El 8 de abril se inauguró la muestra itinerante organizada por la Red De partamental de Museos de Norte de Santander, con el fin de divulgar la labor que vienen adelantando estas instituciones en nuestro departamento. Al acto inaugural asistió la Dra. María Mercedes Jaramillo, Directora de la Red Nacional y el Capitán Jesús Alberto Rojas, representante de la Red Departamental, delegados de los Museos norteños, y amantes de la cultura local.
El certamen se llevó a cabo en el marco de la TERCERA SEMANA CULTURAL DE LA GRAN CONVENCIÓN Y SEGUNDO ENCUENTRO DE HISTORIADORES DEL GRAN SANTANDER. La Exposición se encuentra abierta al público en el auditorio de la Academia de Historia de Ocaña y próximamente será llevada a las poblaciones de la región.
LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO
La constituye, sin lugar a dudas, el óleo sobre tela que representa a doña BÁRBARA VICENTA LEMUS. La obra fue recienteente restaurada por el maestro JOSÉ MIGUEL NAVARRO SOTO y ha constituido el atractivo de la Exposición intinerante.
Doña Bárbara María Vicente Lemus nació en Ocaña en 1798 y falleció en 1884. Hija de don Manuel Antonio Lemus (García) Trigos y de doña Ana Dolores Jácome Llaín. Fueron sus hermanos: Manuela (1806), Pedro Pascasio (1816), Justo Eustaquio, Manuel Antonio (1818), José Antonio Calixto (1821), María Petronila (1824) y Antero Lemus Jácome.
Casó con don Jesús del Carmen Jácome, de cuya unión nació Luís Jácome Lemus. Doña Bárbara María Vicente Lemus formó parte, en 1813, del grupo de niñas y jóvenes que coronaron la frente de Simón Bolívar a su entrada triunfal a Ocaña durante la famosa “Campaña Admirable”. Entre estas lindas delegadas de la mujer ocañera, se encontraban también, Nicolasa Ibáñez, Eusebia Sarabia, Juana de Dios Lemus, Salustiana Patiño y María de Jesús Patiño. Más tarde, en 1828, cuando se llevaron a cabo las sesiones de la Gran Convención de Ocaña, doña Bárbara María ingresó disfrazada de hombre al templo de San Francisco, a escuchar los debates enconados de la Convención Constituyente, en especial, las intervenciones del general Francisco de Paula Santander. Durante los días que duraron sesionando los convencionistas, la residencia localizada en la calle Real, de doña Bárbara Vicente, se convirtió en lugar de tertulia obligada de Santander y sus amigos, así como la estancia campestre de Villa Barbosa, al sur de la ciudad.
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