“MUSEO ARQUEOLÓGICO Y DE MINERALOGÍA”
EL MUSEO DIOCESANO DEL PADRE ROCHEREAU EN PAMPLONA
Por: María Clara Valero Álvarez
Presidenta de la Academia de Historia de la Ciudad de Pamplona
El sacerdote francés Henry Rochereau arribó a la ciudad de Cartagena el 27 de septiembre de 1907, allí permaneció unos meses en el seminario de esa ciudad. A Pamplona llegó a lomo de mula el 21 de febrero de 1908 al Seminario de Pamplona donde se desempeñó como docente y formador de sacerdotes. Asumió la cátedra de Ciencias Naturales (botánica, zoología, anatomía, geología y cosmografía).
Para hacer prácticas las clases inició la recolección de especímenes y objetos precolombinos con la colaboración de los alumnos, ciudadanos y especialmente campesinos quienes tenían más contacto con la naturaleza. Al poco tiempo sus colecciones adquirieron importancia y Monseñor Evaristo Blanco acertadamente propuso crear el museo y exponer las piezas al público para conmemorar y celebrar el “Centenario de la Independencia de Colombia” en 1910.
El Obispo Blanco emitió un decreto con fecha 4 de julio de 1910, mediante el cual se oficializaban los eventos conmemorativos del Centenario de la Independencia. Para la apertura del museo se fijó el día 19 de julio de 1910 a las 9 de la mañana. En el texto del Decreto Invitó a Sesión Científica para inaugurar el “Museo Arqueológico y de Mineralogía”
Fueron expuestas las diferentes colecciones con miles de muestras, colocadas así: Siete muebles contenían mineralogía, dos contenían insectos y uno las aves. Posteriormente, coleccionó, animales salvajes, culebras, lagartijas, mariposas y coleópteros de fósiles y minerales, fósiles de especies extinguidas, módulos calcáreos cuajados de amonitas, arañas y escarabajos. En este arduo trabajo recuperó momias, objetos indígenas y esmeraldas en bruto. La gente colaboraba trayendo vasijas, esqueletos y huesos encontrados en tumbas indígenas encontradas en las montañas.
Entre las tantas piezas importantes de este museo está el cráneo del Prócer de la Independencia Juan Estéban Ramírez, dentro de una jaula de hierro el cual fue exhibido hasta el 22 de julio de 1819, como escarmiento para que no apoyasen el movimiento libertario. Estuvo colocado en la actual esquina de la calle 6 con carrera 4 de la ciudad de Pamplona, durante la “Ëpoca del Terror”. Después del 7 de agosto de 1819 le dieron cristiana sepultura. El cráneo fue encontrado removiendo el piso de la Catedral de Pamplona y por orden del Gobernador Guillermo Cote Bautista, fue ingresado al museo del Padre Rochereau.
La investigación y el legado histórico del Sabio Rochereau es de proporciones inmensas; en este escrito sólo se exalta una de sus obras.
“El Museo Arqueológico y de Mineralogía” nació con la conmemoración de los 100 años de Independencia y el nacimiento del Departamento Norte de Santander; por este motivo en Pamplona celebraremos con mucho entusiasmo estas efemérides.
LUGAR DONDE FUNCIONÓ EL MUSEO. A mitad del siglo XX, se realizó un canje entre la Administración Municipal propietaria de la “Casa del Fundador Ortún Velasco” y el antiguo Convento de San Francisco propiedad de la Iglesia Católica sitio donde estuvo por más de un siglo el Seminario, lugar donde actualmente está construido el Hotel Cariongo. Desde entonces este fabuloso museo fue recogido y guardado en el sótano de la nueva edificación del Seminario Mayor.
Muchos años permaneció deteriorándose en esos sótanos húmedos. Siendo Arzobispo de la Ciudad de Pamplona el eminentísimo Monseñor Rafael Sarmiento Peralta con la colaboración de Monseñor José de Jesús Acosta Mohalem iniciaron la labor de recuperar piezas de lo que fue el “Museo del Padre Rochereau”, uno de los primeros museos de Colombia.
En el 2010, Monseñor Rafael Tarazona Vicario Apostólico de la Arquidiócesis de Pamplona, acertadamente ordenó organizarlo en el primer piso del “Museo Arquidiocesano de Arte Religioso” y exponer piezas que fueron otrora parte del “Museo Diocesano” como también lo llamaban. Este legado histórico estará expuesto a partir del lunes santo del presente año.
Lo anterior, es uno de los mejores regalos que puede recibir Pamplona de la “Curia Arquidiocesana” en el marco del bicentenario de su Independencia y del Centenario de la creación de nuestro Departamento Norte de Santander.
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