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martes, 30 de marzo de 2010

TEMAS DEL CENTENARIO DE NORTE DE SANTANDER

“MUSEO ARQUEOLÓGICO Y DE MINERALOGÍA”


EL MUSEO DIOCESANO DEL PADRE ROCHEREAU EN PAMPLONA



Por: María Clara Valero Álvarez
Presidenta de la Academia de Historia de la Ciudad de Pamplona


El sacerdote francés Henry Rochereau arribó a la ciudad de Cartagena el 27 de septiembre de 1907, allí permaneció unos meses en el seminario de esa ciudad. A Pamplona llegó a lomo de mula el 21 de febrero de 1908 al Seminario de Pamplona donde se desempeñó como docente y formador de sacerdotes. Asumió la cátedra de Ciencias Naturales (botánica, zoología, anatomía, geología y cosmografía).

Para hacer prácticas las clases inició la recolección de especímenes y objetos precolombinos con la colaboración de los alumnos, ciudadanos y especialmente campesinos quienes tenían más contacto con la naturaleza. Al poco tiempo sus colecciones adquirieron importancia y Monseñor Evaristo Blanco acertadamente propuso crear el museo y exponer las piezas al público para conmemorar y celebrar el “Centenario de la Independencia de Colombia” en 1910.

El Obispo Blanco emitió un decreto con fecha 4 de julio de 1910, mediante el cual se oficializaban los eventos conmemorativos del Centenario de la Independencia. Para la apertura del museo se fijó el día 19 de julio de 1910 a las 9 de la mañana. En el texto del Decreto Invitó a Sesión Científica para inaugurar el “Museo Arqueológico y de Mineralogía”

Fueron expuestas las diferentes colecciones con miles de muestras, colocadas así: Siete muebles contenían mineralogía, dos contenían insectos y uno las aves. Posteriormente, coleccionó, animales salvajes, culebras, lagartijas, mariposas y coleópteros de fósiles y minerales, fósiles de especies extinguidas, módulos calcáreos cuajados de amonitas, arañas y escarabajos. En este arduo trabajo recuperó momias, objetos indígenas y esmeraldas en bruto. La gente colaboraba trayendo vasijas, esqueletos y huesos encontrados en tumbas indígenas encontradas en las montañas.

Entre las tantas piezas importantes de este museo está el cráneo del Prócer de la Independencia Juan Estéban Ramírez, dentro de una jaula de hierro el cual fue exhibido hasta el 22 de julio de 1819, como escarmiento para que no apoyasen el movimiento libertario. Estuvo colocado en la actual esquina de la calle 6 con carrera 4 de la ciudad de Pamplona, durante la “Ëpoca del Terror”. Después del 7 de agosto de 1819 le dieron cristiana sepultura. El cráneo fue encontrado removiendo el piso de la Catedral de Pamplona y por orden del Gobernador Guillermo Cote Bautista, fue ingresado al museo del Padre Rochereau.

La investigación y el legado histórico del Sabio Rochereau es de proporciones inmensas; en este escrito sólo se exalta una de sus obras.

“El Museo Arqueológico y de Mineralogía” nació con la conmemoración de los 100 años de Independencia y el nacimiento del Departamento Norte de Santander; por este motivo en Pamplona celebraremos con mucho entusiasmo estas efemérides.

LUGAR DONDE FUNCIONÓ EL MUSEO. A mitad del siglo XX, se realizó un canje entre la Administración Municipal propietaria de la “Casa del Fundador Ortún Velasco” y el antiguo Convento de San Francisco propiedad de la Iglesia Católica sitio donde estuvo por más de un siglo el Seminario, lugar donde actualmente está construido el Hotel Cariongo. Desde entonces este fabuloso museo fue recogido y guardado en el sótano de la nueva edificación del Seminario Mayor.

Muchos años permaneció deteriorándose en esos sótanos húmedos. Siendo Arzobispo de la Ciudad de Pamplona el eminentísimo Monseñor Rafael Sarmiento Peralta con la colaboración de Monseñor José de Jesús Acosta Mohalem iniciaron la labor de recuperar piezas de lo que fue el “Museo del Padre Rochereau”, uno de los primeros museos de Colombia.

En el 2010, Monseñor Rafael Tarazona Vicario Apostólico de la Arquidiócesis de Pamplona, acertadamente ordenó organizarlo en el primer piso del “Museo Arquidiocesano de Arte Religioso” y exponer piezas que fueron otrora parte del “Museo Diocesano” como también lo llamaban. Este legado histórico estará expuesto a partir del lunes santo del presente año.

