Carmen Eliécer Quintero Torrado, creador del Desfile en 1959,
y doña Margarita Ujueta
CUADROS DEL DESFILE DE LOS GENITORES 2014
Por Luis Eduardo
Páez García
Asesor histórico
del Desfile de los Genitores
La Corporación
Cultural y Artística Desfile de los Genitores, es una entidad cultural, sin
ánimo de lucro, con Personería Jurídica, que tiene bajo su responsabilidad la
organización, investigación, divulgación y puesta en marcha el certamen
cultural que cada año se muestra a la comunidad ocañera, regional y nacional.
El Desfile de los
Genitores es un gran espectáculo histórico y artístico, en el cual se integran
elementos teatrales, dancísticos, musicales y plásticos, con el fin de
escenificar la historia de la ciudad de Ocaña, relevando sus momentos estelares
y los valores de la tradición popular. Se mezclan en este gran certamen de la
historia de Ocaña, elementos plásticos, musicales, coreográficos, teatrales y
artesanales que dan como resultado una imponente alegoría del desarrollo
histórico de la ciudad.
Hace parte este
certamen, del Patrimonio Inmaterial de la ciudad de Ocaña y así fue declarado
mediante el Decreto 1144 de 2003 y luego por Ley de la República.
Fueron creadores
del Desfile, don Carmen Eliécer Quintero Torrado y un grupo de ciudadanos,
entre quienes se contaron Alfonso Carrascal Claro, Margario Quintero Pacheco, José Antonio Patiño y Carlos
Torrado. La primera versión del Desfile data del 3 de enero de 1959.
¿Por qué el nombre de LOS GENITORES?
La palabra “Genitores” quiere decir: “genitor, ra. (Del lat. genĭtor, -ōris).
1. adj.
Que engendra. U. m. c. s.” Cuando Carmen Eliécer Quintero
Torrado tomó la palabra “Genitores”, del libro “Los genitores”, del doctor
Alejo Amaya, quiso significar que el Desfile de los Genitores era la
representación simbólica de aquellas personas que “engendraron” a Ocaña, es
decir, sus fundadores. La misma obra narra la historia de la ciudad, desde su
fundación hasta 1810, año del grito de Independencia.
Así, pues, tenemos que entender que el desfile es la
representación de nuestra génesis histórica, así fue concebido y así se ha
logrado mantener en el tiempo. Los cambios que se dan se relacionan con nuevos
vestuarios, nueva utilería, agregado de comparsas, de carrozas, etc., pero
siempre manteniendo el objetivo que se trazó cuando fue creado en 1959.
Son objetivos
primordiales del Desfile de los Genitores:
a)
Recrear la
historia de la ciudad de Ocaña
b)
Divulgar
nuestro Patrimonio Inmaterial.
c)
Fortalecer
nuestra memoria histórica.
d)
Promover
hacia nuestra ciudad, el turismo cultural, haciéndola
conocer nacionalmente, a través de eventos
como este, arraigados en el alma de nuestro pueblo.
e)
Afianzar entre los habitantes del municipio la
identidad cultural de nuestra tierra, involucrándolos de una manera agradable en nuestra historia.
f)
Transmitir a
la gran cantidad de personas que están llegando a radicarse en nuestro
municipio con diferentes culturas, el legado histórico cultural de nuestros
mayores.
g)
Buscar el desarrollo de nuestra ciudad, a
través de uno de sus mayores recursos, como es el Patrimonio Cultural acumulado
en sus 444 años de historia. Fortaleciendo este tipo de eventos, fortalecemos
el comercio, las empresas hoteleras, la mediana y pequeña industria, etc.
Participan cerca de
800 personas, entre integrantes de comparsas, organizadores, contratistas,
etc., en 29 comparsas, que salen en riguroso orden cronológico, representando
las diferentes épocas, así:
LAS COMPARSAS DEL DESFILE DE LOS
GENITORES 2014
Época Prehispánica:
1.- Los Indios Hacaritamas.
Comparsa dirigida por
Nancy García.
A la llegada de los conquistadores españoles,
la región de Ocaña se encontraba habitada por diferentes pueblos indígenas,
cuya denominación genérica de “Hacaritamas” se ha conservado tradicionalmente.
Las pocas investigaciones arqueológicas y etnológicas, realizadas hasta la
fecha, nos indican que existían por lo menos dos culturas: la denominada
“Cultura Mosquito”, “Cultura de las Urnas” o “Cultura del Magdalena”, que
penetró a la zona de Ocaña desde los valles del Magdalena, por la cordillera,
de origen típicamente Karib, y las tribus que habitaban los valles sobre los
cuales se asentaron los poblamientos blancos, cuyos vestigios están
representados en petroglifos diseminados en toda la antigua Provincia de Ocaña.
La indumentaria de este cuadro o comparsa, está
constituida por el generalizado taparrabo y ropajes de algodón a manera de
sayos. La armería la constituyen arcos, flechas y macanas.
Con base en
documentos que reposan en la
Biblioteca de la Real Academia de Historia de Madrid, el primer
informe conocido sobre la descripción de Ocaña, que data del 24 de marzo de
1578, señala que el nombre nativo del asentamiento indígena fue el de
ARGUTACACA.
En este mismo
informe, se mencionan los pueblos indígenas de la región de Ocaña: SEYTAMA,
BUXERAMA, CARACICA, BOROTARÉ, BEUXITARÉ, XINANE, MANANE, CARQUIMA, TEURAMA,
CUCURIAMA, ASCURIAMA, BURGAMA, CARACACA, EQUERAMA, CHAMA y BISERAMA, BUCURAMA,
ANARAMA, CARCOMA, TUSCURIAMA, CEQUERAMA, LANGUXAMA, SAOTAMA, OCAMA, LOS
CARATES, XERGOMA, BUROMA, ORACICA, BUNEROMA, BISERA y ERCOSA, y AYTARA.
VESTUARIO: Los
varones usaban taparrabo de algodón y las mujeres una especie de sayo, "a
manera de un costal abierta por arriba y abajo sin costura puestas y presas de
los hombros con unas cuerdas".
ALIMENTACIÓN
Cultivaban y
consumían maíz, batata, yuca, ahuyama y frijoles.
