EL BUSTO DEL DOCTOR MARGARIO QUINTERO JÁCOME
Para el viernes 6 de febrero, se tienen previstos los actos de reinstalación del busto del Doctor Margario Quintero Jácome, en el segundo patio del Palacio Municipal de Ocaña. En acto ha sido programado por la Alcaldía Municipal gracias a la gestión de ciudadnos ocañeros, en especial, el académico Lumar H. Quintero Serpa. ESte busto, adquirido por suscripción popular del pueblo ocañero, había sido bajado de su pedestal en la década de 1970 mientras se efectuaban remodelacione en la Plaza del 29 de mayo. Con el tiempo, el busto quedó abandonado a su suerte hasta que don Margario Quintero Pacheco lo rescató de las bodegas de la Alcaldía y lo entregó a doña Esther Quintero de Ujueta, en cuya residencia permaneció todo este largo tiempo.
El Doctor Margario Quintero Jácome, médico y filántropo ocañero, nacido en Ocaña el 10 de junio de 1837, fue una de las figuras cívicas más relevantes de la historia ocañera de finales del siglo XIX. Egresado del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, contó con profesores insigne como don Félix Merizalde, Ezequiel Uricochea, Andrés María Prado y Francisco Bayón; hizo también estudios en París, donde fue alumno del reputado médico y siquiatra Jean Martin Charcot. En su ciudad natal, se destacó por su bondad, filantropía y suficiencia profesional. Falleció el 14 de agosto de 1919. El pueblo al cual había servido con interés y amor, le rindió especial homenaje erigiendo un busto en mármol que fue colocado en 1920 en la plaza principal de Ocaña.
PEDRO QUINTERO JÁCOME, Magistrado y soldado de la República. Lumar H. Quintero Serpa, Sic Editorial, Bucaramanga, 2009
La presentación de esta obra se llevará a cabo el viernes 6 de febrero, en el auditorio de la Academia de Historia de ocaña, a las 7:30 P.M.
PRÓLOGO
En la historia, es frecuente encontrar ejemplos de continuidad familiar en cuanto a ejecutorias cívicas, militares, políticas y filantrópicas se refiere. Apellidos ilustres se unen, generación tras generación, a la edificación de los pueblos, a la consolidación de las repúblicas. En Colombia, los casos han sido y siguen siendo evidentes, visto esto, obviamente, desde la acción ejemplarizante que los individuos llevan a cabo como parte de su compromiso y proyecto de vida, para con las sociedades que les han visto nacer.
Este es, pues, el caso del general Pedro Quintero Jácome, cuyos pormenores biográficos nos entrega el académico Lumar H. Quintero Serpa, acucioso investigador, miembro correspondiente de
El general Pedro Quintero Jácome, magistrado y soldado de
El año de nacimiento de Quintero Jácome, 1817, coincide con el de el poeta José Eusebio Caro. Situados estos dos personajes en los extremos de la confrontación político militar entre liberales y conservadores, es destacable el protagonismo que ambos ocañeros tuvieron en la construcción de la república. El primero, como militar y estadista y el segundo como ideólogo, periodista y escritor.
Para Pedro Quintero Jácome y José Eusebio Caro, la llamada Guerra de los Supremos tuvo repercusiones significativas que vendrían a determinar sus respectivos roles en la conflictiva vida política de Colombia a partir de 1840. En efecto, iniciado el levantamiento de Pasto, como protesta por la ley de 1839 que suprimía los conventos menores, el Presidente de
El general Pedro Quintero Jácome, participó, por lo menos, en ocho batallas importantes, entre ellas la de Cúcuta, la de
El autor de este interesante ensayo, que viene a complementar el excelentemente realizado sobre el doctor Margario Quintero Jácome, hermano de Pedro, hace una afirmación que bien vale la pena tener en cuenta, relativa a “cierta dosis de injusticia” que se observa en nuestros historiadores clásicos en materia de la recuperación de la memoria histórica regional. En efecto, muchos ilustres hijos de la antigua Provincia de Ocaña se mantienen aún en el anonimato debido, muchas veces, a esa sesgada interpretación partidista de la historia que en Colombia hizo carrera por obra y gracia de los apasionamientos conservadores o liberales del pasado, y que hoy, a veces, observamos entre los intelectuales de las distintas tendencias ideológicas de nuestro país. Lo cierto es que, reconociendo el error, en esta y en otras materias de la historiografía contemporánea, se está imponiendo ahora la feliz iniciativa de recuperar la memoria histórica de los pioneros de nuestra nacionalidad y la recuperación del patrimonio cultural, en sus diversas manifestaciones. Los académicos de Norte de Santander, entre quienes que se destaca Lumar H. Quintero Serpa, vienen adelantado una encomiable labor en este sentido, pese a las dificultades que existen para consultar los archivos históricos, desordenados o parcialmente destruidos, y los elevados costos de las publicaciones.
La primera mención histórica extensa que encontramos sobre el general Pedro Quintero Jácome, aparece en
Santander el Grande, ha sido motivo de incontables obras históricas que entrelazan hechos y personajes de los hoy departamentos de Santander y Norte de Santander. A las investigaciones de los historiadores de las provincias de Cúcuta, Ocaña y Pamplona, se unen las de los intelectuales bumangueses y de las antiguas provincias de Soto, García Rovira y Fortoul. Todos ellos valiosos, orgullosos del trasegar de sus ancestros, de su paisaje engarzado en la abrupta topografía andina, de sus hermosas mujeres y de su valioso acervo intelectual e histórico. Lumar H. Quintero Serpa, se inscribe con altura en esta selecta nómina de historiadores del Gran Santander, no sólo por la seriedad y dedicación que pone a sus investigaciones, sino también por su estructura narrativa que permite la delectación en la lectura. El general Pedro Quintero Jácome, magistrado y soldado de
Sigue, entonces, abierta la puerta para la reflexión y la investigación histórica relativa a nuestras agrestes comarcas santandereanas. Sobre todo ahora, cuando Colombia y los países hispanoamericanos se aprestan a conmemorar el Bicentenario de las Independencias, uno de cuyos objetivos es el de conocer y divulgar ese legado ancestral que nos permite ahondar en la riqueza de nuestra propia identidad.
LUIS EDUARDO PÁEZ GARCÍA
PRESIDENTE DE
CORRESPONDIENTE DE
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