón.

 En 1547, el proyecto obtiene eco por parte de las autoridades de Tunja, las  cuales autorizan al Capitán Ortún Velasco para emprender la expedición, hecho que se produce en 1549. Debido a las influencias del Visitador Miguel Díez de Armendáriz, el comando de dicha expedición es asumido por Don Pedro de Ursúa, bajo cuyas órdenes queda Ortún Velasco.

El 1 de noviembre de 1549, los españoles protocolizan la fundación de Pamplona en el Valle de Todos los Santos, autodesignándose como primer Justicia Mayor Don Pedro de Ursúa. Con el establecimiento definitivo del núcleo hispano de Pamplona, se inicia la conquista y colonización del nor oriente colombiano.

 La necesidad de comunicaciones ágiles con el interior del Nuevo Reino y la Costa norte, a través del río Magdalena, así como el deseo de aventura y sed de riquezas, generan entre los dirigentes y autoridades pamplonesas la urgencia de nuevos fundaciones. Así, pues, en 1558 se funda la ciudad de Mérida por Juan Rodríguez Juárez y en 1561 la Villa de San Cristóbal cuyo responsable fue el Capitán Juan Maldonado.

La Nueva Granada en 1650


Los núcleos urbanos hispánicos del oriente solucionaron de manera temporal la urgencia de las comunicaciones con el río Magdalena a través del puerto de la Ciénaga de El Bachiller, localizada en la desembocadura del río Lebrija, y el puerto del Carare. Sin embargo, las dificultades que ofrecía la abrupta topografía y la poca disponibilidad de mano de obra indígena, dedicada en su mayoría a las faenas productivas de la encomienda y la minería, comenzaron a crear la necesidad de buscar otra vía más expedita hacia el norte evitando, de paso, las tribus belicosas.

Poco a poco, las nacientes ciudades aumentaron su densidad demográfica y ampliaron su frontera agrícola a la par que obtenían  jugosos beneficios de las minas descubiertas.

Los criterios fundacionales en Norte de Santander no obedecieron solamente al factor económico. Mediaron también criterios estratégicos  para mantener contacto con las gobernaciones, como en el caso de Nueva Pamplona  respecto a Santa Marta y el Tocuyo, y criterios religiosos de adoctrinamiento, así como en otros casos las fundaciones respondieron a la necesidad de consolidar enclaves de abastecimiento para los centros mineros o fuertes militares para frenar la constante amenaza de las tribus motilonas y chitareras.

La fundación de Ocaña

Definidas las comunicaciones por la región central de la Provincia de Pamplona y afianzados los caminos hacia Tunja y Mérida, el Cabildo pamplonés encarga al Capitán Francisco Fernández de Contreras la tarea de explorar y someter territorios al noroccidente del área de influencia provincial. Fernández lleva a cabo varias incursiones por el río Zulia y la cuenca del Catatumbo. En su itinerario explorador, funda el puerto de Chingalé "doce leguas el río abajo" de Tamalameque. En 1570, Fernández llega al valle que ha sido denominado de los Hacaritamas dejando sus hombres asentados temporalmente en el Puerto y en el valle, mientras las autoridades de Pamplona le conceden autorización para fundar la ciudad.

Óleo de Francisco Herández (o Fernández)
Concejo Municipal de Ocaña


Culminados los trámites legales de rigor, en Pamplona, Santafé y Santa Marta, las autoridades coloniales determinan que el nuevo enclave español haga parte de la jurisdicción de Santa Marta, cuyo gobernador era, por ese entonces, Don Pedro Fernández de Bustos. Así, pues, el 14 de diciembre de 1570, Francisco Fernández de Contreras lleva a cabo el ritual de la fundación, poblándose el lugar con 36 vecinos.

Primer plano conocido de Ocaña, 1578


La ciudad se fundó con el nombre de Ocaña, como homenaje del fundador a don Pedro Fernández de Bustos, originario de Ocaña, en España. El nombre de SANTA ANA se le dio a la Provincia. Posteriormente, y durante la gobernación de don Luis Rojas Guzmán, se cambió el nombre de Ocaña por el de MADRID, pero dicha denominación no subsistió, retornando nuevamente al nombre original de Ocaña. No existe documentación alguna que nos demuestre que Ocaña primitivamente fue fundada en lugar distinto al que  se encuentra actualmente

 Ocaña surge como un "puerto terrestre" y ruta comercial obligada entre Pamplona, el centro del virreinato y la Costa Caribe a través del río Magdalena. Su vocación fue básicamente comercial y agrícola, introduciéndose luego la ganadería en las tierras bajas de su jurisdicción. Sus primeros vecinos fueron en su mayoría originarios de Pamplona, estableciéndose entre ésta y Ocaña una dinámica relación comercial.