VEGETACIÓN: En
informe presentado al Gobernador Lope de Orozco menciona la existencia de gran
cantidad de árboles frutales, entre ellos el Caymito, chiticomas y unos que
producen frutas a manera de ciruelas endrinas.
FAUNA: La región
contaba con venados, leones monteses, puercos monteses (baquiras), papagayos,
guacamayas, pabas de monte y paujiles.
Época de la Conquista:
2.- Los
Conquistadores.
Comparsa dirigida
por Mónica Martínez.
Representa a los Conquistadores y fundadores de Ocaña,
encabezados por nuestro fundador don Francisco Fernández de Contreras.
Al Capitán español, nacido en Pedroche, don
Francisco Fernández de Contreras, le fue encomendada la misión de hallar una
ruta que comunicara rápidamente la Nueva
Pamplona con el río grande de la Magdalena y los puertos
de la Costa Norte.
Después de expediciones exploratorias y de haber obtenido los permisos de rigor
en Santafé y en Santa Marta, siendo gobernador de esta Provincia Don Pedro
Fernández del Busto, el Capitán Fernández de Contreras fundó la ciudad de Ocaña
el 14 de diciembre de 1570. La expedición fundadora estaba compuesta por 36
expedicionarios, según el informe oficial del Cabildo de Ocaña al gobernador de
Santa Marta, escrito en 1578. Entre los conquistadores españoles que
acompañaron a Fernández, mencionamos, entre otros a: Simón del Basto, Gaspar
Barbosa de Marís, Leonardo de Acosta, Pedro Esteban Rangel, Pedro Quintero
Príncipe, Jerónimo Arias, Diego Asensio Cervantes, Francisco Fernández de
Rojas, Gómez Álvarez de Aguilera, Gonzalo Rodríguez.
El vestuario y utilería de los integrantes de
esta comparsa, ha sido tomado de las representaciones iconográficas de la Conquista y la Colonia.
3.- Los Alabarderos.
Comparsa bajo la
dirección de Mónica Martínez López.
“Los alabarderos eran soldados armados de alabarda que, inicialmente, constituían un cuerpo de ejército y, posteriormente, daban guardia de honor o custodiaban a Reyes, Príncipes o Nobles.
“Los alabarderos eran soldados armados de alabarda que, inicialmente, constituían un cuerpo de ejército y, posteriormente, daban guardia de honor o custodiaban a Reyes, Príncipes o Nobles.
Durante los siglos XV y
XVI tuvieron su época de esplendor como cuerpo de combate, hasta la invención
de las armas de fuego, momento en que dejaron de existir como tropa. Su misión
era derribar a los jinetes y rematarlos en el suelo. También se mostraron muy
eficaces en los combates cuerpo a cuerpo.
En los siglos
posteriores su función fue meramente protocolaria, de guardia de honor y de
escolta de los soberanos y Casas nobles, denotando su presencia la calidad e
importancia de los personajes a los que custodiaba
Destacó por su importancia
el Real Cuerpo de Alabarderos, guardia de honor de los Soberanos españoles, que
existió hasta 1931. Con motivo de la reinstauración de la Guardia Real en 1975
fue establecida una unidad de alabarderos, que actualmente cumple sus funciones
con los Reyes de España.
Así mismo, destaca, por
su antigüedad y vistosidad, la
Guardia Suiza de Alabarderos del Vaticano, al servicio de los
Papas.
Al margen de su
función junto a nobles, soberanos y Papas, las compañías de alabarderos
desempeñaron también la misión de escolta y guardia de honor en procesiones de
Santos, Semana Santa o Corpus Cristi, bien por existir una guarnición militar o
ser creadas para este fin por las propias Cofradías”.
4.- Las Amazonas
La compasa rememora los tiempos coloniales en
que, no habiendo posibilidades de utilizar las cómodas literas debido a lo
agreste de la topografía, las personas se veían obligadas a transportarse en
cabalgaduras para efectuar los penosos viajes. Las bellas españolas que
acompañaron a los españoles en la colonización de nuestro territorio, fueron
pieza clave para el establecimiento definitivo del poblamiento y el desarrollo
de la naciente ciudad.
Época de La Colonia:
5.- La Leyenda de Leonelda Hernández.
Directoras de la
comparsa: Janith Quintero y María Luisa Caravaca.
La base histórica de esta comparsa, se remonta
a finales del siglo XVII, coincidiendo con la “visita pastoral que en esos días
hacía a sus feligreses de la comarca ocañera, el Ilustrísimo señor Obispo de
Santa Marta, Monseñor Liñán de Cisneros”, es decir, hacia enero de 1667.
Cuenta la leyenda que una joven mestiza de la
tribu Búrbura, que habitaba en el poblado donde actualmente se levanta el
municipio de González, fue condenada a la horca acusada de prácticas de
hechicería. Hacía parte de la joven de un grupo de mujeres que practicaban el
arte de la curandería. Capturada la jefe del grupo, fue sacrificada por las
autoridades españolas y Leonelda Hernández, remitida a Ocaña para que fuera
juzgada por el Tribunal de la Inquisición.
Al llegar frente al antiguo Alto del Hatillo, los esbirros
deciden eliminar a la supuesta bruja, para evitar que fuera indultada por el
Obispo de Santa Marta, Monseñor Melchor Liñán de Cisneros.
Cuando la soldadesca intentó ejecutar a la
hechicera, cayeron sobre ella sus hermanos de raza, quienes los pasaron a
cuchillo, rescataron a Leonelda y se internaron en las selvas. Esta leyenda ha
sido transmitida de generación en generación hasta nuestros días y se mantiene
viva gracias a certámenes como el Desfile de los Genitores.
6.- Antón García de Bonilla:
Dirige la comparsa
Janith Quintero.
Poderoso
encomendero que contribuyo al progreso de la región, cuyo nombre también se ha
convertido en leyenda.
