EL
LICEO DE HACARÍ
La primera tertulia literaria ocañera de
que tengamos noticia, se formó el 4 de marzo de 1860. Entre sus integrantes, se
contaba el educador y escritor Lubín Lobo Barbosa, el poeta y periodista José
Domingo Jácome Monroy, el médico y filántropo Margario Quintero Jácome, el
historiador Eustoquio Quintero, Alcibíades Lemus y el poeta Daniel Cardona. El
grupo se denominó Liceo de Hacarí. Su
actividad intelectual y cívica se reflejó en artículos y poemas publicados en los periódicos Hacarí (1856), Revista Mercantil (1895), La
Voz de Ocaña (1884), La Nueva Era
(1886), y otros.
DANIEL CARDONA (o Daniel Álvarez Cardona)
Poeta. Nació en Ocaña el 11 de marzo de
1834 y falleció en Agua de Dios el 10 de febrero de 1867.
Perteneció al grupo literario Liceo de Hacarí. Sus primeros versos
aparecieron en el periódico Hacarí
(1856) y en otras publicaciones de la época.
La poesía de Cardona prácticamente inaugura
la producción lírica de Ocaña, en cuanto se refiere al manejo estético y
dedicación exclusiva, según los cánones de entonces. Su obra poética es, en su
conjunto, melancólica, triste; refleja la tragedia interior del autor, quien
falleció víctima de lepra.
El historiador Belisario Matos Hurtado, en
su Compendio de la Historia de la
Literatura Colombiana, nos muestra así al poeta Cardona:
“El
infortunado Daniel Cardona, oriundo
de la ciudad de Ocaña, fue un poeta melancólico y profundamente religioso;
víctima desde niño de la cruel enfermedad que afligió a don Adriano Páez,
entró, dice un su admirador, en la más completa oscuridad y al verse tan solo y
tan triste, se puso a buscar a tientas a alguno, y encontró a su madre; se
abismó en la contemplación de su inmensa desgracia y encontró a Dios. No
obstante de ser muy hermosos y notables sus los versos de Cardona, no figura en las antologías que de los poetas colombianos
se han publicado en distintas épocas, y para poder hoy apreciar esas estrofas
empapadas en sangre del corazón, hay necesidad de ir a buscarlas en las
efímeras publicaciones de su tiempo. Una de las mejores composiciones de
nuestro desgraciado poeta es la sentida Oración
del bardo, a la cual pertenecen estos versos:
“Dichoso,
ay! En la tierra me llamaré yo siempre
Mientras
los ojos pueda al cielo levantar,
Mientras
tu dulce nombre mis labios lo pronuncien,
Las
manos levantando en actitud de orar.
Modelo
de paciencia, maldijo Job terrible
En
su dolor inmenso la noche en que nació;
Hundido
en el infierno, bendigo yo a mi madre
Que
me llevó en su seno, y al Dios que me formó…”
Entre sus poesías destacamos: Recuerdos
tristes (1852), Ella (1856), Ni una flor (1857), La majestad de la noche, A
José Domingo, A la señora Ana Castillo de Roca (1857).
RECUERDOS
TRISTES
Pasaron
veloces mis horas de gloria,
Volaron
fugaces mis sueños de amor,
Y
tristes recuerdos tan solo dejaron
Que
crueles avivan mi agudo dolor.
Con
dulces placeres la bella inocencia
En mi
tierna infancia mi pecho halagó,
Y la
dulce mano de mi tierna madre
De
inocentes flores mi sien coronó.
Mas
¡ay! Ya pasaron tan dulces momentos,
Veloces
huyeron, jamás volverán:
Mi
suerte infelice sólo me ha dejado
Los
tristes recuerdos y el duro penar.
Ya
nada en el mundo mi pecho ambiciona;
Tan
solo deseo gemir y llorar;
Y
solo la tumba su asilo me ofrece,
En
donde tranquilo podré descansar.
La
Cruz (1852)
LUBÍN LOBO BARBOSA.
Educador, cuentista, poeta y periodista
nacido en Ocaña y fallecido en la misma ciudad hacia el año de 1902. Hijo de
Juan Nepomuceno Lobo y Ventura Barbosa de Lobo.
Hizo estudios en Ocaña. Fue docente de
varios colegios de la localidad y desempeñó como juez del Circuito de Ocaña. De
él, dice el historiador Justiniano J. Páez: “Las mismas auras que acariciaron
el primer aliento de don José Eusebio Caro, alentaron también el nacimiento de
don Lubín Lobo…Por parte materna fue pariente cercano del ex presidente José
Vicente Concha Lobo. Don Lubín dejó muy pocas producciones literarias que
patentizan ese acervo; pero los conceptos que en el orden moral y filosófico
emitió en la biografía de Cardona, son una muestra palmaria de su sano criterio
literario y de su ilustración”.
Don Lubín dejó para la posteridad, escritos
en la prensa ocañera de finales del siglo XIX, que hoy nos permiten apreciar su
estilo elegante y culto. Señalemos, entre ellos:
Daniel
Cardona (biografía). En La Nueva Era. Nos. 20 al 23. Ocaña 1886); La perfidia castigada (cuento). Biblioteca de Autores Ocañeros.
Vol. 10, 1973.
JOSÉ DOMINGO JÁCOME MONROY
Poeta y periodista nacido en Magangué el 28
de octubre de 1837 y fallecido en Ocaña el 13 de abril de 1897. Fue socio
fundador del Club Ocaña y su Presidente en 1894. Concejal y benefactor de la educación
ocañera.
Parte de su producción poética fue
consignada por el Dr. Margario Quintero Jácome en su “Álbum de la Amistad”.