Debido a la localización geográfica del poblamiento, la Audiencia de Santafé, presidida por Andrés Díaz  Venero de Leiva, determinó que la naciente villa quedara bajo la jurisdicción de la Provincia de Santa Marta, siendo gobernador de ésta, don Pedro Fernández del Busto.

En 1575, Ocaña obtiene el título de ciudad, como consta en los documentos oficiales de la época. A finales del siglo XVI, una vez sometidas las tribus de la zona, se inician las colonizaciones, cuya área de influencia corresponde a lo que es hoy la Provincia de Ocaña y algunas poblaciones del sur del Cesar y de Bolívar.

Ocaña y pueblos circunvecinos en 1764, Archivo General de la Nación

Puerto Nacional, cercano a Gamarra, debió su aparición al mismo fundador de Ocaña; Río de Oro (Cesar), nació debido al empeño de los frailes agustinos y del encomendero Antón García de Bonilla y a la labor de los agustinos, cuyo convento estaba inicialmente en Ocaña; Teorama, Hacarí, El Carmen, La Playa, Aspasica, Pueblo Nuevo, Buenavista, San Calixto, Bucarasica y Cáchira, se iniciaron como centros agrícolas de los fundadores y pobladores de Ocaña. Convención, surge en 1829 y La Cruz (hoy Abrego), consolida oficialmente su poblamiento en 1810.

En 1711 tiene lugar la aparición de la imagen de la Virgen de Torcoroma en el monte que lleva su nombre, hoy santuario del Agua de la Virgen y epicentro de una de las devociones marianas más destacadas del oriente colombiano.

Santuario del Agua de la Virgen en 1884


 Durante la Colonia, Ocaña perteneció como cantón a la Provincia de Santa Marta; luego, cantón de Mompox; después, departamento, y el 29 de mayo de 1849 (Ley 64), Provincia, integrada por los distritos parroquiales de Ocaña, Río de Oro, Convención, Loma de Indígenas, San Antonio, Brotaré, Teurama, La Cruz, Aspasica, la Palma, Pueblo Nuevo, Buenavista, Los Ángeles, Loma de Corredor, Aguachica, Puerto Nacional, Simaña, San Bernardo, Badillo y Tamalameque.

En el transcurso de la guerra de Independencia, la zona de Ocaña cobra singular importancia estratégica. Aquí Bolívar (1813), quien denominó la ciudad "brava y libre", consolidó sus fuerzas para  la Campaña Admirable con tropas momposinas y de la región.

Doña Nicolasa Ibálñez de Caro,
madre el poeta José Eusebio Caro y prócer de la Independencia

En 1815, Santander hace su entrada a Ocaña recibiendo allí el nombramiento de Comandante General de las tropas de reconquista del norte. Entre los mártires ocañeros de la Independencia, se destaca don Miguel Pacheco y doña Agustina Ferro, fusilada por la guerrilla realista de Los Colorados, el 20 de enero de 1820. El 9 de abril de 1828, se reunió en el templo de San Francisco (monumento nacional desde 1937), la Convención constituyente cuyo propósito era el de reformar la Carta expedida en Cúcuta en 1821. En dicha Convención, se enfrentaron las fracciones santanderista y boliviana, produciendo como resultado la dictadura de Bolívar, el atentado contra su vida y, finalmente, la disolución de la Gran Colombia.

Una de las figuras más destacadas de la literatura colombiana e hispanoamericana, el poeta, periodista y filósofo José Eusebio Caro, nace en Ocaña en 1817 en la casona donde hoy se levanta el Colegio  nacional que lleva su nombre.

El poeta José Eusebio Caro Ibáñez (1817 - 1853)

 Ocaña en el siglo XIX

El 6 de agosto de 1821, el Congreso expidió la Ley que ordenaba la supresión de todos los conventos cuyo número de religiosos fuera inferior a ocho. Así, pues, el convento de San Francisco quedó bajo la administración de don  Pedro Ribón y el de San Agustín "que tenía anexo el beneficio curado de Río de Oro, quedó a cargo de una junta" Los inmuebles donde funcionaron estos conventos fueron destinados, por la misma Ley, a la educación.