En el siglo XVII vivió en Ocaña este importante
encomendero dueño, entre otros bienes, de la hacienda de San Roque de
Aguachica, quien contribuyó decididamente en la fundación de Río de Oro y en el
establecimiento del primer colegio de Ocaña. Narra la leyenda que en una de sus
haciendas, sus sobrinas cayeron víctimas de una terrible epidemia. Desesperado,
tomó su cabalgadura y viajó hasta Ocaña, postrándose ante la puerta de la
modesta capilla de Santa Rita, la abogada de imposibles; allí le hizo una
promesa solemne a la santa a cambio de la salud de sus queridas niñas. Pasados
los años, don Antón envejeció y murió sin haber cumplido su promesa, siendo
condenado a vagar eternamente pro aquellos lugares que frecuentó en vida, entre
ellos, la capilla de Santa Rita y la famosa “Calle del embudo”. Casó con doña
María Téllez y falleció en San Roque de Aguachica en 1696.
7.- La Aparición de la Virgen de La Torcoroma,
Dirección de Nahún
Barbosa.
El 16 de agosto de 1711, según la tradición
local, los labriegos Cristóbal Melo y sus hijos José Y Felipe, al derribar un
árbol con el propósito de hacer un dornajo para su trapiche, hallaron la imagen
de la Virgen María,
labrada en la corteza. El pueblo devoto bautizó el hallazgo milagroso con el
nombre de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, debido al nombre del
monte donde fue encontrada la imagen.
El informe más
antiguo sobre la milagrosa imagen, data de 1774, y se debe al doctor Agustín
Francisco del Rincón, Cura Rector Beneficiado de Ocaña y Vicario Eclesiástico,
en cumplimiento de una solicitud que se hiciera a "los curas párrocos de
las ciudades de Ocaña, Varinas (sic), Girón y pueblo de Tota que sin dilación
alguna informen con certificación al Concilio de los hechos, que se expresan en
el pedimento presentado por el Dr. D. Agustín Manuel Alarcón, así del
aparecimiento de la Virgen
de piedra (sic), que parece se venera en dicha ciudad de Ocaña; de la
circunstancia de su aparecimiento; de la aprobación que hubiere tenido de los
Ordinarios; de su figura y representación; como también de las de la Virgen del Real de la
ciudad de Varinas; del crucifijo del pueblo de Tota; y del que también se
venera en una capilla en el distrito de Girón, que se llama el Santo Cristo de
los Milagros; y su Vicario recoja el librito manuscrito de la historia de
ellos, y sin dilación le remita al concilio para su inspección". Esta
solicitud está firmada por el eminente sabio, doctor José Celestino Mutis,
quien era a la sazón, notario del Concilio que se celebraba en Santafé.
8.- La Romería.
Comparsa dirigida
por Jesús Quintana.
En 1716, una vez
cumplidos todos los requisitos exigidos por la iglesia católica, se produce el
traslado desde la montaña de Torcoroma hacia la ciudad de Ocaña, de la
milagrosa imagen de la Virgen.
Las crónicas de la
época dan cuenta que cuando se quiso traer inicialmente aquella imagen, sin
protocolo y sin el ceremonial debido, cayó una terrible tempestad que impidió
cumplir con el cometido. Hubo necesidad de llevar a cabo todo el protocolo
requerido para un oficio religioso de aquella envergadura, el cual incluía el
acompañamiento de las autoridades locales y el cura y vicario para que, al fin,
la imagen de María, bajo palio, pudiera llegar hasta iglesia matriz de Santa
Ana, donde fue puesta en sitial especial.
9.- Damas y Caballeros de La Colonia
Dirige la comparsa
Clemencia Patiño Pacheco.
Constituye uno de los cuadros más vistosos del
Desfile. Está compuesto por señores y damas que marchan luciendo los atuendos
lujosos del siglo XVIII. Se destaca la belleza proverbial de la mujer ocañera.
Las damas llevan traje largo, mantillas, abanicos y peinetas, y los caballeros,
sombreros, chambergos y capas.
Época de la Independencia:
10.- Llegada de Simón Bolívar a Ocaña en 1813
Director de la
comparsa Heriberto López
Después de la derrota sufrida en Puerto Cabello
y la Guaria,
que sofocó la rebelión de los criollos venezolanos contra los españoles, Simón
Bolívar viajó hasta Cartagena y se unió allí a las tropas patriotas de la Nueva Granada. El gobernador
Torices aceptó la vinculación militar de Bolívar, quien comenzó la famosa
campaña para despejar de realistas las poblaciones asentadas en la ribera del
río Magdalena. Comenzó así la llamada “Campaña Admirable”. Después de tomar
Tenerife, atacó las fuerzas españolas acantonadas en Mompóx, siguió a El Banco,
Chiriguaná y Tamalameque, hasta llegar a Puerto Real, sin que los realistas
obstruyeran su vertiginosa marcha. De Puerto Real, pasó a la ciudad de Ocaña.
“Al atardecer de uno de los primeros días de enero
de 1813, a semejanza de aquella tarde del año de 1625 en que “una multitud
abigarrada y parlanchina amontonábase en la Punta del Llano con el decidido ánimo de
presenciar la entrada del primer Obispo que venía a visitar la ciudad”,
aparecía en el mismo sitio una inmensa y alegre muchedumbre de todas las
clases, condiciones y edades, después de haberse oído los disparos que eran la
señal de la aproximación de las fuerzas patriotas, disputándose la vista del
vencedor del Magdalena. Los primeros jinetes que penetraron en la empinada
entrada de la plazuela hacen despejar el paso. Son los oficiales venezolanos
que, por insinuación del cura párroco doctor Alejo María Buceta, y del alcalde
ordinario, hacen alto y comunican a su
jefe los deseos de la población”. Para tan memorable ocasión, los ocañeros
habían preparado un apoteósico recibimiento, que inició con las aclamaciones de
la multitud y siguió con la presentación de una corona y palabras de bienvenida por la jovencita
Bárbara María Vicente Lemus, y una comisión de preciosas señoritas ocañeras,
cuyos nombres fueron: María de Jesús Patiño, Saturnina Patiño, Juana de Dios
Lemus, Nicolasa Ibáñez y Eusebia Sarabia. (Llegada de Bolívar a Ocaña, año de
1813. Rubén Sánchez N. y Carlos Molina López. En Revista Hacaritama; Noticias
Históricas de Ocaña. Justiniano J. Páez. BAO Vol. 9, 1972).
