Translate

miércoles, 28 de septiembre de 2011

MITO Y PETRÓLEO: ENTENDIENDO LA HISTORIA DE UN CONFLICTO

HISTORIA REGIONAL


Por Miguel Ángel Santiago Reyes

Correspondiente de las Academias de Historia de Norte de
Santander, Santander y Ocaña




1. Introducción

El propósito de esta ponencia es despertar el interés a la AHO por un tema que ha estado alejado de sus discusiones, es motivar a nuestra sociedad provincial y específicamente a los nortesantandereanos por el conocimiento y el estudio de la cultura y las tradiciones de dos pueblos en donde tenemos raíces ancestrales como son los motilón – Barí en el norte del departamento y los U’wa en el sur..

Estoy plenamente convencido por esta experiencia vivida que los pueblos indígenas atesoran grandes conocimientos. Su saber proviene de una profunda inteligencia y exquisita sensibilidad como nos lo decía el profesor Fernando Urbina (2003), en la Universidad Nacional, pues sus cualidades aquilatadas emanan de su contacto permanente con la naturaleza, la selva, los bosques, los ríos y los seres vivientes que allí habitan.

Los descendientes de la historia amerindia, de esa historia que todos aprendimos en nuestra educación primaria, es decir, aquellos indígenas de ayer y de hoy, han sabido elaborar, conservar y transmitir actitudes y conocimientos de diversas formas desde la tradición oral hasta la escritura (en algunos casos), pero también mediante modificaciones que introdujeron en el paisaje, en sus tecnologías, en su medicina, en sus rituales y diversas formas de vida. Muchas culturas indígenas han desaparecido o se han transformado. El cuidadoso estudio de sus antecedentes permite asomarnos a sus cosmovisiones y aprovechar sus valiosas experiencias. No nos imaginamos cuánto se logra cuando se estudian aquellas culturas que han sobrevivido guardando tantos saberes milenarios. Un sabedor indígena vivo (un abuelo), nos repetía el profesor Urbina, vale más que todos los restos arqueológicos de su cultura.

Localización geográfica de los
motilones en  Norte de Santander

El programa Energía, Ambiente y Población, un proyecto del Banco Mundial en el que trabajé por espacio de cinco años, me permitió conocer a fondo la problemática ocasionada cuando la industria extractiva, llámese petróleo y gas, minería o energía, llega con sus proyectos de desarrollo a territorio de pueblos indígenas. Ese conocimiento me llevó a entender un poco de sus culturas, a comprender la forma como resuelven sus conflictos y a saber que sí es posible llegar a acuerdos con estos pueblos siempre y cuando se respeten su cultura y tradición, sus costumbres y cosmovisión. Los proyectos petroleros de Camisea en Perú y de Maxus (hoy Repsol YPF) en Ecuador con el pueblo Huaorani, demuestran que se puede llegar a entendimientos y a establecer una relación de largo plazo que satisfaga los intereses de los pueblos indígenas y los proyectos de desarrollo.

Dividiré, entonces, mi ponencia en cuatro aspectos fundamentales

1. Breve historia del petróleo en el departamento

2. Los pueblos indígenas

3. El conflicto en la relación industria extractiva y proyectos de desarrollo

4. Conclusiones


1. Historia del petróleo en nuestro departamento

Al hablar de los orígenes de la historia del petróleo en nuestro departamento tenemos que remontarnos a las concesiones otorgadas, mediante contrato, a comienzos del siglo anterior, en noviembre de 1905, por el General Rafael Reyes a dos de sus mejores amigos: el General Virgilio Barco y don Roberto De Mares.

Motilones con un explorador blanco

Me refiero, entonces, a las Concesiones Barco y De Mares. La primera otorgada por un período de 50 años y la otra por treinta (30). La Concesión De Mares desarrolló toda el área petrolera de lo que es hoy la región del Magdalena Medio y la Barco, la zona del Catatumbo. En ambas concesiones se fijó un canon de regalías del 15%.

Tras diversos escarceos la Concesión Barco, mediante el Contrato Chaux Folson inició actividades operativas en un área de 400.000 hectáreas. La Colpet sería la Compañía operadora con actividades de exploración, perforación y explotación y la SAGOC la transportadora y propietaria del Oleoducto. Este se construyó entre 1938 y 1939, uniendo a Tibú con Coveñas y el 13 de septiembre de 1939 Transportó los primeros barriles de Petróleo con destino a los mercados mundiales.

Por el interés en la región refirámonos un poco a la Concesión Barco, basados en unas diapositivas con las cuales podremos conocer algunos de los más importantes hitos en la historia de la Concesión.

2. Los Pueblos Indígenas

En Colombia, como se muestra en la gráfica, la población indígena alcanza, según datos oficiales, un número de 750.000 indígenas, agrupados en 84 pueblos o nacionalidades.

2.1 Los Mitos

El estudio de los mitos en los pueblos indígenas es clave para entender los sucesos históricos, las representaciones simbólicas de la vida espiritual y la interpretación de la organización socio-política y economía de estos pueblos.

La historia indígena está íntimamente inscrita en todos los fenómenos de la naturaleza, los cuales se codifican en su mitología, en su pensamiento y es interpretada por el chamán. Los símbolos de cada pueblo son expresiones de su mundo espiritual y religioso y el medio de comunicación entre ellos mismos y con sus comunidades.

Motilones


Los animales, especialmente las aves, las serpientes, los batracios y los felinos, el agua, las lagunas, están relacionados en los mitos y leyendas de nuestros pueblos indígenas. El origen de la humanidad a través de la anaconda ancestral o boa, es propio de la mitología y rituales de los pueblos amazónicos, así como fundamental es el águila, el uso del yagé, la coca y el tabaco para pueblos como los huitoto, muinane y kofanes en el sur del país. El chamán y los sabedores, juegan un papel primordial en las ceremonias mágicas, en los bailes o rituales y en sus relaciones míticas.

Los mitos los podemos analizar de distintas maneras: desde la lingüística, la literatura, la historia, las ciencias naturales o desde la lógica. Su análisis forma hoy parte importante de una nueva e interesante rama de la ciencia: la filosofía intercultural.

2.2 El Pueblo Motilón Barí

Son una etnia milenaria pobladora de la gran cuenca del Río Catatumbo. Para recomponer su historia los cronistas han establecido diversos períodos desde los contactos entre españoles con comunidades motilonas entre 1530 y 1662, caracterizada por incursiones de expedicionarios y la fundación de los primeros poblados; la lucha entre españoles e indígenas entre 1662 y 1772 que llevó a la destrucción del poblado de San Faustino de los Ríos y el tercer período, entre 1772 y 1818, cuando las comunidades religiosas, los capuchinos, logran establecer contacto pacífico con ellos. Los estudios históricos coinciden en reconocer a este pueblo indígena de ascendencia muisca, como uno de los más aguerridos en América en la defensa de su independencia y sentido de identidad.

La llegada del petróleo a sus territorios, con la Concesión Barco, muestra la aguerrida defensa que los motilones hicieron de su territorio. En la cláusula XIX del contrato Chaux-Folson aprobado mediante la ley 80 de 1931 se señalaba que el gobierno prestaría a las compañías la protección debida para prevenir o repeler la hostilidad o los ataques de las tribus motilonas que hacían parte de las tierras materia de dicho contrato, lo que se haría por medio de cuerpos de policía armada o de fuerza pública en cuanto fuere necesario. Se reporta, por ejemplo, en la construcción del Oleoducto Tibú – Coveñas de la Sagoc, la muerte de trabajadores, colonos e indígenas en medio de las innumerables refriegas que se dieron en el transcurso de esta lucha por el territorio.