MARGARIO QUINTERO JÁCOME
Médico, cuentista y filántropo nacido en
Ocaña el 10 de junio de 1837 y fallecido en la misma ciudad en 1919. Hijo de
Martín Quintero Copete y Ana Josefa Jácome. Hizo estudios en el Colegio Mayor
del Rosario, en Bogotá (1853) y se doctoró en la antigua facultad de Medicina
de la Universidad Nacional en 1859.
Fue miembro fundador de la Sociedad Caldas
y de la Sociedad Naturalistas
Neogranadinos, cuyas investigaciones tuvieron gran acogida nacional e internacionalmente;
entre sus maestros se contaron los
doctores Ezequiel Uricochea, Francisco Bayón y Félix Merizalde.
Sus obras benéficas y su sensibilidad
profesional dirigida hacia las clases menos favorecidas, le valieron el aprecio
de la sociedad ocañera que le erigió un busto de mármol en la plaza del 29 de
mayo para perpetuar su memoria. Hoy, este busto se encuentra en el segundo
patio del Palacio Municipal de Ocaña. El
Centro de Historia de Ocaña (hoy Academia), dedicó una edición especial a la
memoria de este galeno, con motivo del Centenario de su fallecimiento. Uno de
sus familiares, el académico Lumar H. Quintero Serpa, publicó en 2006 la obra
titulada Margario Quintero Jácome. El
médico filántropo, que destaca las ejecutorias del ejemplar médico ocañero.
Obras: Violetas
blancas o Cartas y monólogos (novela). Tipografía Central, Ocaña 1918; Un retrato debido a la miseria (cuento).
Biblioteca de Autores Ocañeros Vol. 10, 1973; Recuerdos de la juventud. En Revista Hacaritama Nº 28, Ocaña, 1937;
3.3.6
SOCIEDAD DEL PROPIO ESFUERZO
En agosto de 1896 aparece la Sociedad del
Propio Esfuerzo, a la cual pertenecieron, el historiador Justiniano J. Páez,
Delfín Jácome, Presbítero Ramón Anaya y Rubio, Manuel B. Pacheco, Justiniano
Quintero, Obdulio J. Rivera y la poetisa Elisa A. Barrera Marulanda. Su órgano
informativo fue el periódico El Horizonte.
OBDULIO J. RIVERA
Escritor nacido en Teorama a mediados del
siglo XIX y fallecido en Ocaña hacia 1898. “No tenemos noticias de que fuera de
las escuelas de instrucción primaria del lugar de su nacimiento –dice J.J. Páez
– hubiera sido alumno del Colegio de Varones que funcionara en Ocaña de 1894 a
1895, época para la cual ya figuraba desempeñando aquí empleos públicos, tales
como Fiscal Interino del Circuito. Secretario del Juzgado 1º Civil del Circuito
y otros que requerían siquiera nociones del ciencia del Derecho y versación en
determinados ramos de la Administración Pública, puestos que desempeñó con
lucimiento y notoria probidad”.
Se conserva de este autor una amena crónica
titulada El Chabacano, publicada en El Horizonte Nº 2 de septiembre de 1896
y reproducida en la Revista Hacaritama Nº 80 de 1944. Rivera fundó, junto con
Manuel María de la Rosa el periódico El
Álbum en 1895.
ELISA BARRERA MARULANDA
Poetisa. Nació en
Chiriguaná y falleció en Ocaña en 1915; fue hija del estadista Juan Manuel
Barrera y de doña María Trinidad Marulanda, oriunda de San Juan del Cesar; publicó,
conjuntamente con la obra de su padre, el poemario titulado Versos de Celia,
prologado por el poeta negro Candelario Obeso, nieto de Mana Barrera, quien era
a su vez hermana de don Manuel Salomé Barrera, abuelo de Elisa Barrera
Marulanda. Se considera que la poetisa Elisa Barrera Marulanda, fue una de las
primeras mujeres representativas de la lírica en el departamento del Magdalena
y la Costa Atlántica.
Elisa Barrera
identificaba sus escritos bajo el pseudónimo de "Celia". De su
producción, sólo nos ha quedado en Ocaña,
el poema "Las golondrinas", publicado en la Antología
Poética, Biblioteca de Autores Ocañeros, Vol. 12, 1973.
MONSEÑOR RAMÓN ANAYA Y RUBIO
Sacerdote y benefactor de la sociedad,
falleció en Ocaña el 4 de julio de 1902.
En su obra Noticias Históricas de la ciudad y provincia de Ocaña, Justiniano
J. Páez nos entrega una completa reseña biográfica de este meritorio sacerdote:
“Nació el doctor Anaya y Rubio en el pueblo
del Molino, jurisdicción de Riohacha, el 11 de diciembre de 1849: Fueron sus
padres el prócer de la independencia coronel Vicente Anaya y doña Rosario Rubio
de Anaya. A la edad de doce años ingresó en el Liceo Celedón, fundado en San Juan
del Cesar (1859) por el inteligente joven Rafael Celedón, instituto que tuvo
poca duración por haber tomado las armas su director en la guerra civil de
1860: Muerto el coronel Anaya (noviembre de 1865), y después de haber prestado
Ramón sus servicios en favor de la causa conservadora bajo las órdenes del
general Felipe Farías, fundó en Riohacha (1869) un colegio, siendo cura allí el
doctor Rafael Celedón, que hacía poco había recibido la sagrada orden del
presbiterado. Anaya era eficazmente ayudado en su labor docente por el padre
Celedón con una cátedra, a la vez que atendía este a su misión a favor de los
indígenas del pueblo de Marahuyén, uno de los cacicazgos de la península
guajira. Por esta época visitó el ilustrísimo señor doctor José romero los
pueblos de aquella comarca. Esto dio ocasión al joven Anaya para ingresar en la
carrera eclesiástica; y el 23 de marzo de 1870 recibió de manos del ilustre
prelado diocesano la confirmación y el 25, la tonsura y órdenes menores. Anaya
fue enviado al seminario de Ocaña en 1871, en donde continuó estudiando las
ciencias eclesiásticas comenzadas en Riohacha. En 1874 recibió en Ocaña la
sagrada ordenación, conferida por el ilustrísimo doctor romero; celebró allí su
primera misa y fue luego a ejercer el curato a Chiriguaná, en donde permaneció
hasta el año de 1979, en que ocurrida la muerte del presbítero Acosta, vino a
reemplazarle en el curato y vicaría de Ocaña”.