“El 15 de diciembre
de 1812, el Libertador pronunció el Manifiesto de Cartagena, punto de partida
de la Campaña
Admirable para tomar rumbo a Cúcuta, y el 14 de mayo de 1813
salir hacia Caracas, donde entrara triunfante el Ejército Libertador el 6 de
agosto de 1813.
“El ejército conducido por el Libertador está integrado por brillantes oficiales granadinos y venezolanos, entre ellos Rafael Urdaneta, José Félix Ribas, Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte, Luciano D`Eluyar, Francisco de Paula Vélez, José María Ortega, Manuel y Antonio París, Tomás Gutiérrez, eminentes civiles como Don Cristóbal Mendoza (que había sido el primer Presidente de Venezuela), Pedro Briceño Méndez, entre otros.
“El Coronel Bolívar partió de Barranca, sobre el río Magdalena, con doscientos reclutas, en champanes (embarcaciones de la época), autorizado por el Presidente Torices; en quince días derrota a los realistas en Tenerife, El Banco, Mompox, Chiriguaná, Tamalameque, Puerto Real, Ocaña. En quince días queda libre el Bajo Magdalena y toda una provincia. De allí le llama Manuel del Castillo, en su ayuda, pues está rodeado en Pamplona por las fuerzas de Ramón Correa. Bolívar obtiene autorización de Torices; atraviesa, febricitante, la inhóspita cordillera, por los desfiladeros de Salazar de las Palmas; liberta a Pamplona, pasa el Zulia y ataca a los españoles en Cúcuta. ¡El parte de la batalla está firmado en Cúcuta libertadora!” (www.campana-admirable.org)
11. Compañía Libres de Ocaña
Bajo la dirección
de Fernando O´Meara y el batallón de Infantería No. 15 General Francisco de
Paula Santander.
Representa esta comparsa el batallón cívico
conformado por nobles y plebeyos ocañeros y de la región quienes, atendiendo
instrucciones de Simón Bolívar en 1813, le acompañaron hacia los valles de
Cúcuta durante la famosa “Campaña Admirable”. La financiación de esta Compañía,
fue posible gracias a los aportes económicos del don Miguel Ibáñez y Vidal y a
la gestión del padre Alejo María Buceta. Bolívar delegó en don José Quintana la
tarea de organizar una fuerza militar con voluntarios de la región, entre
quienes se encontraban ciudadanos de Ocaña y Río de Oro. Señala el historiador
J.J. Páez que, “Nombró, además, como segundo de Quintana, al señor don Juan B.
Sánchez, y Quintana nombró como su secretario al señor don Luís Jácome
Morinely. Como Bolívar había creado ya especial estimación por los jóvenes
Antonio Quintero Copete y Juan Francisco García, resolvió nombrar al primero su
ayudante de campo y al segundo, jefe de una compañía que él formara con
voluntarios, la cual llevaría por nombre Compañía
libres de Ocaña. Esta compañía la componían los señores: Manuel Rincón,
Jesús María Sánchez, Tomás Molinares, Antonio Ballesteros, Fidel Avendaño,
Rafael Ballesteros, Juan Antonio Gutiérrez, Pedro Molina, Manuel Toro, Miguel
Barriga, Guillermo garcía, Luís María Santiago, Julián Avendaño, Fermín Acosta,
Santos Pacheco, Venancio Gómez, Víctor López, Manuel Bayona, Julio Santiago,
Carlos Mantilla, Martín Casadiego y Jesús Sánchez. La mayor parte de estos
individuos, inclusive su jefe, perecieron en el combate de Cúcuta”. También formaron parte de esta fuerza los
señores José María Cano (tambor de la compañía), Quintín Sánchez, Nazario Díaz,
Andrés Cáceres, Francisco J. Arévalo, Eugenio Barbosa, José Manuel Ibáñez,
Sebastián Llaín P., Bernardo Pacheco, Natividad Posada y otros”. El cuadro está
encabezado por Juan Francisco García, jefe de la Compañía, montado a
caballo y vestido a la usanza de la época. Sostiene en sus manos la bandera de
Ocaña. Lo sigue un grupo de voluntarios armados con machetes y fusiles.
12. Firma del
Acta de la Independencia- Abril 7 de 1813
Dirige la comparsa Carlos Rochels.
"El 7 de abril de 1813, congregados en
la plaza de Santa Ana de Ocaña los ciudadanos partidarios de la causa de la
independencia de América, en un comisio popular hicieron pedazos los sellos de
España, los escudos de armas de los oficiales. Es voz común y tradicional, que
con la madera de dichos escudos, hicieron fogonadas en las que hicieron
chocolate algunos graciosos. Este comisio depuso a los antiguos regidores del
cabildo, y a todas las autoridades realistas, y nombró nuevas. Los regidores
que compusieron el nuevo cabildo fueron los señores don Sebastián Álvarez Llaín
y Sarabia, don Juan Pino, don Bernardo Barbosa y don Miguel Martínez Troncoso.
"Este cabildo levantó el acta de
independencia de esta ciudad que fue suscrita por los señores dichos, por José
de Jesús, don Francisco Antonio, don Rafael, don Gabriel, don Nicolás, y don
Pablo Lobo; don Miguel Pacheco, don Juan de Dios Illera, don Antonio Luis
Jácome, don Francisco de Robles, don Bernardo Pacheco, don Ignacio Lobo de
Rivera, don Francisco Gómez de Castro, don Gabriel Barriga, don José Quintana,
don Francisco, don Bernabé y don Antonio Pacheco, don Martín y don Antonio
Quintero Copete y el padre de ellos, don Gregorio Quintero, don José Antonio
Quintero (Montaño), y otros muchos ciudadanos. En aquel precioso documento se
desconocía el gobierno español y se reconocía el que emanaba del Libertador D.
Simón Bolívar, se adherían a la revolución que este ilustre americano
acaudillaba, se constituían a sostenerla y a no ahorrar sacrificio para lograr
la emancipación de España. Como dicha acta se ha perdido, tuve el cuidado de
tomar datos que aquí consigno de los verídicos labios de don Casimiro Pinto,
vecino de Río de Oro. En conformidad con lo pactado en aquella acta, marcharon
180 ciudadanos de esta ciudad, formando un batallón con el nombre de "Libertador
de Ocaña", a cuyo cuerpo pertenecía una compañía de los vecinos de Río de
Oro constante de 70 hombres. Estas fuerzas con 150 hombres que trajo el general
Bolívar de Mompós, son los 400 momposinos a quienes él decía que debía su
gloria.