El azote de la guerrilla de Los Colorados, no terminó sino hasta el 14 de septiembre de 1822, cuando son ajusticiados 20 de sus miembros, en el barrio  del Carretero. El 18 del mismo mes, el Comandante Militar del Cantón de Ocaña,  Pedro Celestino  Guillín y Gutiérrez, momposino, expidió una proclama informando a la comunidad que los facciosos habían sido derrotados. Con esto, Ocaña adquiere oficialmente su independencia de las armas españolas y se inicia la consolidación de su vida republicana.

En las sesiones del Congreso instaladas el 15 de abril de 1824, el senador Judas Tadeo Piñango  presentó un proyecto de Ley trasladando la capital de la República a Ocaña, cuyo numeral primero, decía: ''El Poder Ejecutivo, La  Alta Corte de Justicia, la Contaduría General de Hacienda, la Tesorería General del mismo ramo y cualesquiera otras corporaciones, oficinas o empleados que deban residir alrededor del Gobierno Supremo se trasladarán a la ciudad de Ocaña, que será en lo sucesivo la capital provisional de la República, hasta que se funde la Ciudad Bolívar''  Entre las consideraciones que hacían sus impulsores, se aducía el peligro que corrían varios congresistas amenazados por el fanatismo religioso, tema éste que fue el epicentro de los debates en este año.

El 18 de marzo de 1826, el Congreso expidió la Ley orgánica de la enseñanza pública, según la cual  "en toda parroquia de cantón debía haber a lo menos una escuela de primeras letras para niños, y donde se pudiera, otra para niñas...”

La Gran Convención de Ocaña

Para 1827, se discutía en todas las esferas de la vida pública, la necesidad de convocar una convención nacional que reformara la Carta expedida en Cúcuta en 1821 y que, por expresa disposición de la misma, no podía modificarse sino en un término de 10 años.

La situación política de la Gran Colombia era bastante difícil y los enfrentamientos entre los santanderistas y bolivarianos aumentaban  cada vez más. El general Santander estaba a cargo del Ejecutivo, mientras Bolívar, Presidente electo, recorría el territorio de Venezuela y las provincias del sur para culminar el proceso organizativo de la República.

Con tal situación, el Congreso decidió convocar una constituyente, mediante Ley de 7 de agosto de 1827, que debía reunirse en la ciudad de Ocaña el 2 de marzo de 1828.

Iglesia de San Francisco donde se reunió la Convención de Ocaña,
finales del siglo XIX.

El antecedente inmediato de la Convención de Ocaña, fue, pues, la primera Constitución política de la Gran Colombia, sancionada por el Libertador Presidente el 6 de octubre de 1821. Desde un comienzo, esta Constitución no agradó al sector militarista venezolano, por su excesivo centralismo, creándose animadversión hacia los neogranadinos e iniciándose movimientos separatistas.

Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander

Desde 1824, Santander había dictado algunas disposiciones sobre alistamiento militar las cuales no fueron bien recibidas en Venezuela. El general José Antonio Páez se opuso inicialmente a dar trámite a la orden de reclutamiento, pero luego la cumplió tomando drásticas medidas para ello. Su acción le valió la animadversión de sus propios conciudadanos y la dirigencia política, lo cual culminó con su retiro forzado del cargo de primera autoridad del país. Páez entregó el mando al general Juan Escalona y se retiró a Valencia, donde el pueblo lo proclamó como único jefe Civil y Militar de Venezuela.

La Gran Colombia en 1824

Este incidente que ponía al general Páez contra la ley, desató el odio de los venezolanos contra el gobierno de Bogotá y las quejas proferidas por el líder contra el general Santander. Es importante señalar, que para esta época, Bolívar había redactado la famosa Constitución Boliviana, aceptada, primero por el pueblo boliviano y, luego, por los peruanos. Tal Constitución, contenía elementos contrarios al espíritu republicano, como el establecimiento de la presidencia y el senado vitalicios y la irresponsabilidad de los actos presidenciales. Se fue abriendo paso, entonces, en las provincias del sur (Quito, Cuenca, Guayaquil), la posibilidad que Bolívar asumiera la dictadura para evitar la disgregación de la Gran Colombia.