Lo anterior, es uno de los mejores regalos que puede recibir Pamplona de la “Curia Arquidiocesana” en el marco del bicentenario de su Independencia y del Centenario de la creación de nuestro Departamento Norte de Santander.

lunes, 29 de marzo de 2010

TERCERA SEMANA DE LA GRAN CONVENCIÓN

GOBERNACIÓN DE NORTE DE SANTANDER
SECRETARÍA DE CULTURA DEL DEPARTAMENTO

ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA

VIGÍAS DEL PATRIMONIO CULTURAL
SEGUNDO ENCUENTRO DE HISTORIADORES DEL GRAN SANTANDER
OCAÑA, 8, 9 Y 10 DE ABRIL DE 2010






Con el apoyo de:

CLUB OCAÑA
CORPORACIÓN CULTURAL Y ARTÍSTICA DESFILE DE LOS GENITORES
HOTEL HACARITAMA
ESCUELA DE ARTES DE LA UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER - OCAÑA
FUNEDUCAR

CON ENTUSIASMO, HEMOS CULMINADO LOS PREPARATIVOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA TERCERA SEMANA DE LA GRAN CONVENCIÓN Y EL SEGUNDO ENCUENTRO DE HISTORIADORES DEL GRAN SANTANDER.





OCAÑA, COMO SIEMPRE, ESPERA A LOS ILUSTRES INVITADOS LOS DÍAS 8, 9 Y 10 DE ABRIL.





EL INGRESO DE PERSONAS A TODOS LOS ACTOS PORGRAMDOS, ES COMPLETAMENTE GRATUITO.

RESEÑAS

LAS MÁS RECIENTES PUBLICACIONES

Estas son las más recientes publicaciones que han llegado hasta nuestra mesa de redacción, de autores de la región de Ocaña:




UNA ESPERANZA DE AMOR EN EL OCASO. Johny Sánchez. Impreso El Sol. Ocaña, 2009. 100 p. Nuevo poemario de este autor que ha venido dando a conocer su obra desde hace ya varios años.








DESPERTARES. Historias de un encuentro consigo mismo. Héctor J. Arévalo. Monarca Impresores, Ocaña, 2009. 155 p. Interesante publicación, que se acerca a las concepciones orientalistas de la vida, reflexiones sobre el Yo y otras introspecciones que acuden a los grandes pensadores, como Gibran Khalil Gibran, Tagore, Nietzsche y Krishnamurti.












DE LOS CAMINOS DE LA CRUZ A LOS CUENTOS DE MAMÁ PACHA. José de la Cruz Vergel. Arte Impreso. Cúcuta. 2010. 196 p. Publicación patrocinada por la Gobernación de Norte de Santander, Secretaría de Cultura Departamental. Interesante obra sobre el municipio de Ábrego que esta vez incluye un capítulo dedicado a la recuperación de la tradición oral de esta población nortesantandereana, otro sobre la Guerra de los Mil Días y biografías de personalidades célebres.










REVISTA "DIÁSPORA". Año XII, Nº 6. Director, Carlos Durán Hernández, Pbro.; Coordinador académico, Antonio Lozano Pérez; Asesores: Miguel Ángel Picón Sánchez, Joaquín Santana Barbosa, Pedro Amadías Santana Barbosa. Edición patrocinada por la Alcaldía Municipal de Río de Oro (Cesar). Edición dedicada al Bicentenario de la Independencia y al municipio de El Carmen.









CARO PARA CARISTAS. Folleto dedicado a la Institución Educativa que lleva el nom

bre del ilustre poeta ocañero, en sus 99 años, y al natalicio de José Eusebio Caro (5 de marzo de 2 010).










miércoles, 24 de marzo de 2010

EL CENTRO DE HISTORIA DE ÁBREGO




En una sobria ceremonia, realizada en la Casa Cural de Ábrego el viernes 19 de marzo, se llevó a cabo el acto de instalación del Centro de Historia de este municipio, creado mediante Acuerdo Nº 015 de 24 de agosto de 2009. El doctor Wilmar Arévalo, Alcalde municipal, fue el encargado de oficializar el Centro de Historia y de entregar los primeros Diplomas a las personas que figurarán como Miembros de esta nueva entidad de investigación histórica de la región de Ocaña.


En la misma ceremonia, se presentó la obra De los caminos de la Cruz a los cuentos de Mamá Pacha, del historiador y académico José de la Cruz Vergel Jaimes, encargado de la Casa de la Cultura del municipio y uno de los más sobresalientes gestores culturales de Ábrego. Durante la instalación del Centro de Historia, llevaron la palabra el doctor Wilmar Arévalo, Luis Eduardo Páez García, Presidente de la Academia de Historia de Ocaña, Monseñor Carlos Castro Lanzziano, a quien se le tributó un sentido reconocimiento, y don José de la Cruz Vergel.

Toda esta actividad cultural que inició en las horas de la mañana con la participación de los centros educativos, hizo parte de la apertura oficial de la conmemoración de los 200 años del poblamiento de Ábrego.

El Centro de Historia de Ábrego, quedó integrado por las siguientes personas: José de la Cruz Vergel, Manuel Guillermo Peñaranda, Wellington Pacheco, Carlos Pacheco, Luz Mary Ascanio, Alcira Arévalo Álvarez, Francisco Javier Morales, Orlando Clavijo Torrado, Wilmar Arévalo Sánchez, Fernando Rafael Barriga Lemus, Monseñor Carlos Castro Lanzziano y Luís Eduardo Páez García.

viernes, 12 de marzo de 2010

ÁBREGO, 200 AÑOS DE POBLAMIENTO




Por Luis Eduardo Páez García


El 19 de marzo, el municipio de Ábrego conmemorará 200 años de su poblamiento, con festejos populares, actividades artísticas y actos académicos.