"Ocaña, octubre 25 de 1884.
"Justiniano Sánchez Lobo, Pbro."
Es copia del Libro
de Bautismos Nº 25
13. Régimen del Terror
Director
de la comparsa Javier Pinto.
Con
el nombre de “época” o Régimen del terror”, la historia nacional hace
referencia al al lapso histórico comprendido entre 1815 y 1819, cuando las
tropas del general Pablo Morillo iniciaron la reconquista de las colonias
americanas que se habían sublevado contra la autoridad del Rey desde 1809.
La
saña y la violencia utilizada contra los patriotas y sus familias fue de tal
magnitud que la Nueva Granada se tiñó con la sangre de sus más ilustres hijos:
Bajo el cadalso, la horca o el paredón, cayeron el sabio Caldas, Camilo Torres,
Mercedes Ábrego, Policarpa Salavarrieta, y centenares de patriotas, incluyendo
a los ocañeros Miguel Pacheco, Salvador Chacón, don Juan Pino, don José Mora, don Eugenio Barbosa, don
Juan de Dios Illera, don Gabriel Quintero, don Bernardo Pacheco y don José
Posada.
14. Mártires de Ocaña y Los Colorados
Director
de la comparsa Diego Quintero.
Con el nombre de “Colorados”, se conoce en la
historia del oriente colombiano y de la región de Ocaña, en particular, la
facción o guerrilla realista que operó entre 1818 y 1822, causando grandes
estragos en las filas patriotas. Dice el historiador Páez Courvel que “en 1819
esta guerrilla estaba acaudillada por Juan Manuel y Cleto Jácome, Bernabé
Ruedas, Juan Esteban Toscano, Dionisio Barbosa, Juan José García y otros…En
vista de esto, el Libertador resolvió, en 1820, enviar a Ocaña un Ejército al
mando del Coronel Francisco Carmona, para que acabara con los núcleos de
facciosos realistas. Carmona ocupó a Ocaña el 10 de marzo de 1820 y los
Colorados se retiraron a las montañas de Presidente. Pero obligado Carmona a
marchar sobre Chiriguaná, lo reemplazó en la Jefatura Militar
de Ocaña el coronel Jacinto Lara, quien con el Coronel Ramos, persiguió a los
empecinados realistas por las comarcas de Teorama y La Palma (hoy Hacarí). Pero luego, hallándose
Figueredo en Ocaña, fue atacada nuevamente esta plaza por los Colorados, quienes
desbarataron a los patriotas y se apoderaron de la ciudad, en noviembre de
1820, capitaneados por los mulatos Jácomes y por el cabecilla Javier Álvarez.
Fue preciso, entonces, enviar una división al mando del Coronel Manuel
Manrique, quien persiguió a los guerrilleros y recuperó la ciudad”. Los
integrantes de este grupo, vestían pantalón rojo (razón de su denominación) y
llevan como armas machetes y fusiles.
15.- Danzón. Música de
la época de la Independencia.
Director: Brisas de Torcoroma.
La música fue uno de los factores que estuvo
siempre ligado a las contiendas militares durante el periodo de la
Independencia. De hecho, las piezas musicales se interpretaban en medio del fragor de los combates o para
celebrar hazañas, como el triunfo de Boyacá por las fuerzas republicanas.
Trajes de época y aires de los antiguos
danzones, recrean aquellos tiempos que determinaron la libertad americana del
imperio español.
16.- Las Ibáñez
Dirige la comparsa
la Junta Directiva de la Corporación.
Del matrimonio de Don Miguel Ibáñez y Vidal y
doña Jacoba Manuela Arias, se destacan
en la historia de Colombia todos sus hijos, pero muy especialmente, Doña
Nicolasa y Doña Bernardina Ibáñez.
La primera comienza a figurar en nuestros
anales, cuando en 1813, a
la llegada de Simón Bolívar a Ocaña por primera vez, hace parte del grupo de
jovencitas que coronan la frente del patriota con laureles. Culminada la gesta
de la Batalla
de Boyacá, el 7 de agosto de 1819, corresponde a Bernardina, ya en Santafé,
coronar a Bolívar en su entrada triunfal a la capital de la Nueva Granada. Doña Nicolasa
casó con el español Antonio José Caro, de cuya unión nació el poeta
hispanoamericano José Eusebio Caro Ibáñez; Doña Bernardina, casó con Florentino
González. Esta familia se destacó durante el proceso de Independencia, por sus
significativos aportes a la libertad. Don Miguel Ibáñez, padre de las hermosas
damas, entregó los fondos de las Cajas Reales al Libertador para que continuara
la Campaña Admirable;
fue tánto el aporte de la familia Ibáñez, que el Pacificador, Don Pablo
Morillo, al entrar a Santafé, sometió a sus miembros a los oprobios de los
tribunales que confiscaron los bienes familiares y desterraron a las mujeres a La Mesa y a Ocaña después de
sufrir indignantes tratos, como ocurrió con buena parte de los ciudadanos
comprometidos con la Independencia.
Época de La República: Siglo
XIX
17.- La Gran Convención de Ocaña
Director de la
comparsa José Isaac Mendoza Lozano
Este cuadro representa a los convencionistas
participantes en la constituyente reunida en Ocaña en 1828, con el propósito de
reformar la Constitución
expedida en Cúcuta en 1821. Pese al fracaso de este certamen político, los
ocañeros y colombianos guardas un respetuoso recuerdo del acontecimiento que
reunió a 64 de los 108 diputados de las provincias de Venezuela, Colombia,
Panamá y Ecuador.
En 1827 los diferentes personajes de la vida
política de la gran Colombia, discutían acerca de la necesidad de realizar una
reforma a la constitución que se había
expedido en Cúcuta, en 1821.Como esta constitución no podía reformarse hasta después de pasados 10 años y las
disputas entre los partidarios de Bolívar
y Santander se iban volviendo mas graves, el congreso decidió convocar
una convención constituyente, la cual debería reunirse en la ciudad de Ocaña el
2 de marzo de 1828.
