Por Luís Eduardo Páez García
La ciudad de Ocaña fue fundada el 14 de diciembre de l570, por el Capitán Francisco Fernández de Contreras, como parte del tercer proyecto poblador del oriente, patrocinado por la Audiencia y el Cabildo de Pamplona.
La fundación tuvo por objeto la búsqueda de una vía que comunicara el núcleo urbano de Pamplona con el mar Caribe y el interior del Nuevo Reino.
Debido a la localización geográfica del poblamiento, la Audiencia de Santafé, presidida por Andrés Díaz Venero de Leiva, determinó que la naciente villa quedara bajo la jurisdicción de la Provincia de Santa Marta, siendo gobernador de ésta, don Pedro Fernández del Busto.
El nombre de Ocaña le fue puesto al nuevo poblamiento, como homenaje a Fernández del Busto, natural de Ocaña, en España.
OCAÑA PREHISPÁNICA
Los pueblos prehispánicos que habitaron Ocaña, han sido denominados genérica y tradicionalmente como HACARITAMAS, sin que hasta la presente se haya encontrado registro documental alguno de dicha denominación. En los documentos históricos del siglo XVI, aparece el nombre de LOS CARATES, que agrupa varios pueblos de la ribera del río Algodonal y otras tribus, la mayoría de las cuales contienen la partícula AMA en su escritura, así como las partículas CICA, OMA y ARE. La región cordillerana entre Ocaña y los valles del Magdalena, según se desprende de las investigaciones arqueológicas hechas hasta ahora, estaba habitada por los pueblos de la denominada CULTURA MOSQUITO, BAJOMAGDALENENSE, CULTURA DEL BAJO MAGDALENA o CULTURA DEL RÍO MAGDALENA, de filiación Caribe.
Con base en documentos que reposan en la Biblioteca de la Real Academia de Historia de Madrid, el primer informe conocido sobre la descripción de Ocaña, que data del 24 de marzo de 1578, señala que el nombre nativo del asentamiento indígena fue el de ARGUTACACA.
“Declarando y respondiendo al primer capítulo de la comarca del asiento del pueblo de los españoles que se dize OCAÑA dizen llamarse he en el fundamento OCAÑA que en lengua de los naturales llaman al asiento del dicho pueblo ARGUTACA, llamanlo ANSI porque pasa por junto al pueblo hazia la parte del poniente un pequeño rio que se dize en la lengua de los naturales ahira y por esta quebrada de agua que biene de azia el horiente que le llaman naturales ARCUTA y al asiento del pueblo los naturales le llaman SOCOTEGAGA y juntanlos todos los nombres ellos llamanle ARGUTACACA y quanto a la comarca y provincia los naturales no le tienen dado ni puesto nombre ninguno porque cada uno tienen puestos los nombres a la parte y lugar donde biven”.
En este mismo informe, se mencionan los pueblos indígenas de la región de Ocaña: SEYTAMA, BUXERAMA, CARACICA, BOROTARÉ, BEUXITARÉ, XINANE, MANANE, CARQUIMA, TEURAMA, CUCURIAMA, ASCURIAMA, BURGAMA, CARACACA, EQUERAMA, CHAMA y BISERAMA, BUCURAMA, ANARAMA, CARCOMA, TUSCURIAMA, CEQUERAMA, LANGUXAMA, SAOTAMA, OCAMA, LOS CARATES, XERGOMA, BUROMA, ORACICA, BUNEROMA, BISERA y ERCOSA, y AYTARA.
De acuerdo al referido documento, se deduce que todos estos pueblos carecían de una jefatura o cacicazgo únicos, pues "no han tenido ni tiene señor a quien hayan obedecido...". Se destaca también la índole pacífica de los naturales.
En cuanto a sus costumbres, el informe indica que "no tienen adoraciones ni ritos ningunos", pero practicaban el culto a los muertos a quienes solían desenterrar para homenajearlos. Entre sus artefactos de guerra, se destacan los arcos y las flechas, y tambores elaborados con una madera denominada "qricua".
VESTUARIO
Los varones usaban taparrabo de algodón y las mujeres una especie de sayo, "a manera de un costal abierta por arriba y abajo sin costura puestas y presas de los hombros con unas cuerdas".
ALIMENTACIÓN
Cultivaban y consumían maíz, batata, yuca, ahuyama y frijoles.
VEGETACIÓN
En informe presentado al Gobernador Lope de Orozco menciona la existencia de gran cantidad de árboles frutales, entre ellos el Caymito, chiticomas y unos que producen frutas a manera de ciruelas endrinas.
FAUNA
La región contaba con venados, leones monteses, puercos monteses (baquiras), papagayos, guacamayas, pabas de monte y paujiles.
COLONIZACIÓN Y HECHOS HISTÓRICOS
En 1575, Ocaña obtiene el título de ciudad, como consta en los documentos oficiales de la época. A finales del siglo XVI, una vez sometidas las tribus de la zona, se inician las colonizaciones, cuya área de influencia corresponde a lo que es hoy la Provincia de Ocaña y algunas poblaciones del sur del Cesar y de Bolívar.