Tenemos en esta noche a nuestro amigo Martín Alfonso Seay, hijo de Martín Seay, indígena motilón barí que en medio de una de tales refriegas y siendo niño aún perdió a su familia y quedó en manos de uno de los técnicos americanos que lo acogió, le brindó educación técnica en los EEUU y le facilitó trabajar en las operaciones de las empresas Colpet y Sagoc. Martín se pensionó con Ecopetrol y murió hace algunos años en Tibú.

El pueblo Motilón Barí, según su plan de vida que marca un derrotero para las futuras generaciones, está conformado por 23 comunidades localizadas en jurisdicción de los municipios de El Carmen, Convención, Teorama, Tibú y El Tarra con una población aproximada de 3.200 personas.

Sus mitos se reflejan en este pensamiento:

“Nosotros, los Barí, somos una fuerza que emana de la selva en los ríos, en la multitud de aves con plumajes coloridos y en el contacto con los seres del más allá de nuestras vidas quienes nos dan la vitalidad y las grandes enseñanzas a través de los tradicionales SADDOU – Ancianos y Sabios, que aportan todo su conocimiento para que los BARI no caigamos en la oscuridad, como ha sucedido con otros pueblos y hermanos de sangre que al dividirse han perdido su cultura, tradición y lengua”

En su territorio se lleva a cabo hoy un proyecto exploratorio, Alamos, a cargo de Ecopetrol S.A.. De conformidad con la normatividad actual se han desarrollado contactos a través de reuniones y talleres donde han participado los representantes indígenas para llevar a cabo el proceso de consulta que establecen las normas internacionales y colombianas como el convenio 169 de la OIT, la ley 21 de 1991 y el Decreto 1320 de 1998. Se espera que en un plazo no mayor de un mes se pueda protocolizar el proceso de consulta previa con la presencia de los Ministerios del Medio Ambiente y del Interior, así como de la empresa estatal para definir las condiciones en que se llevará a cabo la etapa exploratoria sin desmedro de la identidad cultural y los intereses de la población motilón Barí.

2.3 El Pueblo U’wa


El pueblo U’WA pertenece a la macrofamilia Chibcha. U’WA significa “gente inteligente que sí sabe hablar”. Los indígenas U’WA están ubicados en la región del Sarare al nororiente de Colombia, dispersos entre los departamentos de Santander Municipios de Cerrito y Concepción, Boyacá (Municipios de Cubará y Guicán), Casanare (Hato Corozal), Arauca (Saravena, Fortul y Tame), y Norte de Santander (Toledo y Chitagá). Su área territorial se extiende desde la Sierra Nevada del Cocuy (centro mítico de los Cobaría) hasta los límites con la República de Venezuela.

La zona donde habitan se caracteriza por ser montañosa e inestable, con diversidad de climas, en donde hay continuos deslizamientos de tierra en época de invierno, siendo poco apta para la agricultura tanto por la calidad del suelo como por el clima allí existentes.

Los U’WA están formados por grupos y subgrupos. Los Cobaría, Tegría, Bócota y Aguablanca son los grupos tradicionales, que practican todos los ritos, cantos, bailes y mitos propios de su cultura y tienen como rol fundamental mantener su identidad étnica.

Según datos censales efectuados entre octubre del 95 y marzo del 96 existe un total de 3.582 habitantes (707 familias), los cuales ocupan 107.093 hectáreas. El 70% se localiza en el Departamento de Boyacá.

Características

Los U’WA tradicionalmente viven en bohíos o caneyes (viviendas construidas con madera y hojas de diversas plantas existentes en la región) distantes unos de otros. Por lo general poseen dos casas localizadas en diferentes áreas climáticas y sus formas productivas y sociales dependen del calendario astronómico.

La propiedad es comunal y el usufructo de la tierra puede ser familiar. Cada terreno familiar varía entre 1 y 3 hectáreas, dependiendo del número de personas que trabajan en la familia. No tienen conciencia del ahorro, solo viven del hoy, mantienen una marcada dependencia de los bienes y servicios que les ofrecen los colonos y las instituciones. Viven en las partes bajas de las montañas y relativamente cercanos a los centros urbanos o a la carretera.

Se dedican a la agricultura, la ganadería y los productos que les da el bosque. Poseen un sistema de economía de consumo, mas no de producción para comercializar. Tienen una noción del trabajo colectivo entre familiares, parientes y amigos, trabajo de "mano
devuelta - IBA", convocado para la roza, desyerbe y siembra. Es una actividad espontánea que se realiza por invitación o necesidad de una familia o grupo de familias.

La base de la organización social es la familia. La autoridad es ejercida por el padre y en un grupo de familias, los ancianos (Uejenás). La autoridad tradicional está regida por los ancianos (Uejená o Werjayas), quienes desempeñan las funciones rituales, religiosas y de toma de decisiones importantes para el grupo y los Karekas o médicos tradicionales. La mayoría de los integrantes de la comunidad identifican al cabildo como el ente que toma las decisiones, ejerce autoridad y liderazgo, y representa a la comunidad.

En general las comunidades U´WA han sido afectadas por el contacto con los blancos, principalmente en sus relaciones de parentesco y de propiedad de la tierra.

El sistema tradicional de parentesco establecía que las alianzas matrimoniales se hacían por fuera de la comunidad (exogamia), pero actualmente se han transformado en relaciones endógamas donde la elección de la esposa se hace al interior de la comunidad. Cuando un integrante del pueblo U’WA se casa con un blanco queda inmediatamente excluido de su grupo social.

Los líderes sociales y comunitarios, el Cabildo Mayor , los Cabildos Menores y los representantes de la comunidad son los encargados de las relaciones con el gobierno y otras instituciones.

La población U’WA se ha visto afectada por diferentes factores de transculturización desde la época de la colonia, procesos de colonización y la actividad misionera. Las migraciones de los colonos desplazados por la violencia, los proyectos de colonización del Incora (Instituto Colombiano de Reforma Agraria), la guerrilla, la explotación y comercialización de la madera han ocasionado que estos grupos se replieguen hacia las estribaciones de la cordillera, en donde sólo hay tierras inhóspitas e inadecuadas para la agricultura.

Todo esto, aunado con las precarias condiciones económicas, de salud (presentan un alto índice de mortalidad y desnutrición), el clima y las condiciones de vida que llevan por sus costumbres, los hace vulnerables a enfermedades como el parasitismo, infecciones respiratorias, diarrea, paludismo, afecciones dermatológicas y gastrointestinales y anemias crónicas, entre otras.

La lengua U´WA tiene variaciones dialectales diferenciadas entre unos grupos y otros. Los dialectos principales son el Cobaría y el Aguablanca. Otros dialectos son el Rinconada, el Tegría, el Bócota y el Bachira, y la lengua ritual utilizada en los cantos, pero todos hablan el español y sus propios dialectos.

Cosmovisión

Los Mitos de los U´WA son cantados y envuelven todas sus creencias y costumbres.

Casa ceremonial U´Wa

En los mitos cantados cuentan el origen del universo. Hay dos mundos divinos e indestructibles: el Mundo Blanco de arriba y el Mundo Rojo de abajo. Mundos que se encuentran y chocan originando un tercer Mundo, Azul y Amarillo, el mundo intermedio. Es el mundo en que vivimos, de la vida y de la muerte, mortal y perecedero por lo cual los U’WA deben cantar para que perviva, preservando el orden, el equilibrio y la armonía. Para el pensamiento U´WA es muy importante la idea de BITA, materia básica de la vida. Es un regalo de los dioses y todos los seres vivos están compuestos de ella.

El pueblo U´WA busca su lugar y su alimento y para ello se sirven de lo que la madre tierra les da. Se dedican a la agricultura en forma incipiente, la ganadería y los productos que les ofrece el bosque.