El Dr. Wilmar Arévalo, Alcalde Municipal, y don José de la Cruz Vergel Jaimes, encargado de la cultura de este municipio hermano, son los gestores de esta fiesta de la civilidad que se llevará a cabo para recordarle a Norte de Santander y a Colombia, la consolidación de aquel antiguo asentamiento humano, conocido en sus albores como La Cruz. Después de un minucioso estudio, indagación en los archivos históricos de Ocaña, Bogotá y Santa Marta, el académico José de la Cruz Vergel concluyó que en Ábrego no se produjo propiamente una fundación, sino un poblamiento oficial el 12 de marzo de 1810, en el cual tuvieron papel preponderante las damas Ana María y Josefa de la Encarnación Maldonado, cuyos nombres cobran este año especial significado para los abreguenses y para las gentes de la antigua Provincia de Ocaña.


El Acta de demarcación de los terrenos de la población, reproducida en la obra Abrego, Llanos de la Cruz, del historiador José de la Cruz Vergel, menciona también los nombres de Ramón de Trillo, José María Carvajalino, Pbro., Miguel Álvarez de Castrellón, Francisco Aquilino Jácome, José Gregorio Quintero, José María Jácome y Miguel María Navarro.


Teniendo en cuenta que 2010 es el año del Bicentenario de la independencia, bueno es señalar que en la fecha de suscripción del Acta de demarcación (que podemos considerar como de creación de Abrego), es decir, el 12 de marzo, ya se había producido el levantamiento de Pore (2 de febrero de 1810) y se preparaban otras provincias del Virreinato de la Nueva Granada para alzarse contra el gobierno español. En efecto, el 22 de mayo, se pronuncia Cartagena siguiéndole Mompox, Cali, Pamplona y otras ciudades, para culminar e 20 de julio de este mismo año con el denominado “Grito de independencia” en la plaza mayor de Santafé.


Así, pues, que el poblamiento oficial de Ábrego tiene lugar en un momento crucial para la historia colombiana y la historia regional en lo que tiene que ver con el proceso de independencia. De hecho, don Francisco Aquilino Jácome, quien figura como signatario del Acta a que hacíamos referencia, fue nombrado por el Cabildo como delegado del cantón de Ocaña ante la junta de Santa Marta, donde defendió el partido del Rey.


La historia de Ábrego, ligada como la de las otras poblaciones del nor occidente del actual departamento de Norte de Santander, a la historia de Ocaña, es rica en sucesos y personajes que hasta ahora comienzan a aparecer en los registros regionales. Por aquellos senderos que conducían al viejo “Camino de los Callejoes”, pasó el Libertador Simón Bolívar después de su estada en Ocaña, para dirigirse a Cúcuta, en 1813. En las viejas casonas de Ábrego se alojaron los diputados bolivarianos en 1828, después de abandonar la Convención de Ocaña. En la década de 1840, el poeta José Eusebio Caro pasó en Ábrego momentos de solaz y descanso, como bien lo anota Lucio Pabón Núñez en sus crónicas sobre la vida del poeta romántico. Hoy, el municipio de Ábrego hace parte de la Ruta Turística de la Gran Convención y ofrece al visitante las bondades de su clima y sus incomparables parajes que invitan al turismo ecológico y cultural.


Vaya, a través de estas líneas, una invitación a las gentes de la región y de Colombia, para que acompañemos a nuestros hermanos el viernes 19 de marzo en la conmemoración de sus 200 años de historia.

jueves, 11 de marzo de 2010

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA


LA BATALLA DE CÚCUTA, 197 AÑOS DE HISTORIA

frente a LA MODA DEL pseudo revisionismo histórico

Edwin Leonardo Avendaño Guevara, Pbro.

Admonición: Como homenaje a mis antepasados Fidel y Julio Avendaño,

soldados patrióticos del batallón ‘Libres de Ocaña’ y actores

en la batalla de Cúcuta, quienes con sus compañeros comprendieron que

una batalla no se puede ganar sin tres elementos: sabiduría, fuerza y coraje.

Q



Quiero iniciar esta disertación agradeciendo a los Honorables miembros de la Junta directiva de la Sociedad Bolivariana de San José de Cúcuta el haberme solicitado dirija a vosotros esta reflexión en este memorable y sagrado día, preclaro ya en la historia local y nacional.


Lo que conocemos con el nombre de batalla de Cúcuta contiene en sí unas implicaciones relevantes, toda vez que como jornada militar en el marco de la vida y obra del que para aquel entonces era el coronel de milicias don Simón Bolívar, representó un acertado golpe en el transcurso de la “Campaña Admirable”, pues, su derivación moral fue aprovechada para lograr al fin la libertad de Venezuela. Así nos lo recuerda el brigadier general Álvaro Valencia Tovar: “Cuando Bolívar recorre los vetustos empedrados de Cartagena de Indias en las postrimerías de 1812, es un Don Nadie, su título… es apenas un nombre. Una herencia de su sangre hispana. No hay victorias en su historial”.


