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martes, 16 de junio de 2009

TEMAS DEL BICENTENARIO DE LAS INDEPENDENCIAS: OCAÑA





LA INDEPENDENCIA EN OCAÑA

Luis Eduardo Páez García

(De la obra Historia de la Región de Ocaña. Jaguar Group Producciones. Bogotá, 2009. P. 64 ss)

Las investigaciones, informaciones y reseñas, sobre los sucesos y los personajes vinculados al proceso de Independencia en Ocaña y su antigua Provincia, comenzaron a destacarse hacia finales del siglo XIX, en la prensa local y en revistas regionales.

Una de las primeras narraciones, se debe a don Eustoquio Quintero, quien escribió en 1884 una Relación Histórica, en la cual entrevista a uno de los actores presenciales de la llegada de Bolívar a Ocaña (La Voz de Ocaña, serie 1 N°6, Ocaña, 15 de julio de 1884).

Posteriormente, don Rubén Sánchez N. y don Carlos Molina López, publican en la revista Lecturas, de Bucaramanga (agosto de 1911), un interesante y completo artículo titulado Una página de historia, que recoge los pormenores de la primera visita de Bolívar a esta ciudad (1813), incluyéndose la poco conocida participación de la Compañía "Libres de Ocaña" en la Campaña Admirable.

En 1915, el doctor Alejo Amaya publica su obra cumbre, Los Genitores, noticias históricas de la ciudad de Ocaña, que recoge la historia de la ciudad desde su fundación hasta 1810.

Sobre el período de la Independencia en la región de Ocaña, señala el historiador:

"Ocaña entró de lleno en el movimiento iniciado en Santafé el 20 de julio, no con ánimo decidido de emanciparse de la madre patria, sino con el único y firme propósito de hacer valer sus derechos como provincia americana conforme al sentir de la junta central de Santafé. Prueba de los que dejamos dicho es la sesión del 20 de octubre de 1810 celebraron los miembros del Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento, para aprobar las instrucciones a las que debía ceñirse el comisionado de Ocaña a la Junta de Santa Marta, señor doctor Francisco Aquilino Jácome, instrucciones que reproducimos textualmente como comprobación de nuestro aserto y por la independencia de carácter que revelan:

'Esta ciudad tan leal a su rey, como adicta a sostener su libertad y la causa común, derramará la sangre de sus moradores por defender tan sagrados objetos; prestará cuantos auxilios pueda para asegurar la unión con las Provincias, con las que se congratula por la feliz revolución de nuestras opiniones políticas; conoce hallarse restituida a sus primitivos derechos; ve la necesidad de afianzarlos y contribuye por medio de su representante al fin propuesto por la Capital del Nuevo Reyno de Granada y Santa Marta para el de establecer un nuevo Gobierno que haga floreciente a la América..

La Junta provincial de Santa Martha, reconocida en calidad de por ahora, no puede creerse en lo subsesivo (sic) con derecho a nuestra subordinación, mediante a que no se consultaren nuestros votos, y de que el excesivo número de vocales de que se compuso se opone a nuestra libertad. Nuestra intención en su reconocimiento fue evitar la desunión por seguir el sistema de obediencia capaz solamente de conservar los vínculos de amistad, de armonía y mantenernos respecto a las demás sociedades en el estado que antes; pero semejante reconocimiento no perjudicará nuestros comunes derechos a los que debemos ser restituidos caso de haberlos defraudado, como irrenunciables. Su Gobierno anterior contenía un Tribunal de Apelaciones; por consiguiente no puede recaer en la Junta Superior las funciones de una autoridad privativa de la Junta Suprema de Santafé, como que ha tenido el superior Gobierno del Distrito…

Jamás podremos subsistir sin que admitamos una autoridad que dirija nuestras cosas a un solo punto que consiste en la pública tranquilidad, pero esta deberá constituirse sin usurpar nuestros derechos; bajo esta consideración, la Junta Superior Provincial de Santa Marta, deberá disminuir su número de vocales para conservar el equilibrio o igualdad en las de los demás lugares de la provincia; pues de lo contrario será sin el consentimiento de éstas a quienes pertenece su representación, llevará el sello de involuntaria, ilegítimamente establecida e improbada por un juicio universal…´'.

No consta en el protocolo que el comisionado doctor Jácome hubiese conseguido hacer parte de la Junta de Santa Marta, porque esta instalada en Agosto con tanta solemnidad y regocijo y con las bendiciones del Prelado Don Miguel Sánchez Serrano, fue disuelta violentamente por su Presidente, el Gobernador de la Provincia don Tomas Acosta. Esta contrarrevolución dejó a los ocañeros de nuevo sometidos al gobierno español y ni siquiera a un gobierno monárquico como había antes, sino a uno tirano y despótico que auguraba claramente el terrorista que vino después".

Hasta aquí el libro de Los Genitores.

Por su parte, el historiador Justiniano J. Páez, en sus Noticias históricas de la ciudad y provincia de Ocaña desde 1810 hasta la guerra de los tres años (Imprenta del Departamento, Cúcuta 1924), escribe:

"Cierto es que los dirigentes de los negocios públicos, como la mayor parte de los notables de la población, eran de prosapia española y adictos por ende a la causa del rey, como lo demuestran las instrucciones dadas por el muy ilustre cabildo, justicia y regimiento al comisionado de Ocaña a la junta de Santa Marta, pero no es menos cierto, que al aproximarse Bolívar a la ciudad (1813) ya se habían hecho conocer de sus moradores las ideas que le animaban y el objetivo de la campaña, consignados de manera muy clara en la Memoria que dirigió a los granadinos antes de marchar a Barranca".

"A acentuar el sentimiento patrio entre los habitantes de Ocaña, contribuyó en gran parte el joven Antonio Quintero Copete, quien "por el año de 1810 se hallaba en Pamplona haciendo estudios secundarios y tomó parte activa en el movimiento que allí se levantara contra el corregidor Bastús, y fue de los que apresaron a este arbitrario gobernante. Algunos días después de la insurrección, Quintero regresó a Ocaña y trajo, como era natural, la noticia de los sucedido, y también la del movimiento del Socorro: mas no se limitó simplemente a hacer conocer de sus amigos y compañeros estos hechos, sino que se propuso despertar en el ánimo de aquellos las simpatías por la causa de la independencia, lo que consiguió sin mucho esfuerzo, principalmente después de que por la indiscreción de un correísta se supo en la ciudad lo acaecido en Bogotá el 20 de julio de ese mismo año. Cuando las autoridades se percibieron del núcleo que estaba formándose de patriotas, empezaron a ejercer presión sobre ellos y a hostilizarlos de todas maneras. En esta situación los patriotas se vieron precisados a salir, los unos a sus haciendas y los otros a los pueblos circunvecinos a esperar, fuera de la ciudad, una reacción favorable a la causa de sus simpatías. Así pasaron dos años, hasta que a fines de 1812 circuló por todo el lugar la noticia de los triunfos de Bolívar, noticia que en vano pretendieron disimular las autoridades, pues su inquietud, la aceleración de los movimientos y algunas otras demostraciones revelaban la zozobra en que se hallaban.

Esta situación favoreció en mucho a nuestros patriotas; a la sombra de ella pudieron efectuar sus reuniones y mandar expresos a Puerto Nacional a recoger datos ciertos de lo que ocurría en el río.

Los comisionados regresaron inmediatamente trayendo la noticia del desembarco de las fuerzas libertadoras, en Puerto Nacional. Esta noticia fue confirmada con la actitud que asumieron las autoridades, quienes principiaron a hacer los preparativos de marcha, y a la tarde del día siguiente dejaron sola la población, llevándose consigo a todos sus adictos. Componían estas autoridades los señores Joaquín María Rizo, jefe político; Francisco Solano Jácome, síndico procurador de la ciudad; Francisco Gómez Navarro, escribano público; Ramón Trillos, Miguel Antonio Villareal y Francisco Quintero Príncipe, miembros del cabildo.

Sea que muchos realistas resolvieron abrazar la causa de la Patria, o que Bolívar llamara a las autoridades, es lo cierto que a su entrada y durante su permanencia en Ocaña, algunas de las referidas personas se encontraron aquí desempeñando funciones públicas.

´En este estado de cosas, los patriotas acordaron formar una reunión para establecer una junta patriótica, la cual quedo instalada y fue presidida por los señores José Quintana y Juan B. Sánchez. La junta dispuso enviar una comisión de tres individuos a entenderse personalmente con Bolívar. Esta comisión recayó en los señores Antonio Quintero Copete, Manuel E. Trigos y Juan de Francisco García, quienes esa misma tarde se pusieron en camino a cumplirla. Cuando la comisión llego, ya Bolívar había determinado pasar a esta plaza, y al efecto daba las disposiciones del caso para emprender la marcha. Sabedora la comisión del proyecto de Bolívar, envió expresos a la junta comunicándole la resolución de este jefe, para que se aprestaran a hacerle el recibimiento. La junta procedió enseguida a dar las disposiciones convenientes para hacer la recepción. Una de estas fue la de nombrar una comisión de señoritas para presentarle a Bolívar una corona de flores y darle, en un breve discurso la bienvenida. Esta comisión recayó en las señoritas Bárbara Vicenta Lemus, María de Jesús Patiño, Juana de Dios Lemus, Nicolasa Ibáñez y Eusebia Sarabia; la encargada de llevar la palabra y presentar la corona fue la señorita doña Barbará Vicenta Lemus, en quien concurrían los dones especiales de vivacidad, belleza y espíritu público'.