Cuando cultivan, la “madre tierra” no se siente violentada, sino que por el contrario, les devuelve en ofrendas para el consumo, como la caña, batata, maíz, plátano, raíces y otros productos. Poseen animales como la guartinaja, que podría considerarse sagrado y la utilizan como alimento precedido de un ritual.

Tenencia de tierras

El pueblo indígena U’WA poseía, al momento de la firma del Contrato Samoré, dos Resguardos y una Reserva, con 99.887 hectáreas. Desde el 31 de marzo de 1993 la comunidad indígena solicitó la creación del Resguardo Unificado que comprende 200.913.8 hectáreas, dentro del cual se encuentra el Parque Nacional del Cocuy con una extensión de 43,069 ha y el de Tamá, quedando pendientes por comprar a los colonos y campesinos aproximadamente 57.957 ha, las cuales están ubicadas así: 19.948 ha entre los límites de Cubará - Toledo - Chitaga - Concepción, 8.009 ha en Chiscas y 30.000 ha en Güicán.

Para el Incora, el proyecto de Resguardo Unificado fue totalmente viable y justificado en especial por la protección que le podrían dar los indígenas a esta zona de reservas forestales y de nevado. La zona en referencia es muy rica en recursos hídricos. Allí nacen los vertimientos de agua que posteriormente alimentan los afluentes de los ríos Arauca, Casanare y Chicamocha,. Nacen también el Cobaría, el Cobugón, el Róyota, Banadía, Cravo Norte, Tame, Sísiga, Cusay, Negro y Cóncavo, convirtiéndose en un área de importante riqueza ecológica.

3. El conflicto en la relación industria extractiva y proyectos de desarrollo.

En la década de los años 90 las actividades de exploración y explotación de petróleo y gas encaminaron sus operaciones hacia áreas más sensibles desde el punto de vista ambiental y social. Al mismo tiempo, las organizaciones de los pueblos indígenas que han habitado ancestralmente esta cuenca han logrado hacer sentir, con mayor claridad, sus reclamos de reconocimiento a sus derechos territoriales, al respeto a su identidad, a la preservación de su cultura y al mejoramiento de sus condiciones socioeconómicas.

El movimiento acelerado de la exploración de petróleo y gas hacia áreas cada vez más remotas y sensibles, ha desafiado a las empresas operadoras a identificar, entender y manejar de manera adecuada riesgos que no son técnicos y que están asociados a las operaciones en dichas áreas. Es de esperarse, entonces, que las empresas operadoras de esas zonas minimicen el impacto socio - ambiental, permitan a las partes vinculadas (“stakeholders”) a participar en la toma de decisiones e implementen programas sociales que permitan contribuir a la sustentabilidad de pueblos indígenas y comunidades locales.

En América Latina, las organizaciones indígenas, grupos ambientales y ONGs han incrementado sus objeciones a los proyectos petroleros como una forma de captar la atención de la opinión pública sobre cuestiones sociales y económicas.

El entusiasmo por los potenciales recursos de América Latina está crecientemente condicionado por preocupaciones en temas ambientales. Muchas de las áreas que constituyen objetivos para el desarrollo petrolero, particularmente en América del Sur, se superponen, por ejemplo, con ecosistemas sensibles y amenazados que son el habitat de poblaciones indígenas, muchas de las cuales han tenido poco o ningún contacto con el mundo exterior. Estas preocupaciones se acentúan por el hecho de que América Latina posee la biodiversidad más rica del mundo, contando con el 46% de bosques tropicales, 40% de especies animales y vegetales tropicales y el 31% de reservas de agua potable.

El conflicto

Después de la reunión de consulta previa realizada con la comunidad indígena U’WA los días 10 y 11 de enero de 1995, el Ministerio del Medio Ambiente otorgó la Licencia Ambiental a la compañía Occidental de Colombia, Inc., hecho que no agradó a los representantes del pueblo indígena y lo hicieron manifiesto en una reunión efectuada el 21 de febrero del mismo año.

A partir de este momento el Cabildo Mayor U’WA, con el apoyo de la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC, comenzaron a manifestarse públicamente promoviendo actividades tendientes a evitar la exploración sísmica del Bloque Samoré. De igual manera y a través de la Defensoría del Pueblo instauraron acciones jurídicas (Acción de Tutela y Acción de Nulidad) para evitar la posible afectación que pudiera causarles el proyecto petrolero.

Se esgrimieron consignas como: “La tierra tiene cabeza, brazos y piernas y el territorio U´WA es su corazón, el que sostiene el universo; si se desangra no puede continuar dando vida al resto del cuerpo y el petróleo y los demás recursos son su sangre” que sirvieron de argumento para manifestar su rechazo a la actividad petrolera.

Hasta donde se conoce, en los mitos cantados que envuelven sus creencias y costumbres, el petróleo no forma parte de ellos, “la sangre de la madre tierra - el petróleo” - fue una idea y un mensaje surgido en la discusión del proyecto Samoré.

A esto se ha agregado la amenaza del “suicidio colectivo”, evocando el acto realizado en época de la colonia por sus antepasados debido al acoso de los españoles en el “Peñón de la Muerte”, lugar desde donde se lanzaban al abismo.

Estas ideas se promulgaron a través de los diferentes medios y escenarios de comunicación, como una condición que permitiera evitar el desarrollo petrolero en las zonas de resguardo de las comunidades U´WA. Las autoridades del Cabildo Mayor U’WA realizaron diferentes actividades de rechazo y oposición al proyecto con el apoyo de estudiantes de universidades y colegios, ONGs, Senadores indígenas y la Organización Indígena Nacional - ONIC.

Esta resistencia les valió el reconocimiento por parte de organizaciones europeas y de Estados Unidos, como los premios ambientalistas “GOLDMAN”, considerado el Nobel de la Ecología, otorgado en el mes de abril de 1998 con un aporte de US$100.000 y el “Bartolomé de las Casas” entregado el 21 de julio de 1998 por valor de US$16.155.

Acercamientos del gobierno colombiano con el pueblo indígena

Protestas indíegenas por la extracción
de petróleo

El gobierno nacional en su disposición de diálogo y respeto hacia las comunidades U’WA inició una serie de acercamientos a partir del año 1997. Se llevaron a cabo reuniones con sus representantes en el Palacio de Gobierno (abril de 1997) y posteriormente los Ministros de Minas, Interior, Medio Ambiente, Defensoría del Pueblo y representantes de Ecopetrol y la empresa asociada se reunieron con los líderes y autoridades de la comunidad en el municipio de Cubará, el 29 de mayo de 1997, para intercambiar inquietudes e intereses. El propio Ministro de Medio Ambiente, Juan Mayr, adelantó en 1998 contactos y gestiones con el pueblo U´wa en procura de buscar entendimientos, establecer los fundamentos que propiciaran el diálogo y definir sus aspiraciones sobre territorio.


Protesta indígena

 
El Proyecto OEA / HARVARD

Por solicitud del Gobierno Colombiano ante la Secretaría General de la OEA se conformó, con el auspicio de este organismo, el denominado “Proyecto OEA/HARVARD en Colombia” el cual contó con la participación de la Unidad para la Promoción de la Democracia (OEA) y el Programa sobre Sanciones No Violentas y Sobrevivencia Cultural, de la Universidad de Harvard.

Tras diversas consultas, visitas y conferencias con la comunidad indígena y sus autoridades, con las instancias del Gobierno Colombiano y las Compañías Asociadas en el “Proyecto Samoré”, la Comisión produjo en septiembre de 1997 un informe que ofrecía entre otras, las siguientes recomendaciones:

“Una declaración de las compañías petroleras comprometiéndose a suspender la ejecución de sus planes para la exploración o explotación de petróleo dentro del bloque Samoré, como un paso inicial para crear mejores condiciones para cualquier eventual reinicio de las actividades petroleras dentro del bloque”.