Creación de la provincia de Ocaña

Con base en la Constitución de 1843, el Congreso de la Nueva Granada expidió la Ley 64 de 29 de mayo de 1849, creando la Provincia de Ocaña con los pueblos del antiguo cantón de Ocaña, que pertenecía a la Provincia de Mompóx:

Provincia de Ocaña, cartografía de la Comisión Corográfica

"Ley 64.- Mayo 29 de 1849 - creando la Provincia de Ocaña.- El Senado y Cámara de Representantes de la Nueva Granada, reunidos en Congreso, - Decretan: Art. 1o. .- Los distritos parroquiales de Ocaña, Río de Oro, Convención, Loma de Indígenas, San Antonio, Brotaré, Teorama, La Cruz, Aspasica, La Palma, Pueblo Nuevo, Buenavista, Los Ángeles, Loma de Corredores, Aguachica, Puerto Nacional, Simaña, San Bernardo, Badillo y Tamalameque, formarán una Provincia que se denominará Provincia de Ocaña, y su capital será la ciudad de este nombre. Art. 2o. El Gobernador de Ocaña gozará del sueldo anual de  nueve mil seiscientos reales; y el de Mompós de doce mil reales, Art. 3o. - El Secretario de la Gobernación de Ocaña gozará del sueldo anual de cuatro mil reales; un Oficial de tres mil doscientos, y un Escribiente-portero dos mil doscientos cuarenta reales. Art.4o. - Se asignan para local y gastos de escritorio de la Gobernación de Ocaña mil doscientos reales anuales. Art. 5o. - La Provincia de Ocaña nombrará  los Representantes y Senadores que le correspondan con arreglo a la Constitución y a la población que contenga. Art. 6o.- La Provincia de Ocaña se incorpora al Distrito Judicial de Guanentá - Dada en Bogotá, a 28 de mayo de 1849.- El Presidente del Senado, J.I. de Márquez.- El Presidente de la Cámara de Representantes, Mariano Ospina.- El Secretario del Senado, Pastor Ospina.- El Representante Secretario, Juan Antonio Calvo.- Bogotá 29 de mayo de 1849.- Ejecútese y publíquese (L. S.).- El Presidente de la república, José Hilario López.- El Secretario de Relaciones Exteriores, José Acevedo" 

En 1851, entre el 6 y el 22 de diciembre, el gobernador provincial Agustín Núñez, construye la Columna de la Libertad de los Esclavos en el centro de la Plaza del 29 de mayo, único monumento en su género en Colombia, testimonio de la Ley que abolió definitivamente la esclavitud en Colombia.

La Columna de la Libertad de los Esclavos hacia 1915

El Cabildo de Ocaña, como reconocimiento a esta Ley, dio a la Plaza Mayor el nombre de Plaza del 29 de mayo. Al frente de la gobernación provincial, el gobierno colocó al prócer Pedro Alcántara Ibáñez Arias, hermano de doña Nicolasa Ibáñez.

La Columna de la Libertad de los Esclavos en 1886
Archivo de Mauricio Calle Ujueta

La Cámara provincial llevó a cabo una excelente labor legislativa, beneficiando la educación, la salud, las vías y las obras públicas de Ocaña y la provincia.

La provincia de Ocaña y la Comisión Corográfica

La Comisión Corográfica fue una misión científica, compuesta por geógrafos, cartógrafos, dibujantes y naturalistas, creada por el gobierno nacional como esfuerzo para lograr el inventario de poblaciones, recursos naturales, costumbres, accidentes geográficos, etc., necesarios para lograr tomar las medidas gubernamentales del caso en cada una de las divisiones territoriales de la Nueva Granada. Al frente de ella, estaba el ingeniero italiano residente en Venezuela, Agustín Codazzi.

Codazzi había trabajado en Venezuela bajo las órdenes del general José Antonio Páez, pero al asumir el poder el dictador Monagas, Codazzi cayó en la lista de perseguidos políticos y solicitó a su amigo Manuel Ancízar que le ayudara a trasladarse a la Nueva Granada donde ya se estaba preparando un proyecto de investigación que requería el concurso de expertos. Ancízar escribe a su amigo, autorizado por el Presidente Mosquera, instándole a desplazarse hacia la Nueva Granada con el cargo de "Ingeniero geógrafo con 24.000 reales de sueldo". El 1 de abril triunfó en las elecciones presidenciales el general José Hilario López, quien hizo aprobar por parte del Congreso la Ley del 29 de mayo de 1849 que agregaba al proyecto de Mosquera de elaborar la cartografía de la Nueva Granada, "una descripción completa de la Nueva Granada y a levantar una carta general de dicha república y un mapa cartográfico de cada una de sus provincias". Manuel Ancízar pasó a servir como Secretario de la Comisión Corográfica, y encargado de la redacción de una obra con los pormenores de la expedición.