Al atardecer de uno de los primeros días de febrero de 1813, a semejanza de aquella tarde de 1625 en que la 'multitud abigarrada y parlanchina amontonábase en la Punta del Llano con el decidido ánimo de presenciar la entrada del primer obispo que venía a visitar la ciudad', aparecía en el mismo sitio una inmensa y alegre muchedumbre de todas las clases, condiciones y edades, después de haberse oído los disparos que eran la señal de la aproximación de las fuerzas patriotas, disputándose la vista del vencedor del Magdalena. Los primeros jinetes que penetran en la empinada entrada de la plazuela hacen despejar el paso. Son los oficiales venezolanos que, por insinuación del cura párroco Doctor Alejo María Buceta, y del alcalde ordinario, hacen alto y comunican a su jefe los deseos de la población.

Pocos momentos se suceden, y un oleaje de cabezas humanas deja comprender que todos buscan un punto para contemplar al vencedor. A recibir los saludos del padre Buceta, del alcalde y de varios notables se apea un apuesto joven de sólo veintinueve años cumplidos, de mediana estatura, rostro moreno encendido, cejas arqueadas y espesas, ojos muy negros, grandes, llenos de fuego y penetración, expresivos de energía de imaginación y grandeza de alma, frente grande cubierta en parte por el cabello desgreñado, boca grande y graciosa, bigotes y patillas negros y nacientes. La multitud se persuade de que es Bolívar y redobla los vivas y aclamaciones, que fueron el primer saludo dirigido por el pueblo a él y a sus tropas. A la presentación de la corona que con palabras de sabor patrio le ofrece la señorita doña Bárbara Vicenta Lemus, corresponde aquel joven con la galante expresión, con la elocuencia de quien más tarde debía causar la admiración del mundo con su múltiple actuación de 'guerrero, legislador, tribuno, diplomático, escritor, pensador y fundador de pueblos'.

'Después de cambiar los saludos correspondientes, se dispuso seguir a la ciudad. El grupo de señoritas de que se ha hecho mención encabezaba el desfile. Detrás de este seguía uno de los caballeros, en medio del cual iban Bolívar y el Presbítero Buceta. Finalmente seguían los oficiales y la tropa. El entusiasmo del pueblo era grande, y sus vítores y aclamaciones se confundían con las alegres dianas de la banda militar de los patriotas; de las casas arrojaban flores a la calle, la cual había sido arreglada anticipadamente con arcos, banderolas y cortinas'.

Bolívar, escoltado por los oficiales y la tropa, por el alcalde y varias autoridades, precedido de las afamadas bellezas ocañeras y rodeado de millares de personas que le aclaman ¡Libertador! La mano puesta sobre la empuñadura de su espada, mirando hacia uno y otro lado, aparece con aquella cara risueña que hacia brillar el espíritu sobre su fisonomía, que Perú de la Croix observaba en él cuando estaba contento.

'La comitiva llegó a la casa destinada para alojamiento, la cual estaba preparada con las comodidades que permitía la época, y la tropa fue acuartelada en el local de la plaza mayor, hoy Plaza del 29 de Mayo, destinada para este servicio. Al día siguiente fue invitado Bolívar a una misa solemne con Te Deum en acción de gracias al Todopoderoso por su feliz arribo a la ciudad. Concluida la ceremonia, la comitiva se dirigió a casa de la señora Carmen Ibáñez, donde debía terminar el obsequio con un suntuoso banquete. En los días siguientes Bolívar y sus oficiales fueron objeto de numerosos regalos y felicitaciones'.

'Como el tiempo era angustioso, Bolívar decidió emprender la marcha hacia Cúcuta cuanto antes y dictó las providencias para hacer los preparativos del viaje. Ínterin se hacían éstos, Bolívar dispuso nombrar al señor don José Quintana, persona de grande influencia en la localidad, jefe de esta región, con plenos poderes y lo encargó de formar un batallón cívico. Nombró además como segundo de Quintana, al señor don Juan B. Sánchez, y Quintana nombro como su secretario al señor don Luis Jácome Morinelly. Como Bolívar había creado ya especial estimación por los jóvenes Antonio Quintero Copete y Juan Francisco García, quienes le manifestaron su deseo de acompañarle a Cúcuta, resolvió nombrar al primero su ayudante, y al segundo, jefe de una compañía que él formara con los voluntarios, la cual levaría por nombre Compañía Libres de Ocaña'.

'Llegó por último el 16 de Febrero, día señalado por Bolívar para emprender la marcha. En las primeras horas de la mañana las cornetas dieron los toques respectivos. Una muchedumbre compuesta de mujeres, ancianos y niños se aglomeró en las afueras de la población para presenciar allí las salidas de la fuerza. Al aparecer esta, un rumor sordo, mezclado de dolor y regocijo, se escapó del tumulto. En seguida hubo, como en todas las veces, patéticos cuadros de separación: madres que ven alejarse a su hijos; hijos que dejan a sus madres; esposos que se confunden en un abrazo interminable mientras que un hilo de dolor desprendido de los ojos se abre paso por sus mejillas, y todo bajo la presión de un futuro cuajado de perspectivas inciertas, que era como un amago de la muerte sobre aquel haz de vidas. Perdidos los últimos soldados en las primeras vueltas del sendero, la muchedumbre regresó al lugar pausada y melancólicamente…'

Esas unidades de momposinos y ocañeros, insignificantes al parecer como factores valiosos de los que necesita un buen cuerpo del ejército, pero que llevaban latentes en sus pechos la bravura indomable y el heroísmo legendario, fueron la base de organización del ejercito con que el brigadier Simón Bolívar acometió la famosa campaña que según expresión del general Rafael Urdaneta, parecía deber tragarse hombres y recursos, y que abierta en los valles de Cúcuta con la derrota de Correa, fue seguida de los triunfos de la Campaña Admirable…"

La mayor parte de los integrantes de la Compañía Libres de Ocaña, incluyendo su jefe, perecieron en el combate de Cúcuta.

"Es esta una página de gloria para el patriotismo de los valerosos hijos de Ocaña, que debe tenerse en cuenta cuando desfile ante nuestra vista el sangriento cuadro de la facción de los colorados, para no imputarle a la ciudad el haber sido hostil a la noble causa de la independencia por los hechos que posteriormente atrajeron de una manera seria la atención del gobierno republicano hacia esta en premio de la adhesión de sus habitantes. Los documentos oficiales eran encabezados así: 'Ocaña Independiente.- Gobierno de Cartagena, etc. etc.'. Al margen un sello con el busto de La Libertad."

El historiador Justiniano J. Páez, tomó los datos anteriores, del escrito de Rubén Sánchez N. y Carlos Molina L, Una página de historia, artículo basado en el relato de testigos presenciales de la recepción del libertador y en documentos auténticos, y publicado en Lecturas, de Bucaramanga, correspondiente a agosto de 1911. Además, el autor de estas noticias, conoció personalmente a algunos soldados de la Compañía libres de Ocaña, quienes fallecieron de más de 90 años y cultivó relaciones de amistad con el soldado Andrés Cáceres.

Con fecha 25 de octubre de 1884, el Presbítero Justiniano Sánchez Lobo escribe un artículo titulado "Ocaña", cuyo original reposa en el Archivo eclesiástico de la ciudad (Libro de bautismo Nº 25), en el cual rescata los sucesos que produjeron el Acta de independencia de Ocaña y los nombres de sus signatarios. Así mismo, narra el sacerdote la conformación de la compañía Libres de Ocaña, denominándola batallón Libertador de Ocaña, e indicando el número de sus componentes, oriundos de Ocaña y de la vecina población de Río de Oro. Este documento se reprodujo en la revista Hacaritama N°252 a 254, enero a diciembre 1974, p. 119:

EL ACTA DE INDEPENDENCIA DE OCAÑA

"El 7 de abril de 1813, congregados en la plaza de Santa Ana de Ocaña los ciudadanos partidarios de la causa de la independencia de América, en un comisio popular hicieron pedazos los sellos de España, los escudos de armas de los oficiales. Es voz común y tradicional, que con la madera de dichos escudos, hicieron fogonadas en las que hicieron chocolate algunos graciosos. Este comisio depuso a los antiguos regidores del cabildo, y a todas las autoridades realistas, y nombró nuevas. Los regidores que compusieron el nuevo cabildo fueron los señores don Sebastián Álvarez Llaín y Sarabia, don Juan Pino, don Bernardo Barbosa y don Miguel Martínez Troncoso.