Puerto Nacional, cercano a Gamarra, debió su aparición al mismo fundador de Ocaña; Río de Oro (Cesar), nació debido al empeño del encomendero Antón García de Bonilla y a la labor de los agustinos, cuyo convento estaba inicialmente en Ocaña; Teorama, Hacarí, El Carmen, La Playa , Aspasica, Pueblo Nuevo, Buenavista, San Calixto, Bucarasica y Cáchira, se iniciaron como centros agrícolas de los fundadores y pobladores de Ocaña. Convención, surge en 1829 y La Cruz (hoy Abrego), consolida oficialmente su poblamiento en 1810.
En 1711, según la crónica terrígena y los documentos oficiales, se produce el milagro de la aparición de la Virgen María bajo la advocación de Torcoroma, hecho que convirtió a Ocaña en uno de los santuarios marianos más importantes del país.
Durante la Colonia , Ocaña perteneció como cantón a la Provincia de Santa Marta; luego, cantón de Mompox; después, departamento, y el 29 de mayo de 1849 (Ley 64), Provincia, integrada por los distritos parroquiales de Ocaña, Río de Oro, Convención, Loma de Indígenas, San Antonio, Brotaré, Teurama, La Cruz , Aspasica, la Palma , Pueblo Nuevo, Buenavista, Los Angeles, Loma de Corredor, Aguachica, Puerto Nacional, Simaña, San Bernardo, Badillo y Tamalameque.
En el transcurso de la guerra de Independencia, la zona de Ocaña cobra singular importancia estratégica. Aquí Bolívar (1813), quien denominó la ciudad "brava y libre", inició su Campaña Admirable con tropas momposinas y de la región. En 1815, Santander hace su entrada a Ocaña recibiendo allí el nombramiento de Comandante General de las tropas de reconquista del norte. Entre los mártires ocañeros de la Independencia , se destacan: Miguel Pacheco y Zúñiga y Agustina Ferro, fusilada por la guerrilla realista de Los Colorados, el 20 de enero de 1820. El 9 de abril de 1828, se reunió en el templo de San Francisco (monumento nacional desde 1937), la Convención constituyente cuyo propósito era el de reformar la Carta expedida en Cúcuta en 1821. En dicha Convención, se enfrentaron las facciones santanderista y boliviana, produciendo como resultado la dictadura de Bolívar, el atentado contra su vida y, finalmente, la disolución de la Gran Colombia.
En 1850, don Manuel Ancízar entra a la Provincia de Ocaña por Jurisdicciones y establece el epicentro de la Comisión Corográfica en Ocaña, adelantando trabajos de cartografía, descripción de costumbres, vías, etc., que se encuentran consignadas en su obra Peregrinación de Alpha. En 1851, siendo gobernador de la provincia el doctor Agustín Núñez, se culmina la Casa Consistorial y la Columna de la Libertad de los Esclavos, hoy Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional. En este año, se produce también la llegada de la primera imprenta a la ciudad y la aparición del primer periódico, La Estrella. El comercio local y regional, adquiere gran movilidad y dinamismo hacia finales del siglo XIX, debido a las políticas librecambistas imperantes, lo cual contribuyó al establecimiento de varias casas de importación y exportación que generaron el desarrollo social, cultural y político, alteado entre 1899 y 1902 por la ocurrencia de la guerra de los Mil Días.
Hacia finales del siglo XIX, también aparecen las tertulias literarias y se inicia la narrativa, la producción poética, periodística y artística que, sin solución de continuidad, se ha mantenido hasta nuestros días. El carácter de ciudad cultural de Ocaña, sigue vigente, pese a los embates de la violencia inmisericorde que sacude a todo el territorio nacional.
Hoy, Ocaña es una ciudad en desarrollo que mantiene su vieja vocación comercial y el deseo ferviente de sus habitantes por superar las diversas crisis que ha tenido que soportar en sus 437 años de existencia.
Su OFERTA CULTURAL, está representada por los Museos de la Gran Convención y Antón García de Bonilla, su vieja arquitectura tradicional, sus monumentos y parajes naturales, su Desfile de los Genitores, la Semana Santa , su típica gastronomía, tradiciones y leyendas enraizadas en la más pura tradición hispana. Su entorno geográfico, conformado por las poblaciones de la Provincia , favorece el turismo histórico y el ecoturismo, en las hermanas ciudades de La Playa de Belén, El Carmen, Abrego, San Calixto, Teorama, Hacarí, La Esperanza y Convención. Vale la pena visitar a Ocaña, donde aún resuenan las voces de sus viejos vates: José Eusebio Caro, Adolfo Milanés, Marco A. Carvajalino, Luís Eduardo Páez Courvel, Jorge Pacheco Quintero, y los acordes melodiosos de los maestros Julio R. Jácome Niz, Rafael Contreras Navarro, Carlos Julio Melo, Carmen Noel Paba, Carlos Guillermo Lemus Sepúlveda, Gilberto Núñez Sarmiento o Alfonso y Carlos Carrascal Claro, para no citar sino unos pocos de las decenas de poetas, historiadores, críticos, ensayistas, novelistas, cronistas, pintores y compositores que integran el acervo intelectual de Ocaña y la región.
2 comentarios:
MARAVILLOSO Y MUY BIEN CIMENTADO EL ARTICULO.
ME GUSTARIA CONOCER SI ES POSIBLE EL PAPEL EN EL COMERCIO DE OCAÑA DEL SEÑOR VICENTE CASTELLANOS MORALES.
GRACIAS
JAIME PEREZ J. ( japejis@yahoo.com.ar )
¿De qué son las fotos? No se lee.bien por el color.de la letra.
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