Por tanto, las consecuencias de esta confrontación no son limitadas, como han querido hacérnoslo entender algunos historiadores vernáculos revisionistas, aparecidos en tiempos recientes, que recurriendo a usos peyorativo se refieren al evento, manipulando la historia real del certamen con fines irreverentes, prescindiendo del método científico y la revisión por pares, y por ello en este caso hemos de considerar esta práctica como de uso pseudocientífico.

De igual manera es

oneroso pensar así, y presentar de tal manera la trascendencia de la faena pues de inmediato se produce el cambio de los valores desde los que se observa el pasado. No respetar la neutralidad y el espíritu crítico en la relación con las fuentes consideradas básicas en el trabajo del verdadero y sano historiador es contraproducente.


El doctor Ernesto Becerra Golindano, de la Academia de Historia del Estado Táchira, de Venezuela, citado en el II encuentro de Historiadores, llevado a cabo en Ocaña el año anterior, en remembranza hecha por el doctor Olger García Velásquez, en sus “Fuentes para el estudio de la historia local”, manifiesta: “Hoy en día podríamos decir que todos somos historiadores. Esto no quiere decir que todos debamos estudiar historia en una universidad, y dedicar la vida a escribir libros y a dar clases y conferencias. Lo que se quiere decir radica en que todos debemos tener un mínimo conocimiento de la historia. Todos debemos ser un poquito historiadores (…) Cada uno debería ser capaz de hacer una rápida referencia a los principales íconos históricos de su ciudad”.


Por otra parte, el profesor Enrique Moradiellos afirma con razón que “la actividad de revisar el pasado la puede practicar cualquier periodista o investigador aficionado y está protegida por la libertad de pensamiento y expresión. Además, como la historia es un terreno fecundo para la controversia y en muchas ocasiones la legitimidad de apuestas políticas del presente se fundamenta en trayectorias históricas del pasado, la revisión histórica puede estar cargada de polémica. Casos famosos, como el del Negacionismo del Holocausto judío (que cerrándose a la banda dice que la existencia de un plan para el exterminio de los judíos en la Alemania Nazi no es cierto), han dado lugar a legislación en algunos países que tratan esa versión de la historia como delito, considerando que se trata una de “una mentira deliberada, con fines oscuros, que no tiene nada que ver con interpretar la evidencia histórica y, en cambio, se aproxima a la apología de un régimen criminal”.


En ocasiones, las fronteras entre el revisionismo académico y el seudocientífico son objeto de disputa. A priori, los revisionistas externos al mundo académico pueden hacer un trabajo excelente en términos historiográficos. Del mismo modo, un historiador académico puede trabajar fuera del canon historiográfico y convertirse en una suerte de revisionista no académico. Sin embargo, los revisionistas que han alcanzado mayor resonancia en la opinión pública normalmente se han beneficiado más de la existencia de un público o grupo mediático ávido de polémica, que no de una aportación original al conocimiento histórico. Y esto, sin lugar a dudas, es lo que ha venido pasando en la región. La figura del revisionista no académico suele presentarse como un Quijote que se esfuerza por hacer aparecer una supuesta verdad frente a ese conjunto de personas que ostentan el poder, que le margina. Algunos editores de historiadores académicos también han descubierto que entrar en polémica con estas figuras mediáticas les sirve para vender más libros. Y esta es una bajeza innegable.


Las críticas al revisionismo no académico desde la historiografía profesional suelen hacer referencia su carácter seudocientífico, por la utilización fraudulenta de los mecanismos de verosimilitud con los que se construye un discurso histórico.


En nuestros círculos académicos no podemos permitir la utilización acrítica de documentos ni el uso de citas falsas o forzadas, hay que reprender expresiones como estas: “los soldados que acompañaban a Bolívar eran unos desarrapados”, por el contrario digamos: fueron nobles y esforzados: “Su varonil aliento de escudo les sirvió”; no podemos permitir tampoco la descontextualización o desvalorización caprichosa de informaciones relevante.

En contrapartida, las críticas a la historiografía académica suelen aducir que ésta nunca ha estado libre de prejuicios ideológicos, y que, por otra parte, cuando se construye como discurso científico neutro no suele interesar al público general y falla en su compromiso cívico.


Al arribar al Centenario de Norte de Santander y al Bicentenario de la Independencia, la trascendencia de estas conmemoraciones deben hacernos recapacitar en el uso correcto de los valores ancestrales que se han proclamado por casi dos centurias, sin menoscabo alguno de la identidad y del patriotismo que genera unión y fraternidad.