Cosecheros de anís, Ocaña 1850
Acuarela de Carmelo Fernández, Comisión Corográfica

Hacia el mes de abril de 1850, llega a Ocaña la Comisión Corográfica dirigida por su secretario, el doctor Manuel Ancízar. Entra al territorio por su extremo sur, después de haber pasado por la provincia de Soto; remonta la Serranía de Jurisdicciones cayendo a La Cruz (hoy Abrego); de allí pasa a Ocaña donde establece su cuartel general. En su itinerario, recorre las poblaciones de Aspasica, La Palma (hoy Hacarí), Teorama, Convención, El Carmen, San Calixto, Pueblo Nuevo, Río de Oro, Brotaré, San Antonio, Loma de González, Los Ángeles, Totumal, Aguachica y Puerto Nacional.

Las constituciones políticas de la provincia de Ocaña

 Con la expedición de la Constitución de 1843, que reformó la de 1832, el ordenamiento territorial en provincias quedó intacto, incluyendo la figura de los gobernadores y las cámaras provinciales. Así mismo, la Constitución facultaba al Congreso para organizar la división política de las provincias y de éstas en cantones. Fue así, como se creó la Provincia de Ocaña y con ella la Cámara provincial de la misma que expidió la primera Constitución Municipal de la Provincia el 14 de noviembre de 1853, siendo Presidente de la Nueva Granada el general José María Obando.  

Para esta fecha, la Cámara Provincial estaba compuesta de la siguiente manera: Presidente, Manuel A. Lemus, Vicepresidente, Pedro Quintero Rizo, y los diputados: Miguel Araújo, Julián Alcina, Juan M. González, Fermín Lemus, Pedro Lemus Jácome, A. Santo Domingo Vila, Juan C. Pacheco, José del Carmen Lobo Jácome y, como secretario, Gregorio Quintero. La Constitución fue sancionada por el gobernador Diego Alejandro Jácome, siendo su secretario Julián Berrío.

Enfrentamientos políticos entre liberales y conservadores, produjeron la expedición de una segunda Constitución de Ocaña, que fue sancionada el 28 de noviembre de 1854 por el gobernador interino Cayetano Franco Pinzón.

La economía de la región de Ocaña a finales del siglo XIX

 La actividad empresarial y de comercio en la región de Ocaña, tuvo un importante desarrollo durante las últimas décadas del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Esta circunstancia fue favorecida por las políticas librecambistas imperantes en la época, que permitieron, incluso, la designación de agentes consulares de Italia, con don José Lébolo y de Alemania, con don W. Brokate.

Casa importadora y exportadora de don José Domingo Jácome 
y Hermanos hacia 1884

Las principales sociedades comerciales de Ocaña, comienzan con la iniciativa de don Manuel Roca Rincón, en 1863 quien, según el registro periodístico de La Nueva Era, No. 21 de 10 de octubre de 1886, era "Importador y exportador. Tiene de venta mercancías inglesas, francesas, americanas, españolas, sal, tabaco, &. &. Compra café, cueros, taguas, quina, anís. Vende y compra letras sobre Exterior y varias plazas del país".  Cronológicamente, encontramos  seguidamente, la sociedad comercial de José D. Jácome & Hnos., en 1864, "Importadores, exportadores y comisionistas. Compran y venden LETRAS sobre las principales plazas de Europa, New York, Cartagena y Barranquilla. Tienen de venta un surtido de mercancías Inglesas, Francesas, Alemanas, Españolas y Americanas, los acreditados Tabacos de Ambalema marca FN y del Carmen de Bolívar, marca JES" (La Nueva Era No. 21, 1886).