“La normalización del proceso para la ampliación del resguardo U’WA”.

El pueblo U’WA había solicitado una ampliación de su resguardo, apoyado por un estudio elaborado por un equipo técnico de la Universidad Javeriana. Este estudio se entregó al Incora (Instituto de Reforma Agraria), y su validez no pareció haber sido cuestionada.

“Una moderación en la retórica pública de las partes”.

En particular, se debería abstener de hacer cualquier mención que vincule con la guerrilla a quienes han mostrado oposición de proyecto. Tales declaraciones, según el informe, no solo servían para agravar tensiones, sino que también podrían poner en peligro la vida de todos los que simpatizaban o abogaban por los U’WA.

“Reconocimiento y respeto para el sistema U’WA de autoridad y liderazgo”.

El pueblo U’WA goza de un sistema de autoridad y liderazgo basado en su cultura y larga tradición. Este sistema debería ser respetado durante cualquier intento de acercarse o relacionarse con los U’WA. De existir diferencias de opiniones o posiciones entre los U’WA, debería permitirse que éstos se solucionaran dentro de su sistema de autoridad. Si se intentara una relación con los U’WA ignorando su sistema político y cultural tradicional, ello sólo podría aumentar las tensiones y crear confusión”.

“Concretización de un proceso de consulta bajo la responsabilidad del gobierno colombiano”.

Cualquier reinicio de actividades de aprovechamiento petrolero dentro del bloque Samoré sólo podría efectuarse previa consulta con los U’WA, quienes serían los afectados por tales actividades aun cuando no ocurran dentro de su territorio. La consulta, por supuesto, debería realizarse dentro de un proceso establecido por el Estado y de acuerdo con las normas pertinentes, en particular las incluidas en la Constitución y el Convenio 169 de la OIT.”

“Preparación y asistencia técnica para los U’WA en cualquier consulta que se realice con ellos”.

Antes del inicio de cualquier consulta con los U’WA, el Estado Colombiano debería asegurar se que los U’WA tuviesen suficiente preparación para evaluar y decidir sobre el asunto de la consulta. En este contexto debería reconocerse el papel de apoyo brindado por la ONIC a los U’WA, y que podría seguir brindando, si así lo deseara el pueblo U’WA”.

De la misma manera, los U’WA deberían contar con una asistencia técnica adecuada e independiente de cualquier otro interés que pudiera estar en conflicto con sus intereses. Las formas de asistencia técnica involucrarían, como mínimo, profesionales con experiencia en análisis de impacto ambiental y social; ingeniería petrolera; economía de petróleo; y respaldo legal a experiencias similares. Se entiende que este respaldo sería independiente de la información que ofrecieran las compañías nacionales e internacionales y por lo tanto requeriría de autonomía institucional y respaldo económico independiente “.

“La creación de un programa para promover una mayor comprensión mutua entre las partes”.

Mientras el Gobierno mantuviese el interés en estudiar o impulsar el aprovechamiento del petróleo en el bloque Samoré en asociación con la OXY, sería importante fomentar la comprensión mutua entre las partes interesadas. Para estos fines se recomendaba preparar un programa que facilitara el entendimiento y debería ser diseñado con la participación, concertación y aprobación final de los diversos sectores: indígenas, petrolero y gubernamental.

Así mismo debería contemplar por los menos los siguientes aspectos:

• Seminarios sobre temas pertinentes en los que participen representantes de las compañías petroleras, el Gobierno, los U’WA, la ONIC, y otros;

• Visitas conjuntas a lugares en Colombia y otros países, que pudieran servir como muestra de un impacto negativo de la industria petrolera, o señalarse como ejemplo de impacto positivo.

• Asistencia técnica para los U’WA y la ONIC sobre cuestiones de la industria petrolera y mecanismos de desarrollo económico basados en ejemplos de comunidades indígenas en otras partes del mundo.

“La creación de un programa para la prevención y/o resolución de conflictos”

Para trabajos petroleros que se realicen fuera o dentro de resguardos indígenas se podrían anticipar situaciones similares al actual caso Samoré. El Informe OEA Harvard recomienda la creación de un mecanismo social que pueda responder con métodos preventivos antes de que una controversia de este tipo aumente y/o llegue a violación de derechos humanos o a la violencia.

El programa puede incluir: Talleres de capacitación para el análisis y manejo de conflictos; Talleres de capacitación preliminar para el desarrollo de diálogos y programas de educación mutua; Talleres conjuntos y diálogos para la resolución de problemas específicos.

4. Conclusiones y recomendaciones

En Colombia, la Constitución Política, promulgada en 1991, reconoce la pluralidad étnica y cultural de la nación colombiana y señala el deber del Estado de proteger esa diversidad.

En este contexto la industria petrolera ha encontrado dificultades para cumplir su actividad, debido principalmente al lento desarrollo de la normatividad ambiental y de reglamentación de los derechos a consultar las comunidades étnicas en aquellas circunstancias en que los proyectos hidrocarburíferos les afecta.

El acceso de los proyectos petroleros a territorios indígenas y de comunidades negras, ha generado conflictos en la relación que las compañías y la empresa petrolera estatal han querido establecer con las comunidades, con consecuencias negativas que, como en el caso de los Indígenas U’WA, condujo durante unos años a la suspensión de la actividad y al aplazamiento de proyectos exploratorios hasta el logro de un entendimiento que permitiera armonizar los derechos claramente fundamentados en la Constitución Colombiana: “ EL DEL ESTADO A LA PROPIEDAD DEL SUBSUELO Y A SU EXPLOTACIÓN EN BENEFICIO DE TODA LA NACIÓN, Y EL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS A LA PROTECCIÓN DE SU INTEGRIDAD CULTURAL, SOCIAL Y ECONÓMICA.”

La empresa Colombiana de petróleos adelanta hoy los proyectos Gibraltar, Sirirí y Catleya para lo cual ha adelantado contactos con el pueblo indígena U’wa y su Asociación de cabildos. El gobierno colombiano ha mostrado mucho interés en estos proyectos para atender la amenaza de la pérdida de la autosuficiencia a partir de 2005. La empresa espera concertar, con el apoyo de las autoridades colombianas y la anuencia del pueblo U’wa, el proceso de consulta que les permita adelantar la actividad sin desmedro de la cultura e identidad cultural de este pueblo.

5. Referencias

Asocbarí. Ichidgi ya ababi. Algo nuestro, así somos los barí. Tibú: Asocbarí, 2003. 140p.
Concha, Alvaro. La Concesión Barco. Bogotá: El Ancora, 1981. 145p.
Forero Caballero, Hernando. Fundamentos sociológicos de la medicina primitiva. Bogotá: Kimpress, 2003. 253p.
Santiago Reyes, Miguel Angel. Crónica de la Concesión de Mares. Bogotá: Presencia, 1985.
Santiago Reyes, Miguel Ángel. El Petróleo en Colombia. Bogotá:
Urbina Rangel, Fernando. Rito y arte rupestre amazónicos: lectura para el curso de contexto. Bogotá: Universidad Nacional, 2003.

domingo, 25 de septiembre de 2011

LEYENDAS DE OCAÑA

NUESTRO FOLCLOR

CAPITULO III

LA LEYENDA

“ Conviene considerar el mito,

no como una fabulación estúpida

de la mente humana en lucha

con las famosas potencias

engañosas de Pascal, sino

como una técnica operatoria

de igual valor epistemológico

que las matemáticas”
JEAN MARKALE

Tanto el mito como la leyenda, constituyen dentro del marco de la creencia, un capitulo de singular importancia, puesto que representan, como dijera el antropólogo Albert Marinus, una verdadera “actividad psicosocial” del hombre, cuya función consiste en estructurar un presente con base en los acontecimientos del pasado, y que el sentimiento popular los considera como claras explicaciones de su proceder actual y, más aún, necesario resultado de vivencias que no pueden desaparecer, puesto que si ello sucediera, desaparecería también la razón de su ser actual.