"Este cabildo levantó el acta de independencia de esta ciudad que fue suscrita por los señores dichos, por José de Jesús, don Francisco Antonio, don Rafael, don Gabriel, don Nicolás, y don Pablo Lobo; don Miguel Pacheco, don Juan de Dios Illera, don Antonio Luis Jácome, don Francisco de Robles, don Bernardo Pacheco, don Ignacio Lobo de Rivera, don Francisco Gómez de Castro, don Gabriel Barriga, don José Quintana, don Francisco, don Bernabé y don Antonio Pacheco, don Martín y don Antonio Quintero Copete y el padre de ellos, don Gregorio Quintero, don José Antonio Quintero (Montaño), y otros muchos ciudadanos. En aquel precioso documento se desconocía el gobierno español y se reconocía el que emanaba del Libertador D. Simón Bolívar, se adherían a la revolución que este ilustre americano acaudillaba, se constituían a sostenerla y a no ahorrar sacrificio para lograr la emancipación de España. Como dicha acta se ha perdido, tuve el cuidado de tomar datos que aquí consigno de los verídicos labios de don Casimiro Pinto, vecino de Río de Oro. En conformidad con lo pactado en aquella acta, marcharon 180 ciudadanos de esta ciudad, formando un batallón con el nombre de "Libertador de Ocaña", a cuyo cuerpo pertenecía una compañía de los vecinos de Río de Oro constante de 70 hombres. Estas fuerzas con 150 hombres que trajo el general Bolívar de Mompós, son los 400 momposinos a quienes él decía que debía su gloria.

"No es extraño que el gran caudillo no hable de Ocaña, pues haciendo en aquel entonces lo que hoy se llama departamento de Ocaña, parte de la provincia de Mompós, natural era que se llamara momposinos a los egregios patriotas que aumentaron y animaron a las escuálidas fuerzas que trajo el Libertador de la "Ciudad Valero"; las que debido a los reñidos combates que sostuvieron con los realistas de Tamalameque, San Bernardo, Simaña, El Banco y demás pueblos de la ribera del Magdalena, habían perdido el primitivo brío. La recuperación que se les hizo en Río de Oro, que consta en las declaraciones de doña Luisa Pinto de Durán, que a su tiempo publicaré, y las que le hicieron los patriotas de esta ciudad los llenó de entusiasmo y al partir de aquí, dejaron consignado su valor en las jornadas de Jagual, San Cayetano, Salazar de las Palmas y Cúcuta. Allí la emulación de las tres fuerzas unidas, momposinas, ocañeras y de Río de Oro, inició de una manera formal y seria nuestra independencia de la de España y la independencia de todas las repúblicas suramericanas. Glorias que nadie puede disputarle a Mompós y Ocaña. El primero de estos pueblos tomó la iniciativa, el segundo, secundó aquel movimiento y ambos han prometido incógnito por muchos años, desconocida para los colombianos, la heroicidad de estos pueblos célebres en la historia por lo trascendental que fueron sus movimientos.

Un momposino, el doctor Esteban María Pupo en la celebración de la fiesta clásica de Mompós, el 6 de agosto de 1910, dijo que Ocaña era un pueblo sin historia; un pueblo oscuro y sin lustre; y nadie le replicó, nadie se preocupó por aquel apóstrofe en que ultrajaba el amor patrio de los ocañeros; todos callaron y consintieron en que aquel insulto envolvía verdad. Amigo personal del referido señor doctor Pupo, el que esto escribe, el último de los hijos de Ocaña ha emprendido un trabajo sobre estos hecho históricos, que una vez concluido verá la luz pública; ese trabajo tiende a demostrar que Ocaña sí tiene historia llena de inmarcesibles glorias, glorias hermanadas con las de la ilustre ciudad que mi amigo reputa por patria Este trabajo le probará que fue ligero en sus apreciaciones, y no sabemos por qué, apasionado contra este suelo, donde siempre se le han mirado consideraciones especiales. En todo caso la verdad que vendrá a iluminar el cuadro de las iniciales glorias americanas, no será motivo para promover quiebras en la amistad, ni emulaciones entre los hijos de Ocaña y Mompós que nacieron juntas a la libertad, cuyos hijos siempre se han tratado con grande estimación mutua.

"Este trabajo en que procuro que todo se pruebe hasta la evidencia, no cercenará los méritos de ningún pueblo; haré manfiestos los de mi patria sin menoscabo de los demás; recogeré el laurel que estaba oculto y colocaré en la corona que ciñe las sienes de la hija de Bolívar, en las sienes de Colombia.

"Los hijos de Ocaña, con ese carácter heroico con que les ha dotado Dios, no podían dejar de tomar parte en la magna guerra, ni de distinguirse en ella por sus buenas condiciones para la lucha. "No se enciende una vela para ponerla bajo el celemín", sino que se coloca sobre el candelero para que alumbre toda la casa. Dios no nos hubiera dado un gran carácter para desplegarlo solo en nuestras fratricidas guerras; nos lo dio para lidiar en aquella gloriosa guerra que nos elevó al rango de nación; para defender nuestros derechos, los fueros de la patria y los fueros de nuestro Dios.

"Lástima que nuestro genio lo hayamos empleado durante 60 años para destruirnos, para aniquilarnos, para arruinar la patria.

"Ocaña, octubre 25 de 1884.

"Justiniano Sánchez Lobo, Pbro."

Es copia del Libro de Bautismos Nº 25

Expedida en Ocaña a 16 de septiembre de 1972 (Nota de la Dirección de la revista Hacaritama).

El 22 de diciembre de 1935, la revista Hacaritama da a conocer el artículo La visita del héroe, del historiador y poeta Jorge Pacheco Quintero, quien transcribe la Proclama de Simón Bolívar a los ocañeros, documento que se encontraba en el archivo privado del doctor Francisco Aquilino Jácome, y que fue suministrado al autor por don Eliseo Jácome, descendiente del primero. Se aclara aquí, que la presencia de Bolívar en Ocaña corresponde a los días 9 y 10 de enero de 1813 y no del mes de febrero como se venía afirmando hasta entonces, con base en la firma inserta en la citada proclama.

En julio de 1939, don Rubén Sánchez N., publica en la revista Hacaritama Nº 54 una reseña biográfica de Nazario Díaz, soldado de la compañía Libres de Ocaña, como testimonio del anciano combatiente de la Independencia.

DATOS BIOGRÁFICOS DE PERSONAJES DE LA REGIÓN DE OCAÑA, VINCULADOS DIRECTA O INDIRECTAMENTE EN EL PROCESO DE INDEPENDENCIA

(LISTADO DEL HISTORIADOR LUÍS EDUARDO PÁEZ COURVEL,

EN SU OBRA PRECURSORES, MÁRTIRES Y PRÓCERES SANTANDEREANOS

DE LA INDEPENDENCIA Editorial Antares, Bogotá, 1950)

ACOSTA, FERMÍN. Patriota ocañero. Participó en la Campaña de 1813.

ARÉVALO, FRANCISCO J. Patriota ocañero, hizo la campaña de Cúcuta en 1813

ARGUMEDO, FELICIANO. Patriota ocañero, vilmente asesinado el 19 de enero de 1820 por los Colorados.

AVENDAÑO, FIDEL. Insigne patriota, oriundo de Ocaña, acompañó a Bolívar en la campaña libertadora de 1813.

AVENDAÑO, JULIO. Patriota ocañero, hizo la campaña de 1813.

BALLESTEROS, ANTONIO. Ardiente patriota, natural de Ocaña, hizo la campaña de Cúcuta en febrero de 1813. Luego del desastre de Puerto Cabello, en junio de 1812, Bolívar se dirigió a La Guaira y de allí pasó a Cartagena. Destinado por el gobierno de Torices a defender a Barranca, bajo las órdenes del francés Labatut, abrió operaciones sobre la villa de Tenerife y tomó la plaza, dispersándose luego las partidas realistas que defendían el bajo Magdalena y entró a Mompós en diciembre de 1812; pasó de aquí al Banco, derrotó al enemigo en Chiriguaná y de regreso al río tomó a Tamalameque, se adueñó de Puerto Real y entró triunfalmente en Ocaña a principios de Febrero de 1813. El 16 de dicho mes y, luego de organizar brillante tropa de voluntarios ocañeros y de dejar en Ocaña al coronel venezolano don José Félix Ribas, regresó el Libertador a Mompós, tornando enseguida a Ocaña con elementos de guerra y marchando a Cúcuta, por la vía de Salazar de las Palmas. Reforzado aquí por fuerzas republicanas pasó el Zulia y en el reñido combate del 28 de febrero de 1813, desbarató a Ramón Correa y limpió de enemigos el norte de la Nueva Granada.

BALLESTEROS, RAFAEL. Patriota, oriundo de Ocaña, acompañó a Bolívar en la campaña de 1813.

BARBOSA, EUGENIO. Oriundo de Ocaña, hizo la campaña de 1813. Fue sacrificado por los Colorados en Ocaña en 1819.

BARRIGA, MIGUEL. Patriota ocañero, participó en la campaña de Cúcuta, en 1813.

BAYONA MANUEL. Patriota ocañero, participó en la campaña de 1813.