Sí la batalla de Cúcuta no constituyera un obelisco en la historia local, historiógrafos y académicos de la talla de Leonardo Molina Lemus, Jorge E. Pacheco Quintero, Rubén Sánchez Nieto, Calos Molina López, Pablo Chacón Medina, Cristina Ballén, Luis Eduardo Páez Courvel, Astolfo Castilla Jácome, Luis Eduardo Páez García, José Antonio Tolosa Cáceres, entre otros, nunca habrían escrito páginas brillantes sobre el trascendental suceso.

Nuestro actual presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander, recientemente acogido como miembro nacional de la hermana Academia de Historia de Santander, en Bucaramanga, esto dijo en los 190 años de la batalla de Cúcuta: “La misma espada que en el rojizo fulgor del amanecer del 28 de febrero de 1813, emergió como un rayo por entre las alturas escarpadas del legendario camino de San Cayetano y que hoy ha vuelto a refulgir como un relámpago encendido de gloria y esperanza, para llenar de gloria el universo. Un universo que a todos nos alumbre”.


Y el siempre recordado y bien ponderado don José Tolosa Cáceres en su égloga sobre la gesta que rememoramos puntualizó: “Y es Cúcuta el hito esplendoroso de sus sueños. Aquel 28 de febrero de 1813, constituye para Bolívar el primer peldaño de su gloria. Cúcuta, la luminosa y ardiente, la cordial ciudad de los atardeceres de ensueño, le abre al héroe las puertas de la inmortalidad”.


Y con seguridad, el poeta ocañero Marco Aurelio Carvajalino Caballero, en su “Canto a Cúcuta”, al escribir este verso recordó el heroísmo de los ‘Libres de Ocaña’, sus ancestros admirados:


“Tierra de claro honor, plena de historia,

que ungió el progreso y coronó la gloria,

con el laurel que nunca se marchita”.

Muchas gracias.


[1] Discurso pronunciado el viernes 26 de febrero de 2010, en el salón Santander, sede de la Academia de Historia de Norte de Santander.

viernes, 5 de marzo de 2010

TERCERA SEMANA DE LA GRAN CONVENCIÓN Y SEGUNDO ENCUENTRO DE HISTORIADORES DEL GRAN SANTANDER










ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA

VIGÍAS DEL PATRIMONIO CULTURAL

GOBERNACIÓN DE NORTE DE SANTANDER

SECRETARÍA DE CULTURA DEPARTAMENTAL

TERCERA SEMANA CULTURAL DE LA GRAN CONVENCIÓN

SEGUNDO ENCUENTRO DE HISTORIADORES DEL GRAN SANTANDER

Ocaña, Norte de Santander 8, 9 y 10 de abril de 2010

DOCUMENTO BASE

En abril de 2008, con motivo de la conmemoración de los 180 años de la Gran Convención de Ocaña, se programó y llevó a cabo la primera versión de la Semana Cultural de la Gran Convención, con el fin de rescatar y divulgar la memoria histórica de este suceso histórico nacional. La Gobernación de Norte de Santander, en cabeza del Doctor William Villamizar Laguado, y la Secretaría de Cultura del Departamento, bajo la dirección del Dr. Leonel Rodríguez Pinzón, avalaron el proyecto que tuvo como sede el Complejo Histórico de la Gran Convención, con asistencia de la señora Ministra de Cultura Paula Moreno Zapata, la Comisión VI de la Cámara, delegados del Senado de la República, Asamblea de Norte de Santander y las autoridades del municipio de Ocaña, así como representantes de la Sociedad Civil.

Entre el 20 y el 25 de abril de 2009, se efectuó la Segunda Semana Cultural y el Primer Encuentro de Historiadores del Gran Santander, avalado por la Gobernación de Norte de Santander y la Secretaría de Cultura del departamento, que se llevó a cabo en la sede de la Biblioteca Pública Municipal “Luis Eduardo Páez Courvel”. En esta segunda versión, se vinculó el Ministerio de Cultura, la alcaldía Municipal y representantes de las Academias de Historia de Santander, Norte de Santander, Academia Nariñense de Historia, Academia Colombiana de Genealogía, Academia de Historia de Pamplona, Comisión del Bicentenario y sociedad civil, así como los Centros de Historia de Convención y Río de Oro. La temática del Encuentro de historiadores estuvo referida al Centenario de Norte de Santander y Bicentenario de las independencias, enfatizándose en el estado actual de la historiografía del Gran Santander.

JUSTIFICACIÓN DEL ENCUENTRO DE HISTORIADORES

La Tercera Semana de la Gran Convención y Segundo Encuentro de Historiadores del Gran Santander, quiere mantener la tónica iniciada en 2008, reuniendo a los historiadores del Gran Santander para intercambiar experiencias y promover ante la comunidad la importancia del Centenario de creación del Departamento Norte de Santander y el Bicentenario de las Independencias.

TEMARIO:

Centenario de creación del Departamento Norte de Santander

Bicentenario de las independencias

LUGAR Y FECHA

Ocaña, Norte de Santander, 8, 9 y 10 de abril de 2010. Sede del centro Cultural de la Biblioteca Pública “Mario Javier Pacheco”.