El padre Anaya y Rubio, señala J. Páez,
mantuvo un afecto entrañable por el pueblo ocañero. Se encargó directamente de
los trabajos de reconstrucción de la iglesia de Santa Ana y de la adecuación de
la del Dulce Nombre que se habilitó mientras culminaban los trabajos en la
iglesia matriz. Fue fundador del Colegio de San Luis Gonzaga y le cupo la
suerte de haber sido uno de los amigos del destacado botánico Santiago Cortés,
quien se vinculó a Ocaña como rector del Colegio Nacional de Ocaña.
EUSTOQUIO QUINTERO
Poeta e historiador nacido en Ocaña. Hábil
investigador y ameno relator, contribuyó con sus crónicas a rescatar parte de
la tradición oral ocañera y la historia local.
Pionero
de la historiografía en la región de Ocaña. Nació en Ocaña, a mediados del siglo XIX y
fallecido en 1912. Hizo
estudios en el seminario pero no concluyó la carrera eclesiástica. Dedicó su
actividad intelectual a recoger la tradición oral de la región, dando a conocer
en amenas crónicas aspectos de la historia y la leyenda. Casó con una señora de
apellido Gómez Portillo, de cuya unión nacieron Matilde, Rosana, Luis y Marco
Elías. Fallecida su esposa contrajo nupcias con doña Leovigilda Navarro en 14
de julio de 1902, en Buenavista. En 1910, publicó sus Romances en
la imprenta de los Duque Hoyos, versos dedicados a la Virgen de Torcoroma que
se hicieron famosos.
La historiografía regional del siglo XIX, se remite también a los
artículos publicados por Eustoquio Quintero en diversos periódicos locales, que
reseñamos, así:
Un recuerdo. Publicado en La Voz de Hacarí No. 3, 30 de
mayo de 1884. Relativo al gobernador provincial Agustín Núñez.
Relación histórica. En La Voz de Hacarí No. 6, 15 de julio de
1884. Sobre la llegada de Simón Bolívar a Ocaña en 1813.
Los tres mártires. Publicado en La Pluma No. 3, 15 de
septiembre de 1894. Miguel Carabaño, Hipólito García y Salvador Chacón.
La Columna de la Libertad. Publicado en julio de 1894.
El Cerro de la Horca. En La Pluma No.9, junio 9 de 1895.
El Alto del Vicario. Publicado en Revista Mercantil No. 8, mayo 1
de 1896.
Colaboró
con los periódicos La Nueva Era, La Voz de Ocaña, y la Revista
Mercantil, así como en El Anunciador, de comienzos del siglo XX donde dio a conocer las primeras versiones de El Alto del Vicario y El
Cerro de la Horca.
ALEJO AMAYA
Historiador y médico. Nació en Convención
el 27 de julio de 1868 y falleció en Bogotá el 21 de julio de 1911.
Hizo sus estudios secundarios en el Colegio
Mayor del Rosario, ingresando luego a la Facultad de Medicina de la Universidad
Nacional, donde obtuvo su doctorado en 1894. Se vinculó a las tropas del
general Rafael Uribe Uribe como Jefe de Ambulancias, durante la guerra de los
Mil Días.
De su actividad como escritor, en el campo
de la medicina, quedó su tesis de grado titulada Contribución al estudio del delirio no vesánico (1894). Pero la
obra que lo destaca como investigador de la historia regional, es la titulada Los Genitores, noticias históricas de la ciudad de Ocaña (1915).
En 1918, la Tipografía Central de Ocaña publica
su novela Violetas blancas, de índole
romántica.
En la publicación Reminiscencias, Gaceta Cívica. Histórica y Cultural de Convención,
Año 3 Nº 1, 4 de junio de 2007, el presbítero e historiador Edwin Leonardo
Avendaño Guevara, escribe una muy completa biografía del doctor Alejo María
Amaya corrigiendo, entre otros aspectos, el año del nacimiento del personaje
que se tenía en 1869.
JUSTINIANO J. PÁEZ
Historiador, educador, abogado, periodista
y académico. Nació en Ocaña el 5 de septiembre de 1866 y falleció en la misma
ciudad el 16 de junio de 1954. Hijo de Bartola Páez y Manuel Silvestre Jácome
Hizo sus primeras letras en la escuela de
José H. Carvajalino (1874) y en la de Pedro León Solano, localizada ésta última
en el antiguo claustro de San Francisco. Posteriormente cursó estudios
secundarios en el seminario de Santa Marta (1881) De regreso a Ocaña se dedicó
a las labores tipográficas en el establecimiento de Miguel A. Duque; luego
trabajó en el taller de Simón Cabrales. En 1887 editó, en colaboración con este
último, el primer periódico de índole literaria de Ocaña: El Renacimiento.
Fue Secretario del Juzgado municipal de
Ocaña (1888); Prefecto Civil y Militar
de la Provincia del Sur del Magdalena (1902);
Secretario de la Prefectura (1908-1909) (1911); Prefecto encargado en
dos oportunidades (1914-1915); Secretario de la Junta Directiva y Fiscalizadora
de la carretera Ocaña al Magdalena; Secretario de la Junta organizadora de los
festejos del primer Centenario del natalicio de José Eusebio Caro; Juez 2° del
Circuito de Ocaña (1921); Juez del Circuito de Convención (1925-1927). Se
desempeñó también como concejal, Alcalde de Ocaña, segundo suplente del
Representante al Congreso Nacional, elector en la Asamblea Electoral reunida en
Abrego en 1894.