BUCETA, ALEJO MARÍA. Insigne clérigo ocañero. Era hijo legítimo de don Domingo Buceta y doña Juana Antonia González Hidalgo. Fue cura rector de Ocaña desde el 15 de julio de 1804 hasta su muerte acaecida en Santa Marta el 8 de octubre de 1817, después de haber legalizado su testamento el 3 de octubre del mismo año, en la propia capital samaria. Al padre Buceta le cupo el honor de recibir al Libertador, bajo palio, desde el barrio de la Punta del Llano hasta la iglesia de Santa Ana de su ciudad natal, en febrero de 1813. Su decidida participación en la independencia le mereció el enojo de Morillo, quien ordenó la confiscación de sus bienes como insurgente. Buceta enterró sus tesoros en Ocaña para salvarlos de la codicia realista, parte de los cuales fueron hallados en 1942, en un solar de la antigua calle La Carrera, junto al cementerio de la ciudad.

BURGOS, JOAQUÍN. Patriota ocañero, muerto en Aragua de Barcelona el 18 de agosto de 1814.

CÁCERES, ANDRÉS. Oriundo de Ocaña, hizo la campaña de Cúcuta en 1813. Murió en su tierra natal, de avanzada edad.

CANO, JOSÉ MARÍA. Oriundo de Ocaña, tambor mayor de la Compañía Libres de Ocaña, comandada por Juan Francisco García. Falleció octogenario.

CAÑARETE, JOSÉ ANTONIO. Patriota ocañero, muerto gloriosamente en la acción de Cispatá, el 20 de abril de 1821.

CASADIEGOS, MARTÍN. Oriundo de Ocaña, participó en la campaña de Cúcuta, en 1813.

CASTRO, CECILIO. Cura patrimonial de Ocaña, desterrado en 1816, por sus ideas revolucionarias. Con el doctor Castro fueron deportados otros muchos clérigos neogranadinos.

CORTÉS, MARTÍN TEODORO. Abogado nacido en Ocaña el 2 de noviembre de 1780. Fue fusilado en la ciudad de La Plata el 3 de septiembre de 1816 y confiscados todos sus bienes. Hijo de Martín Cortés y Aniceta Rodríguez. Se vinculó a la causa de la Independencia e influyó sobre los notables ocañeros para que reconocieran la Junta Suprema de Santafé.

CORTÉS DE RON Y RODRÍGUEZ, ANTONIO. Hermano del anterior. Nació en Ocaña el 17 de abril de 1776. Se desconoce el lugar de su muerte. Fue vinculado por el gobierno español en la llamada Conspiración de los pasquines,

CHACÓN, JUAN SALVADOR. Mártir de la patria, oriundo de Ocaña. Fue sacrificado en su tierra natal, el día 9 de abril de 1819. Su cadáver fue colgado en la horca y luego descuartizado.

DAMAS, ADRIANO. Capitán, oriundo de Ocaña, muerto en Guardatinajo, el 28 de agosto de 1821.

DEL RINCÓN, JOSÉ ANTONIO. Jefe comunero oriundo de Ocaña

DEL RINCÓN, JOSÉ IGNACIO. Insigne patriota ocañero, nacido el 4 de noviembre de 1767. Era hijo de Bartolomé del Rincón y Josefa Ramírez. Para el 2 de mayo de 1813 figuraba como alcalde ordinario de Tamalameque. Fue hecho prisionero por los realistas al mando de José María Farelo, en las Bocas del Caño de Mompós, cuando llevaba pliegos urgentes para el Libertador, encarcelado en Chiriguaná y enviado luego a las prisiones de Santa Marta. Logró fugarse y retornó a Ocaña el 30 de junio de 1814, incorporándose al ejército patriota.

DÍAZ, NAZARIO. Oriundo de Río de Oro (Cesar), de la antigua jurisdicción de Ocaña. Acompañó al Libertador en la campaña de 1813.

FERRIER, JOSÉ EUSEBIO. Capitán, oriundo de Ocaña, muerto en Gamarra el 27 de marzo de 1817.

FERRO, AGUSTINA. Dama ocañera fusilada en la plaza principal de Ocaña por la guerrilla de los Colorados, por haber facilitado la fuga del Coronel patriota Fernando Figueredo, el 20 de enero de 1820.

GARCÍA, GUILLERMO. Oriundo de Ocaña, hizo la campaña de 1813.

GARCÍA, HIPÓLITO. Insigne patriota ocañero, fusilado en Ocaña el 9 de abril de 1816. Se contó entre los heroicos defensores de Cartagena en 1815. El suplicio de este prócer tuvo lugar en la plazuela de San Francisco… "El martes santo, 9 de abril de aquel mismo año (1816), salieron de la capilla de la cárcel, amarrados al cuello, el coronel Miguel Carabaño, el sargento Hipólito García y Salvador Chacón, en medio del regimiento de Cazadores de Barbastro, dos inquisidores y el sacerdote don Luís Álvarez Guedes, que los auxiliaba, para llevarlos a la plazuela de San Francisco, donde estaba el suplicio en que debían ser ajusticiados": Sujetos al banquillo y amordazados, los fusileros del Rey hicieron una descarga y los tres mártires expiraron con la viril arrogancia de los campeones de la libertad.

GARCÍA, JUAN FRANCISCO. Oriundo de Ocaña, hizo parte de la comisión nombrada por la junta patriótica ocañera en 1812, para entenderse con el Libertador. Acompañó a Bolívar a la campaña de Venezuela, en 1813, como jefe de la Compañía Libres de Ocaña.

GÓMEZ, VENANCIO. Oriundo de Ocaña, hizo con el Libertador la campaña de Cúcuta en 1813.

GUTIÉRREZ, JUAN ANTONIO. Oriundo de Ocaña. acompañó al Libertador en la campaña de los valles de Cúcuta, de 1813.

IBÁÑEZ, CARMEN. Famosa dama ocañera, de gran belleza y ardiente patriotismo, a quien en Libertador obsequió una daga de oro, regalo de Napoleón, joya que se guarda hoy en el Museo de la Quinta de Bolívar, en Bogotá.

IBÁÑEZ, JOSÉ MANUEL. Oriundo de Ocaña, participó en la campaña de Cúcuta, en 1813.

IBÁÑEZ, MANUELA. Natural de Ocaña, hija de don Miguel Ibáñez y de doña Manuela Jacoba de Arias. La señora Manuela Ibáñez figura en la Relación de personas de esta ciudad (Santafé) que han sido detenidas, con expresión a donde ha ido. Santafé, 12 de agosto de 1816. (Fdos.) José Ortega. Morillo (Boletín de Historia y Antigüedades, Nos. 119-120).

IBÁÑEZ, MANUEL. Patriota ocañero martirizado por los Colorados de Ocaña en 1819.

IBÁÑEZ, PEDRO ALCÁNTARA. Nacido en Ocaña el 19 de octubre de 1787. Fue el primer gobernador de la Provincia de Ocaña en 1849. Fue intendente comisario de guerra de Bolívar.

JÁCOME LLAÍN, FRANCISCO AQUILINO. Nacido en Ocaña en 1778. Hijo de Simón Jácome y Rincón y doña María del Rosario Llaín, de las familias más ilustres del Nuevo Reino. Fue secretario de la Universidad tomística donde se recibió como doctor en 1803. Perteneció al partido del Rey hasta que llamado por el mismo Simón Bolívar, se integró a la causa republicana prestando grandes servicios.

LEMUS, BÁRBARA VICENTA. Dama ocañera de gran belleza, participante en el recibimiento de Simón Bolívar en Ocaña, en 1813.

LEMUS, MATEO. Capitán, natural de Ocaña, muerto en la batalla de Perijá , el 4 de mayo de 1822.

LEMUS, PEDRO. Patriota ocañero casado con Rufina Trigos, dama ocañera a quien el Libertador profesara gran estimación.

LINDO, AGUSTÍN. Teniente, oriundo de Ocaña, muerto en Chipare el 17 de abril de 1822.

LÓPEZ, VÍCTOR. Oriundo de Ocaña, combatió en la campaña de Cúcuta en 1813.

LLAIN PÉREZ, SEBASTIÁN. Oriundo de Ocaña. Hijo de Sebastián Llaín y Josefa Pérez. Participó en la campaña de Cúcuta, en 1813…Acompañó al padre de la patria en las campañas de Venezuela y del Perú.

LLANOS, FRANCISCO ANTONIO. Capitán, natural de Ocaña, muerto en Jenoi, el 2 de febrero de 1821.

MANTILLA, CARLOS. Patriota ocañero, participó en la campaña de Cúcuta en 1813.

MANUEL MARÍA. Apellidado El Negro, oriundo de Ocaña, fusilado por las fuerza realistas en la nombrada ciudad, el 17 de mayo de 1816.

MOLINA, PEDRO. Oriundo de Ocaña, acompañó al Libertador en la campaña de Cúcuta, en 1813.

MOLINARES, TOMÁS. Patriota ocañero, hizo la campaña de Cúcuta en 1813.

MORA, JOSÉ. Patriota ocañero, sacrificado por los Colorados de Ocaña en 1819.