PARTICIPANTES

Presidentes de las Academias de Historia de Norte de Santander, Santander, Pamplona, Ocaña o sus delegados, Presidentes de los Centros de Historia de los departamentos de Norte de Santander y Santander e historiadores de la región.

DIRIGIDO

A TODA LA COMUNIDAD, ESPECIALMENTE A LOS ESTUDIANTES, DOCENTES DEL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES Y CULTORES DE LA REGIÓN DE OCAÑA

OBJETIVOS

  • Historia de Norte de Santander, sus personajes, sus hechos relevantes y perspectivas de su desarrollo a través de 100 años de vida institucional
  • El Bicentenario de las Independencias
  • La Independencia en Norte de Santander y la región de Ocaña

METODOLOGÍA DEL ENCUENTRO

El Encuentro de Historiadores del Gran Santander, se organiza en sesiones con la presentación de ponencias por parte de los inscritos, cuya duración máxima será de 15 minutos por cada ponencia.

Se llevará a cabo un panel sobre el tema: Norte de Santander,

La inscripción de las ponencias se hará en la sede del museo Antón García de Bonilla; podrán también ser enviadas por correo electrónico, con una extensión máxima de 20 páginas tamaño carta. Tels. 5690753 – 5623500

Dirección: Calle 11 Nº 15-103.

Correo electrónico: museosocana@yahoo.com.ar

FECHA LÍMITE DE INSCRIPCIÓN:

24 DE MARZO DE 2010

ORGANIZACIÓN DEL ENCUENTRO

El Encuentro se organiza con el apoyo de la Gobernación de Norte de Santander, Secretaría de Cultura, a través de la Academia de Historia de Ocaña y los Vigías del Patrimonio Cultural.

WILLIAM VILLAMIZAR LAGUADO

Gobernador de Norte de Santander

FERNANDO BARRIGA LEMUS

Secretario de Departamental de Cultura

LUÍS EDUARDO PÁEZ GARCÍA

Presidente Academia de Historia de Ocaña

MARTHA PACHECO DE PÁEZ

Coordinadora Vigías del Patrimonio Cultural

INVITADOS

ACADEMIA DE HISTORIA DE NORTE DE SANTANDER

ACADEMIA DE HISTORIA DE SANTANDER

ACADEMIA DE HISTORIA DE PAMPLONA

ACADEMIA DE HISTORIA DE OCAÑA

CENTRO DE HISTORIA DE RÍO DE ORO (Cesar)

CENTRO DE HISTORIA DE CONVENCIÓN

CENTRO DE HISTORIA DE EL CARMEN

HISTORIADORES ABREGO

HISTORIADORES BUCARASICA

INVITADOS ESPECIALES:

ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA

CONSEJO DE HISTORIA NAVAL

ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

ACADEMIA BOYACENSE DE HISTORIA

COMISIÓN DEL BICENTENARIO

martes, 2 de marzo de 2010

JOSÉ EUSEBIO CARO Y LA LITERATURA EN LA REPÚBLICA




Por Luis Eduardo Páez García


El próximo 5 de marzo se cumple un aniversario más del fallecimiento del máximo poeta ocañero, don José Eusebio Caro. La Academia de Historia de Ocaña rinde tributo a este ilustre personaje cuya casa natal es hoy sede del Colegio Nacional que lleva su nombre.

Durante el proceso de Independencia encontramos pocos exponentes de las letras ocañeras que tengan que ver directamente con el desarrollo cultural de la ciudad. Sólo hasta 1851, con la llegada de la imprenta, podemos hablar de un inicio de nuestra tradición literaria, pues fue, justamente, a partir de la publicación del primer periódico, La Estrella (impresor, Samuel Nieto, 1851), que comienza una serie ininterrumpida de publicaciones periódicas, libros y folletos, y la formación de las primeras tertulias literarias.

El período gubernamental de José Hilario López (1849-1853), tuvo para Colombia un gran significado, toda vez que propició la ruptura definitiva con el orden colonial precedente que la aristocracia criolla había mantenido casi intacto. Ocaña se organiza como Provincia (29 de mayo de 1849), y queda abolida la esclavitud (1851), siendo gobernador provincial el doctor Agustín Núñez. El 14 de noviembre de 1853 “los diputados de la legislatura provincial de Ocaña reunidos en Cámara...” expiden la primera Constitución Municipal de la Provincia de Ocaña.

Desde el punto de vista literario, Colombia se sumerge en el Romanticismo que, iniciándose en Europa, llega a nuestro país a través de los autores argentinos, mejicanos y peruanos, en dos oleadas que comprenden, según los investigadores, de 1830 a 1860 y de 1860 a 1880.

Se caracteriza este período por la búsqueda incesante de la identidad nacional, por la consolidación de un Estado autónomo, donde la vida institucional y la cultura fueran completamente independientes del influjo español. Época de rebeliones contra el pasado opresor, de individualismo y de rupturas estéticas; de incorporación a la literatura de elementos populares, naturalistas y espirituales.