Casó con Ana Dolores Courvel Serrano en
1889, de cuya unión nacieron Elvira, Tomás Antonio y Luís Eduardo Páez Courvel.
En 1896 formó, junto con otros
intelectuales, la tertulia literaria denominada Sociedad del Propio Esfuerzo, cuyo órgano de difusión fue el
periódico El Horizonte.
En 1935 participó como cofundador del
Centro (hoy Academia) de Historia de Ocaña. Perteneció a diferentes organismos
académicos de Santander, Norte de Santander, Atlántico y el Magdalena; la
Academia Colombiana de Historia lo distinguió como Miembro Correspondiente en
1950.
Su obra histórica más importante fue Noticias históricas de la ciudad y provincia
de Ocaña, desde 1810 hasta la guerra
de los tres años, publicada en 1924: otros escritos suyos son: Geografía especial de la Provincia de Ocaña
y Monografía de Ocaña. Buena parte de
sus artículos históricos y sobre lingüística se hayan consignados en la revista
Hacaritama.
MONSEÑOR MANUEL BENJAMÍN PACHECO AYCARDI
Sacerdote e historiador. Nació en Ocaña el 26 de marzo de 1881 y falleció en Santa Marta el 10 de septiembre
de 1962. Hijo de Manuel Benjamín Pacheco Carvajalino y Ana Aycardi de Pacheco.
Hizo estudios en su ciudad natal y en el
Seminario de Santa Marta. Fue ordenado sacerdote por el Obispo de Santa Marta
Francisco Simón y Ródenas el 19 de febrero de 1910. En 1911 fue promovido al
cargo de Vicario Cooperador de los templos del Sagrario y de San Miguel, hasta
1913; cura de San Agustín, en Ocaña, de 1913 a 1918. Volvió a los templos del
Sagrario y San Miguel de 1918 a 1924. Pasó luego a la iglesia de Santa Ana de
Ocaña (1924-1934); Vicario de la Diócesis de Santa Marta de 1934 a 1948. Hasta
su fallecimiento, se desempeñó como Vicario Capitular y Consultor de la
Diócesis de Santa Marta. El Papa Pío XII le confirió la dignidad de Prelado
Doméstico
Cursó estudios de primaria en Ocaña y de
secundaria en el Seminario Conciliar de Santa Marta, donde culminó su formación
eclesiástica.
De este ilustre historiador, dice así, el
doctor Lucio Pabón Núñez: “Monseñor Pacheco, miembro de una familia de
patricios y letrados, ejercitante de las más eximias virtudes sacerdotales,
paradigma sobre todo de caridad – del cuño de la de Vicente de Paúl – fue
también orador celebrado, y escritor, y poeta de estilo diáfano y correcto”. Y
en 1934, a raíz de la publicación que hiciera el prelado de su obra Monografía de la parroquia de Ocaña, el
intelectual y también escritor Luís Felipe Molina, afirmaba: “Con nobles intenciones
obsequia el padre Pacheco a las generaciones presentes y futuras, este pequeño
libro en que recoge cuidadosamente el dilatado proceso de la vida eclesiástica
de Ocaña, desde el primer albor hasta nuestros días…”
La valiosa obra de Monseñor Pacheco deja
traslucir su estilo ameno y sencillo. Por ella transcurre no sólo la vida
eclesiástica de Ocaña, sino el cuadro general de su estructura socio-económica
y cultural y una serie de informaciones que hoy constituyen piezas
significativas para el estudio de la historia regional.
Como historiador, se destaca por su obra Monografía eclesiástica de la Parroquia de
Ocaña, publicada en 1934.
LUIS A. SÁNCHEZ RIZO
Historiador y periodista. Nació en Río de
Oro (Cesar), el 30 de septiembre de 1894 y falleció en Ocaña el 27 de diciembre
de 1969.
Cursó estudios en el Colegio de José
Eusebio caro. Desde muy joven se vinculó
a la labor periodística. Fue director de Renovación
(1930) y de la revista Hacaritama, de
la Academia de Historia de Ocaña.
En 1935 se hizo miembro del Centro de
Historia de Ocaña, convirtiéndose en uno de sus pilares fundamentales.
Fue un investigador acucioso y serio,
destacándose también por su profundo humanismo.
Su obra fundamental es la Monografía de Ocaña (1936); destacamos
sus investigaciones sobre Guillermo Quintero Calderón, así como las reseñas
históricas tituladas Historia de Ocaña a
través de los días y los años, que se publicaban en la revista Hacaritama.
RAMÓN JARAMILLO MADARIAGA
Nació en Ocaña en 1882 y falleció en 21 de
abril de 1936. Sus primeras producciones aparecen el periódico Albas con el pseudónimo e Mario del
Valle. En el prólogo del libro Remanso
lírico, Páez Courvel indica lo siguiente: “Ramón Jaramillo M., es un
artista de la idea. La indiferencia métrica y la irreflexión de los efectos del
naturalismo decadente no son sus elementos literarios. En él la expresión bella
es intuitiva, espontánea. Su yo poético podría pensarse un tanto artificial si
no tuviéramos en cuenta la naturaleza de su espíritu rebosante de lirismo, y
por fuerza de esa sensibilidad estética que distingue la selección
intelectiva”.
Obra: Lotos
y espigas. Ocaña 1918; Remanso lírico.
Tipografía industrial. Medellín 1936.
MARÍA JARAMILLO MADARIAGA
Poetisa nacida en
Ocaña el 13 de mayo de 1885 y fallecida en Medellín en 1960. Adelantó estudios
en el Colegio del Sagrado Corazón de Bogotá, y luego en Santiago de Chile con
religiosas alemanas. Viajó a Europa y luego a Centro América; tiempo después
retornó a su patria. Paulatinamente fue perdiendo la razón, hasta fallecer en
la ciudad de Medellín.