OBERTO, CLEMENTE. Sargento, natural de Ocaña, muerto en Balágula el 3 de noviembre de 1815.

OLMEDILLA, CRISÓSTOMO. Sargento mayor, natural de Ocaña, militó en la campaña de 1813 y murió en Trincheras , el 3 de octubre del mismo año.

ORDUZ, ANDRÉS. Sargento, oriundo de Ocaña, en donde murió el 9 de septiembre de 1820.

ORDUZ, FLORENCIO. Coronel, natural de Ocaña, muerto en el combate de Perijá el 4 de mayo de 1822.

ORTÍZ, PRUDENCIO. Coronel, natural de Ocaña, muerto en Perijá, el 4 de mayo de 1822.

PACHECO, BERNARDO. Patriota y mártir ocañero. Participó en la campaña de Cúcuta, en 1813, y fue sacrificado por los Colorados de su tierra en 1819.

PACHECO, MIGUEL. Oriundo de Ocaña, sacrificado por los Colorados en 1819, en presencia de su esposa e hijos.

PACHECO, SANTOS. Natural de ocaña, hizo la campaña de Cúcuta en 1813.

PEINADO, RAFAEL. Sargento, natural de Ocaña, murió en La Puerta el 15 de junio de 1814.

PEINADO, PEDRO. Teniente, oriundo de Ocaña, muerto en Clarines el 9 de enero de 1817.

PEINADO, SINFOROSO. Capitán, oriundo de La Cruz (hoy Abrego), muerto en Mantecal, el 9 de junio de 1816.

PERALTA, JUAN MANUEL. Comandante, natural d Ocaña, muerto en La Uriosa el 15 de febrero de 1815.

PERALTA, RAMÓN. Capitán, natural de Ocaña, muerto en El Consejo el 24 de mayo de 1821.

PERLADO, RAMÓN. Sargento, natural de Ocaña, muerto el 24 de marzo de 1818, en la batalla de Ortiz.

PERLADO, SEGUNDO. Cabo primero, natural de Ocaña, muerto allí el 19 de noviembre de 1819.

PINO, JUAN. Oriundo de Ocaña, sacrificado por la guerrilla de los Colorados en 1819.

POSADA, JOSÉ. Oriundo de Ocaña, muerto por los Colorados de Ocaña en 1819.

POSADA, NATIVIDAD. Oriundo de Ocaña, participó en la campaña de Cúcuta, en 1813.

PRADA, PATROCINIO. Capitán, natural de Ocaña, muerto en Clarines el 9 de enero de 1817.

QUINTANA NAVARRO, JOSÉ DE. Eminente patriota ocañero. Era hijo de don Manuel de Quintana Navarro y de doña Rosa Aurelia Freire…Fue amigo y admirador de Bolívar, a quien prodigó atenciones en su ciudad natal.

QUINTANA, JOSÉ. Patriota ocañero, hizo parte de la junta patriótica instalada en Ocaña en 1812.

QUINTANA, JUAN BAUTISTA. Oriundo de Ocaña. Acérrimo defensor de la justicia y de la humanidad y valiente paladín de la causa republicana. Al estallar la revolución de 1810, Quintana fue encerrado en una cárcel junto con el doctor Vicente Azuero y otros beneméritos insurgentes pero logró fugarse. Su gran talento y la lealtad con que sirvió a la república, lo hicieron merecedor a un asiento en la Gran Convención de Ocaña en 1828. Hallábase Quintana establecido en Santa Marta, como comerciante, cuando tuvo lugar el fallecimiento del Libertador. Con el capitán Márquez contribuyó que se hicieran con la debida pompa, las honras fúnebres del fundador de cinco repúblicas. Costeando, además, la loza que cubrió su sepulcro. Quintana murió en Santa Marta el 21 de agosto de 1854.

QUINTERO COPETE, ANTONIO. Oriundo de Ocaña. Participó con ardor en el movimiento pamplonés del 4 de julio, e intervino en el apresamiento del gobernador Bastús y Falla. En Ocaña promovió la formación de un núcleo patriota, en 1812. Acompañó a Bolívar hasta que este emprendió la campaña de Venezuela, y fue su ayudante de campo en la campaña de 1813. Regresó luego a Ocaña en donde permaneció algún tiempo. Ingresó luego al seminario de Cartagena, recibiendo allí las órdenes sagradas y pasó a su tierra natal, sirviendo varios curatos de la provincia de Ocaña.

QUINTERO, FÉLIX. Alférez, natural de Ocaña. Asistió a la expedición contra los invasores peruanos; a órdenes de Sucre, combatió en Turquí y entró victorioso en Guayaquil. Su nombre está inscrito en la lista de los vengadores de Colombia.

QUINTERO, FRANCISCO. Teniente, oriundo de Ocaña. Fue un denodado servidor de los ideales republicanos. Murió en Guachí el 12 de septiembre de 1822.

QUINTERO, GABRIEL. Patriota ocañero, muerto por los Colorados en 1819.

RAMÍREZ, SEBASTIÁN. Cura ocañero, párroco de Aspasica y duelo de la hacienda La Labranza. Fue perseguido durante la época del terror por la facción de los Colorados viéndose obligado a huir durante algún tiempo. De regreso a su hacienda fue aprehendido por los Colorados quienes lo desterraron a la Costa, donde probablemente falleció.

RINCÓN, JOSÉ IGNACIO. Natural de Ocaña, en donde nacido el 4 de noviembre de 1767. Cayó prisionero de los realistas en 1813 pero logró fugarse al año siguiente y se presentó en Ocaña el 30 de junio de 1814 a enrolarse con el ejército patriota.

RINCÓN, MANUEL. Patriota ocañero, hizo parte como soldado de la compañía Libres de Ocaña, organizada por Bolívar en 1813.

RIZO, EULOGIO. Comandante, oriundo de Ocaña, muerto en Chiriguaná el 24 de julio de 1820.

RIZO, SALVADOR. Capitán, natural de Ocaña. Fue proveedor del ejército de Ricaurte. Fusilado en Bogotá el 12 de octubre de 1816.

RODRÍGUEZ TERÁN, ANTONIO. Oriundo de Ocaña, se destacó en el movimiento insurgente de Pamplona.

SÁNCHEZ, JESÚS. Oriundo de Ocaña, acompañó al Libertador en la campaña de Cúcuta de 1813.

SÁNCHEZ, JOSÉ MARÍA. Natural de Ocaña, cometió con Bolívar en la campaña de 1813.

SÁNCHEZ, JUAN B. Oriundo de Ocaña. Miembro de la junta patriótica formada en Ocaña en 1812.

SÁNCHEZ, QUINTÍN. Oriundo de Río de Oro, distrito perteneciente a la antigua Ocaña. Acompañó al Libertador en la primera campaña de Venezuela en 1813, y se quedó en Los Llanos con el general Páez. De regreso a Ocaña, y a pesar de su avanzada edad, Sánchez narraba los estragos sufridos por los llaneros en las rudas campañas que inmortalizaron al héroe de la Queseras.

SANTIAGO, JULIO. Oriundo de Ocaña, participó en la campaña de Cúcuta de 1813.

SANTIAGO, LUÍS MARÍA. Natural de Ocaña, hizo con el Libertador la campaña de 1813.

TORO, MANUEL. Patriota ocañero, acompañó al Libertador en la campaña de 1813.

TORRADO, ANDRÉS. Sargento mayor, oriundo de Ocaña, murió en Turbaco el 1 de enero de 1820.

TRIGOS, MANUEL E. Patriota ocañero, comisionado por la junta patriótica de Ocaña en 1812, para entenderse con el Libertador.

MIGUEL IBÁÑEZ Y VIDAL

El 12 de enero de 1813, con base en la proclama de Simón Bolívar a los ocañeros, entra el alto militar a la ciudad de Ocaña, después de haber despejado la ribera del río Magdalena de enclaves realistas, en lo que se constituyó como la Campaña Admirable. En su obra Ilustrados y Bolivarianos, del historiador ocañero Jorge Meléndez Sánchez (Códice editores, Bogotá, 2007), se rescata la memoria del sacerdote Alejo María Buceta (o Buzeta), y del doctor Miguel Ibáñez y Vidal, destacándose el compromiso de estos dos patriotas con el movimiento autonomista que comenzó a gestarse en el virreinato, años antes del grito de independencia del 20 de julio de 1810.