Nacionalmente, corresponden a esta época figuras como las de José Eusebio Caro, Manuel Ancízar, Medardo Rivas, José Manuel Marroquín, José Cordovez Moure, Jorge Isaacs, Julio Arboleda, Rafael Pombo, Diego Fallón, Epifanio Mejía y otros.

JOSÉ EUSEBIO CARO

Poeta, periodista y político nacido en Ocaña el 5 de marzo de 1817 y fallecido en Santa Marta el 28 de enero de 1853.

Fue hijo de Antonio José Caro y María Nicolasa Ibáñez. Durante su juventud desempeñó varios cargos públicos y participó como militar en las contiendas civiles, entre 1840 y 1842, bajo las órdenes del ejército legitimista.

José Eusebio y su familia salen de Ocaña en 1818, radicándose en Santafé. Allí se dedica a estudiar en la Universidad de San Bartolomé y luego a trabajar en un cargo menor de la Dirección de Crédito Público. Una vez que estalla la guerra civil, se une a las tropas del general Pedro Alcántara Herrán, regresando a su tierra natal el 20 de enero de 1841. Luego, el 11 de agosto, después de haber servido como agente del gobierno para lograr la paz con el jefe de los revolucionarios, Lorenzo Hernández, regresa nuevamente a Ocaña donde permanece durante cinco meses. En su “Diario”, Caro narra los acontecimientos y detalles de su estancia en La Cruz (hoy Abrego) y Ocaña, donde se alojó en casa de su tío político, Manuel María Trigos, quien era dueño de la antigua casona de El Molino. Don Manuel María estaba casado con la tía de José Eusebio, doña Carmen Ibáñez, cuya residencia quedaba cerca de la Plazuela de San Francisco. Para esta época, Caro ya es un poeta conocido en Santafé; sus primeros versos los publica en el periódico La Estrella Nacional (1836); hacia 1845 sus poemas son reconocidos nacionalmente. En 1849 redacta, junto con Mariano Ospina Rodríguez, la primera declaración del Partido Conservador.

Durante su vida, Caro no publicó ningún libro. Sólo hasta 1857, ya fallecido, aparece su primera selección de versos.

José Eusebio Caro casó en Santafé con doña Blasina Tovar, el 3 de febrero de 1843.

CARO FILÓSOFO

La filosofía de José Eusebio Caro se inscribe en el marco general de los orígenes del romanticismo europeo. De Rousseau recoge el culto al individuo y la libertad del espíritu humano, y de Goethe la libertad estilística y la exaltación del sentimiento. Formado en un hogar cristiano, el concepto de Dios y de la familia, hacen parte de sus grandes preocupaciones.

CARO POLÍTICO E IDEÓLOGO

Desde niño, José Eusebio recibió el influjo de su padre Antonio José Caro, realista convencido y hombre de profundas convicciones conservaduristas. La relación de su madre Nicolasa Ibáñez con el general Francisco de Paula Santander, debió marcar su niñez y juventud a tal punto que inclinó su pensamiento político hacia el ideario contrario al liberalismo clásico del cual Santander era el portaestandarte. Vinculado tempranamente al periodismo en los periódicos La Civilización y El Granadino, fustigó a los gobiernos liberales del general Santander, de Obando, de José Ignacio de Márquez y de Murillo.

En 1849, junto con Mariano Ospina Rodríguez, redacta y publica los principios del Partido Conservador, después de haber justificado este nombre a través de artículos periodísticos de indudable contenido doctrinario y filosófico.

En 1840, por ejemplo, en el periódico Civilización, señala lo siguiente:
“Búsquese, en efecto, en nuestra historia, desde 1832 para acá, cualquier grande acto público violento en su forma, afrentoso en su ejecución o funesto en sus resultados; y se hallará que, como partido gobernante, el mal de sebe al general Santander y a sus compañeros de administración, desde 1833 hasta 1837, y que, como partido oponente el mal se debe al general Obando y a sus compañeros de facción, desde 1839, hasta 1849 y hasta el momento que la Providencia lo permita.

“Esta inmensa acusación históricamente está probada. ¿Qué dejó a la Nueva Granada el partido que gobernó desde 1833 hasta 1837? Dejó las plazas de Bogotá tintas en sangre de hombres cuyos delitos fueron connatos. Dejó las dos mejillas de la República inflamadas con el bofetón inglés de lord Palmerston…Dejó la cabeza y el corazón de la juventud pervertidos con la enseñanza del más grosero sensualismo…”

CARO LITERATO

José Eusebio está reconocido como uno de los poetas románticos más representativos de Hispanoamérica.

El Romanticismo se inscribe en la categoría de lo “romántico”, de lo “afectivo”, como reacción del sentimiento frente a los seres, los acontecimientos y las cosas, lo cual implica la exaltación de lo emocional, lo legendario, lo evocador, lo novelesco y lo misterioso. La escuela romántica, propiamente dicha, hace alusión a una forma especial del lenguaje y de la creación estético-literaria que no se ajusta a las normas clásicas de la retórica y la poética grecolatinas.

