Al igual que sucedió con los antiguos maestros que dejaron huella imperecedera en el ejercicio de su digna profesión, el profesor Edgar Tinoco, docente de Química del Colegio Nacional de José Eusebio Caro, ha venido dejando su impronta en sus alumnos y en la institución educativa que este año cumple 100 años de existencia.
No todos pueden ser exaltados a una dignidad como la obtenida por el Profesor Tinoco en el certamen que anualmente convoca lo más granado de los docentes de Colombia. y es por ello que nos parece ejemplarizante recordar que en 2009, Edgar Tinoco hizo historia en materia educativa y su nombre ya está inscrito en la galería de los grandes, al lado, por ejemplo, de Rubén Sánchez Navarro, de Alberto Amaya, de Francisco López Erazo, de José María Peláez Salcedo, de Ciro Alfonso Lobo Serna, para no citar sino unos pocos de aquellos varones comprometidos con la formación de juventudes en la zona de Ocaña.
El profesor Tinoco con sus alumnos de Química
del Colegio Nacional de José Eusebio Caro
Para llegar a estas alturas humanas e intelectuales, el Profespr Tinoco no tuvo que hacer autopublicidad de su vida y obra. le bastó ser original, como es en efecto, comprometido en serio con su labor, y formador verdadero. Ojalá este ejemplo sea seguido por sus colegas de todos los colegios y universdades de la región de Ocaña donde ronda, a veces, una sombra oscura de indiferencia ante la misma historia.
La distinción nacional obtenida por Edgar Tinoco, demuestra cómo si es posible, desde la lejana provincia, superar las adversidades propias del medio y proyectar el ejercicio de la docencia al sitial que merece. Su alumnos, reconocen que es exigente y que gracias a ello han podido superar los escollos que suelen presentarse en materia del aprendizaje de la Química.
Edgar Tinoco, Maestro Ilustre, engrandeció al Colegio Caro y a Ocaña. Ante esto, no queda sino imitar su esfuerzo, su dedicación, su alegre y culta visión de la vida y del magisterio.
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