Cita Meléndez a Indalecio Liévano Aguirre (Bolívar. Editorial Iberoamericana de Publicaciones, S. México, D.F. 1956, p. 97), quien señala, sobre la llegada del libertador a Ocaña:

"Noticiado Bolívar del entusiasmo republicano que reinaba en la ciudad de Ocaña -camino obligado hacia Venezuela- dejó parte de sus tropas en el Magdalena y en jira de observación por la región montañosa del oriente, se dirigió a esta ciudad. No bien se supo en ella su proximidad, toda la población engalanó las calles y se preparó a recibirle con los honores del vencedor. En Ocaña, donde 15 años después haría crisis su obra política, se efectuó la primera de esas grandes entradas triunfales con las cuales los pueblos americanos premiarían las victorias de Simón Bolívar"

El doctor Miguel Ibáñez y Vidal era un abogado cartagenero, egresado de la universidad de Santo Tomás, quien llegó a Ocaña en 1785. "Hijo de Antonio Miguel Ibáñez de Aguirre, natural de Cartagena, España, y de María Nicolasa Vidal, nacida en Cartagena, Colombia". Fue nombrado como Oficial Real y Juez de Puertos, y Comisionado para la reducción de los indios Motilones, y se enamoró de una linda y linajuda quinceañera con la cual casó en ocaña. Su esposa era Manuela Jacoba de Arias y Rodríguez (1772), hija de Manuel José Arias procedente de Valledupar y la ocañera Juana de la Cruz Rodríguez" (Pacheco Ceballos: 2006. 163). "El rango de Oficial Real -señala Jorge Meléndez Sánchez- era bien destacado entre los cargos coloniales. El título oficial del Dr. Miguel era el de Consultor del Santo Oficio de la Inquisición de Cartagena, Ministro Oficial Real de Puerto y subdelegado de Rentas de Aguardiente desde agosto de 1786, y por tal, tenía la función de certificar la eficiencia de los Alcaldes Ordinarios". Más adelante, agrega: "Las raíces genéticas que el Dr. Ibáñez sembró en Ocaña casi llegaron a una docena. La mayoría de sus hijos e hijas contestaron presente en los albores de la guerra y fueron figuras estelares por diferentes circunstancias en la vida".

MIGUEL IBÁÑEZ. Padre de las famosas Nicolasa y Bernardina Ibáñez. Procesado, logró escapar. Bibliografía: Martínez Reyes, Gabriel. Los prisioneros neogranadinos en la cárcel de Cádiz. En Boletín de Historia y Antigüedades Volumen LXV Nº 722, julio, agosto, septiembre 1978.

ANTONIO QUINTERO COPETE

"…el joven Antonio Quintero Copete, quien "por el año de 1810 se hallaba en Pamplona haciendo estudios secundarios y tomó parte activa en el movimiento que allí se levantara contra el corregidor Bastús, y fue de los que apresaron a este arbitrario gobernante. Algunos días después de la insurrección, Quintero regresó a Ocaña y trajo, como era natural, la noticia de los sucedido, y también la del movimiento del Socorro: mas no se limitó simplemente a hacer conocer de sus amigos y compañeros estos hechos, sino que se propuso despertar en el ánimo de aquellos las simpatías por la causa de la independencia, lo que consiguió sin mucho esfuerzo, principalmente después de que por la indiscreción de un correísta se supo en la ciudad lo acaecido en Bogotá el 20 de julio de ese mismo año. Cuando las autoridades se percibieron del núcleo que estaba formándose de patriotas, empezaron a ejercer presión sobre ellos y a hostilizarlos de todas maneras. En esta situación los patriotas se vieron precisados a salir, los unos a sus haciendas y los otros a los pueblos a los pueblos circunvecinos a esperar, fuera de la ciudad, una reacción favorable a la causa de sus simpatías. Así pasaron dos años, hasta que a fines de 1812 circuló por todo el lugar la noticia de los triunfos de Bolívar, noticia que en vano pretendieron disimular las autoridades, pues su inquietud, la aceleración de los movimientos y algunas otras demostraciones revelaban la zozobra en que se hallaban". (J.J. Páez).

ALGUNOS SACERDOTES OCAÑEROS VINCULADOS A LA CAUSA DE LA INDEPENDENCIA

CECILIO CASTRO. "Número 22. D. CECILIO CASTRO. Patrimonista de la ciudad de Ocaña, Provincia de Santa Marta, infidente por notoriedad, Vicario de las tropas enemigas sin autoridad; puesto por el general insurgente Bolívar, al que acompañaba en las acciones de guerra, prófugo y capturado en las inmediaciones de esta capital, cuyo expediente se está actuando en dicha ciudad de Ocaña, y será remitido con los demás sumarios a manos del Excmo. Señor general en jefe, luego que esté en manos de conclusión". (Sumarias de los procesos seguidos contra clérigos patriotas. Archivo Nacional de Madrid, Consejos, Legajos 21364. Santafé. Año 1817. Investigación y notas de Guillermo Hernández de Alba. En Boletín de Historia y Antigüedades, Volumen XLIX, Números 573. 574, Bogotá, junio y agosto de 1962).

ALEJO MARÍA BUCETA (o BUZETA).

El historiador Jorge Meléndez Sánchez, en su reciente obra, Ilustrados y Bolivarianos (Códice Editores, Bogotá, 2007), plantea la filiación política de este sacerdote al movimiento criollo independentista que pugnaba por la corriente autonomista, junto con don Miguel Ibáñez y Vidal. El autor hace referencia a los antecedentes de ambos próceres, 30 años antes del grito de Independencia de 1810, para concluir en el decidido apoyo que dieron Buceta e Ibáñez a Simón Bolívar a partir de enero de 1813, cuando el futuro Libertador entra a la ciudad en el recorrido militar que conocemos como la Campaña Admirable. Meléndez Sánchez, sostiene que, incluso, el sacerdote Buceta estaría impregnado de la corriente masónica que jugó un papel importante durante todo el proceso de Independencia.

Las primeras noticias sobre los levantamientos sucedidos en 1810, en Pamplona (4 de julio) y en el Socorro, así como el grito de independencia dado en Santafé el 20 de julio, produjeron impacto favorable en los patriotas ocañeros. El joven Antonio Quintero Copete, quien se hallaba cursando estudios en Pamplona cuando se produjo la rebelión contra el Corregidor Bastús, de regreso a Ocaña comenzó a liderar un núcleo de partidarios de la Independencia. El 20 de octubre de 1810, el Cabildo de Ocaña aprobó las instrucciones que debía transmitir don Francisco Aquilino Jácome ante la Junta Provincial de Santa Marta. Dicho documento contiene exigencias claras de los ocañeros en cuanto a su autonomía en materia de educación, economía, política local y otras peticiones relativas al manejo de la cosa pública. La Junta de Santa Marta fue disuelta en diciembre de 1810, frustrándose las intenciones autonomistas de Ocaña.

Hacia finales de 1812 se conoce en la ciudad los triunfos de Simón Bolívar, lo cual obliga a las autoridades locales adictas a la Corona a abandonar Ocaña. Los patriotas ocañeros establecen, entonces, una Junta Patriótica presidida por don José Quintana y don Juan B. Sánchez, quienes comisionaron al joven Quintero Copete, a Manuel E. Trigos y Juan Francisco García para ponerse en contacto con Bolívar en Puerto Nacional.

Simón Bolívar hizo su entrada triunfal a Ocaña en los primeros días de enero de 1813, por el sector denominado la Punta del Llano. La ciudad se vuelca jubilosa a las calles y en la Plaza Mayor se le ofrece al héroe una corona por parte de las señoritas Bárbara Vicenta Lemus, María de Jesús Patiño, Nicolasa Ibáñez, Juana de Dios Lemus y Eusebia Sarabia.

En 1939, el poeta y ensayista Jorge Pacheco Quintero, rescató del archivo de don Eliseo Jácome, en Barranquilla, la proclama que Simón Bolívar hiciera en Ocaña, fechada el 14 de enero de 1813, publicada en la revista Hacaritama del entonces Centro de Historia de Ocaña. Al parecer, esta es la primera proclama hecha por el futuro Libertador desde su llegada a Nueva Granada procedente de Venezuela.

He aquí el texto de este importante documento.

"22-De una copia

SIMÓN BOLÍVAR

Coronel del Ejército, Comandante en Jefe de la Expedición del Alto Magdalena-

Habitantes de la ciudad de Ocaña:-

El soberano Gobierno de Cartagena que tan generosamente ha tomado a su cargo redimir a los pueblos americanos que gimen bajo el yugo español, me ha enviado a la cabeza de sus tropas victoriosas para que, pacificando vuestra comarca, os ponga en posesión de vuestros derechos que os habían usurpado vuestros opresores. El cielo, que siempre protege la Justicia ha coronado los esfuerzos de nuestros soldados con los más completos sucesos contra nuestros odiosos enemigos. Nuestras banderas tremolan en todas las riberas del Alto Magdalena, sin que un solo español las holle con sus plantas, ni ninguno de sus buques navegue en sus aguas; a la presencia de nuestras armas han desaparecido las bandas españolas; derrotadas por todas partes se escapan fugitivas a buscar un asilo en los remotos lugares que infestan todavía sus compañeros en cobardía y en maldad, pero la espada vengadora de la América está levantada y viene pronto a descargar su mortal y último golpe sobre esta perversa raza de bandidos.

Vosotros habeis oído los triunfos conseguidos en los pueblos sublevados de SABANAS, los que recientemente ha logrado la Expedición contra SANTA-MARTA, que al presente debe estar en poder de sus conquistadores, y sois testigos de las ventajas que en vuestro propio territorio el Dios de los ejércitos nos ha dado.- Todo prueba que los tiranos han sido destruidos, que su reino ha cesado para siempre y que os halláis libres de sus depredaciones y ultrajes. Ya tenéis el augusto carácter de ciudadanos que los legítimos representantes del pueblo han formado para promover su felicidad, y sostener su gloria; ya gozáis, en fin, del honor de ser compatriotas de vuestros redentores los hijos de la ilustre CARTAGENA.