¿POR QUÉ SE ESCOGIO A OCAÑA COMO SEDE DE LA
CONVENCION?
Ocaña fue escogida por que las condiciones de
aislamiento y seguridad para el trabajo de los diputados permitían que no
hubiese influencias directas de los partidarios armados de los simpatizantes
políticos del bando de Santander y
Bolívar además, la cercanía con Venezuela garantizaba la asistencia de sus
representantes.
El templo de san francisco fue escogido debido a que ya existían
antecedentes similares de este tipo de
reuniones en otros templos de las ordenes franciscanas y de san Agustín
DESARROLLO DE LA GRAN CONVENCION
Después
de haber revisado las credenciales de
los diputados, se acordó que la
convención iniciara labores el 9 de abril de 1828. Asistieron a la inauguración
de las sesiones, 64 delegados de todas las provincias de la gran Colombia, de los 108 que le
correspondían a la población. Inicialmente, fue elegido como presidente de la
gran convención José María del Castillo y Rada, de Cartagena y como
vicepresidente, Andrés Narvarte, de Caracas. Toda la fuerza pública de Ocaña
fue retirada hacia Mompox, para evitar incidentes. El tema central de las
discusiones fue el sistema político que
debería adoptar la gran Colombia, lo cual dividió a los asistentes en dos
bandos: los que defendían el centralismo, que apoyaban a Bolívar y los que
apoyaban el sistema federal los amigos de Santander.
Los
debates que se presentaron fueron violentos y nada pudo adelantarse, hasta que,
viendo que su proyecto no podía derrotar al de los santanderistas, los
partidarios de Bolívar deciden retirarse hacia la cruz, hoy Abrego y así quedo
disuelta la convención.
CONSECUENCIAS
DE LA DISOLUCION DE
LA GRAN COLOMBIA
Como
consecuencia del fracaso de la gran convención de Ocaña Bolívar asume la dictadura, dictando una
serie de medidas económicas de emergencia. Santander es enviado como embajador
de los Estados Unidos. Pero lo más grave del fracaso de esta convención fue el
intento de asesinato contra Bolívar, el 25 de Septiembre de 1828 y luego la
disolución total de la gran Colombia, que se produce con la muerte del
libertador en 1830.
Entre
los diputados Bolivianos más importante, se destacan José del Castillo y Rada,
Pedro Briceño Méndez.
Se destacan, el general Francisco de Paula
Santander, Luís Vargas Tejada y el Almirante Padilla. Los demás convencionistas
realizan una dramatización de las sesiones acaloradas que tuvieron lugar.
Cierra el cuadro una representación del templo de San Francisco que sirvió de
sede al magno acontecimiento.
18.- La Liberación de los Esclavos
Directora de
comparsa Jacqueline Peña Camargo.
Desde la época colonial comenzó a darse el
fenómeno de la manumisión, por parte de algunos propietarios de esclavos negros.
Ya desde 1809 don Antonio Villavicencio había propuesto la libertad de vientres
de esclavas, fijando un lapso entre los 20 y los 25 años para que la esclavitud
expirara definitivamente, “de hecho y de derecho” “en todas nuestra posesiones
de América”. Durante el proceso de independencia, los amos reclutaron a sus
esclavos y los armaron para defender, bien la causa del Rey o bien la Independencia.
Muchos esclavos aprovecharon el caos de la guerra para huir a
lugares seguros, entre 1810 y 1820. Simón Bolívar, después de 1816, hizo
énfasis en la necesidad de librar a todos aquellos esclavos que se enrolaran en
las filas patriotas. Sin embargo, el concepto de la liberación de los esclavos
chocaba francamente con los intereses patrimoniales de sus amos, por encima de
cualquier consideración humanitaria o idealista. Fue así como se propuso la
figura de la indemnización para compensar, por lo menos en parte, la pérdida
económica que sufriría el dueño de esclavos. El debate se agudizó e hizo parte
de la agenda de los constituyentes de Cúcuta en 1821, obligando al Congreso a
decretar la libertad de vientres. Don Félix Restrepo, ponente de esta ley
“reconoció que era necesario destruir la esclavitud sin destruir a los
propietarios. Para ello, propuso la libertad de partos y la obligatoriedad de
los dueños de vestir y alimentar a los hijos libertos, quienes en
contraprestación deberían servir a los amos hasta los 16 o 18 años. Así, el 19
de julio de 1821, el Congreso declaró libres a los hijos de las esclavas que
nacieran ´desde el día de la publicación de esta ley en las capitales de
provincia´…los amos podían liberar a los esclavos antes, siempre que pagaran
los que se hubiera invertido en su crianza” (Hermes Tovar Pinzón. Credencial
Historia No.59, noviembre de 1994, p. 4 ss).
En 1823, se prohibió el comercio de esclavos
“aunque se abrió una brecha al disponer que sólo podrían ser comercializados si
iban a ser utilizados para los servicios y no se reexportaban. Indudablemente
que el tráfico continuó, pues todos los esclavos que corrían las rutas del
comercio eran sirvientes”. La ley nuevamente volvió a señalar la prohibición en
1825. Desde la expedición de la
Ley de 1821, se crearon las Juntas de Manumisión compuestas
por el juez de la población, el cura, dos vecinos y un tesorero. Las
manumisiones no fueron significativas. Las luchas entre esclavistas y
liberacionistas continuaron durante varios años, hasta 1828 cuando Bolívar
dictó normas reglamentando las Juntas de Manumisión. Entre 1839 y 1842, el
conflicto interno del país retrasó el debate que se reanudó con toda su fuerza
entre 1849 y 1850, cuando “la prensa, la sociedad civil liderada por grupos
radicales y por las Sociedades Democráticas y el Congreso generaron un ambiente
de difusión y discusión de la libertad de los esclavos que llevó el gobierno de
José Hilario López a proponer la libertad absoluta”: El historiador Tovar
Pinzón señala que por esa época se produjo un verdadero movimiento social en
pro de la liberación que, finalmente, produjo la Ley de 21 de mayo de 1851 por medio de la cual
todos los esclavos quedarían libres a partir del 1º de enero de 1852. La Ley creo las Juntas de
manumisión en las cabeceras de cada cantón y en las cabeceras provinciales.