“Esas historias no deben su supervivencia a un interés gratuito: no se las considera como cuentos imaginados, ni aun relatos auténticos: constituyen…la expresión de una realidad primordial, superior, más importante, que condiciona la vida presente, el destino y las actividades de la humanidad y cuyo conocimiento proporciona al hombre la motivación de sus actos rituales o morales, y, al mismo tiempo, le dan indicaciones sobre los medios para realizarlos”

La leyenda realiza una labor unificadora dentro del pueblo, identificando sus hombres, mujeres, paisajes, actitudes, etc., con sus equivalentes del pasado; de un pasado exaltado, lleno de gloria, que la distancia cronológica no alcanza a opacar, sino que, por el contrario, eleva y adiciona nuevos elementos acordes con la época. Cada generación interpreta hechos, realidades anteriores, de acuerdo a sus exigencias psicosociales, por ello, la importancia de la leyenda no reside en sus características exteriores, sino en sus verdaderas “esencias culturales”.

Es la misma actividad de la conciencia popular la que determina la necesidad de mantener vivo un suceso revelador de su personalidad, proyectándolo a través de tertulias, artículos periodísticos, versiones literarias y artísticas, etc.



Cabe destacar, sin embargo, que estos fenómenos tienen ocurrencia en las culturas populares genuinas, que “responden a unidades sociales pequeñas e integradas estrechamente, o a conglomerados de unidades de este tipo que hayan ya conseguido satisfactoriamente sus ajustes mutuos” , es decir, donde las transformaciones culturales no son continuas, como ocurre v.gr. en los países latinoamericanos (especialmente en las provincias). En las civilizaciones avanzadas suele acontecer que los cambios se dan rápidamente y son tan variados, que la masa humana no alcanza a absorberlos.

Con estos criterios esenciales sobre el valor y la significación de la leyenda, entremos a ocuparnos de Antón García de Bonilla, el “Jinete Fantasma” y de Leonelda Hernández, la “bruja”, que constituyen el eje central de la leyenda ocañera.

DON ANTON GARCIA DE BONILLA: EL “JINETE FANTASMA”

El Antón García de Bonilla que ha venido a formar parte de la leyenda ocañera fue, ciertamente, un personaje histórico, real.

El primer Antón había venido con Francisco Hernández en la expedición fundadora que salió desde Pamplona, después de haber participado también en la fundación de esta ciudad. Una vez realizada la fundación de la ciudad de Ocaña en 1570, se radico en ella y tuvo muchos descendientes, cuatro, al menos, con el mismo nombre de Antón. Entre los altos cargos que ocupara el viejo español, se mencionan los de Regidor Perpetuo y Alcalde Ordinario. Se cuenta que logro amansar una enorme fortuna, heredada luego por sus hijos. Antón García de Bonilla (el mozo), vendría, con el tiempo, a ocupar los mismos cargos que su antecesor, y su reputación de filántropo se extendería por entre todos los habitantes de la comarca.

Antón García de Bonilla
Obra de los hermanos Salas, venezolanos.
Colegio Nacional de José Eusebio Caro


“Era don Antón García de Bonilla hijo de don Antón, el conquistador valiente de su mismo apellido. Heredo de su padre con el temple toledano de su alma, crecidísimo caudal que aumento aun más a poder de indomable energía, de talento y de asombrosa actividad. Casado muy joven con doña María Téllez, linda como una rosa al abrirse, buena como el trigo candeal, e hija del linajudo Luis Téllez Blanco Girón…Espléndido como un sátrapa de oriente, romántico y artista tal vez sin comprenderlo, convertía para su placer y el de su dama los turbulentos ríos en deliciosos lagos encantados…Duro con los siervos altivos, enérgico e indomable, cuando el caso llegaba, como un barón feudal, ostentoso y deslumbrador en sus riquezas…” .

La leyenda de Antón García se ha venido transmitiendo de generación en generación, bajo diversas modalidades, pero conservando su esencia fundamental en lo que se refiere al basamento cultural, que pondera la grandeza española en lo tocante a la ostentación, el lujo, los criterios sobre honorabilidad, orgullo y bondad.

Veamos a través de la pluma del escritor don Ciro A. Osorio Quintero, una versión particular de esta leyenda:

“ Cuando un día desventurado, en una de sus haciendas, sus hijas y sobrinas cayeron víctimas de la epidemia, y la ciencia vencida le abrió paso a la muerte inminente, Don Antón, atribulado, pensó en Santa Rita, la santa milagrosa que se venera en una calle melancólica de Ocaña. Sin reparar en la hora ni en el mal tiempo, don Antón emprendió viaje precipitado a la ciudad seguido de sus criados y cabalgaduras de remuda… hasta que al fin, a la segunda, muy cerca de las doce, llego al santuario y se echo a los pies de la patrona de los desesperados… hecha la promesa formal a trueque de la salud de sus idolatradas enfermas, don Antón regresó a su hacienda. Como por ensalmo, los hermosos luceros de su hogar habianse restablecido notoriamente… paso el tiempo. Vino la vejez y con ella llegó la muerte. Don Antón no volvió a acordarse de Santa Rita. Pero Santa Rita no se olvido de Antón…

Y he aquí por qué, cuando aun este lento progreso de que ahora disfrutamos no nos había iluminado las oscuras noches, don Antón, caballero en veloz potro de fuego, volvía a cruzar en desesperado galope, al favor de las sombras, las desoladas calles de la ciudad dormida rumbo al olvidado santuario de la santa abogada de imposibles” .



Don Antón.
ciudadadeocana.com

No cabe duda que esta modalidad de la creencia refleja el espíritu español de Ocaña, fundamentalmente en cuanto hace referencia al sentimiento de religiosidad.

Transmitido, como dijéramos, de padres a hijos, en continua sucesión de años, el relato se convierte en parte propia de las gentes sin distingos ni consideraciones, logrando así mantenerse vivo hasta nuestros días y, aun más, modificado y adicionado formalmente en la televisión nacional, de tal forma, que su vigor se proyecta incluso fuera del marco local que le dio origen.

Los datos recogidos sobre Antón García de Bonilla, nos hablan de él como un personaje maravilloso, de imponencia física destacable, “hombre de bien”, preocupado siempre por el bienestar y el progreso de la comarca, poetas, pintores y literatos han realzado su imagen en diversas formas, como signo evidente de permanencia de la leyenda.