Sed,- habitantes de OCAÑA, dignos de llamaros ciudadanos de la NUEVA GRANADA; iguales a vuestros hermanos en virtud política, labor militar y costumbres republicanas para que os hagáis acreedores a la honras que les habéis merecido elevándoos al alto rango que ellos ocupan en el teatro del mundo.. Apresuraos a disfrutar de las gracias que os han concedido, abriéndoos la carrera de la fortuna y de la gloria, en la agricultura, el comercio, las artes, las ciencias, las armas, las dignidades; estos son los dones que reciben los pueblos vencidos por las armas de la libertad, al someterse al imperio liberal de las leyes, en lugar de muerte y esclavitud que dan los tiranos a las infelices regiones que sucumben a la fuerza de su poder; comparad la conducta de vuestros opresores con la de vuestros libertadores, y veréis que no es engaño. Ellos vinieron a salvaros y os trajeron la guerra, la desolación y todas las calamidades que aflijen a la humanidad, en tanto que nosotros hemos venido a destruir a vuestros enemigos y por consiguiente a subyugar a los pueblos que los auxiliaban y los hemos restituido a la paz, les hemos presentado todos los bienes a que el hombre puede aspirar por los medios de la industria y del mérito.-

Bajo los auspicios de nuestras constituciones, leyes y magistrados, debéis contar con la seguridad de vuestras propiedades que serán respetadas, con vuestra libertad civil que será sagrada, y con vuestro honor que será inviolable.-

Ciudadanos de OCAÑA.- vivid tranquilos, pacíficamente, en el seno de vuestras familias, ocupándoos honradamente de vuestros acostumbrados ejercicios, en la firme inteligencia que hallaréis en el gobierno una protección paternal en el lugar de la terrible persecución que teníais; jamás la inocencia puede sufrir ni el crimen triunfar en donde el Estado de CARTAGENA se, digna extender su benéfico dominio-

CUARTEL GENERAL DE OCAÑA INDEPENDENDIENTE- 12 de enero de 1813-

SIMÓN BOLÍVAR

JUAN SALVADOR NARVÁEZ

MAYOR del Ejército del Comandante general de la expedición del Alto Magdalena-

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Ocaña- ENERO 14 de 1813-Recibida la antecedente copia del bando que en Proclama ha dirigido el señor don SIMÓN BOLÍVAR, coronel de Ejércitos y Comandante en jefe, publicada en la tarde del día 12 del corriente. Fíjese en los Parques públicos y comuníquese a los jueces subalternos o curas párrocos para que la lean en 3 días festivos en las iglesias de su partido-

SEBASTIÁN LLAÍN"

------------- Certifico que es fiel copia de una copia de la época-

Barranquilla- 24 de octubre de 1939-

JORGE PACHECO QUINTERO-

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El señor JORGE PACHECO QUINTERO descubrió en el archivo del señor ELISEO JÁCOME J., en Barranquilla, esta olvidada PROCLAMA, la primera sin duda que publicara BOLÍVAR- (Nota del historiador Justiniano J. Páez para la revista Hacaritama).

Durante esta jornada gloriosa, se destacan las figuras del cura párroco Alejo María Buceta, don Miguel Ibáñez y los patriotas notables de la ciudad quienes ponen a disposición de Bolívar dinero, víveres y voluntad de lucha. La tropa libertadora fue acuartelada en la Plaza Mayor y Bolívar en una residencia frente a esta plaza (hoy sede del Club Ocaña). Al día siguiente, se llevó a cabo una misa solemne con Te Deum y luego un agasajo en casa de doña Carmen Ibáñez.

En Ocaña, y gracias al apoyo económico de don Miguel Ibáñez, quien puso a disposición de Bolívar los dineros oficiales, y a la gestión del padre Buceta, se fortalece el ejército y se suma a él la Compañía Libres de Ocaña bajo el mando de Juan Francisco García, teniendo como Ayudante de Campo a Antonio Quintero Copete.

Algunos de los patriotas ocañeros y riodorenses, que integraron este cuerpo de tropa, fueron: Manuel Rincón, Jesús María Sánchez, Tomás Molinares, Manuel Cáceres, Rafael Molina, Antonio Ballesteros, Juan Antonio Gutiérrez, Pedro Molina, Manuel Toro, Miguel Barriga, Guillermo García, Luis María Santiago, Julio Avendaño, Fermín Acosta, Santos Pacheco, Venancio Gómez, Víctor López, Manuel Bayona, Julio Santiago, Carlos Mantilla, Martín Casadiegos, Jesús Sánchez, José M. Cano, Quintín Sánchez, Nazario Díaz, Andrés Cáceres, Francisco J. Arévalo, Eugenio Barbosa, José Manuel Ibáñez, Sebastián Llaín, Bernardo Pacheco y Natividad Posada. La mayoría de ellos cayeron defendiendo la libertad, en la batalla de Cúcuta.

El 16 de febrero Bolívar sale de Ocaña hacia Cúcuta con tropas y abastecimientos suficientes para proseguir su Campaña Admirable. En el combate de Cúcuta perece la mayoría de los integrantes de la Compañía Libres de Ocaña.

Simón Bolívar dio a la ciudad el título de Ocaña Independiente. El 9 de abril de 1813, por instrucciones suyas, se conforma en Ocaña un nuevo Cabildo, integrado por José Manuel Ibáñez, Bernardo Pacheco, Gabriel Quintero , Antonio Quintero, Juan de Dios Illera, Juan Pino, José Posada y José Mora.

LA RECONQUISTA

Ocurrida la derrota de los patriotas en Venezuela, Bolívar viaja a Tunja para dar cuenta al Congreso de sus acciones. Los realistas ocupan Ocaña y Bolívar los desaloja en febrero de 1815. A comienzos de julio de este año, Francisco de Paula Santander llega a Ocaña recibiendo allí el nombramiento de Comandante General de las tropas que operaban en la zona norte. En noviembre, la arremetida realista de Calzada obliga a Santander a retirarse de Ocaña hacia Bucaramanga y luego a Girón.

Hacia finales de 1816, el General Pablo Morillo y su segundo, don Pascual Enrile, entran a la ciudad iniciándose el reinado del terror para los patriotas y sus familias.

En 1817 les son confiscados sus bienes al padre Alejo María Buceta, quien es confinado en Santa Marta.

En 1818, se organizó la guerrilla realista de Los Colorados, dirigida por "el comandante Juan Jácome, los capitanes Manuel y Cleto Jácome y Bernabé Ruedas, el teniente Juan Esteban Toscano, los subtenientes y sargentos Dionisio Barbosa C., Juan José García, Manuel (alias Chepito), y otros, que creían lícitos todos los desmanes siempre que llevaran por móvil la causa del rey..." 22.

El nombre de Colorados, le fue puesto a esta fuerza irregular debido al pantalón rojo que usaban sus soldados. "resultado de la saña e insólita crueldad de los Colorados fue el martirio de los decididos y probos patriotas don Miguel Pacheco, don Juan Pino, don José Mora, don Eugenio Barbosa, don Juan de Dios Illera, don Gabriel Quintero, don Manuel Ibáñez, don Bernardo Pacheco y don José Posada" 23. Don Manuel Ibáñez, hijo del doctor Miguel Ibáñez, quedó herido gravemente y fue dado por muerto, lo cual le permitió vivir cuarenta años más. También fue víctima de la sevicia de Los Colorados, doña Agustina Ferro.

DOÑA AGUSTINA FERRO

Desde 1818 se había constituido en la región de Ocaña un cuerpo de tropa irregular, afecto al Rey, denominado Los Colorados debido al color del pantalón que utilizaban sus efectivos. Esta guerrilla causó bastantes perjuicios a los patriotas durante varios años, hasta que fue finalmente liquidada en 1822. El 1819, el Coronel Fernando Figueredo puso sitio a Ocaña que había caído bajo el poder de los guerrilleros monarquistas, entrando triunfalmente a la ciudad y restableciendo el orden. El 12 de noviembre del mismo año, Los Colorados, bajo el mando de José María y Javier Álvarez y los mulatos Jácomes, ''volvieron a atacar la ciudad y desalojaron a los patriotas, que huyeron hacia La Cruz (hoy Abrego), en compañía del jefe Figueredo, que ayudado por fuerzas de Cúcuta en número de 200 hombres, quiso recuperar lo perdido pero con tan mala suerte que el día 12 de enero de 1820 sucumbieron íntegramente, dejando en el teatro de batalla más de 300 cadáveres''. Figueredo se refugia entonces, en casa de doña AGUSTINA FERRO y ésta, ''desafiando todos los peligros, permitió su evasión''. ''Sabedor Javier Álvarez de la fuga que se le facilitó, ordenó seguirle a la FERRO un proceso verbal y se la condenó a muerte. El 20 de enero de 1820, a la tres de la tarde, el capitán Barrera, de orden de Javier Álvarez, ordena al verdugo que anuncie a la prisionera que a las 4 de la tarde sería fusilada. A las tres y media, las campanas de la Iglesia tocan los dobles anunciando su sacrificio, los guardias tocan los clarines y tambores. El sacerdote practica los últimos auxilios espirituales y en presencia de numeroso público de la Plaza principal, se ordena pasar a la acusada al banco donde también había sido fusilado el Capitán ocañero HIPÓLITO GARCÍA, el 11 de marzo de 1816, y atadas las manos hacia atrás, el Oficial Barrera lee en alto la célebre sentencia del Consejo Militar. La acusada pide por favor no sean vendados sus ojos y el oficial accede. Pocos minutos después, los esbirros descargan sus fusiles y consuman el más atroz de los asesinatos'' 24

LA FAMILIA IBÁÑEZ - ARIAS

Desde la Colonia, Ocaña ha sido considerada como cuna de hermosas mujeres, como lo consigna Juan Flórez de Ocáriz en sus Genealogías del Nuevo Reino de Granada, donde nos habla de la ciudad "de temple fresco y hermoso mujeriego".