Para compensar a los amos, se creó un bono especial y un fondo enriquecido con
el 1% del salario de empleados oficiales y pensiones, así como aportes del
presupuesto nacional, las importaciones, mortuorias y rentas de la iglesia.
Entre el 6 y el 22 de diciembre de 1851 se
construye en Ocaña el único monumento en Colombia que recuerda la Ley que dio libertad
definitiva a los esclavos en todo el territorio nacional. Esta columna,
declarada como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional mediante Decreto 0620 de 11 de
abril de 2002, está construida en ladrillo y calicanto; está
compuesta por cinco anillos que representan las cinco repúblicas libertadas por
Simón Bolívar. El cuadro hace alusión al gobernador provincial, doctor Agustín
Núñez, quien bailó con la esclava liberta más vieja, la negra Nicanora Rincón.
Hace parte de esta comparsa una carroza representando el monumento nacional,
seguida de un grupo de esclavos.
La Columna de la Libertad de los Esclavos
tiene las siguientes medidas:
Altura:
10 varas. Con base en el estudio de medidas coloniales, realizado por el
historiador Luis Eduardo Páez Courvel (3), la vara de Castilla para Ocaña,
equivalía a 0.84 metros,
es decir, que la columna tiene 8.4 metros de altura. Su base mide 2.5 metros y tiene cinco
(5) anillos que representan las cinco naciones libertadas por Simón Bolívar,
cada uno con un diámetro de 1.20
metros.
19.- La llegada de las Hermanas de La Presentación
Dirige la comparsa
Judith Sánchez.
La Asamblea Departamental de Santander expidió la Ordenanza No.05
de 1888, sancionada por el General Guillermo Quintero Calderón en su condición
de Gobernador del Departamento de Santander, creando el Colegio de Señoritas en
Ocaña, a cargo de una comunidad religiosa. El Colegio, que fuera iniciativa del
Presbítero Doctor Ramón Anaya y Rubio y de ciudadanos locales, se entregó para
su administración a las Reverendas Hermanas de la Presentación de
Tours, bajo la dirección de la Hermana Marie
Dosithée, quien regentó el Colegio hasta 1915. El importante centro educativo
funcionó en el claustro de San Francisco hasta 1974, continuando aún su labor
en el seno de la sociedad ocañera.
20. Inmigrantes Sirios y libaneses
Dirige
la comparsa Samira Numa.
Las primeras familias sirias y libanesas
llegaron a Ocaña y la región a finales del siglo XIX. Su laboriosidad y sentido
de unidad lograron, con el correr de los años, afianzarse en la comunidad
provincial de la cual son hoy exponentes destacados. En su gran mayoría, estas
familias se dedicaron a la actividad comercial, creando prósperas empresas que
se han mantenido con el correr del tiempo. Sobre su interesante odisea que los
condujo desde sus lugares de origen hasta Colombia y nuestra zona, don Zajia M.
Numa escribió un interesante relato titulado libaneses y sirios en Ocaña. Apellidos como Numa, Neme, Haddad, Marún,
Romano, Esper, Zurek, Latiff, Assaf, Gandur, Baene, Chaya, Elam, Raad, Busaíd,
Chalela, Sagra, Férez, entre otros, conservan aún
21. Los inmigrantes. REINO UNIDO: (Inglaterra, Escocia e Irlanda), ALEMANIA, FRANCIA
Director
de la comparsa Fundación Folclórica y Cultural de Ocaña.
Nueva
comparsa. A finales del siglo XIX, debido al auge económico que cobró Ocaña con
la libre importación de mercancías de Europa y los Estados Unidos, comienzan a
llegar ciudadanos extranjeros, provenientes de Alemania, Francia, Italia,
Irlanda, Inglaterra y del medio oriente, especialmente de Siria y el Líbano.
Pronto
organizan compañías comerciales en a ciudad, aprovechando la cercanía de Puerto
Nacional y Gamarra, donde atracaban los vapores procedentes de Barranquilla.
Así surgen las conpañías: Wolff, & Hno; Guillermo R.
Quin & Cía; B. Batestti & Cía; las empresas de los italianos Lébolo,
las de los alemanes Meyer y Hein, las de los Brokate, W. Strieck, etc.
22, Las floristas
Directora
de la comparsa Emilse de Gentil.
Como “Las floristas”, se conoció en la Ocaña de finales del siglo
XIX y las primeras décadas del XX, a las jóvenes que dedicaban su esfuerzo
laboral a surtir de flores y de frutas a las gentes. Esta comparsa muestra todo
el colorido y la frescura de los jardines locales y la belleza de nuestras
jóvenes trabajadoras. Rostros amables y gentiles y cuerpos espigados y
cadenciosos, se unen a la policromía floral de esta llamativa comparsa.
23. Aguateros y lecheros.
Director
de la comparsa, Paola Castellanos Lemus.
El cuadro revive la época en que tanto el agua
como la leche eran llevados a la ciudad a lomo de mula por los campesinos de la
región. Las mujeres, cumplían la tarea de la venta directa, cargando sobre sus
espaldas un recipiente metálico que, a veces, también sostenían sobre sus
cabezas con un pretal. Los integrantes, vestidos como campesinos desfilan con
sus mulas cargadas de barriles de madera.
24 - La llegada de los gitanos
Directora de la
comparsa Astrid Sarmiento.
Recuerda esta comparsa a los grupos de gitanos
que ya hace mucho tiempo solían venir a Ocaña, creando con ello todo un
acontecimiento cultural y recreativo. En este cuadro se observan las famosas
carrozas gitanas y sus integrantes con las vestimentas propias de su cultura.
Al igual que lo
indios, los gitanos son otra especie milenaria en nuestro país. En Bogotá viven
solo algo más de tres mil gitanos que se aferran a sus tradiciones. Los gitanos
tienen cuarenta siglos de historia. Historia que para muchos se resume en la
vida nómada, en las carpas, en los naipes, en la adivinación, en el rebusque,
en su fama de avivatos. En Colombia esa historia apenas supera los ochenta
años. Provenientes de Rusia y Egipto los gitanos llegaron para quedarse. Aquí
echaron raíces, por eso sus carpas ahora son de ladrillo. Atrás van quedando
las épocas en las que las doncellas leían la suerte y deseaban buena fortuna.