Como una muestra de la supervivencia de la leyenda de Antón García de Bonilla, transcribiremos algunos fragmentos poéticos y literarios de escritores vernáculos:

“ A la ruinosa calleja


llaman del Tejo los hijos


“bajada de Santa Rita”


y dicen haber sentido


y así los viejos abuelos


les contaron haber visto


como en cierta noche fija


viene a cumplir su castigo


de la fallada promesa


Don Antón, el fementido”
ANA MARIA CASTILLO (1937)

“…Don Antón García de Bonilla, encomendero de Aguachica, fundador de Pamplona y milagrero personaje de castellana leyenda… ” .
LUIS EDUARDO PÁEZ COURVEL (1941)


“Antón García de Bonilla


letrado, soñador y romántico


con sus áureos esquifes


y artificiales lagos:


bohemios y aguerridos chapetones,


Encomenderos y soldados


Que plasmaron las primeras gestas


En suelo americano”
ANA VALIER (1970)

“ Loor eterno, pues, al generoso don Antón García de Bonilla, que amo con el más puro amor a sus semejantes; que los amo noblemente, divinamente, en sus almas; que quiso desprenderse de un poco de su bienestar para convertirlo mágico, sublime, en regueros de luz que les disipasen las densas tinieblas”
ALEJO AMAYA (1938)

“Que cara de promesero atormentado traería don Antón en esas espectaculares excursiones suyas de ultratumba?. Nadie lo sabe. Porque quienes, escépticos y valerosos, atrevieronse a entreabrir una reja para verle pasar, apenas dan cuenta de la ígnea silueta del potro veloz, bajo cuyos cascos herrados saltaba una iluminada sinfonía de estrellas”
CIRO A. OSORIO QUINTERO (1962)


“ Oh rey de mi villa mi alma atormentada


de extraño lirismo, te vive implorando,


mientras que en las noches y en la madrugada


la gente sencilla


- Antón de Bonilla – Antón de Bonilla


Sobre un potro ígneo te ve cabalgando…”
ADOLFO MILANES (1930)


“Mas don Antón no cumplió


como gentil caballero


la promesa a Santa Rita…


y decían que, por eso,


al filo de medianoche


y entre un macabro silencio


la calleja bajaba


don Antón después de muerto,


cubierto con negra capa


que le caía hasta el suelo


caballero en potro arisco


alado como los vientos,


que reventaba las piedras


con sus zapatos de hierro…
EFRAIN JACOME RINCON (1958)

Estos fragmentos, tomados de diferentes géneros literarios, nos indican la permanencia de la leyenda en la cultura local.

LEONELDA HERNANDEZ: LA BRUJA LEGENDARIA

La base histórica de esta leyenda, se remonta a finales del siglo XVII, coincidiendo con la “visita pastoral que en esos días hacia a sus feligreses de la comarca ocañera, el Ilustrísimo señor Obispo de Santa Marta, Monseñor Liñán de Cisneros” , es decir, en enero de 1667, como lo consigna Monseñor Manuel Benjamín Pacheco y Alejo Amaya

Representación de Leonelda en el
Desfile de los Genitores
lapalyadebelen.org

La leyenda tiene como escenario la población de la “Loma de González y el Cerro de la Horca, en la ciudad de Ocaña.

Según el relato, Leonelda era una joven hechicera de la tribu Búrbura. “ No pasaba ella de los 26 años, y su cuerpo era esbelto y su porte gentil, pese a su evidente condición de campesina…En el bello rostro de color aceituno y de trazos casi perfectos brillabanle con fuego casi misterioso unos grandes ojos negrísimos, cuyo luminoso encanto parecía encenderse más con el contenido impulso de una inocultable ira interior “ . Hacia parte Leonelda de un grupo de hechiceras, entre las cuales se encontraba María Antonia Mandona, María Pérez, María de la Mora y María del Carmen, cuya labor consistía en la preparación de brebajes mágicos compuestos por mezclas de “…raíces y flores de plantas extrañas, reptiles inmundos y cierta clase de animales agoreros…” , con los cuales curaban enfermedades, procuraban el amor y otra suerte de sortilegios propios de la hechicería nativa. Las actividades de estas mujeres llegaron por fin a oídos de las autoridades españolas, que no vacilaron en proceder a la detención de las magas. Así, María Mandona, “la jefe y directora del endiablado elenco”, es ejecutada en presencia de sus compañeras. Tiempo después, era detenida Leonelda Hernández por la Inquisición, acusada de “sus prácticas de hechicería y tener amenazados a todos los pueblos circunvecinos de convertirlos, un día cualquiera, en infectas lagunas de aguas letales” . La rebelde hechicera es conducida a Ocaña, de gala en ese instante debido a la llegada del prelado Liñán de Cisneros. En vista de este acontecimiento, sus captores deciden ejecutar a Leonelda en el siniestro Cerro de la Horca. Ya casi a punto de cumplirse el infeliz destino, la joven lanza un imponente grito:

- ¡Aquí los Búrburas!

Y como llamados ante un conjuro misterioso, brotan de todas partes los indómitos nativos, que después de saetear a la soldadesca y colgar a su jefe, parten con Leonelda hacia sus reductos inexpugnables.

Cabe destacar que, habiendo el Tribunal del Santo Oficio ejecutado a la Mandona y detenido a Leonelda, las parcialidades de Burgama y Borbotare (Brotaré u Otaré), se encontraban sublevadas contra los españoles.

Seguidamente, algunos detalles de la leyenda, de acuerdo a las versiones literarias existentes:

“Su edad según el proceso que tenemos a la vista, era de ventiseis años, de regular estatura, ojos negros, vivos y quemadores, color moreno claro, cabello negro como el azabache, su talle gentil y su donaire encantador colmaban las miradas penetrantes de aquella simpática mujer que tenía fama de guerrera cruel y sanguinaria”

Doña Edilia Montaño como Leonelda
Desfile de los Genitores

Como se ha podido observar a través de las descripciones que de Leonelda se hacen, se destaca en ella su osadía y singular hermosura, cualidades que durante mucho tiempo han adornado a la mujer ocañera. El episodio de la liberación de la india por sus hermanos de raza, es expuesto en forma dinámica y atrayente, poniendo de manifiesto claramente el triunfo del elemento indígena sobre el peninsular:

“ Cuando oyó el grito: Aquí los Búrburas! Ya tenía una rama en sus manos y agarrado por el cuello a uno de sus verdugos. El asalto fue rápido y la venganza atroz. Los Búrburas que habían seguido desde Aguas Claras las huellas de los que traían a la prisionera, cayeron sobre ellos en los momentos en que iban a consumar el crimen, y con lanzas y machetes destrozaron a la guardia y colgaron de la horca al capataz” .

Leonelda. Trabajo del artista
Yerson Jair

“ Fue entonces cuando Leonelda, sacando energías de su propio agotamiento y obrando con extraordinaria rapidez, grito con todas sus fuerzas, al tiempo que agarraba por el cuello a uno de sus verdugos:

- Aquí de los Búrburas!

Fue un grito de guerra y de muerte. Una orden de acción y de exterminio. Porque saliendo de entre la maleza, como si los brotase la tierra, en medio de un indescriptible vocerío, los indios amigos de Leonelda cayeron como una tromba sobre la sorprendida y asustada tropilla, la pasaron a cuchillo, colgaron al jefe y libertaron a la hechicera” .

Las leyendas de Antón García de Bonilla y Leonelda Hernández constituyen, pues, la síntesis histórica del pueblo ocañero, la justificación necesaria de un ancestro que une los valores propios del español con altivez indómita del aborigen; la belleza de sus mujeres y el principio libertario de una raza que cayó cercenada ante la espada y la cruz de un dios extraño.

Si nos detenemos sobre las épocas conquistadoras y colonial de los pueblos de Colombia y América, no dejaremos de encontrar casos semejantes. La Gaitana y el cruel Añasco,el cacique Pipatón y su irreductibilidad en la región de Barrancabermeja, los mandatarios chibchas en la meseta Cundi- Boyacense y Quesada, etc. En todos existe un común denominador: la lucha del indígena por tratar de conservar su independencia. Y un mismo final: la destrucción de su cultura, el martirio y la muerte de sus líderes. Se unen así dos polos antitéticos de nuestra génesis histórica: el indio americano y el español.