Todos estos elementos se conjugan en la obra poética de José Eusebio Caro, sobre quien escribieron completos ensayos y apreciaciones críticas, sus contemporáneos. Tres etapas señala Miguel Antonio Caro, en la producción de su padre: “En la primera de ellas predomina la imaginación; la segunda se distingue por el sentimiento; en la tercera habla la razón”. De acuerdo con esto, José Eusebio Caro va aumentando el nivel de trascendencia en cada una de las etapas anotadas. Autores críticos, y a la vez poetas, como Jaime García Maffla, han generalizado el Romanticismo, afirmando que se caracterizaba por “la hostilidad al mundo, al padecimiento como constante de vida y la imposibilidad de la comunicación humana”. Ciertamente, Caro demuestra tales características, al igual que lo hará buena parte de los poetas ocañeros a partir de la segunda mitad del siglo XIX, iniciando con Daniel Cardona, poco conocido en el medio regional.

Veamos lo que José Eusebio Caro entendía por poesía: “Desterrada la ficción, quedaría la verdadera, la poesía de los sentimientos y de la historia; quedarían las glorias de la virtud y las armonías de la naturaleza. Esas glorias y armonías nunca faltarían, ni en el corazón que las sintiese, ni en una voz que las cantase. La poesía así quedaría reducida a su elemento esencial, que es la poesía lírica, la oda. La poesía es el canto del hombre y nada más. En ese canto hay dos cosas: la voz y el sentimiento; las dos cosas juntas son la poesía. La voz sin el sentimiento expresado, es sólo música; el sentimiento sin la voz, es sólo pasión.

Jaime García Maffla, poeta y crítico literario, señala que el gran lírico Rubén Darío recibió la influencia de José Eusebio Caro, trayendo como ejemplo de este aserto el poema “Estar contigo” algunas de cuyas estrofas fueron prácticamente calcadas por Darío. Y como aporte de Caro a la poesía latinoamericana y universal, Maffla indica que: “…está el novedoso uso del eneasílabo, con el cual Caro es precursor de uno de los metros más utilizados por el futuro modernismo, así como en “Alta mar” emplea el hexámetro, también de difícil adaptación a la lengua española. En el uso de estos metros se revela el Caro preocupado por los problemas técnicos de la poesía –rasgo no ya romántico sino moderno – el meditador en el arte del verso, quien dejara un ensayo de retórica y poética”.

A manera de ejemplo, veamos los siguientes poemas:

DESALIENTO

Acabaron mis sueños de gloria,
Acabaron mis sueños de amor,
Resta sólo su triste memoria,
Y mi mente perdió su esplendor.

Al salir de mi tímida infancia
A encontrar mi primer juventud,
¡Cuál corría con tierna ignorancia
¡A embriagarme de amor y virtud!

¡Y ese amor que buscaba es mentira!
¡La virtud una amarga irrisión!
¡Los suspiros que daba mi lira!
¡No movieron ningún corazón!

Dulces sueños de amor y de gloria
Si es posible olvidar cuanto fue,
¡Ah! ¡cerrad de mi vida la historia
Cual se abrió, con virtud y con fe!
(Enero 20 de 1840)

A OCAÑA
Aquí nací: bajo este hermoso cielo
Por vez primera vi la luz del sol;
Aquí vivieron mis abuelos todos... 1
¡Adiós, Ocaña! ¡adiós, Ocaña! ¡adiós!

¡Ocaña! ¡Ocaña! ¡dulce, hermoso clima!
¡Tierra encantada de placer, de amor!
Ufano estoy de que mi patria seas...
¡Adiós, Ocaña! ¡adiós, Ocaña! ¡adiós!

Mi padre aquí de boca de mi madre
El dulce sí por vez primera oyó,
Aquí de amor él a sus pies lloraba...
¡Adiós, Ocaña! ¡adiós, Ocaña!, ¡adiós!

Y yo también aquí pensé... ¡silencio!
Olvidemos tan plácida ilusión;
Y aunque mi pecho deba desgarrarse,
¡Adiós, Ocaña; para siempre adiós!
Octubre, 1841.
EL POBRE
¡El pobre! Al pobre menosprecia el mundo
El pobre vive mendigando el pan;
Falsa piedad o ceño furibundo,
Cual un favor le dan.

La gloria al pobre le deniega un nombre,
El poder le deniega su esplendor,
La noche el sueño, su amistad el hombre,
La mujer el amor.

¡Oh verdes bosques, círculo del polo,
Montes, desiertos donde el rico va!
¡Mar insondable, eterno, inmenso y solo!
El pobre no os verá.

¡Ah! en los ojos del pobre brota el lloro,
Y no enternece un solo corazón;
Que las lágrimas sólo en copa de oro
Merecen compasión.

¡Vedle! su pie la tierra triste pisa;
Todo en él nos revela el padecer:
Ojos sin luz, y labios sin sonrisa,
Y vida sin placer.

Y empero el pobre tiene una esperanza
Que vale más que el mundo y mundos dos;
Inmenso bien que el oro vil no alcanza
El pobre tiene a Dios.
Enero 24, 1840.