De su producción,
se conserva el poema “Donde nací”, dedicado a su hermana Margarita, el cual
data de 1914. De esta pieza lírica, encontramos dos versiones, de forma: una,
en la revista Hacaritama No.70, de 1940,
a manera de prosa, y otra, en la revista Germinal de Cúcuta, en junio de 1943,
esta última con comentarios críticos del escritor Emilio A. García Carvajalino.
DONDE NACÍ (fragmentos)
1
Es mi tierra la que
entoldan las rojeces de los viejos barbatuscos, dulce tierra bienamada cuyos
aires virgilianos, siempre puros, traen y llevan de la sierra al valle ameno
los cantares errabundos de los pájaros salvajes; y del valle a la alta sierra,
de los mozos y las mozas campesinas los sinfónicos bambucos…
2
Hay frescura que
desciende de la Mística Colina. En sus faldas ondulantes, crecen próvidos y
extraños los helechos y los musgos, el tomillo y la albahaca, que, entre
gérmenes y aromas, casi ocultan los hilillos rumorosos y las linfas transparentes
de Las Aguas del Milagro. Y es muy bella y es muy dulce y es muy suave la
leyenda de María de Torcoroma; suave y dulce y bella y casta, como el canto, no
aprendido por nosotros, de las aves mañaneras…
3
También vibran en
mi tierra los acentos de la historia, y los rojos peñascales, y la cúspide
siniestra de la Horca, la barbarie de la España dominante fríos evocan…Pero allí,
como en los mares, en el cielo y los abismos, se levanta triunfadora, sobre el
diáfano horizonte, la divina Cruz, emblema de esperanzas y de gloria…En lo
abierto de esa altura, si giramos la mirada, divisar podremos toda la comarca
con su Villa: la simbólica columna que decora nuestra vieja plaza célebre en
los fastos de Colombia; el altivo campanario que blanquea, y sus bellas
torrecillas, en las cuales muchas cosas engarzó el pasado triste; las dehesas
verdegueantes y las huertas, los cortijos y las frondas que realzan y
embellecen el paisaje impresionista del “vergel de las hermosas”.
JUAN BARBOSA AMAYA
Poeta nacido en Convención y fallecido en
Ocaña en 1902. Hizo parte de la Sociedad del Propio Esfuerzo. Estudió en el
Seminario de Santa Marta, regresando a Ocaña en 1883. Desempeñó algunos cargos
oficiales y sirvió como oficial en las tropas del General Rafael Reyes,
participando en la batalla de Enciso en 1895.
Conocemos de él el poema “A la armonía”,
publicado en 1894 en un periódico local. Junto con Justiniano J. Páez,
entrevistó al último médico de Simón Bolívar, Dr. Alejandro Próspero Reverend,
en Santa Marta.
MIGUEL ATONIO DUQUE DE PIÑERES
Periodista nacido en Mompós el 11 de
noviembre de 1829 y fallecido en Ocaña el 16 de enero de 1904. Hijo de
Francisco A. Duque de Pineda y Micaela Gutiérrez de Piñeres. Una vez radicado
en Ocaña, funda la imprenta El Progreso y los periódicos La fama, El neocrático (1875-1876) y La
Probidad (1885-1899). Se destacó como líder cívico, mecenas de la cultura y
amante de las letras. Hizo parte de la junta pro construcción de la iglesia de
Santa Ana y en 1880 de la Compañía fundadora del Colegio de La Presentación.
JOSÉ TRINIDAD GAIBROIS
Periodista, político y diplomático nacido
en El Carmen el 6 de junio de 1852 y fallecido en Bogotá en 1899. Hijo del
ciudadano suizo Luis Gaibrois quien había casado en la capital sin dejar
descendencia. Fallecida su primera esposa, don Luis se radicó en Aspasica donde
casó con Albertilde Nieto. De esta unión nacieron: Luis, Josefina, Manuel,
Albertilde, Eugenia y José Trinidad Gaibrois Nieto.
Aquejado por una enfermedad, don Luis viaja
a Panamá con su familia. José Trinidad viaja de Panamá a Nueva York y estudia
allá idiomas y comercio. En 1897, José Trinidad llega a Bogotá donde prosigue
sus estudios y se codea con la intelectualidad de entonces. Colabora con los
periódicos El 20 de julio, El agricultor y El obrero de la ciudad de Ocaña. En Bogotá, con los periódicos El papel periódico ilustrado, de Rafael
Urdaneta, El orden y El telegrama. Fallecido el reconocido
periodista Urdaneta, Gaibrois funda la publicación Colombia Ilustrada (1889) junto con el grabador Antonio Rodríguez,
profesor de grabado en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Bogotá. Esta
publicación alcanzaría hasta el número 24 en marzo de 1892.
En 1890 es nombrado Secretario de la
Embajada Colombiana en Madrid y, por ausencia del Ministro, ocupa el cargo de
Presiente Honorario del Congreso Literario y Mercantil en la Corte del Oso y
del Madroño. Recibe de la reina regente el título de Comendador de la Orden de
Isabel la Católica.
Sobre sus producciones, dice el historiador
Leonardo Molina Lemus: “Practicó con especial dedicación el ensayo biográfico,
género en el que dejó numerosos trabajos, entre los cuales sobresalen los
consagrados a Rafael Núñez; al general Alberto Urdaneta, su compañero de
empresa periodística; al filántropo momposino José María Pino y Montoya,
iniciador de la navegación por el río Magdalena, y al prócer cartagenero Juan
García del Río”.
Gaibrois se desempeñó también como
Secretario particular dl general Guillermo Quintero Calderón durante la fugaz
presidencia de éste.
A la
muerte de José Trinidad Gaibrois, su amigo Rafael Pombo escribió una hermosa
página necrológica en la Revista
Ilustrada de Bogotá, en la cual destaca la personalidad y logros del eximio
periodista.