Veamos otros fragmentos sobre la leyenda mencionada:

“La india aunque comprendió el fin que se le preparaba, miro con desprecio aquel aparato y todos los planes que formaban. En vano esperaron de ella una sola suplica”
EUSTOQUIO QUINTERO. 1895


“La luna de aquella hermosa noche de San Juan, en lugar del tronchado cuerpo cenceño de Leonelda, hubo de alumbrar, inerte, desmadejado, trágicamente suspendida en la oscura cuerda punitiva, la uniformada corpulencia del arrogante capitán de los esbirros”
CIRO A. OSOSRIO Q. 1962

“La autoridad, vecinos y vecinas van entonces al monte; buscan como sabuesos, inquieren y al fin el mismo Juan de la Cruz a quien se huyó la bruja dio con ella y dio en ella tantos azotes que solo a rastras pudo volver, al cepo y la cadena. También cayeron la Pérez, la de Mora, la Hernández, María del Carmen y además, santo protector del poblado, cayeron los embrujos que habían de destruirlo y que, como lo quiso la justicia, ante la temerosa multitud los fue sacando de entre unos trapos viejos” .
GREGORIO HERNANDEZ DE ALBA 1936

Para concluir el aspecto relativo a la leyenda ocañera, citemos otras dos de menor importancia, pero que igualmente manifiestan el espíritu del pueblo, realzando sus particularidades. Ellas son, “El Alto del Vicario” y “El Sepulturero”.

EL ALTO DEL VICARIO

El protagonista de la narración es, esta vez, un clérigo que, según los datos históricos de don Alejo Amaya, corresponde a la persona del Licenciado don Manuel Alfonso Carriazo, quien se encargó del curato desde 1763 hasta 1768, año en que tomo posesión del mismo cargo “ el Dr. D Agustín Francisco del Rincón (Comisario de la Santa Cruzada) por virtud de permuta celebrada con el Licenciado D. Manuel Alfonso Carriazo, cura propio de esta parroquia” , asignándosele la fecha de 1764.

Don Eustoquio Quintero da al suceso creador de la leyenda, la fecha del 29 de mayo de 1769, y al protagonista, la persona del sacerdote ocañero Agustín Francisco del Rincón, quien desempeñó el curato de 1768 a 1791, fecha de su muerte.

Es realmente difícil establecer cuál de estos dos sacerdotes dio origen a la leyenda, mas como no es interés de este ensayo la discusión estrictamente histórica, demos paso a la mención de los sucesos en dos de sus versiones existentes.

“Ocurrió que el cura y vicario de ese entonces fue sacado una noche, de su apacible reposo, por un campesino de los alrededores quien, con voz desesperada, suplico que le acompañara a casa, donde su mujer esperaba agonizante el consuelo de la confesión. Apresurose Monseñor a seguir al atribulado feligrés, internándose con él y su criado negro, por la campiña.

- Es aquí abajito, su Merced, aquí no mas, pero hay que dejar la bestia para seguir a pie por el desecho que es muy angosto y esta tupido de rastrojo”

Obedeció el cura la voz del hombre y, desmontado, continuó el camino. Con sorpresa indescriptible se hallo entonces en presencia de una joven desnuda atada a un árbol. El sacerdote ante aquel espectáculo intento retroceder, topándose con el desenvainado machete del campesino, el cual murmuró al religioso:

“Esa es mi mujer… es mi esposa, pero yo sospecho que me engaña, mejor dicho estoy seguro… y ella me lo niega… a usted no le negara nada, señor cura: Confíesela, confíesela ahora mismo, y después usted me dirá la verdad… me la dirá, señor cura, por las buenas o por las malas… y que Dios me perdone.”

Ante aquella amenaza que pendía del afilado machete, el vicario, después de explicarle al rudo hombre la imposibilidad de realizar tal sacrilegio, le persuade para que, tomando sus vestimentas, simule ser un clérigo y de esa manera proceda a realizar la acción. Así pues, ofrece las prendas al ofuscado campesino, quien acepta de buen grado la formula, y comienza a colocarse la sotana. Aprovechando los momentos en que el campesino lucha por ponerse aquel engorrosos traje, Monseñor se lanza sobre él, derribándolo por el suelo y reduciéndolo a la inmovilidad con la faja de la prenda. Ante el ruido de la lucha, el criado del cura acude presto y, después de asegurar bien al celoso marido, emprenden el retorno a la ciudad llevando consigo al hombre y a la asustada y maltrecha mujer.

Este suceso fue recogido por primera vez, por Eustoquio Quintero. La situación que narra la leyenda no deja de poseer sus visos maravillosos y exagerados que caracterizan lo mítico. Despojándolo, como hemos hecho con las anteriores, de sus características externas, queda al descubierto, en primer lugar, la exaltación religiosa y la valentía de los ministros de Dios, capaces de arrostrar toda suerte de peligros por mantener intacto el secreto de la confesión.

Al margen de la apología al espíritu religioso, el relato manifiesta también la astucia del campesino y su concepción del honor, mancillado supuestamente por la mujer. Aquí, la traición conyugal impulsa al hombre a tomar una determinación radical que no intenta desconocer a Dios, pero si lo constriñe por medio de su ministro, para que resuelva su cruel incertidumbre. Triunfa, sin embargo, el sacerdote, el cual aparece como un verdadero héroe de su fe, a los ojos de todos.

Sobre el Alto del Vicario se tejen otras historias que se acercan más al campo de lo sobrenatural, que al de lo puramente anecdótico o histórico, revistiendo al paraje de misterio y fascinación.

Al respecto, cuenta la tradición, que un Vicario Apostólico de visita en Ocaña, fue obligado por la fuerza a abandonar la ciudad, colocándosele sobre una acémila, sentado al revés, a fin de aumentar su humillación. En tal circunstancia, el prelado, una vez llegado al sitio que hoy se conoce como el Alto de Vicario, a medio camino del santuario de la Torcoroma, profirió una horrible maldición sobre el valle. Desde entonces dicen las gentes de la comarca, el desarrollo se ha estancado de manera asombrosa y cunden las desgracias por doquiera.

Revisando la “Monografía de la Parroquia”, de Monseñor Pacheco, hemos encontrado algunos datos históricos que muy bien pudieran atribuirse al origen de esta leyenda. En efecto, con motivo de la expedición de los Decretos de Tuición y Desamortización de Bienes de Manos Muertas , por el gobierno de los Estados Unidos de la Nueva Granada, el 20 de julio y 9 de septiembre de 1861, respectivamente, el Sr. Dr. Vicente Arbeláez, “ Obispo de Maximopilis y Vicario Apostólico de Santa Marta”, de visita en Ocaña, publico una pastoral protestando por la medida gubernamental que afectaba directamente los intereses de la Iglesia. Tal actitud produjo de inmediato la reacción de las autoridades, las cuales determinaron su confinamiento y la orden posterior de abandonar la ciudad. “Así, pues, en medio de los vejámenes de sus enemigos y el hondo pesar de sus buenos hijos, salió de Ocaña aquel digno prelado… “ . Como Vicario General fue delegado el presbítero Dr. José Romero, el 20 de enero de 1862, y habiendo adoptado posición análoga a la del anterior, con respecto a los Decretos mencionados, fue detenido en Santa Marta y luego confinado a Cartagena. No sería desacertado suponer que, ante los insultos y humillaciones que llovieron sobre el clérigo Arbeláez, éste lanzara sobre Ocaña y sus dirigentes algún explosivo anatema desde las alturas del Vicario.

Más adelante, en un capítulo dedicado a las historias fantásticas, volveremos a ocuparnos del “Alto del Vicario”.

En la parte dedicada a la leyenda, en “El Valle de los Hacaritamas”, cita don Ciro Osorio, “LA MUERTE DEL SEPULTURERO”, cuyo contexto nos recuerda los episodios de “Narraciones Extraordinarias” de Allan Poe. El protagonista de este relato es Segundo Barbosa, sepulturero de oficio de la ciudad y miembro de los “nazarenos”.