La figuración de la familia Ibáñez Arias en la historia de la región de Ocaña, se inicia con la participación activa que tuvo el doctor Miguel Ibáñez y Vidal en la financiación de la Campaña Admirable de Bolívar en 1813. Así mismo, la hermosura de las damas de esta distinguida familia, se evidencia con la participación de doña Nicolasa Ibáñez en el grupo de damas que recibieron y coronaron a Simón Bolívar en la Plaza Mayor de Ocaña, a su entrada triunfal a comienzos de 1813 En esta ocasión memorable, las jóvenes y bellas mujeres ocañeras, Bárbara Vicenta Lemus, Eusebia Sarabia, Juana de Dios Lemus y Nicolasa Ibáñez, entre otras, representaron la sociedad patriótica de aquella época, participando en el recibimiento y más tarde en el agasajo que tuvo lugar en casa de doña Carmen Ibáñez.

La familia Ibáñez- Arias, que se haría célebre en la historia local y nacional, estaba representada por don Miguel Ibáñez y Vidal, nacido en Cartagena el 26 de septiembre de 1761, quien se titulara de bachiller, Licenciado en Derecho Canónico y Doctor en el Colegio de San Bartolomé, en 1785. Fue Oficial de la Dirección general de Rentas Reales, y en 1785 fue nombrado por el Arzobispo Virrey Caballero y Góngora como Oficial Real y Juez de Puertos en Ocaña. La esposa de don Miguel, fue la ocañera Manuela Jacoba Arias, con quien casó en la iglesia de Santa Ana el 24 de noviembre de 1787, siendo cura don Ramón Anaya.

A su llegada a Ocaña, en enero de 1813, Bolívar recibió el apoyo incondicional de la familia Ibáñez-Arias. Don Miguel pone a su disposición los fondos del gobierno español y la decidida voluntad de sus hijos de participar activamente en la gesta emancipadora.

Al poco tiempo de la marcha de Bolívar sobre Cúcuta, los Ibáñez-Arias se trasladan a Santa Fe donde les sorprende, en 1816, la época del terror que inaugurara don Pablo Morillo.

Debido a sus actividades en pro de la causa patriota, doña Manuela y sus hijas son desterradas a La Mesa (Cundinamarca), y de allí la madre es enviada nuevamente a Ocaña, separándola de su familia. Todos los bienes le fueron confiscados, sometiendo a las jóvenes y a la madre a vivir en la miseria, al igual que aconteció con las esposas e hijas de la mayoría de nuestros próceres.

Del matrimonio de don Miguel Ibáñez y doña Manuela Jacoba Arias, hubo once hijos: 5 hombres y 6 mujeres.

DON JOSÉ MIGUEL. Nació en 1792. Fue médico, alcalde de Bogotá en 1833 y miembro del Congreso Constituyente de Cúcuta en 1821, y también Senador. Graduado en París, escribió varios folletos científicos en la rama de su profesión y fue adicto a los estudios históricos. Casó con doña Juana Lozano, hija del prócer Jorge Tadeo Lozano. Falleció en Tocaima en 1873. (Lozano y Lozano, Fabio. El doctor Miguel Ibáñez. En Boletín de Historia y Antigüedades No. 79, p. 441)

DON ANTONIO. Casó con doña Mercedes Nariño, hija del Precursor Antonio Nariño.

DON MANUEL. Fue coronel del ejército patriota, peleó en Carabobo y fue Edecán del Libertador. Murió en Lima en 1859.

DON VICENTE. Nacido en 1801; fue comerciante y falleció en Bogotá en 1855.

DON PEDRO ALCÁNTARA. Nació en Ocaña el 19 de octubre de 1787. Fue bautizado por el Presbítero Joaquín Gómez Farelo. "Los servicios del prócer Pedro Alcántara Ibáñez comienzan al lado del Libertador, quien le confió el cargo de Intendente Comisario de Guerra... Creada la provincia de Ocaña por la Ley 64 de 29 de mayo de 1849, fue nombrado el prócer Ibáñez como su primer gobernador, sirviéndole como secretarios don Gabriel Gutiérrez de Piñeres y don Agapito Lobo" 25.

NICOLASA IBÁÑEZ ARIAS. Nació en Ocaña el 30 de abril de 1794 y falleció en París en enero de 1873. Casó en Ocaña en 1813 con don Antonio José Caro. Su belleza, así como la de su hermana Bernardina, fue celebrada por los próceres, entre ellos el General Santander con quien tuvo un romance.

Doña Nicolasa conformó en Santa Fe una agradable tertulia frecuentada por personalidades de la época, en especial, por los partidarios de Santander de quien fue furibunda defensora.

De su matrimonio con don Antonio José Caro, hubo los siguientes hijos:

JOSÉ EUSEBIO CARO IBÁÑEZ. Político, periodista y renombrado poeta romántico, nacido en Ocaña el 5 de marzo de 1817 y fallecido en Santa Marta el 28 de enero de 1853. Casó con doña Blasina Tovar, de cuya unión nacieron MIGUEL ANTONIO, EUSEBIO LIBORIO Y MARGARITA CARO TOVAR. Ésta última, casó don Carlos Holguín.

MANUELA CARO IBAÑEZ. Casó con don Clímaco Ordóñez

DIEGO CARO IBÁÑEZ.

CARMEN IBÁÑEZ ARIAS. Nacida en Ocaña, casada con el hacendado local Manuel María Trigos. En su residencia se ofreció el agasajo a Simón Bolívar en 1813. El Libertador le obsequió a esta ilustre dama una daga de oro que, a su vez, le había sido regalada por Napoleón.

MARÍA JOSEFA IBAÑEZ ARIAS. Casó en Ocaña en 1827 con el Coronel Pedro Antonio de la Peña. El Coronel de la Peña oriundo de Popayán, nació el 19 de octubre de 1805 y falleció en Bogotá el 7 de agosto de 1861. Fue "Comandante del Cantón Militar de Ocaña en 1831... y en 1840 prestó inteligente concurso en destacados episodios de la guerra de aquel año. En el mismo año fue designado gobernador de Ocaña y Mompós; en 1846 sirvió como Comandante del Batallón 7, y en 1848, con asentimiento del Senado, fue ascendido a Coronel efectivo". Por sus invaluables servicios a la causa independentista, le fue otorgada la medalla "A la lealtad de los más bravos", concedida por los generales San Martín y Monteagudo, el 27 de diciembre de 1821. Sirvió bajo las órdenes del General Sucre recibiendo la medalla de Ayacucho y el Escudo de Junín, por parte de Simón Bolívar, a nombre del Congreso de Colombia.

ISABEL IBÁÑEZ ARIAS. Casó en Ocaña con el Coronel Picón (venezolano)

BERNARDINA IBÁÑEZ ARIAS. Fue la menor. Casó en Bogotá con don Florentino González. En 1819 hizo parte del grupo de señoritas que coronó al Libertador en su entrada triunfal a la capital después de la batalla de Boyacá. Antes del triunfo de las armas patriotas, sirvió como mensajera clandestina de las proclamas que Bolívar y Santander hacían llegar a los habitantes de Santa Fe, instándolos a unirse a la causa.

Simón Bolívar cortejó sin éxito a esta agraciada dama ocañera.

Doña Bernardina tuvo un romance con don Miguel Saturnino Uribe, quien era Cónsul de Dinamarca, y de esta unión nació doña Carmen Uribe, quien casó con don Carlos Michelsen en 1849, troncos de la familia del ex presidente Alfonso López Michelsen. Doña Bernardina murió en Valparaíso (Chile) en 1864.

Otro personaje destacado de la estirpe IBÁÑEZ, fue el doctor PEDRO MARÍA IBÁÑEZ TOVAR, hijo de don Silvestre Ibáñez y Clara Tovar Gutiérrez. Era, pues, nieto de don Vicente Ibáñez Arias. Fue médico, diplomático e historiador, y le cupo el honor de haber sido cofundador de la Academia Colombiana de Historia.