Obra: memorándum
sobre las mosquitia colombiana: con documentos y anexos. Imprenta de
Antonio Silvestre. Bogotá, 1896.
JOSÉ DEL PILAR NAVARRO LLAÍN
Periodista nacido en Ocaña y fallecido en
la misma ciudad el 21 de septiembre de 1933.
Fue director de los periódicos El Anunciador (1903) y la Voz de Hacarí, publicaciones en las
cuales comenzaron a divulgar sus escritos intelectuales como Marco A.
Carvajalino, Alejo Amaya Villamil, Emilio A. García Carvajalino y el poeta
Adolfo Milanés.
SANTIAGO RIZO LOBO
Abogado y escritor nacido en Ocaña el 23 de
junio de 1898 y fallecido en la misma ciudad el 15 de agosto de 1984.
Hijo de Santiago Rizo Lemus y Agripina Lobo
de Rizo. Hizo estudios de derecho en el Colegio Mayor del Rosario de Bogotá.
Fue concejal, diputado a la Asamblea de Norte de Santander y miembro de la
Academia de Historia de Ocaña.
Obra: De
la letra de cambio y su circulación según nuestro derecho. Bogotá, 1923
ÁNGEL MARÍA RUIZ COURVEL
Periodista y prosista nacido en Ocaña y
fallecido en Barranquilla. Hijo de Eliécer Ruiz y Ángela Courvel Serrano.
Colaboró con la revista Mejoras, de Barranquilla, Pipatón de Barrancabermeja y Hacaritama de Ocaña. Casó con
Guillermina Machuca, padres de Carmen (periodista y líder cívica), Henrique
(periodista), Hernando, y “Pichilo”.
PRESBÍTERO JUSTINIANO SÁNCHEZ LOBO
Sacerdote, poeta y educador nacido en Ocaña
en 1859 y fallecido en la misma ciudad el 17 de junio de 1913.
Hijo de Bernabé Sánchez y Francisca Lobo de
Sánchez. Hizo estudios en su ciudad natal y en el Seminario de Santa Marta
regentado en esa época por el Dr. Rafael Celedón (1881). Se desempeñó como
profesor del Liceo de San Luis Gonzaga de Ocaña, capellán de las tropas
legitimistas conservadoras durante la guerra de los Mil Días. Cura de Buenavista,
San Calixto y Ocaña.
Entre sus producciones poéticas, destacamos
“La toma de Cúcuta”. Un interesante escrito suyo cuyo original reposa en el
archivo eclesiástico de Ocaña, rescató del olvido los sucesos del
pronunciamiento de los ocañeros con motivo de la Independencia y lo que fuera
el contenido de nuestra Acta de independencia, desaparecida de los archivos
locales,
JUAN SARMIENTO HERRERA
Abogado y escritor nacido en Convención a
finales del siglo XIX y fallecido en Bucaramanga el 7 de agosto de 1945. Hijo
de Juan Nepomuceno Sarmiento y Gabriela Herrera. Cursó estudios de bachillerato
en el Liceo de San Luis Gonzaga fundado por el Dr. Ramón Anaya y Rubio en 1880.
En Bogotá, hizo estudios superiores de Derecho y Ciencias Políticas.
Fue magistrado del Tribunal Superior de
Santander; Secretario de Hacienda del mismo departamento; Miembro del Centro de
Historia de Ocaña y del Centro de Historia de Norte de Santander, y del Colegio
de Abogados de Bucaramanga.
Obra: Gobernantes
de Santander. Publicada en la revista Santandereana, en 1914, que dirigiera
Jaime Barrera Parra. Posteriormente, la revista Hacaritama, de Ocaña, reprodujo
este interesante estudio del doctor Sarmiento Herrera.
RUBÉN SÁNCHEZ NAVARRO
Escritor y pedagogo nacido en Convención el
12 de diciembre de 1876 y fallecido en Ocaña.
Cursó estudios con el maestro Blas Arévalo
y luego ingresó al colegio que fundara el sacerdote ocañero Benito Ovalle. En
1890 viajó a Pamplona y allí estudio en el Seminario. Pasó después a Bucaramanga
gracias a la ayuda del doctor Juan Sarmiento Herrera, ingresando en la Escuela
normal; fue discípulo del prestigioso educador José María García Hernández.
Con la guerra de los Mil Días, se vio
truncada su carrera como profesor. De regreso a su tierra se desempeñó como
maestro en las poblaciones de Teorama y El Carmen. Posteriormente, sus méritos
lograron que fuera designado Inspector de Educación de Ocaña. En 1914 ocupó la
vicerrectoría del Colegio de José Eusebio Caro, cargo que ejerció hasta la llegada
de los jesuitas. Ocupó también la prefectura de Ocaña, la dirección de la
Escuela Nocturna y del Instituto Industrial y Primario de la misma ciudad;
luego retornó a la Inspección de la Zona de Ocaña hasta su supresión en 1932.
Fue miembro del Centro de historia de Ocaña
y dio a conocer varios de sus escritos en publicaciones periódicas regionales.
En la revista Lecturas, de Bucaramanga,
publicó, junto con Carlos Molina, una interesante crónica sobre la llegada de
Bolívar a Ocaña en 1813, que fue posteriormente reeditada en la revista
Hacaritama de la Academia de Historia.
GUILLERMO ARÉVALO PEÑARANDA.
Escritor y pintor nacido en Ábrego el 22 de
octubre de 1873 y fallecido el 11 de octubre de 1973. Fue telegrafista en El
Carmen, jefe de la Oficina de telégrafos en Barranquilla (1914) y funcionario
de las salinas Nacionales. Sus escritos andan dispersos en revistas y
periódicos de la región.
CARLOS CEBALLOS CABALLERO.