Catalepsia
eduexplica.com

“Después de raros y misteriosos incidentes que rodearon su muerte, al fin descansa en paz Segundo Barbosa” .

Y es que nuestro personaje, debido quizá a su permanente contacto con la muerte, se alcanzo varias veces a escapar de sus garras rindiéndose, luego de propinar terribles sobresaltos a sus amistades y a la ciudad entera, ante la inexorable guadaña…

“La noche era ya casi sobre la ciudad y el sepulturero nazareno se disponía a abandonar sus amados muertos. De repente, al pasar junto a una tumba, un ser etéreo lo asió por el hombro y le lanzo tremendo reproche. Segundo volvió los ojos y a la luz grisosa del Angelus reconoció a un hermano suyo de cofradía, a un compañero muerto hacía ya mucho tiempo. Entonces por su mente ofuscada paso el recuerdo borroso de un compromiso no cumplido al amigo, y mudo, aterrorizado, sintió que los músculos se le relajaban, que le abandonaban las fuerzas y que la tierra fallaba bajo sus pies. Inconsciente, herido y maltrecho allí lo encontraron sus compañeros pocas horas después. Desde entonces Segundo no volvió a servir para nada…

… Tras larga enfermedad, Segundo murió una tarde… y los preparativos del entierro se dispusieron a fin de efectuarlo al día siguiente. Durante el velorio… Segundo Barbosa, ante el asombro despavorido de la enlutada concurrencia, dio señales de vida y, efectivamente, siguió viviendo… Al cabo de algunos días Segundo volvió a dormirse, esta vez si definitivamente… Cuando ya la caja mortuoria fue a ser colocada en la sepultura… alguien advirtió que dentro del ataúd Segundo se había movido…”.

Nuevamente se suscito el pánico y lo sobrenatural volvió a hacerse presente, pero a las cuarenta y ocho horas, pudo comprobarse que el sepulturero era ya un verdadero cadáver, ante lo cual se procedió a inhumarlo.

PERMANENCIA DE LAS LEYENDAS A TRAVÉS DE INSTITUCIONES Y MONUMENTOS


Museo Antón García de Bonilla


Cine Leonelda

 
Estatua de Leonelda
Primera versión, en fibra de vidrio

Leonelda
Segunda versión, en piedra

Leonelda
Monumento en el municipio de González

El nombre de Leonelda ha sido escogido por los padres de muchas mujeres ocañeras y de la región. Hay un Cine Leonelda y una Fundación cultural con este mismo nombre; hay una comparsa en el Desfile de los Genitores que representa a la indómiuta hechicera. 

Las leyendas siguen vivas en el alma del pueblo, en los cuentos que los abuelos y los padres cuentan a los niños, en las pinturas, en la literatura, la poesía y el teatro.














viernes, 23 de septiembre de 2011

MUSEOS DEL MINISTERIO DE CULTURA

  

ENCUENTRO DE MUSEOS

MINISTERIO DE CULTURA

11, 12, 13 Y 14 DE SEPTIEMBRE DE 2011

VILLA DE LEYVA – BOYACA
 
Detalles de la hermosa y señorial Villa de Leyva
 
OBJETIVO:


Propiciar una mesa de trabajo para directores y funcionarios de los museos del Ministerio de Cultura con el fin de intercambiar experiencias, analizar problemáticas y recibir información que aporte en la búsqueda de la eficiencia de los esfuerzos conjuntos destinados a la gestión educativa y cultural de cada una de estas instituciones.
 
El certamen fue instalado por el Alcalde Villa de Layva, Dr. German Vicente Ramos Pereira, y contó con la asistencia de los siguientes funcionarios de la Red Nacional de Museos y directores de estas entidades en Colombia:
 
 
Directores de los Museos del Ministerio
 
Dra. María Victoria Robayo, Directora del Museo Nacional de Colombia.
Dra. María Cristina Díaz Velásques, Directora de la Red Nacional de Museos.
Daniel Castro, Director del Museo de la Indepenencia.
Margarita Vivas Becerra, Jefe de Unformática del Museo Nacional.
Mario Omar Fernández, Químico y maestro restaurador de la Univerdidad Externado de Colombia.
David Cohen. Conservador Universidad Externado.
Constanza Paucart, arquitecta de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
Manuel Guillermo Suárez, Director del Museo Alfonso López Pumarejo, de Honda.
Virginia Gaona Cruz, Directora del Museo Antonio Nariño, de Villa de Layva.
Jesús Antonio Rojas Contreras, Director del Museo casa natal de Santader, Villa del Rosario.
María Alejandra López, Directora del Museo Guillermo León Valencia, de Popayán.
Martha Lucía Villafañe, Directora del Museo Juan del Corral, de Santa Fe de Antioquia.
Martha Pacheco de Páez, Coordinadora del Museo Antón García de Bonilla, de Ocaña y delegada del Museo de la Gran Convención, de Ocaña.
José Fernando Parra, gestor cultural Popayán.
Soledad Román, Directora de la casa Museo Rafael Núñez, de Cartagena.
 
 
Directores de los Museos del Ministerio
 
Temas tratados: Fortalecimiento de los Museos del Ministerio de Cultura, Patrimonio Cultural, Colecciones Colombianas, restauración y conservación de bienes, nuevos modelos de adminstración de museos, propuestas para la gestión cultural y educativa de los Museos del Ministerio 2012.
 
 
Detalles de la hermosa y señorial Villa de Leyva
 
Integración, intercambio de experiencias, búsqueda de la excelencia, proyecciones y análisis de los problemas que aquejan al sector, hicieron parte de una significativa agenda de trabajo que habrá de revertirse en la calidad de los servicios que prestan los Museos del Ministerio y en l fortalecimiento de los mismos.
 
 
En plena discusión


ÁBREGO Y LA CULTURA

II JORNADA CULTURAL COLCAJUTISTA. 21 AL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2011



El 21 de septiembre, la Institución Educativa "Carlos Julio Torrado Peñaranda", del municipio de Ábrego, comenzó estas actividades culturales, deportivas, recreativas y académicas.


Exposición "Bicentenario de la Independencia"
Corredores del Colegio

Después de la celebración de la santa misa, a las 8 de la mañana, se llevó a cabo la inauguración protocoloria y después la apertura de la Exposición Itinerante "Bicentenario de la Independencia 1810 - 2010" en los corredorores del claustro.


Exposición "Bicentenario de la Independencia"

Corredores del Colegio


En horas de la tarde, Defile inaugural de carrozas y preentación de las candidatas.

El día 22, eventos deportivos que comenzaron hacia las 8 de la mañana. A las 10, charla sobre la Independencia en Colombia y en la Región de Ocaña, dictada por el Presidente de la Academia de Historia. En horas de la tarde, oratoria y cuentería y desfile de bandas por las principales calles de Ábrego.


Auditorio del Colegio

El certamen continuará hasta el 25 de septiembre, con una Feria Empresarial, concursos de fotografñia digital y gastronomía, danzas, artesanías, festival de cometas, elección de la reina y, al cierre, la Travesía Atlética Ocaña - Ábrego.


Buena asistencia y mejor receptividad

Desde este espacio, expresamos nuestro agradecimiento al señor rector de la Institución, Esp. Francisco Javier Morales, a todos los esforzados profesores del centro educativo, al historiador  José de la Cruz Vergel y a los jóvenes estudiantes, entusiasmados con tan ejemplar muestra de cultura y orgullosos de su Colegio.


Inicio de las actividades académicas del día 22

En estos tiempos violentos, este es un significativo aporte a la paz, desde la cultura y la educación.

Charla sobre el bicentenario
Presidente Academia de Historia de Ocaña


Exposición "Bicentenario de la Independencia"
Corredores del Colegio



Exposición "Bicentenario de la Independencia"

Corredores del Colegio