1876. "Algunos comerciantes de Ocaña y Bucaramanga repararon los vapores Barranquilla  y Vengoechea y con los nombres de Santander y El Libertador, formaron una línea para navegar exclusivamente entre Bodega Central, cerca a la boca del Lebrija, Puerto Nacional y Barranquilla, dando transporte tanto al café, el cacao, los cueros y el azúcar de la cordillera de Ocaña y de los valles altos de Bucaramanga" (Camacho Roldán, Salvador, Notas de Viaje, citado por Luis A. Sánchez Rizo en Monografía de Ocaña, p. 132).

Vapor del río Magdalena, acuarela de Eusebio Posada 1888
Museo de la Ciudad de Ocaña Antón García de Bonilla

En 1879, se inician las festividades de la panela en Convención, de acuerdo con los datos históricos recogidos por el historiador y periodista Olger García Velásquez, quien a propósito de este certamen popular, nos dice: "…hasta donde he podido indagar en viejos infolios - se inició en 1879, cuando se celebró el cincuentenario de la fundación de Convención y todo se circunscribía a la corrida de toros como punto central del programa.

Dicha corraleja se verificó hasta 1900 en la plaza principal; luego, y hasta 1925, pasó al barrio El Tamaco -como lo señalan periódicos de la época - cuando aun el barrio no estaba urbanizado como lo vemos ahora…Vino una época de suspensión, cuando la violencia política arreciaba y era imposible su continuación. En 1960 la corraleja fue trasladada para una planada, donde en 1962 y con ocasión de la llegada de la Alianza para el Progreso, programa del presidente John Firzgerald Kennedy, se construyó la Escuela Kennedy, lo que obligó al traslado de la fiesta y su corraleja para el barrio La Plazuela" (Convención se viste de fiesta: 46º Festival de la Panela. En La Opinión, Cúcuta, 22 de julio de 2008, p. 3ª).

1880. El 9 de octubre, la Gobernación del Estado del Magdalena expide el Decreto No.148, "Por el cual asume el Estado el establecimiento de bodegas en su territorio y la administración y rentas de ellas". En su Artículo 2o., prescribe: "Mientras el poder ejecutivo pueda organizar la administración de dichos establecimientos en términos que satisfaga cumplidamente las exigencias del tráfico, procédase a celebrar contrato con la persona o compañía que haga mejores proposiciones para la construcción y administración de bodegas en los puntos de la Gloria, Puerto Nacional y Loma de Corredor" (La Nueva Era No. 50, 20 de agosto de 1887, p. 200). Con base en el citado Decreto, el Estado del Magdalena suscribió un contrato con el señor Ramón B. Jimeno para construir la Bodega en Puerto Nacional. La cláusula 9a. del documento, indica que: "desde el día en que se abra el servicio del público la Bodega materia de este contrato, no será permitido a ninguna otra persona ni compañía el uso ni el establecimiento de otras bodegas en Puerto Nacional". Este monopolio del Estado del Magdalena produciría controversias y demandas ante el Estado, por parte de comerciantes ocañeros y de Barranquilla, quienes consideraron vulnerados sus derechos comerciales.


Ocaña en las primeras décadas del siglo XX

Concluida la Guerra de los Mil Días (1899 - 1902), Ocaña comienza recuperarse de los estragos de la contienda. A comienzos del siglo XX aparece la tertulia literaria de Los Felibres, integrada por Enrique Pardo Faerlo (Luis Tablanca), Euquerio Amaya (Adolfo Milanés), Santiago Rizo Rodríguez (Edmundo Velásquez), Joaquín Emilio Ceballos, el presbítero Alfredo Sánchez Fajardo y otros intelectuales de la época, herederos de las tertulias "Liceo de Hacarí" y Sociedad del Propio Esfuerzo, constituidas hacia finales del siglo XIX:

Entre las décadas de 1920 y 1930 aparecen las primeras fábricas de gaseosas (Gaseosas Calle en 1925) y La Favorita (1930), asó como gran cantidad de fábricas de velas, jabones, etc., que dan gran movilidad al comercio local. Continúan las exportaciones hacia Europa y los Estados Unidos y se afianza la colonia de sirios y libaneses que desarrollan sus actividades básicamente en el barrio de El Tamaco. Se construyen las iglesias de Jesús Cautivo y San Antonio yen 1935 aparece el Centro (hoy Academia) de Historia de Ocaña.