Cronista y periodista nacido en Ocaña y
fallecido en Bogotá en 1967. Hijo de miguel Ceballos e Inés Caballero de
Ceballos. Sus amenas crónicas, escritas con lenguaje castizo y limpio, reflejan
la personalidad literaria de uno de los exponentes de la “Ocaña galante”, como
anota el académico Leonardo Molina Lemus. Sus escritos fueron publicados en la
prensa local y en la revista Hacaritama del centro de Historia, del cual fue
miembro destacado.
MANUEL MARÍA DE LA ROSA ÁLVAREZ.
Escritor, poeta y político nacido en Ocaña
en 1870 y fallecido en la misma ciudad el 12 de marzo de 1937. Hijo de Manuel
maría de la Rosa Lemus y María de Jesús Álvarez. Se destacó como orador
político; fue Diputado a la Asamblea de Norte de Santander, en la cual se
desempeñó como Presidente. Casó con Nicolasa Quintero, hija del general Guillermo
Quintero calderón, de cuya unión hubo seis hijos. Cultivó la poesía,
destacándose entre sus producciones “Charcos de sangre”, oración en verso que
dedicó al general Rafael Uribe Uribe con motivo del asesinato de este. Fue
publicada por primera vez en el periódico La Chispa. En 1860, junto con Manuel
N. Lobo, Aurelio Carvajalino Castañeda e Isaac García Padilla, fundó la Revista
Mercantil.
Fue uno de los fundadores del Centro de
Historia de Ocaña, en 1935.
MARCO A. CARVAJALINO CABALLERO
Poeta, educador y académico. Nació en Ocaña
el 13 de agosto de 1896 y falleció en la misma ciudad el 20 de marzo de 1966.
Hijo de Aurelio Carvajalino Castañeda y
Guadalupe Caballero. Cursó estudios en el Colegio de la Presentación de Ocaña y
en el de San Bartolomé de Bogotá.
Fue concejal, alcalde, Colector de
Hacienda, Personero y Secretario de la Prefectura de Ocaña. En 1935 hizo parte
del grupo fundador del Centro de Historia de Ocaña.
En la revista Hacaritama comenzó a publicar
sus poemas, haciéndose conocer nacionalmente con sus famosos Sonetos de Hacarí. Como modalidad
poética, cultivó el soneto con gran propiedad. Su temática recoge aspectos de
la vida local, la historia, la leyenda, la familia. En ocasiones encontramos en
su producción la tendencia hacia la crítica social, la cual realizó con fino
humor.
En 1977 se publicó una selección de sus
poemas titulada Poesías.
Observemos en el siguiente ejemplo, el
estilo del autor:
DON ANTÓN
Fue
don Antón García de Bonilla
Con
el porte gentil de su figura,
Un
seductor de clásica apostura
En
los primeros tiempos de mi villa.
En
laguna de clara maravilla
Trocó
un raudal de indómita bravura,
Para
dar a su amada, blanca y pura,
El
divino solaz de una barquilla.
Refinado
y fastuoso caballero,
Tuvo
tierras y esclavos a porfía,
Como
en el corazón rico venero,
De
largueza sin par y de hidalguía;
Y
aunque amante nocturno y callejero,
Sólo
tuvo un amor: ¡Doña María!
GABINO ANTONIO COURVEL NÚÑEZ
Sacerdote, orador sagrado, poeta,
historiador y periodista. Nació en Convención el 19 de agosto de 1891 y
falleció en Aguachica el 1 de septiembre de 1949.
Hijo de Pedro Lesmes Courvel y Mercedes
Núñez. Sus primeros estudios los realizó en la Escuela Primaria Mixta de
Buenavista; pasó luego a Ocaña al Liceo de San Luis Gonzaga y después a la
Escuela Superior de Varones. En 1910 ingresó al Seminario Conciliar de Santa
Marta, concluyendo sus estudios eclesiásticos en la ciudad de Pamplona.
El 1
de noviembre de 1919 y celebró su primera misa en Convención el 15 de diciembre
de ese mismo año.
Fue cura de varias poblaciones de la
provincia de Ocaña, ejerciendo también su ministerio en Bogotá (1937), Fúquene
(1938), Silvania (1939), Vianí (1939), Viotá (1940), Nemocón y Arbeláez (1948).
De regreso a Ocaña, ocupó la capellanía del Asilo de San Antonio y finalmente,
el curato de San Roque de Aguachica, hasta su muerte.
El padre Courvel Núñez se desempeñó también
como Secretario de la Diócesis de Santa Marta bajo el Obispado de Monseñor
Bernardo Botero Álvarez, y fue profesor de Humanidades del Seminario de Santa
Marta.
En 1922 fundó y dirigió el Adalid Católico, órgano de la parroquia
de Santa Ana de Ocaña, a través del cual comenzó a publicar sus poemas,
imbuidos todos ellos en un profundo espíritu religioso. El 2 de junio de 1935,
fue recibido como Miembro del Centro de Historia de Ocaña.
Sus escritos se encuentran consignados en
el Adalid Católico y la revista Hacaritama, así como en otras
publicaciones regionales. Destacamos, entre sus publicaciones:
Monografía
de la Quinta de San Pedro Alejandrino y la Monografía de la parroquia de Aguachica,
que se constituye como el primer documento historiográfico de la segunda ciudad
del departamento del Cesar.
Los últimos años de este ilustre hijo de
Convención, estuvieron bajo el cuidado de doña Heriberta Quintero, hija del
general Guillermo Quintero Calderón
FRANCISCO C. ANGARITA
Sacerdote, escritor y orador sagrado nacido
en Ocaña el 14 de octubre de 1883 y fallecido en la misma ciudad el 13 de
septiembre de 1964.
Fue ordenado como sacerdote el 12 de
noviembre de 1911 por Monseñor Francisco Simón y Rodenas. Párroco de La Playa
de Belén (1912), de San Agustín, Ocaña, de Cota (Cundinamarca) y Aracataca.