Ahora sus manos no se tienden para predecir sino para bendecir. De las
nostalgias de sus cantos ancestrales, han pasado a los himnos de alabanza en
castellano. Sí, los gitanos sin tierra y sin patria, hoy son cristianos. Siguen
pensando, como antaño, que son una raza elegida. Mantienen las costumbres
familiares en torno a un patriarca. Las mujeres no pueden llegar a casa después
de las cinco de la tarde, y si son casadas, no deben pasar frente a los
hombres, a menos que haya un niño de por medio. Conservan su idioma, su
vestuario, sus largas fiestas, su inclinación por la música y sus bailes
ancestrales con ritmos rusos y nostalgias españolas. Dejaron la fiebre del oro
por la orfebrería. Desde los diez años trabajan el aluminio, el cobre y la
forma de acabar con su fama de avivatos; por eso denigran de los adivinadores
que se hacen pasar por gitanos de quienes dicen que sólo tienen una gota de
sangre gitana y el resto es colombiana. Por lo pronto ya tienen un escriba que
se encargará de contar los secretos de la leyenda gitana, confiados como están
que su raza tendrá una segunda oportunidad sobre la tierra.
25- La danza del Tigre. Tradición del corregimiento de
Otaré.
Director de la
comparsa Iván Durán Lanzziano.
Patrimonio inmaterial del corregimiento de
Otaré (antes Brotaré) y también de las poblaciones de Río de Oro (Cesar) y Teorama. La denominada Fiesta del Tigre tiene
lugar en Otaré, los días 5, 6 y 7 de enero.
La danza recoge la historia de un tigre que
asolaba la región, hacia finales del siglo XIX, lo cual dio lugar a que se
formaran partidas caza para acabar con la fiera. Se cuentan entre los
participantes, algunos pintados con hollín, que representan a los negros
cazadores. El certamen recrea la aparición de la fiera, los daños causados por
ella, su cacería, matanza y la venta del cuero.
26. Las tamborinas
Director
Mario Castellanos Chinchilla, Programa del Adulto Mayor.
Se
conocen en la historia festiva de Ocaña las famosas “Tamborinas”, que eran
grupos de niños y jóvenes que interpretaban canciones y bailes al son de
tambores rudimentarios, en las plazas y parques y frente a las residencias,
solicitando dinero por su actuación. Con aquellos pesos recogidos entre las
gentes, los muchachos compraban ropa o comida en épocas de diciembre y enero,
Fueron
famosas las “Tamborinas” de los barrios La Costa, La Piñuela, El Carretero y
Villanueva.
27. Carnaval de Ocaña
LOS CAPUCHONES
Dirige la comparsa la Secretaría de Educación,
Cultura y Turismo de Ocaña.
Estos singulares disfraces, tomados en 1945 del
Carnaval de Barranquilla, fueron incorporados al Carnaval de Ocaña a partir de
su primera versión el 3 de enero de 1946. Niños, jóvenes y adultos adoptaron
este disfraz y todavía se recuerda con entusiasmo los bailes de coronación
realizados en el Hacaritama (localizado en el actual Palacio Municipal), donde
los capuchones constituían mayoritariamente
el vestuario festivo. Tamborinas y disfraces de indígenas, y la
inolvidable “Gigantona”, solían recorrer los barrios y el centro de la ciudad,
alegrando las festividades decembrinas y los días del Carnaval.
28. Desfile de carros antiguos.
Director
Melwin Anteliz.
Cerrando
el Desfile de los genitores varios ciudadanos Ocañeros se han vinculado al
evento para mostrar aquellos vehículos antiguos que recorrieron la ciudad y la
región cuando la ciudad aún mantenía el tradicional empedrado. Recordamos que
los primeros carros llegaron a Ocaña en 1919. Su colorido y estado de
conservación son una muestra de dedicación y esmero de sus propietarios a estas
antiguas máquinas que engalanan el Desfile de los genitores.
``````
El Desfile marcha desde el Complejo Histórico de La Gran
Convención, por toda la calle Real, hasta la Cancha del barrio Maravel. Durante
el trayecto se llevan a cabo algunas representaciones teatrales (“Leyenda de
Leonelda Hernández”, “Llegada de Bolívar a Ocaña”, “Fusilamiento de Agustina
Ferro”, “Marcha de los colorados”, “Debates de la Gran Convención”,
etc.), danzas de la Independencia, Ocañerita, Danza del Tigre, etc.) que causan
mayor atractivo e impulsan a las gentes a indagar sobre el significado
histórico de los cuadros.
El Desfile de los
Genitores es organizado y gestionado por la Corporación Cultural y Artística
Desfile de los Genitores; se realiza con recursos adjudicados para este fin,
mediante proyectos presentados al Ministerio de Cultura, Programa Nacional de
Concertación, quien ha venido apoyando el certamen desde el año 2004, al
Departamento Norte de Santander, Secretaría de Cultura, y Municipio de Ocaña,
el cual lo tiene incluido en el Plan de Desarrollo del Municipio, como un
renglón independiente, con recursos fijos.
Adicionalmente, se
cuenta con el apoyo de instituciones como el SENA, el Batallón de Infantería
No. 15 general Santander, CENS, Oficina del Espacio Público, ESPO S.A., Canales
de televisión de Ocaña (TV San Jorge e Ingepec Televisión), medios radiales y
escritos, y otras entidades culturales como la Academia de Historia de Ocaña y
los Museos de Ocaña, del Ministerio de Cultura.
La Corporación
trabaja en pleno, junto a los directores de las comparsas, los Vigías del
Patrimonio y la Academia de Historia en la organización y ejecución del
Proyecto.
FOTOGRAFÍAS DE MIGUEL PÁEZ PACHECO Y RICARDO JAIME TOSCANO.
FOTOGRAFÍAS DE MIGUEL PÁEZ PACHECO Y RICARDO JAIME TOSCANO.