En la década de 1940 comienza transformarse el urbanismo de la ciudad con los aportes del arquitecto italiano Aladino Benigni, quien construye el teatro Morales Berti y el mercado cubierto. En 1945 se crea en Club del Comercio y comienza una recomposición social que se mantiene hasta hoy, debido a la aparición en los escenarios políticos de una nueva dirigencia que tendrá gran figuración en la década de 1960.


La Ocaña de hoy

A partir de 1963, se inicia la transformación urbana de la ciudad a raíz de invasiones que modifican el esquema ortogonal inicial, dando como resultado la ciudad que vemos hoy, mezcla de arquitectura colonial, republicana y moderna.

Durante la llamada república liberal y en la hegemonía conservadora, la ciudad y la región fueron víctimas de los enfrentamientos bipartidistas que causaron muertes, despojo de tierras, exclusión en los cargos públicos y traumatismos sociales.

A partir de la década de 1970, comienzan las incursiones guerrilleras en la zona, desatándose una lucha, luego, entre guerrilleros y paramilitares (que comienzan a operar en la década de 1990), por el control territorial.

Esta situación de violencia generalizada, produjo desplazamientos masivos hacia Ocaña y las otras cabeceras municipales de la antigua provincia, desarticulación del tejido social, éxodo de los ocañeros hacia otras ciudades del país, aparición de fenómenos como la prostitución infantil, el surgimiento de bandas criminales organizadas, aumento de la mendicidad, deterioro del patrimonio arquitectónico histórico, retenes ilegales en las carreteras, secuestros, extorsiones, asesinatos selectivos, falsos positivos, aumento del consumo y tráfico de estupefacientes, etc., y una grave afectación a la economía regional, especialmente el comercio que ha sido tradicionalmente la vocación generadora de ingresos.

Museo de la ciudad de Ocaña Antón García de Bonilla

Museo de la Gran Convención

Ocaña posee un valioso patrimonio cultural material e inmaterial, representado en su arquitectura, el Desfile de los Genitores, Semana Santa, festejos patronales de los barrios; Museo de la Ciudad de Ocaña Antón García de Bonilla, Museo de la Gran Convención, Academia de Historia, Archivo Histórico, plaza de ferias, tres bibliotecas públicas, monumentos, bustos y estatuas, festejos religiosos y populares, el voseo caracterice de la región, la gastronomía, juegos infantiles, tradiciones, leyendas y costumbres, etc., heredados de la época prehispánica y de España.

Semana Santa en Ocaña

Un activo comercio con la Costa norte y el interior del país se ha generado desde la Colonia y continúa hoy en día, brindando trabajo a numerosas familias. Funcionan seis emisoras, cuatro semanarios, tres canales locales de televisión y revistas virtuales y físicas, como la Revista Hacaritama, de la Academia de Historia, así como sitios web de iniciativa privada o institucional.

La ciudad cuenta también con excelentes centros educativos de educación básica primaria y secundaria, la Universidad Francisco de Paula Santander, UNAB, Universidad Santo Tomás, Autónoma del Caribe y otras, que permiten el acceso a los jóvenes de la localidad, de la antigua provincia y de otros departamentos de Colombia.

Ocaña es también sede de la Diócesis, creada en 1962, del Batallón de Infantería N° 15 Francisco de Paula Santander; tiene instalaciones del SENA, Cámara de Comercio, terminal de transporte, oficinas bancarias como, DAVIVIEDA, Banco de Colombia, Banco de Bogotá, Banco Agrario, Banco Caja Social, BBVA, Cooperativa CREDISERVIR, Cruz Roja, Defensa  Civil, Cuerpo de Bomberos, Liga de Lucha Contra el Cáncer, CORPONOR, COMFANORTE, COMFAORIENTE; hoteles, restaurantes, discotecas, estaderos, centros comerciales, almacenes de ropa, ferreterías, repuestos, electrodomésticos, distribuidoras de equipos de cómputo, joyerías, misceláneas, depósitos, mercado cubierto, estadio, aeropuerto, coliseo cubierto, empresas de transporte como COPETRAN, OMEGA, COOTRANSHACARITAMA, COOTRANSUNIDOS,  etc.

Mucha son aún las necesidades por resolver, entre ellas la movilidad urbana, la delincuencia organizada, el acoso de la guerrilla, la corrupción, la desatención al sector rural, invasión del espacio público, etc. Pero sus gentes, laboriosas y amables, siguen luchando contra las adversidades, con denuedo y esperanza en un futuro mejor y en paz.

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