Cuando se encontraba desempeñando su ministerio en esta última población, tuvieron
lugar los violentos incidentes contra los trabajadores de la Zona Bananera, y
el padre Angarita intervino con sus denuncias y recopilación de testimonios en
pro de los trabajadores, los cuales sirviero0n como base al doctor Jorge
Eliécer Gaitán para sus históricos debates parlamentarios contra el gobierno
conservador de aquella época.
Durante su permanencia en la parroquia de
La Playa de Belén, fundó y dirigió la Hojita
Parroquial (febrero de 1913), uno de los primeros sueltos de índole
religiosa en el país. Colaboró con el Adalid
Católico y en la revista Hacaritama
del Centro de Historia de Ocaña, donde dio a conocer valiosas crónicas de la
antigua Ocaña.
Una completa biografía del padre Angarita,
fue publicada en la revista Hacaritama
(Nº271, diciembre de 2002), por Monseñor Leonel Pineda Guerrero, donde se
analiza la trayectoria del meritorio sacerdote como periodista, cronista y
pastor, destacando su figuración cuando fue párroco de Aracataca, el bautizo de
Gabriel García Márquez y el doloroso capítulo de la masacre de las Bananeras.
Se inserta en el ensayo biográfico escrito por Monseñor Pineda, valiosa
documentación histórica que hoy nos revela la dimensión humana y la entereza de
carácter del Presbítero Francisco Calixto Angarita, gracias a cuyas denuncias
el doctor Jorge Eliécer Gaitán desarrolló sus debates parlamentarios contra el
gobierno de aquella oscura época. Resulta bien ilustrativo, para comprender la
posición cristiana de Angarita, el elogio que de él hace el caudillo liberal, y
que se encuentra en la obra 1928. La
masacre de las bananeras: “Cuando yo veo, señores, que ciertos misioneros
de Cristo se olvidan de su deber de caridad, que se alejan del sitio donde los
enfermos reclaman sus auxilios; de los inocentes muchachos de nuestra ciudad
que a altas horas de la noche la atraviesan porque la injusticia social con
ellos no se compadece; cuando observo que esos sacerdotes abandonan la aldea en
donde mueren en tinieblas de ignorancia los míseros campesinos que piden el
beso de la luz espiritual, siento entonces que todas las fibras de mi
humanidad, tiemblan en ritmo de ira y comprendo que aquellos misioneros de
Cristo son fariseos que traicionan su doctrina… La Iglesia vive, la Iglesia se
fortalece, la Iglesia crece, la Iglesia no perecerá nunca mientras haya
espíritus de ternura como el Padre Angarita, que así comprenden su deber de
misioneros de Cristo, de legatarios de la doctrina que fue amor, que fue paz,
que fue luz”.
“El estilo literario del Padre Angarita –
nos dice Monseñor Pineda – es ágil, vigoroso y salpicado de gracia lo mismo en
los semanarios parroquiales que fundó y dirigió, donde aparece su celo
apostólico y su preocupación social como en la crónica, en la cual se refleja
su amor por Ocaña y su solicitud por rescatar del olvido hechos y personajes de
nuestra historia local”. Y en efecto, crónicas como las referidas a la
Cooperativa Fraternal de Ocaña que funcionó entre 1897 y 1899, sobre la fiebre
amarilla y las compañías de teatro que visitaron la ciudad a finales del siglo
XIX, todas ellas publicadas en la revista Hacaritama, nos confirman este aserto
de Monseñor Pineda.
Obra: Apuntes
para la historia del culto a la imagen de Jesús Cautivo o Santo Ecce Homo.
Biblioteca de Autores Ocañeros, Volumen 5, 1970.
PRESBÍTERO VICENTE RIZO
Sacerdote y
escritor nacido en Ocaña en 1862 y fallecido en Santa Marta el 29 de junio de
1927, ciudad en la cual se desempeñó como Vicario General. El historiador
Emilio A. García Carvajalino, le recuerda, así: "El doctor Vicente Rizo
poseía una gran virtud, escasa, escasísima en nuestros días. Si por esta o por
aquella circunstancia cometía un yerro, lo rectificaba, lo enmendaba sin
respetos humanos. Y esto sube de valor al pensar en su temperamento levantado,
en su carácter de recios lineamientos, en la jerarquía eclesiástica que él supo
honrar por espacio de muchos años…Antes de expirar, antes de entregar su
espíritu al Señor, legó a la Diócesis de Santa Marta la mayor parte de sus
bienes, de los cuales una (sic) está representada en el hermoso edificio que
sirve de Seminario Menor en esta ciudad. Decisión admirable, plausible y
trascendente" (Revista Hacaritama Nº 38, Ocaña, abril 30 de 1938, p.70).
La primera
publicación que se conoce de este destacado sacerdote, se denomina Misiones de la Goajira y Sierra Nevada de Santa
Marta, publicada en septiembre de 1897 en la Imprenta de Juan B. Ceballos
(25 x 17 cms. 75 páginas. Una reseña de esta interesante publicación, fue hecha
en LABLAA virtual (Escaparate del bibliófilo – Año 1965), que corresponde a un
artículo escrito por Raúl Jiménez Arango (El Tiempo, julio 11 de 1965).
Para la posteridad, documento que publicamos en nuestra obra Historia de la Región de Ocaña (2009), fue
escrito en pleno apogeo de la guerra de los Mil Días (año de 1900), cuando
conservadores y liberales se tranzaron en la última contienda militar
partidista que desangró a Colombia. El documento, fue redactado en Buenavista,
población esta que sirvió en el pasado como remanso de paz para escritores,
artistas y científicos raizales o venidos de otras latitudes, para investigar
nuestras riquezas naturales. Buenavista fue también, al igual que Pueblo Nuevo
y Otaré, lugar para vacacionar y para descansar. De aquél paraje inigualable,
brotó el documento que nos habla de la guerra y de la historia.